La dieta blanda es un régimen alimentario y terapéutico de fácil seguimiento que contiene alimentos fáciles de digerir y masticar, no incluye grasas ni condimentos o alimentos que estimulan la producción de jugos gástricos y puedan irritar la mucosa gastrointestinal. Este tipo de alimentación puede variar según sea la enfermedad de cada paciente, y puede tener diferentes consistencias dependiendo de si el paciente presenta dificultad para tragar, o más bien, que favorezcan la consistencia de las heces si presenta diarrea.
Este tipo de dieta puede utilizarse como tratamiento para una gastroenteritis con diarrea y vómitos, recuperación de una cirugía gastrointestinal, pacientes con enfermedades como colitis, gastritis y úlceras en el aparato digestivo, enfermedades neurodegenerativas que se acompañan con trastornos de deglución y masticación, enfermedades hepáticas – renales y pacientes con cáncer que son sometidos a radio y quimioterapia.
La dieta blanda puede dividirse en tres tipos:
Los principios generales de este tipo de alimentación son los siguientes:
Es importante entender que esta dieta no es para perder peso, solo pretende ayudar a facilitar la digestión por medio de alimentos aptos, tanto en la población adulta como en la infantil.
→ Entre los alimentos permitidos encontramos los siguientes:
CEREALES/PAN: no deben ser cereales o pan integral, deben ser féculas hechas puré como la batata o patata. Si se va a tomar pan, hay que tratar de que el mismo sea lo más blando posible y sin corteza. También se puede servir arroz blanco cocido, pasta y galletas tipo María.
CARNES Y PESCADO: deben ser carnes suaves como pollo, pavo o conejo cocinados al vapor o hervidos; y tratar de evitar en la medida de lo posible las carnes rojas. En relación al pescado, preferiblemente se tomará pescado blanco y se evitarán los azules, mariscos, conservas y ahumados.
HUEVOS: se pueden tomar pasados por agua, escalfados, en tortilla o huevos duros.
FRUTAS Y VERDURAS: se pueden ingerir todas las frutas a excepción de aquellas ricas en fibra como la ciruela. Las frutas más ampliamente recomendadas son la manzana en compota, puré o asadas y el plátano. Los vegetales se evitarán crudos y aquellos que son formadores de gases como coliflor, brócoli, cebolla y tomate.
LEGUMBRES: no se ingieren enteras ni en guisos complicados, deben tomarse en pequeñas porciones en forma de puré y eliminando la piel.
GRASAS: preferiblemente utilizar aceite de oliva que es bien tolerado.
LÁCTEOS: idealmente, leches y yogures desnatados sin azúcar y queso fresco.
SOPAS: muy beneficiosas las sopas de pollo o pescado con fideos o arroz, también las cremas de verduras con pollo o pescado.
POSTRES: flanes, gelatinas y yogures son las bases de los postres de la dieta blanda.
BEBIDAS: agua e infusiones que no contengan xantinas.
→ Entre los alimentos que debemos evitar nos encontramos los siguientes: