Un calambre muscular, se podría definir como una contracción brusca, involuntaria y dolorosa de un grupo de fibras musculares, un músculo completo o incluso un grupo muscular que se mantiene durante unos segundos o minutos. Son comunes entre población joven deportista, mujeres embarazadas y población adulta mayor de 65 años.
La aparición de estos calambres musculares se podría resumir en 3 escenarios:
Comúnmente, estos calambres nocturnos en las piernas suelen aparecer en los gemelos.
Cualquier músculo puede sufrir un calambre, aunque suelen tener lugar con mayor frecuencia en los músculos de muslos, pantorrillas, pies, brazos y abdomen.
Actualmente se trata de un fenómeno cuya causa fisiológica es desconocida, aunque se sabe que existen ciertos factores predisponentes a padecer estos calambres musculares.
Entre las posibles causas más comunes de los calambres musculares destacan:
Los calambres musculares en reposo y más durante la noche suelen ser habituales, incluso llegando a afectar a un 60% de la población y sus causas incluyen las citadas anteriormente.
Suelen ser más habituales entre las personas adultas, ya que es más probable que estén sometidos a algún tipo de tratamiento que pueda dar lugar a este suceso.
Tras haber sometido al cuerpo a una excesiva carga de trabajo y encontrarse fatigada la musculatura, es probable también que aparezcan calambres durante las horas de sueño.
Por lo general, los calambres musculares espontáneos no necesitan ningún tratamiento. En la actualidad ninguna medicación, así como la suplementación con magnesio ha mostrado resultados claramente positivos. El uso de quinina ha sido totalmente desaconsejado debido su alta probabilidad de producir efectos adversos.
En cualquier caso, cuando acontecen es posible encontrar cierto alivio al poner en movimiento, estirar o masajear el músculo afectado, aunque nuevamente son actuaciones sin mucho respaldo científico. Por ejemplo, para aliviar un calambre en el gemelo, se puede llevar hacia arriba la punta del pie, estirando así los músculos de la pantorrilla.
Si los calambres musculares aparecen por causa de otro problema de salud, es probable que tratar el problema específico ayude a aliviarlos.
Nuevamente, no se conoce ningún método para prevenir aquellos calambres musculares de causa benigna, es decir que no son causados por otra patología, aunque siempre es recomendable llevar hábitos de vida saludables.
La hipótesis de la deshidratación o del “agotamiento” electrolítico ha perdido validez en los últimos años, por lo que mantenerse hidratado no parece ser la solución a este problema.
Realizar ejercicios de calentamiento y no someterse a cargas ni intensidades de trabajo para los que no se esté preparado, podría favorecer a la no aparición de estos calambres, por lo que saber administrar las cargas de entrenamiento será un factor importante de cara a manejar el problema.
Bibliografía y referencias