Es una comunicación anormal bajo la piel entre el recto y el ano y es producida por la infección de la glándula anal. Es más frecuente en hombres que en mujeres. Es una enfermedad leve grave, si no se trata.
El médico que lo trata es el cirujano general o cirujano proctólogo y el urólogo.
Las fístulas se desencadenan por una obstrucción en las glándulas del canal anal, lo que provoca un absceso y fístula.
Dependiendo de la localización, la fístula será el anal o perianal.
La fístula anal se suele desarrollar al haber alguna herida o lesión en la cavidad del ano. Puede deberse a una inflamación, estreñimiento, sexo anal, infección o cirugía, entre otros.
Los principales síntomas que puede presentar un paciente que padezca una fístula anal son:
El principal tratamiento ante una fístula anal y el más eficaz es la intervención quirúrgica. Esta se puede realizar mediante tres técnicas diferentes:
Para diagnosticar una fístula anal el médico procederá a una exploración física del ano, tanto de la parte interna como externa mediante un tacto rectal, observando el color y los fluidos.
Para finalizar la exploración al paciente el médico puede solicitar una serie de pruebas complementarias como:
Los factores más frecuentes desencadenantes de una fístula anal son:
Existen una serie de factores que aumentan el riesgo de que un paciente sufra una fístula anal relacionado con sus antecedentes clínicos. Algunas de las enfermedades crónicas que pueden provocar una fístula anal son la Enfermedad de Crohn, Diverticulitis, Colitis Ulcerosa y VIH, entre otras a consultar con su médico.
La especialidad médica encargada de tratar la fístula anal es la proctología y urología.
El principal tratamiento ante una fístula anal es la cirugía, cuya recuperación varía en función de la dimensión de la fístula.
Tras una o dos semanas el paciente podrá retomar su vida normal bajo las indicaciones médicas y entre cuatro y siete semanas la herida habrá cicatrizado por completo.
Es una intervención quirúrgica por la cual el médico rompe la piel y el músculo de la zona donde se encuentra la fístula de manera que se fuerza la cicatrización desde dentro hacia fuera y no haya problemas en el proceso cicatrizante.
Un absceso perianal se produce cuando se obstruyen las glándulas del interior del ano, infectándose y provocando la acumulación de pus.
Puede sucederle a cualquier persona en cualquier momento de su vida, teniendo mayor tendencia a padecerla aquellos cuyo historial clínico tenga enfermedades crónicas.
El seton es un tipo de intervención quirúrgica ante una fístula anal, pudiendo ser:
Cortante (mediante una seda quirúrgica se cierra la fístula de manera que poco a poco vaya cicatrizando), de drenaje (para drenar el pus producida en la fístula anal, de manera que se evita el absceso y se libera de la infección) o guía (se realiza al igual que el de drenaje, pero de manera provisional hasta que el paciente pueda ser intervenido).