La presoterapia es una técnica terapéutica que usa diferencias de presión para activar la circulación sanguínea y también la circulación a través de los vasos linfáticos que no tienen un sistema de bombeo como el corazón y por tanto la linfa se mueve a consecuencia de las contracciones y relajaciones de lo diferente músculos del cuerpo.
El tratamiento se hace a través de un aparato que consta de una unidad de control que va a insuflar aire en una especie de traje que va a cubrir las diferentes partes del cuerpo, extremidades superiores e inferiores y abdomen.
Este sistema de presión hace que la linfa (líquido coagulable, casi incoloro y débilmente alcalino, que procede de la sangre, circula por los vasos linfáticos y se vuelca en las venas, y cuya función es la de servir de intermediario en los cambios nutritivos entre la sangre y los tejidos), se drene de los vasos linfáticos, la sangre de los vasos venosos y el líquido intersticial (consiste en un solvente acuoso que contiene aminoácidos, azúcares, ácidos grasos, coenzimas, hormonas, neurotransmisores, sales minerales y productos de desecho de las células. La composición de este fluido depende de los intercambios entre las células en el tejido y la sangre), no permanezca acumulado provocando un efecto analgésico y relajante.
El tratamiento de presoterapia suele ser una sesión semanal durante unas ocho semanas de alrededor de 30 minutos.
El sistema hace que el traje se hinche con diferentes presiones según la zona, y posteriormente se vuelve a deshinchar; son estos cambios de presión los que permiten mejorar la circulación.
Está indicada en problemas de circulación tanto linfática como venosa; sirve para tratar diversos aspectos como pueden ser la piel de naranja o la celulitis, drenando el líquido intersticial. En los casos de estreñimiento puede favorecer también la correcta emisión de heces, mejorando la retención de líquidos e hinchazones por la misma en zonas localizadas.
En general está indicada para todos aquellos procesos en que se producen retención de líquidos.
No debe de ser usada en casos de úlceras varicosas o procesos varicosos (varices e insuficiencias venosas causadas por reflujo de sangre), en las linfangitis (inflamación de los vasos sanguíneos), en las descompensaciones cardiovasculares o en el asma y otros procesos que puedan producir insuficiencia respiratoria.
Se realiza porque los cambios de presión exterior funcionan como la contracción y relajación de la musculatura y producen una mejor circulación sanguínea en los vasos venosos y de linfa en los vasos linfáticos.
No existen siempre y cuando se respeten los casos en los que el proceso esté contraindicado. Si tiene dudas de su caso debe de consultar a un experto.
No necesita de una preparación especial.
No hay periodo de recuperación, al contrario, el organismo suele tener una sensación de bienestar tras las primeras sesiones.
Dependerá del proceso para que se utilice, de la situación basal del paciente, así como del objetivo terapéutico, pero la mejoría suele verse a partir de la sexta sesión.
Es una técnica no invasiva para, mediante succión, drenar el líquido acumulado desde la zona más interna hacia la zona externa, donde será captado por los vasos linfáticos.
La técnica es de origen francés y en ella se utiliza un aparato elaborado con una copa de cristal esterilizado que es el que realiza la succión; se situará sobre la zona que queramos tratar y se moverá con un suave masaje. Esto permite extraer el exceso de líquido celular.
Esta técnica deberá de acompañarse de una dieta saludable y de ejercicio físico, y la cantidad de sesiones dependerá del área tratar y de la persona en concreto; los resultados en general se suelen notar a partir de la séptima sesión
Consiste en un masajeo de la cara con un sistema de succión dando lugar a un masaje linfático de la misma, provocando la retirada de células muertas y una mayor oxigenación de la cara, mejorando la circulación microvascular, tonificando las musculatura de la cara y descongestionando y eliminando líquido. Además, contribuye a la eliminación de pequeñas arrugas en la cara. Este tipo de tratamiento suele hacerse extensivo al cuello.
La cavitación es la aplicación de ultrasonidos en determinadas zonas del cuerpo para eliminar la grasa que se encuentra en ella, también es conocida por ello como ultracavitación.
Los ultrasonidos producen la rotura de las membranas de los adipocitos (células que acumulan grasas), esto da lugar a que la sustancia grasa se mezcle con el líquido intersticial y se convierta en una sustancia semilíquida que será recogida por el sistema linfático como sustancia de deshecho. La cavitación se aplica sobre una zona en concreto del organismo. El resultado se aprecia en unas 5 u 8 sesiones.
Realmente no son mejor una que otra y pueden ser incluso complementarias. Tras una serie de sesiones de cavitación, la presoterapia puede ayudar a movilizar a través del sistema linfático los residuos que la cavitación ha producido.
Generalmente la cavitación está más indicada para movilizar la grasa al destruir los adipocitos (células que acumulan grasas) y la presoterapia está más indicada para la movilización de edemas o líquido linfático.
Se trata de un tratamiento que combina la rotura de los adipocitos (células que acumulan grasas) mediante la aplicación de temperatura a través de lámpara de infrarrojos y posteriormente su movilización al sistema linfático a través de la presoterapia.