La disgrafía es la incapacidad para coordinar de modo adecuado los músculos de la mano y del brazo, esto da lugar a una alteración en la escritura en niños a pesar de no presentar alteraciones neurológicas. Esta patología provoca escribir con una letra ilegible y muy grande o muy pequeña, que incluso puede variar de tamaño dentro de una misma palabra.
Los tipos de disgrafía son:
La causa de la disgrafía es una alteración en la psicomotricidad del niño, ya sea por exceso o escasez de tensión o laxitud. La disgrafía, para ser considerada como tal, no debe acompañarse de alteraciones neurológicas o intelectuales.
El síntoma principal de la disgrafía es la letra ilegible y desordenada del niño. Este presenta dificultades para escribir y precisa más tiempo que sus compañeros para realizar la misma tarea, las letras las escribe desiguales, no siendo capaz de mantener el mismo tamaño, dentro de las palabras pueden alterar algún grafismo, también se puede observar exceso de presión sobre lápices o bolígrafos y malas posturas al escribir. También es normal que estos niños presenten más fatiga al realizar sus tareas, incluso hiperactividad y falta de concentración en las actividades, ambos síntomas son secundarios al esfuerzo que el niño realiza y a la fatiga que consecuentemente sufre.
El tratamiento de la disgrafía debe de ir orientado a conseguir una relajación de la musculatura, sin forzar al niño a escribir en exceso, ya que esto puede ser contraproducente al producir una gran fatiga, secundaria a la tensión muscular.
Se trata de realizar con el niño terapias que mejoren la movilidad fina. Se le puede ayudar con sistema de dibujo, pero siempre desde un punto de vista lúdico. Se deben enseñar métodos de corrección en la forma de coger el lápiz, así como a ejercer menor presión con el mismo.
En el colegio es positivo que estos niños dispongan de más tiempo para realizar las tareas escritas, ya que necesitan más tiempo del normal para realizar estas tareas.
La única prueba que se realiza para el diagnóstico de la disgrafía es el examen minucioso de los textos escritos por el niño.
Puede ser necesario descartar alteraciones neurológicas u otras causas como pueden ser los trastornos de hiperactividad, ya que, en caso de alteraciones neurológicas, no se puede considerar una disgrafía, esta enfermedad puede dar lugar a alteraciones de la conducta secundarias a la fatiga que se le produce al niño.
El factor desencadenante de la disgrafía es la falta de desarrollo psicomotriz fino del niño, que da lugar a una gran rigidez en el brazo y en la mano, lo que dificulta la escritura correcta del niño.
No existen factores de riesgo específicos para la disgrafía.
Las complicaciones importantes que pueden presentar la disgrafía, es la falta de progresión en el colegio, que puede dar lugar a un retraso escolar y a una falta de inclusión dentro del ámbito de la escolarización.
El apoyo a estos niños y la terapia psicomotriz adecuada, da lugar a un progreso y una inclusión adecuada en el sistema escolar.
La vigilancia del desarrollo psicomotor y prestar atención a las dificultades que el niño pueda presentar en su desarrollo, se traducen en un apoyo adecuado al mismo, evitando los problemas o minimizando las dificultades cuando estos aparecen.
La disgrafía es tratada y evaluada por un psicólogo, quien indica la terapia a realizar por parte del niño, prestando el apoyo necesario según evolucione el proceso.
La disortografía o disgrafía dislexica es cuando el niño presenta alteraciones al escribir intercambiando letras o incluyendo alguna que no debe de estar dentro de una palabra, se considera un trastorno del lenguaje.
La dislexia es la dificultad para la lectoescritura, por parte de un niño que no presenta otras alteraciones neurológicas o intelectuales. Las personas con este trastorno tienen dificultades en la escritura y la lectura, tanto en el aprendizaje de la misma como cuando tienen que hacer utilización de la lectura comprensiva. Estas personas pueden presentar también dificultades para reconocer la derecha y la izquierda y para reconocer ritmos musicales.
En la dislexia fonológica se usa la ruta visual para leer, esto provoca que se tienda a leer en grupo y no separada en partes las palabras conocidas, como consecuencia, pueden leerse mal palabras no conocidas o no diferenciar palabras similares entre sí. Este tipo de dificultad es más perceptible en idiomas como el inglés, con lo cual, la dificultad puede aparecer al aprender un segundo idioma.
La dispraxia verbal es la dificultad para pronunciar ciertas palabras, está relacionada con una dificultad motora al emitir la letra, por dificultades en la coordinación de lengua, mandíbula y los labios, y parece tener un origen genético.
La apraxia del habla es la dificultad para emitir palabras, estas personas saben lo que las palabras quieren decir, pero al pronunciarlas, por dificultades motoras, dicen algo incomprensible o utilizan otra palabra diferente. Cuando se presenta en adultos suele ser secundario a alteraciones neurológicas a nivel cerebral.