Cuando pensamos en el síndrome de Diógenes, nos viene a la cabeza esa imagen de los bomberos intentando acceder a una casa repleta de basura, objetos y desperdicios y unos vecinos molestos por las condiciones insalubres que origina a la comunidad. Y es que las personas que sufren el Síndrome de Diógenes acumulan objetos inservibles, como basura, y no siguen pautas de higiene y autocuidado.
Se trata de personas, mayormente ancianos, que viven recluidos en su hogar, aislados de la sociedad y que permanecen, voluntariamente, en condiciones de pobreza extrema por no tener conciencia de lo que poseen, pues reúnen grandes cantidades de dinero en rincones de la casa y también en cuentas en el banco.
Todos tenemos cierta tendencia a guardar las cosas por si acaso, por si en algún momento las podemos necesitar, pero ¿cómo se llega a este extremo?, ¿qué debe suceder para entrar en un bucle de este tipo y encima no ser consciente?
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Esto hace que podamos diferenciar el trastorno entre:
-Trastornos de personalidad, principalmente el obsesivo-compulsivo (TOC).
-Esquizofrenias y otros trastornos psicóticos
-Drogodependencias, especialmente el alcoholismo.
-Depresión
-Demencias
Cuando los vecinos visualizan y denuncian las condiciones en las que vive la persona, ya han pasado varios años desde que la sintomatología se inició. Esto quiere decir que, durante mucho tiempo, el problema fue de puertas hacia dentro y, día a día, fue aumentando hasta sobrepasar los límites de la vivienda.
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Para poder ayudarlos, al tratarse de un adulto y mientras no se encuentre incapacitado por enfermedad psiquiátrica o demencia, es necesario contar con su consentimiento. El problema está en que, al no tener conciencia de enfermedad y además, tener una personalidad paranoide, que les lleva a pensar que son los demás los que tienen el problema y solo quieren hacerle daño quitándole sus preciados objetos, suelen rechazar la ayuda social y el tratamiento que se les ofrece, y terminan volviendo rápidamente al estilo de vida anterior.
Pero si aceptan trabajar conjuntamente en su mejoría y están predispuestos a cambiar, la intervención o tratamiento a seguir debería incluir las siguientes pautas:
Limpiar a fondo la basura acumulada.
Intervenir en su dieta para ganar peso y mitigar los efectos negativos sobre el organismo que haya producido el llevar una alimentación inadecuada.
Mejorar su higiene personal para que no produzca rechazo al presentarse ante los demás.
Contactar con una institución geriátrica donde se pueda ubicar al afectado, y si esto no es posible, recurrir a una asistenta a domicilio para recibir un apoyo social.
Implicar a los parientes más cercanos y hacerles comprender que se trata de una enfermedad y no un deterioro de la edad.
Hacer un seguimiento periódico mediante visitas domiciliarias y coordinarse con los servicios sanitarios.
Corregir los pensamientos acerca de la pronta llegada de una nueva situación de pobreza extrema y la necesidad de acumular.
Elaborar los traumas no superados.
Reconstruir su historia rescatando los aspectos funcionales.
Tratar la patología mental asociada.
Si estás dudando acerca de si un familiar pudiera estar desarrollando éste tipo trastorno, es importante observar si alguno de los factores de riesgo que hemos mencionado arriba está empezando a aparecer. Habitualmente, los primeros síntomas observables son un comportamiento huraño y el aislamiento voluntario con reclusión en el hogar. Por ello es importante vigilar a los mayores que viven solos y considerar el hecho de visitarlos más a menudo, porque este tipo de comportamientos, podría ser una excepcional estrategia preventiva para el desarrollo del trastorno.
No obstante, hay que tener en cuenta que el síndrome de Diógenes puede confundirse fácilmente con otras formas de acumulación, como el Trastorno por acumulación. Este último se diferencia del primero, en que la conducta no traspasa los límites de la vivienda, con lo cual, no son una molestia para los vecinos, no tienen porqué abandonar la higiene, la limpieza y el autocuidado, está relacionado con personas jóvenes y son conscientes de que padecen una enfermedad, pero buscan excusas sentimentales para no desprenderse de los objetos.
Por cierto, ¿sabías que existen acumuladores tecnológicos, también llamados info-obsesivos, que lo que acumulan es información o archivos digitales? Estos sienten la necesidad de estar a la última en noticias, avances y tendencias y son incapaces de desprenderse de la información archivándola y ordenándola compulsivamente.
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