La cefalea tensional es el dolor de cabeza que se produce por tensión en la zona muscular de la zona afectada. Afecta hasta 9 de cada 10 personas alguna vez en su vida y hasta el 5% lo sufren de forma mantenida. La incidencia es mayor en mujeres que en hombres y supone hasta un 30% de consultas en medicina de familia. Es una enfermedad leve.
La causa de la cefalea tensional es la contractura muscular de la zona.
El dolor es el síntoma principal de la cefalea tensional que suele comenzar en la zona del cuello o los hombros y desde aquí se extiende hacia el resto de la cabeza, el dolor empeora por el estrés, puede durar unas horas o incluso días.
El tratamiento de la cefalea tensional será con analgésicos, como antiinflamatorios tipo naproxeno o paracetamol. Pueden resultar de ayuda los relajantes musculares, se puede usar el tryptizol a dosis bajas para prevenir los ataques de dolor y no se deberán tomar analgésicos para la cefalea más allá de tres días a la semana, ya que puede dar lugar a cefalea por abuso de analgésicos.
La cefalea tensional tiene un diagnóstico clínico, pero puede ser necesaria una resonancia magnética o un TAC para descartar otras posibles patologías como hemorragias, hipertensión intracraneal o tumores. Puede realizarse analítica de sangre con velocidad de sedimentación que permite eliminar otros diagnósticos como la arteritis temporal.
Los factores desencadenantes de una cefalea tensional son todos aquellos que producen estrés, exceso de trabajo, problemas en el trabajo o en el hogar.
Son factores de riesgo en la cefalea tensional el consumo de alcohol, la cafeína, tensión ocular, apretar los dientes, fumar en exceso y la fatiga o el sobreesfuerzo.
No presenta complicaciones.
El especialista de la cefalea tensional será en primer lugar el médico de familia, éste trasladará al paciente a la consulta de neurología para ser valorado por el neurólogo, cuando no ceda con la medicación habitual.
El dolor de cabeza puede ser causado por estrés, por enfermedades como la neuralgia de trigémino, las migrañas que son un entidad propia relacionada con la vasodilatación cerebral, abuso de alcohol, hipertensión intracraneal (aumento de líquido cefalorraquídeo que hay en el cerebro), tumores o hemorragias cerebrales.
La migraña es un dolor de cabeza de característica hemicraneal, esto es solo afecta a una zona de la cabeza, que puede tener aura, esto es, síntomas previos a la cefalea que pueden ser alarmantes ya que pueden producir dificultades de la visión y dificultades para hablar. Se relaciona con un proceso de vasoconstricción de los vasos cerebrales, que va seguido de vasodilatación, momento en que se produce el intenso dolor de cabeza.
La diferencia entre ambas es el origen. La cefalea tensional lleva asociado la contractura muscular de las zonas afectadas, suele comenzar en el cuello y extenderse hacia el cráneo, además suele estar relacionada con situaciones de estrés o nerviosismo. La cefalea normal no se asocia a contractura cervical, tiene más que ver con situaciones de fiebre, cansancio, o malestar general.
Se conoce como migraña crónica, la que afecta al menos quince días al mes, puede afectar hasta un 2% de la población. Suele afectar a pacientes que tienen episodios esporádicos de migrañas, que se van haciendo más frecuentes hasta hacerse diarias.
Los medicamentos más efectivos contra las cefaleas son los fármacos analgésicos, entre ellos el paracetamol a dosis de un gramo o bien los antiinflamatorios no esteroideos. Entre ellos el más eficaz es el naproxeno. Las cefaleas tensionales pueden ser tratadas también con relajantes musculares y, en casos de cefalea crónica, se pueden usar fármacos como el tryptizol o la duloxetina que mejoran los ataques de cefalea. Los casos de migrañas se tratan con fármacos como los triptanes, además de los analgésicos antes mencionadas.