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Medicina Física y Rehabilitación

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Entrenamiento Funcional: Características
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Entrenamiento Funcional: Características

Mejorar la fuerza, la movilidad, la coordinación… Todas estas cualidades, y otras más, pueden mejorarse con el entrenamiento funcional. Te explicamos cómo. Cuando nos movemos y realizamos las actividades diarias utilizamos diferentes músculos y articulaciones. Y es así porque cada uno de ellos tiene una función, sea la de levantar un brazo, girar el tronco o ladear la cabeza. Estos diferentes movimientos los podemos realizar en nuestro trabajo y en nuestro día a día en las actividades más cotidianas , pero también al practicar un deporte, y es que el cuerpo se adapta a las necesidades de la persona y del momento. No será la misma técnica ni tendrá las mismas necesidades un lanzador de jabalina que un reponedor de un supermercado, pero sí que para conseguir su objetivo van a necesitar de movimientos concretos de sus brazos, por ejemplo. Entrenar de manera específica no sólo es importante para que el movimiento sea el adecuado, sino también para conseguir un mejor rendimiento deportivo . Es por ello que este tipo de entrenamiento, aunque hace mucho que los deportistas profesionales ya lo tenían como parte de su rutina, se ha ido acercando al público más amateur. Nuestro cuerpo requiere de la implicación de músculos y articulaciones, es decir, del aparato locomotor y del sistema nervioso , para poder ejecutar acciones. Cada acción estará supeditada a los conocimientos que tengamos para ello, así como la capacidad con la que contemos, tanto a nivel físico como a nivel mental. Los movimientos son naturales, pero también deben aprenderse y más cuando el objetivo es concreto. En un solo movimiento intervienen distintos elementos, y todos ellos deben trabajar para conseguir una función determinada. Por un lado, tendremos los elementos más anatómicos y, por otro las propias capacidades, que pueden mejorarse. Entrenar aquello en lo que flojeamos es conveniente para mejorar, pero no siempre somos conscientes de que tenemos ciertas carencias. De ahí la necesidad de entrada de conocernos, para establecer cuál será el punto de partida. ¿En qué consiste? Se trata de trabajar distintas cadenas musculares en un solo movimiento, además de aquellas capacidades motrices que intervienen en dicha acción para conseguir beneficios más amplios. Realizar movimientos complejos estudiados y no solos aislados, porque si lo pensamos nuestro cuerpo difícilmente mueve un solo musculo o articulación, nos movemos de manera global. Es un entrenamiento integrativo que como ya hemos comentado, puede mejorar el rendimiento deportivo pero también tiene como objetivo evitar o reducir el riesgo de lesiones . Si nuestro organismo está más fuerte, tiene mayor capacidad de coordinación o de resistencia, las lesiones serán menores y por tanto obtendremos mejores resultados. Al principio, se recomienda que un profesional supervise los entrenamientos. Son rutinas que requieren de un conocimiento del cuerpo y las necesidades individuales, de los movimientos y de las diferentes opciones que pueden utilizarse. Actualmente existen múltiples opciones en cuanto a material se refiere. Cintas o gomas elásticas, kettelbells o el bosu son materiales que un entrenador puede incluir en su programa, cada uno de ellos con una finalidad: Con las gomas , aunque puede parecer que tienen poco potencial, pasa todo lo contrario. Con ellas puedes hacer trabajo de fuerza, coordinación o equilibrio , con un riesgo bajo. El profesional puede pautar una multitud de ejercicios distintos, centrados en diferentes objetivos y con cierta tranquilidad ya que es difícil que una goma pueda ocasionar problemas, sobre todo para el principiante que desconoce según que movimientos o aún no tiene la destreza suficiente para trabajar con pesos. Las kettelbells son pesos libres con los que se pueden hacer movimientos amplios con un peso que añade complejidad a esa acción. Al tener un agarre puede facilitar el ejercicio y evitar desplazamientos del peso. El bosu es una semiesfera que da “mucho juego”. Inicialmente trabajar el equilibrio es la esencia de este accesorio. La propiocepción (conseguir un equilibrio adecuado trabajando sobre una superficie inestable) obliga a muchas estructuras corporales a activarse. Desde la musculatura de la planta del pie pasando por las extremidades inferiores y el “core” deben trabajar al unísono para evitar la caída. Además de incorporar material a una rutina de entrenamiento, el propio cuerpo del deportista es todo un “gimnasio” ya que el peso y la anatomía del individuo ya le obligan a gestionar muchas capacidades. Zancadas, saltos, sentadillas o planchas , entre otras, son alternativas a tener en cuenta en un entrenamiento funcional. El entrenamiento funcional en rehabilitación Hemos mencionado que este tipo de entrenamiento puede ayudar a minimizar el riesgo de lesión, pero respecto a las lesiones cabe destacar que los profesionales de la rehabilitación hace ya mucho tiempo que lo incorporan a sus sesiones. Una lesión puede venir derivada de un problema deportivo o laboral pero el resultado es una incapacidad para llevar a cabo uno o varios movimientos por lo que habrá que trabajar de manera específica para conseguir la normalidad de nuevo. Para ello, de la misma manera que conviene conocer cuál es el movimiento que requiere un deportista para mejorar su rendimiento, debe conocerse para recuperar ese movimiento esencial y ese es el objetivo del profesional de la rehabilitación.
Estiramientos Dinámicos o Estáticos
Artículo especializado

Estiramientos Dinámicos o Estáticos

Estirar. Sabemos que es importante y tiene beneficios. Pero ¿sabías que puede estirarse de forma estática y también dinámica? En efecto, existen distintos tipos de estiramientos y se pueden diferenciar en función del objetivo que se busque (mantenimiento, rehabilitación, mejora deportiva o recuperación) y según la forma en la que se realizan. A continuación, describimos las dos principales formas de ejecución: estática o dinámica. ¿Tienes dudas? Regístrate ahora en Savia y habla gratis con nuestro médico especialista en Entrenamiento personal. Estiramientos estáticos Los estiramientos son ejercicios destinados a m antener y/o mejorar la movilidad, elasticidad y flexibilidad de los músculos por medio del alargamiento progresivo de sus fibras . Los estiramientos estáticos, en concreto, consisten en realizar estiramiento en reposo hasta el límite de lo confortable, estirando el músculo en reposo hasta una determinada posición y manteniendo la postura durante un tiempo determinado, generalmente entre 15 y 30 segundos. En este tipo de estiramientos no existe un trabajo por parte de la musculatura agonista (la que colabora en la realización de un movimiento), por lo que el gasto energético es mucho menor que en los estiramientos dinámicos. Además, al tratarse de movimientos lentos y en reposo, se logra obtener una mejor relajación muscular , aumentando la circulación sanguínea y reduciendo la sensación de dolor. Estiramientos dinámicos El estiramiento dinámico hace referencia a los estiramientos que se realizan de manera activa, por medio de movimientos suaves y controlados para alargar (elongar) las fibras musculares , que va aumentando de manera gradual y progresiva, preparando al músculo para la actividad física, a diferencia de los estiramientos estáticos que, por el contrario, provocan una respuesta inhibitoria o reductora. Este tipo de estiramientos consiste en estirar a través de impulsos, pero sin exceder los límites de los estiramientos estáticos. Se estiran los músculos antagonistas gracias a las contracciones repetitivas de los músculos agonistas. Se corresponderían con ejercicios basados en saltos y balanceos, evitando siempre movimientos balísticos (de rebote) ya que podrían provocar sobrepasar los límites de los músculos y causar una lesión. Esta forma de estirar puede ser contraproducente si no va precedida de un  buen calentamiento , ya que los estiramientos dinámicos en segmentos corporales fríos pueden provocar la aparición del reflejo miotático de estiramiento, que provoca un acortamiento del músculo y no se conseguirá el efecto deseado. Diferencias En definitiva, los estiramientos estáticos no mejoran el rendimiento muscular, sólo mejoran la tolerancia a la incomodidad que produce el estiramiento y, por otra parte, los estiramientos dinámicos no mantienen los músculos inhibidos tal y cómo hacen los estáticos, sino que aumentan la fuerza y la flexibilidad de estos. Lo esencial de los estiramientos radica en su ejecución, bien sean estáticos o dinámicos. Ahora bien, estos estiramientos tienen ciertas diferencias que los hacen más recomendables en unas ocasiones que en otras. Así, existen estudios que avalan la efectividad de los estiramientos dinámicos previos a la práctica deportiva , ya que tienen mayor influencia en la activación del músculo, el aumento del riego sanguíneo y la flexibilidad de las fibras musculares. En cambio, los estiramientos estáticos han demostrado tener un efecto inhibitorio a nivel neuromuscular que en consecuencia provocará una disminución del rendimiento durante la ejecución del deporte. ¿Tienes dudas? Regístrate ahora en Savia y habla gratis con nuestro médico especialista en Entrenamiento personal. Para la mejora deportiva Para obtener una mejora deportiva, por tanto, hay que realizar esfuerzos musculares activos y movimientos rápidos (estiramientos dinámicos) con la finalidad de estimular la musculatura para afrontar la actividad física a realizar con mayor rendimiento. A continuación, citamos los beneficios que se obtienen por medio de los estiramientos musculares dinámicos: Prepara al músculo para iniciar la actividad deportiva Aumenta el flujo sanguíneo. Mejora el rango de movimiento. Mejora la oxigenación de los tejidos. Mejora el rendimiento deportivo. Previene lesiones deportivas. Mejora la fuerza y la resistencia muscular. Mejora la flexibilidad de los músculos. Le brinda mayor capacidad de agilidad al cuerpo. La importancia de una práctica adecuada Para poder disfrutar de los numerosos beneficios de los estiramientos dinámicos, es necesario que estos se realicen de manera correcta, por lo que a continuación mencionamos algunos aspectos que se deben tener en cuenta: El estiramiento dinámico se realiza por medio de movimiento s, sin embargo, se debe cuidar la calidad del movimiento, ya que no deben ser ni bruscos ni descontrolados . Debe existir en todo momento una conexión entre mente y cuerpo para poder percibir cada sensación y mantener una adecuada calidad del movimiento. Los movimientos deben ser suaves y controlados , pero además se deben evitar los movimientos de rebote. Los estiramientos dinámicos forman parte del calentamiento por lo que también es importante incluir la movilización de las articulaciones involucradas en la práctica deportiva. Es importante respetar los rangos de movimiento. No porque el estiramiento se realice de manera activa quiere decir que se va a llegar más allá de nuestros límites corporales, por lo que el estiramiento debe ser en todo momento progresivo. Si mientras se realiza el estiramiento notamos dolor, es no estamos haciéndolo bien, por lo que inmediatamente se debería disminuir el grado de estiramiento y notar sólo sensación de elongación. Es importante estar atentos a la respiración durante los estiramientos, realizando inspiraciones profundas y espiraciones lentas. Con ello se mejora la oxigenación de la sangre y simultáneamente el estado general de los músculos. Por ello es necesario que nos relajemos al estirar, nos concentremos en la parte estirada y seamos conscientes de que la finalidad de los ejercicios es conseguir un mejor estado muscular. Como conclusión diremos que lo más recomendable para una persona de cara a realizar un buen calentamiento antes del entreno o actividad física es hacer ejercicios de movilidad articular, una ronda de estiramientos dinámicos seguidos de un par de rondas de estiramientos estáticos de corta duración, evitando únicamente calentar con estiramientos estáticos. ¿Tienes dudas? Regístrate ahora en Savia y habla gratis con nuestro médico especialista en Entrenamiento personal.
Periostitis en Runners
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Periostitis en Runners

Si eres corredor sabrás que las lesiones que más habitualmente os afectan son las de las extremidades inferiores , por ser las que reciben una mayor carga. Además de la rodilla, que es la que concentra más lesiones, hay otras localizaciones que también sufren con frecuencia alguna. Así, entre el 6 y el 16% de corredores, sobre todo aquellos que se dedican al medio fondo y al fondo (largas distancias), sufrirán la denominada periostitis, que es la inflamación del periostio. Vayamos por partes… El periostio es una capa de tejido conectivo que recubre el hueso y que se encuentra pegada a éste , por el que discurren nervios y vasos, y cuya función es la de nutrir y dar sensibilidad al hueso. Además, tiene también una función osteogénica (de producción de hueso por contener células que intervienen en el desarrollo óseo) y es inserción de tendones y ligamentos. La periostitis en corredores se localiza de manera más habitual en la tibia , el hueso que se sitúa en la parte medial de la pierna y en el que se insertan varios músculos, entre ellos tibial anterior, soleo, flexor largo del dedo gordo y poplíteo. Estos músculos tienen diferentes funciones, pero todos ellos van a intervenir de una manera u otra en el momento de la zancada y la carrera. Esta lesión se presenta con dolor, que el corredor describe como una “quemazón” en la cara antero-interna de la pierna y cuyo origen son pequeñas microlesiones en el periostio que ocurren por el impacto propio de la carrera. Suele aparecer al inicio de la actividad y aumenta de manera gradual con el aumento de la intensidad de la carrera. ¿Cómo se origina? El origen de esta patología, que puede obligar al corredor a dejar la práctica deportiva durante unos días, es diverso .  Como en cualquier lesión hay que considerar causas de origen externo y otras intrínsecas al individuo, entre las primeras una de las causas más habituales es la hiperpronación, es decir, el pisar hacia dentro en exceso. Este hecho puede corregirse con un calzado adecuado y el uso de plantillas que corrijan la pisada. De todos modos, a esta alteración biomecánica pueden sumarse otros factores que pueden aumentar el riesgo a sufrir esta lesión como el pie plano, la torsión externa de la tibia o una dismetría de extremidades. Todas estas alteraciones que afectan a la anatomía del individuo deben valorarse en conjunto, es decir, que en ocasiones se valora sólo el pie plano y no los cambios que vienen provocados por alguna de estas u otras alteraciones que pueden afectar a la biomecánica de la marcha. De ahí la importancia de consultar con un profesional que valore el cuadro de manera global. Además de estas causas asociadas a las propias características anatómicas hay una serie de causas sobre las que se pueden adoptar cambios de manera fácil y directa por parte del corredor. Algunos de los factores externos que pueden ocasionar una periostitis son : El uso de zapatillas desgastadas o inadecuadas a las características individuales del corredor. Correr en superficies duras e irregulares. Por lo que respecta a la primera causa hay que considerar que las zapatillas son lo que los neumáticos al automóvil, es el contacto que tiene nuestro pie con la superficie por la que se pisa. De la misma manera que el vehículo debe usar neumáticos de tamaño y “dibujo” adecuado a sus características técnicas y a la superficie la que circula, las zapatillas que usa el corredor deben cumplir los mismos requisitos. Unas zapatillas que no se adapten al peso del corredor, por ejemplo, reducirán la capacidad que tienen para amortiguar el impacto y lo mismo va a ocurrir con el tipo de suela. Si se sale a correr por la montaña y la suela no es la adecuada la facilidad para sufrir una lesión aumenta. Así pues, aunque pueda parecer poco importante conocer qué tipo de zapatilla es la adecuada, sí lo es para reducir el riesgo de lesión. Según algunos expertos, alrededor del 65% de lesiones en extremidades inferiores tiene su origen en la existencia de errores en el entrenamiento . Aumentos bruscos de carga o velocidad o no incluir el descanso en el programa de salidas pueden aumentar la probabilidad de periostitis. La progresión es esencial para minimizar el riesgo de lesión. Tratamientos Una vez diagnosticada la periostitis, la crioterapia es el primer tratamiento a aplicar ya que de este modo se ayuda a reducir la inflamación, como sucede con el tratamiento farmacológico. No hay que olvidar que, en este caso, puede ser de gran ayuda el fisioterapeuta. La realización de masajes junto a la aplicación de ultrasonidos y otras terapias locales tienen el objetivo de recuperar cuanto antes y de forma adecuada esta lesión para volver a la normalidad deportiva. De todas formas, no nos cansaremos de insistir en que el mejor tratamiento es siempre la prevención, pues conociendo algunas de las causas que pueden derivar en lesión, se puede evitar su aparición. Durante el tiempo que se está sin correr, se puede seguir manteniendo la forma física realizando otro tipo de ejercicios y deportes como actividades en el agua o bicicleta. De este modo, el corredor no está parado y se puede seguir trabajando activamente, aunque sea realizando otro tipo de disciplina que, sea dicho de paso, será también de ayuda para descargar otras articulaciones como las rodillas, que reciben una elevada carga durante la carrera.
Pilates para Embarazadas, la Revolución del Mundo Premamá
Artículo especializado

Pilates para Embarazadas, la Revolución del Mundo Premamá

Durante años la práctica del ejercicio físico en el embarazo ha sembrado dudas sobre el tipo, intensidad y duración del ejercicio, o si existe riesgo para la gestante o el feto. Es cierto que, para garantizar una práctica segura, se deben respetar unos parámetros debido a los cambios que experimenta el cuerpo durante dicho periodo. La práctica del método Pilates durante el embarazo , se ha implantado durante los últimos años como un ejercicio físico ideal para las gestantes ya que se adapta a sus necesidades y cumple con los beneficios necesarios durante esta etapa. Durante el embarazo se producen muchas modificaciones anatómicas y físicas, y el cuerpo de la embarazada se encuentra en una adaptación continua. La pelvis y el útero se agrandan y la musculatura del suelo pélvico y del abdomen se elongan a causa de las hormonas del embarazo (relaxina) para poder albergar al feto. El método Pilates fortalece la musculatura del abdomen, columna y suelo pélvico sin riesgo de comprometer las articulaciones con una carga excesiva, razón por la cual se ha convertido en un método revolucionario dentro del mundo premamá. ¿Qué es el método Pilates? Se trata de un sistema de acondicionamiento físico en el cual se trabaja el cuerpo de forma global. Se pretende fortalecer la musculatura, desde la más profunda a la más periférica, a través de la conciencia corporal y la postura, realizando movimientos lentos y controlados acompañados por la respiración. Es un ejercicio anaeróbico , lo que quiere decir que es una actividad de fuerza en tiempos cortos con el objetivo de reforzar la musculatura y aumentar el equilibrio y la flexibilidad. ¿Cuál es su origen? Joseph Hubertus Pilates fue su creador a comienzos del siglo XX en EEUU, desarrolló esta disciplina influenciado por sus conocimientos en yoga, artes marciales, fisioculturismo y la anatomía del cuerpo humano. Se hizo popular dentro del mundo de la danza, por lo que era y sigue siendo una práctica muy común entre los bailarines. No obstante, a pesar de que el método tiene más de 70 años, su práctica y reconocimiento en Europa es reciente. ¿Cómo se practica y cuáles son sus beneficios para las embarazadas? El método se practica en el suelo sobre colchonetas, bajo supervisión de un profesional que puede ser un instructor o fisioterapeuta especializado, que dirige el movimiento y corrige la postura. Las clases se imparten en grupos reducidos o de forma individual a fin de conseguir mejores resultados y evitar posibles lesiones derivadas de una mala ejecución. Con los ejercicios se pretende conseguir un equilibrio muscular, reforzando la musculatura debilitada, en este caso la del abdomen, espalda y suelo pélvico que será uno de los motores durante el parto y flexibilizando la musculatura acortada sin sobrecargas de las articulaciones, lo que permite que la práctica sea agradable y sin riesgos. Beneficios del método Pilates en el embarazo Reeducación postural durante y después del embarazo: Los cambios estructurales del cuerpo hacen que el centro de gravedad se desplace a causa del aumento del abdomen. Estabilidad lumbopélvica: disminuye la incidencia de lumbalgias debidas al aumento de la curvatura lumbar. Activación de la circulación: reduce la aparición de edema en las piernas. Favorece el parto natural: se reduce la incidencia de partos por cesárea o aplicación de anestesia. Prevención de disfunciones ginecológicas. Prevención de la diástasis abdominal. Gracias al trabajo muscular existe menor riesgo de que el tejido conectivo que une los dos rectos abdominales se dañe. Prevención de diabetes gestacional y control de peso gracias al aumento del trabajo cardiovascular. Control de la respiración: aumenta la expansión de la caja torácica, que puede verse reducida por el volumen del feto y, además, favorecerá la respiración durante el parto. Recuperación más rápido durante el post-parto ¿Cuándo se puede empezar a practicar? El inicio de la práctica variará según la condición física de la mujer . Si ya se practicaba de forma habitual y el embarazo se desarrolla normalmente es posible continuar ya que los ejercicios se irán adaptando en función de la evolución del embarazo. No obstante, para mujeres primerizas en el método, se recomienda comenzar a final del primer trimestre cuando las molestias de los primeros meses de embarazo desaparezcan. Recomendaciones para su práctica Controlar las pulsaciones por minuto. Si se superan las 140 pulsaciones por minuto puede ser peligroso para el feto. El ejercicio debe realizarse a baja intensidad, suave y controlando cada movimiento. Saber detectar dolores o molestias durante la práctica y bajar la intensidad o parar el ejercicio si es necesario. Estar bien hidratada, antes y después del ejercicio. No realizar el ejercicio después de comer, para evitar molestias en el abdomen o vómitos. No realizar los cambios de posiciones de forma rápida. Se deben hacer de forma lenta para evitar sobrecargas, malos gestos o mareos. Durante el segundo y tercer trimestre, es importante evitar posturas que impliquen estar tumbada boca arriba más de cinco minutos, ya que se puede sufrir una hipotensión. A partir de la mitad del embarazo se deben evitar posiciones como tumbada boca abajo o sobre el estómago o la espalda. No forzar demasiado las articulaciones, ya que la relaxina (una de las hormonas del embarazo) afloja los ligamentos y pueden provocar una pérdida de estabilidad si estamos cargando el peso sobre una extremidad, como por ejemplo apoyarse con un solo pie. El apoyo sobre las muñecas puede ser molesto, si es así el instructor deberá modificar la postura. Cualquier duda o molestia deberá ser transmitida siempre al instructor o al fisioterapeuta para intentar encontrar una alternativa a la postura o rebajar la intensidad del ejercicio. La práctica del método Pilates estaría contraindicada en gestantes con hipertensión o con afecciones cardiacas, abortos habituales, placenta previa, hiper o hipotiroidismo, fatiga extrema, obesidad excesiva. En todo caso, la práctica del ejercicio en el embarazo siempre debería estar indicada por un médico y supervisada por un profesional especializado. Haz nuestro test de embarazo y averigua todo lo que debe saber una embarazada. Descubre todos los consejos y cuidados de las mujeres embarazadas.
Cómo Prevenir y Tratar la Pubalgia
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Cómo Prevenir y Tratar la Pubalgia

También conocida como “osteopatía dinámica de pubis” o “entesitis pubiana”, l a pubalgia es la denominación genérica de una serie de lesiones que afectan a diferentes grupos musculares de la zona inguinal y que manifiestan con dolor en el pubis. Una de las más frecuentes es la pubalgia del deportista. ¿Qué es? La palabra pubalgia significa dolor en el pubis , hueso que en los mamíferos adultos se une a l ilion y al isquion para formar este hueso. Se caracteriza por un dolor difuso en la zona del pubis , predominantemente unilateral (en un solo lado), que va aumentado progresivamente de intensidad en el trascurso del tiempo , pudiendo durar semanas o meses.   La peculiaridad del dolor es que tiene altibajos y esto hace dudar al que lo sufre. Esta es la razón por la que no se suele acudir al médico hasta transcurridos varios meses desde el inicio del dolor. Pero cuanto más tiempo pasa, los picos de dolor son más agudos y más próximos en el tiempo. Normalmente, primero se presenta al realizar actividades deportivas y posteriormente se asevera y se presenta en la realización de las actividades normales de la vida diaria, como levantarse de la cama o al bajarse del coche.   Causas Hay una serie de factores que inciden en el desencadenamiento de una patología púbica: Factores internos: Acortamiento de los miembros inferiores Displasia de cadera (también conocida como luxación de cadera) Hiperlordosis lumbar (aumento excesivo de la curvatura lumbar) Espondilosis (nombre genérico de las enfermedades o afecciones degenerativas de la columna vertebral) Deficiencias de la pared abdominal Factores externos: Mala técnica deportiva Mala calidad del terreno deportivo (resbaladizo o pesado) Sobreentrenamiento Mala programación del entrenamiento Enfermedad “ocupacional” La pubalgia es una enfermedad ocupacional , que se presenta principalmente en actividades físicas en las que se llevan a cabo movimientos repetitivos que se acompañan por aceleraciones y desaceleraciones con cambios bruscos en la dirección del movimiento, viéndose agravada cuando existen condiciones como el sobre entrenamiento. Esto comporta que la sufran los futbolistas (50% de los casos), seguidos de atletas, corredores de larga distancia, jugadores de rugby, ciclistas y levantadores de peso.   Su incidencia es mayor en los varones principalmente, ya que las actividades que suelen desencadenarla son llevadas a cabo más por hombres que por mujeres. Las diferencias morfológicas entre sexos no son influyentes en el desarrollo de la misma. La pubalgia se relaciona con problemas de los músculos abdominales. Si bien existe tensión y tracción del pubis por los músculos aductores del muslo, una de las principales alteraciones que llevan al desarrollo de pubalgia es la debilidad de los músculos rectos abdominales, lo que lleva a que se produzca una alteración en la estabilización de la pelvis, que depende del equilibrio entre los aductores del muslo y los músculos rectos del abdomen. Este desequilibrio muscular genera sobrecarga mecánica que origina una tendinitis que puede afectar a los aductores, a los rectos del abdomen o a ambos grupos musculares. Tratamiento El tratamiento irá enfocado a buscar que los picos de dolor sean menos intensos y a la vez más espaciados entre ellos. Tras diagnosticar la lesión, se plantea primero un tratamiento conservador basado en: Si el facultativo así lo prescribe, se iniciará un tratamiento farmacológico con efectos analgésico y antiinflamatorio para controlar la inflamación y el dolor. El cese o disminución de la actividad deportiva. Simultáneamente es recomendable y/o necesario iniciar un programa de fisioterapia que permita tratar la tendinitis y restablecer la estabilidad de la pelvis. En primer lugar, se realizará una valoración a nivel pélvico para saber si existen déficits de fuerza muscular. Constará por lo general de los siguientes ejercicios: Movilidad pasiva Movilidad activa sin dolor Trabajo isométrico de aductores, abductores, recto anterior abdomen y oblicuos Crioterapia   tras la sesión de fisioterapia. En los casos en que la pubalgia se vuelva recurrente, puede ser necesario suspender la práctica deportiva asociada con esta condición, e incluso tener que recurrir a la cirugía como tratamiento si el conservador no es eficaz ni se observa ningún tipo de mejora. Prevención Como en cualquier otro tipo de lesiones, el objetivo es prevenirla con un buen calentamiento previo a la actividad física a realizar y evitando aquellos movimientos o gestos mal ejecutados que puedan llevarnos a lesionarnos. Reforzar la musculatura estabilizadora de la cadera, que será valorada anteriormente por el fisioterapeuta para determinar las posibles alteraciones entre agonistas y antagonistas. Dosificación de las cargas de trabajo . Cuando notemos molestias, parar y si es posible intentar descansar. El descanso es uno de los mejores recuperadores.
Pruebas de Esfuerzo
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Pruebas de Esfuerzo

Aunque nos cuidemos y hagamos mucho deporte, los años pasan para todos y nuestro cuerpo, que está formado por una serie de mecanismos, sistemas, órganos… que funcionan de manera coordinada para conseguir adaptarse a las necesidades de cada circunstancia y momento vital, cambian. Estudios como la prueba de esfuerzo nos ayudarán a entender estos cambios y adaptaciones. Cómo cambiamos Cuando somos pequeños las reacciones fisiológicas, nuestro metabolismo… trabaja con unos parámetros determinados. Los objetivos en esta etapa son crecer y desarrollarse y, por tanto, las adaptaciones, aunque son en esencia las mismas que en la etapa adulta, varían para conseguir esos objetivos. Con el paso de los años , nuestro organismo experimenta cambios y no reacciona con la misma “solvencia” ante situaciones que previamente nos podían suponer un menor esfuerzo. Esas adaptaciones ocurren también cuando hacemos deporte, cuando nos exigimos más. En muchas ocasiones, somos nosotros mismos los que no somos conscientes de que los años pasan y de que esos cambios requieren de atención, de una valoración real para poder  ejercitarnos, no sólo para obtener el mayor numero de beneficios para la salud, sino para hacerlo en la mejor de las condiciones y con la máxima seguridad. Ello sólo se podrá conseguir si tenemos la información necesaria y actualizada, porque cuando pasan los años, en general, la capacidad de adaptación ante esfuerzos varía y suele hacerlo a la baja. Desde hace años la ergometría o la prueba de esfuerzo es la prueba principal para poder obtener los datos más precisos relativos a las reacciones fisiológicas agudas al hacer ejercicio. Con este tipo de pruebas lo que se busca es obtener la máxima cantidad de información relacionada con el esfuerzo en un ambiente controlado y de manera personalizada. Cuando una persona, tenga la edad que tenga y sea del género que sea, se somete a una ergometría los parámetros que se pueden controlar son , entre otros: Actividad cardiaca (electrocardiograma y frecuencia cardíaca) Frecuencia respiratoria Ventilación y consumo de oxígeno Actividad cardíaca Poder monitorizar al paciente mediante electrodos pegados a su pecho mientras camina, corre o pedalea nos dará una idea muy concreta de cuál será su respuesta ante una situación de exigencia física como puede ser la práctica deportiva. El electrocardiograma (ECG) de una persona en esfuerzo puede variar mucho del que puede tener en reposo . No sólo aumenta la frecuencia cardiaca, reacción lógica por el hecho de que el corazón debe bombear mayor cantidad de sangre a los tejidos, sino que pueden existir alteraciones en el ECG que en reposo no aparecen, pero sí en esfuerzo. De hecho, la ergometría es también una prueba diagnóstica utilizada en los servicios de cardiología por los especialistas. Las reacciones del sistema cardiovascular son las mismas ante un esfuerzo para alguien enfermo que para alguien sano pero la diferencia radica en que quien sufre una patología no parte de un órgano o sistema sano, sino que éste presenta un problema que va a obligar al corazón a adaptarse al esfuerzo con dificultades. Para alguien enfermo subir unas escaleras puede suponer el mismo o mayor esfuerzo que para una persona sana realizar un sprint. Con una prueba de esfuerzo esta adaptación puede estudiarse y valorarse. Es el mismo estudio, pero con individuos que presentan características diferentes. Volviendo a las alteraciones del ECG, en éste se pueden encontrar algunas que pueden requerir de estudios más completos y rigurosos, pero que sin haber realizado previamente esta prueba hubieran pasado desapercibidos y quizá “dar la cara” más adelante de manera negativa. Estudios respiratorios En cuanto a la valoración de los estudios respiratorios, conocer cuál es el consumo de oxígeno en una situación de exigencia es muy útil, sobre todo para aquellos deportistas que quieren aplicar los resultados de la prueba para mejorar su rendimiento. La ventilación durante el ejercicio aumenta en función de las necesidades del organismo, suele ser un aumento proporcional hasta que se llega a un punto máximo en el que esta proporcionalidad se pierde, y no se es capaz de oxigenar adecuadamente. Este efecto metabólico puede estudiarse cuando a la prueba de esfuerzo se le añade el análisis de gases. El deportista en este caso, además de estar monitorizado a nivel cardiaco, lleva una mascarilla que se conecta mediante una serie de tubos a un analizador. El deportista respira de manera normal, aunque hasta cierto punto incómodo, por la mascarilla, y de este modo se pueden estudiar cuáles son sus niveles de oxigeno, dióxido de carbono y el intercambio que existe entre ambos para obtener diferentes coeficientes y variables, que podrán a posteriori ser útiles para su rutina de entrenamiento. ¿SABÍAS QUE… Además de estos parámetros, e xisten otros como la determinación de lactato, que pueden añadirse a este tipo de pruebas . Esta determinación es importante en el caso de deportes de resistencia ya que permite conocer el nivel de rendimiento y controlar, así, las cargas de entrenamiento. Para la obtención del lactato y la posterior realización de la curva de lactato, se necesitan pequeñas muestras que se obtiene de pequeños pinchazos en el lóbulo de la oreja o del pulpejo de los dedos del deportista. Con un equipamiento especial, se miden los niveles de lactato a lo largo de la prueba. Cómo se realiza la prueba de esfuerzo Todos estos resultados se pueden obtener tras la realización de una prueba de esfuerzo. Estas han evolucionado mucho y en la actualidad son mucho más modernas y específicas , pero las más habituales siguen basándose en el ejercicio realizado encima de un tapiz rodante o en una bicicleta. En general, al ser la bicicleta un equipamiento más pequeño y asequible suele ser el tipo de prueba de esfuerzo que más se utiliza, pero en principio el tipo de prueba debería adaptarse a las características técnicas del deporte que practica quien se somete a la prueba. Un ciclista no va a tener la misma capacidad de adaptación sobre una cinta que sobre una bicicleta que es su “modus vivendi” y lo mismo ocurre con aquel profesional que corre más que pedalea. En cualquier caso, realizarse una prueba de esfuerzo se tenga el nivel que se tenga es una recomendación básica para todo aquel que quiere “sumar salud” haciendo deporte.
Procesos y Fases de la Rotura de Ligamentos
Artículo especializado

Procesos y Fases de la Rotura de Ligamentos

No se puede hablar de rotura de ligamentos sin hacerlo de esguince, una de las lesiones más frecuentes, que afecta sobre todo a los tobillos, los pies, las rodillas y las muñecas. Sin embargo, también los vemos en la columna cervical, hombro, codo y cadera.  Porque… ¿es lo mismo rotura parcial que esguince grado II?, ¿y rotura completa que esguince grado III? Ahora saldremos de dudas. El ligamento es una estructura semielástica formada por fibras de tejido conectivo que unen dos articulaciones y les confiere estabilidad y movimiento. La lesión más frecuente que puede sufrir un ligamento es, con diferencia, un esguince. En la mujer el más común es el de tobillo y en el hombre el de rodilla. La torcedura o entorsis durante la práctica de actividad deportiva (futbol y básquet los más comunes) es el mecanismo más frecuente de lesión, pero también al bajar las escaleras, en un bordillo, en un socavón. En ocasiones, la torcedura conlleva a la caída al suelo y, por tanto, a una contusión ósea directa sobre la zona. Según la fuerza de torsión, distensión o giro de la articulación la lesión provocada puede alcanzar diferentes grados de gravedad. En general, si se oye un chasquido articular asociado al mecanismo de torsión suele indicar lesión más grave (incluso rotura de ligamentos) pudiendo asociarse a una fractura ósea. Otros síntomas sugerentes de gravedad podrían ser: dolor intenso con impotencia funcional absoluta, inflamación inmediata, aparición de hematoma, deformidad, bloqueo articular o inestabilidad. En definitiva, llamamos esguince de ligamento a la lesión provocada por una distensión brusca en la articulación afecta . Un estiramiento de intensidad superior a la elasticidad propia del ligamento provoca que las fibras del mismo se estiren o elonguen más de lo normal pudiendo llegar incluso a romperse. Tipos Según el grado de distensión o fuerza transmitida al ligamento durante la torcedura podremos encontrarnos un esguince de ligamento grado I o leve (lesión de menos del 5% de fibras del ligamento), un esguince de ligamento grado II o rotura parcial (lesión de menos del 50% de fibras del ligamento) o un esguince de ligamento grado III o rotura completa (lesión del 100% de fibras del ligamento). Si la rotura es completa tendré una inestabilidad en esa articulación. Es importante afinar el diagnóstico y el grado de gravedad pues va a condicionar el tratamiento y el tiempo de recuperación. ¿Qué debo hacer si sufro una torcedura en una articulación? La primera medida, siempre, es aplicar hielo local (no directamente sobre la piel. Se debe interponer un paño para evitar la lesión cutánea del frío directo. Seguidamente hay que acudir a urgencias donde te evaluaremos y te trataremos. Es evidente que se deben valorar todos los ligamentos que componen la articulación (los ligamentos del compartimento interno y externo) así como su estabilidad. No podemos obviar la palpación ósea de dicha zona pues es frecuente encontrarse pequeños arrancamientos óseos en caso de torcedura y distensiones severas. Durante la exploración, podremos apreciar si se trata de un esguince grado I o leve, o bien si existe una lesión de mayor magnitud que pudiera haber roto el ligamento parcial o totalmente. ¿Cómo lo sabemos? Simplemente porque la articulación estará inestable en caso de rotura completa. Solicitaremos, en primer lugar, una radiografía para descartar una lesión ósea asociada a la ligamentosa. Si detectamos una lesión ósea y precisamos continuar el estudio podremos solicitar un TAC. Nuestra valoración de urgencias finaliza con la colocación de un vendaje (que variará en función de la lesión). La llamaremos fase aguda o de inmovilización. En un esguince grado I colocaremos un vendaje simple y funcional, mientras que en una lesión grado II-III precisaremos colocar un vendaje compresivo para tratar la inflamación aguda. Indicaremos una pauta médica y un tratamiento antitrombótico (si se trata de una lesión que precise inmovilización prolongada). Recomendaremos descarga de la articulación mediante muletas (extremidades inferiores) o cabestrillo (extremidades superiores) para disminuir la inflamación aguda. En la siguiente visita de control revaloraremos nuevamente la estabilidad articular. Si sospechamos de una rotura En caso de sospecha de rotura de ligamento continuaremos nuestro estudio mediante la solicitud de una prueba diagnóstica que valore las partes blandas , pudiendo ser una ecografía o una resonancia magnética nuclear (RMN). Ya sabes que los ligamentos no pueden visualizarse en una radiografía. Actualmente se solicita la resonancia por la riqueza de información que nos aporta. Mientras esperamos el resultado de esta prueba seguimos el tratamiento médico según la evolución de la lesión. Una vez tenemos el resultado en la mano, es cuando debemos concretar el tratamiento definitivo.  Si tan sólo se diagnostica una rotura parcial del ligamento la trataremos de forma convencional hasta su curación. Sin embargo, en caso de rotura completa de ligamento (también llamado esguince grado III) vamos a valorar diferentes condicionantes que nos llevará a decidir la mejor opción terapéutica. Qué tener en cuenta a la hora de tratar una rotura completa En la decisión de tratamiento de una rotura completa de ligamento entran en juego muchos factores : edad del paciente, actividad deportiva habitual, actividad habitual, comorbilidades, etc. El tratamiento puede ser ortopédico (con vendaje ya sea compresivo o yeso) o quirúrgico (con intervención quirúrgica), en función del perfil del paciente y los riesgos quirúrgicos que le pueda acarrear. En el caso de un deportista profesional siempre se opta por la opción quirúrgica por tratarse de la opción más rápida de estabilizar y recuperar la lesión. Independientemente del tratamiento realizado, tras un periodo de inmovilización se requerirá, sin duda, un tratamiento rehabilitador-fisioterápico. Será la fase subaguda o de rehabilitación funcional que finalizará con la fase de curación. Tiempo de recuperación En función del grado de lesión, el tiempo de recuperación va a cambiar sustancialmente. Así en un esguince grado I estaremos recuperados en tres o cuatro semanas, mientras que un esguince grado II puede requerir de seis a ocho, y uno de grado III puede prolongarse más de tres meses. En todos los casos se recomienda, sin embargo, un tratamiento rehabilitador para volver a poner la articulación en marcha tras el periodo de inmovilización (cuanto más largo vamos a necesitar más rehabilitación). Antes de pasar por todo esto, ¿puedo prevenirlo de alguna manera? Sé que lo sabes, pero tenemos que insistir: no te olvides de calentar el músculo y las articulaciones antes de iniciar el ejercicio . Facilitará el estiramiento de las fibras durante el mismo y en caso de lesión es posible que evitemos la rotura completa del ligamento. En caso de lesión, no dudes en acudir a urgencias.
Cómo Tratar una Rotura Fibrilar
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Cómo Tratar una Rotura Fibrilar

Antes de nada, sería importante explicar qué es una rotura fibrilar y cómo la vamos a diagnosticar . A partir de aquí explicaremos qué podemos hacer para acelerar la recuperación de la misma y las casusas más frecuentes de consulta. ¿Qué es una rotura fibrilar? El músculo está compuesto por diferentes fibras musculares que se contraen y alargan produciendo el movimiento. Cuando hay una rotura o desgarro de alguna de estas fibras, el resto ha de compensar la fuerza que hacían las rotas para poder realizar el mismo movimiento. Por desgracia, en muchas situaciones el resto de fibras son incapaces de suplir la función y producen dolor y dificultad al movimiento, impidiendo que el músculo con las fibras dañadas pueda realizar bien su papel. ¿Cómo se produce? El mecanismo lesional de una rotura fibrilar o desgarro muscular puede ser de tres formas : Directo : un golpe en el músculo puede producir la rotura de alguna de las fibras musculares. Indirecto : por una elongación del músculo por encima de sus posibilidades. Una contracción y elongación repentina y rápida . ¿Cómo lo diagnosticamos? Cuando se produce la lesión, se manifiesta con impotencia funcional (no se puede mover como debería) y dolor muy localizado . Esto ya nos puede dar un diagnóstico diferencial, pero es mediante una ecografía como podremos evidenciar la lesión y conocer qué alcance tiene. ¿Qué músculos suelen ser los más afectados? Los músculos más afectados suelen ser los que están implicados más directamente en la actividad física, es decir, soleo, gemelo, cuádriceps, isquiotibiales, bíceps y tríceps . Es importante saber que, pese a que la lesión se encuentre en un músculo u otro el tratamiento es, a grandes rasgos igual: una fase aguda, una segunda fase y la fase de introducción a la actividad física. Aquí es importante que el fisioterapeuta intente buscar estrategias de tratamiento amenas para el paciente y que le resulten fáciles de realizar con el objetivo de que haya una adherencia al tratamiento. ¿Qué alcance y pronóstico tiene una rotura? Las roturas fibrilares o desgarros musculares van desde unos milímetros a un desgarro total del músculo , pasando por roturas de centímetros. La duración/tiempo de curación de la lesión lo marcará la cantidad de rotura y la zona en la que se haya producido. No es lo mismo una lesión de 3 cm en el bíceps que en el soleo, ya que es más fácil inmovilizar el bíceps que el soleo, que está implicado en el acto de caminar. Y no es lo mismo un desgarro del gemelo, que implica pasar por quirófano, que una rotura de 5 cm en la que con tratamiento de fisioterapia sería suficiente. Respecto a la curación y vuelta a las actividades de la vida diaria, en términos generales se habla de que una rotura cicatriza a 1cm por semana, si bien es cierto que esto sucede en condiciones idílicas en las que el paciente hace reposo y sigue las pautas que le marca el fisioterapeuta… en los casos en los que no es idílico suele ser 1 cm cada semana y media o dos semanas. ¿Qué tratamiento habría que seguir? El tratamiento en estos casos es sencillo . En una primera fase aguda donde se produce la lesión es importante aplicar hielo , ya que éste producirá una vasoconstricción que impedirá que el hematoma que salga sea más grande. Una vez el paciente está en consulta, vemos que la comunidad médica está un poco dividida ya que hay estudios que indican que un estiramiento durante la fase de consolidación de las fibras ayuda a que éstas se alineen correctamente y la cicatriz sea menor. Pero por otro lado están los que se basan en no hacer ningún estiramiento y simplemente recomiendan reposo para que se consoliden correctamente sin seguir lesionándose. En mi caso, opto por un tratamiento basado en estiramientos pasivos en una primera fase y activos según vamos evolucionando. Paralelamente lo combinamos con kinesiotape en forma de pulpo para conseguir un efecto de drenaje de la linfa y el hematoma. Si bien es cierto que pido reposo relativo, es decir, si la lesión es del soleo, no salir a correr, pero sí caminar a comprar el pan y volver a casa, por ejemplo. ¿Qué puedo hacer para la prevención de todo esto? Muchos dicen que si estiramos correctamente se evitarán lesiones, tanto de tendinitis como de desgarros musculares, pero la evidencia nos dice lo contrario. Estirando no se previenen más lesiones . Mi recomendación sería realizar estiramientos dinámicos para calentar y también de propiocepción (equilibrio). Con estos últimos se enseña al músculo cómo ha de actuar ante una situación límite o adversa, de tal manera que cuando se vaya a producir la lesión, el músculo sepa cómo actuar y en la medida de lo posible sea capaz de reducir o incluso prevenir la lesión. Hace seis meses que tuve una rotura fibrilar y pese a que está consolidada me sigue haciendo daño… ¿Es normal, que puedo hacer? En este caso hablaríamos de una rotura fibrilar en estadio crónico . Esta se produce porque la cicatriz muscular es muy grande y ha generado fibromas o mala alineación de las fibras. Ante esta situación, un tratamiento que funciona muy bien es el de electrolisis percutánea intratisular (EPI). No obstante, existen otros métodos efectivos, como el masaje tipo “ciriax” que “rompe” fibras con el objetivo de volverlas a consolidar correctamente. ¿Puedo curarme solo, o es necesario acudir al fisioterapeuta? Por supuesto que puedes curarte tú solo en casa sin necesidad de acudir a un fisioterapeuta, el cuerpo humano es sabio y sabe atenderse a sí mismo. Pero sí es cierto que el fisioterapeuta te dará unas pautas a seguir con el objetivo de evitar que la lesión se cronifique y de conseguir que el tiempo de de reintroducción a las actividades de la vida diaria sea el menor posible.
En Qué Consiste la Terapia Manual
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En Qué Consiste la Terapia Manual

Los fisioterapeuta somos conocidos como los terapeutas que tratamos una dolencia a través de las manos, y así es, aunque también es cierto que la mayoría de veces se asocia la terapia manual con el masaje o masoterapia, y ésta no sólo se reduce a ello. El tratamiento manual dentro del abordaje en fisioterapia ofrece un gran abanico de opciones para la recuperación de la disfunción que se presenta basada en el estudio de la biomecánica del cuerpo . Qué entendemos por terapia manual La terapia manual es un conjunto de métodos que actúan sobre el tejido muscular, óseo y nervioso . Se aplica con una finalidad terapéutica. A través de la intervención manual y no invasiva se pretende normalizar alteraciones que aparecen en la función del organismo.  Para su correcta aplicación se debe tener un conocimiento sobre la biomecánica del cuerpo humano para detectar la lesión para después liberar y facilitar la movilidad irrumpida. Es un sistema basado en la evidencia científica , lo que significa que la metodología empleada es sometida a un estudio clínico minucioso en el cual se demuestra su efectividad en los sujetos a tratar. Además, existe una investigación continúa para mejorar y optimizar los diferentes tratamientos. Del antiguo Egipto a nuestros días Las primeras maniobras se remontan al antiguo Egipto y tenían un motivo religioso , posteriormente en China a través de la Medicina Tradicional China, pasando también por la Grecia clásica con Hipócrates, Roma con Galeno y Oriente Medio con Avicena los cuales aplicaron tratamientos manuales para tratar afecciones del sistema neuromúsculo-esquelético. Más tarde, el traumatólogo británico James Cyriax (1930) fue uno de los referentes de la terapia manual, y fue el que introdujo el rol del fisioterapeuta como terapeuta manual. Desde entonces, la medicina manual ha evolucionado hasta el día de hoy, donde se encontramos diferentes disciplinas como la Fisioterapia, Osteopatía o Quiropraxía, entre las más conocidas. ¿Cómo se aplica en el paciente? La metodología es minuciosa: Primero se realiza una exploración física basada en el razonamiento clínico que permitirá un correcto diagnóstico en fisioterapia y el posterior planteamiento del tratamiento. Las pruebas complementarias como radiografías, resonancias o ecografías también proporcionan información relevante que condicionarán dicho tratamiento. El tipo de paciente que solemos encontrar en la clínica del fisioterapeuta suelen ser personas que presentan esguinces, dolencias en diferentes articulaciones (hombro, cadera y rodilla por lo general) asociadas a procesos reumatoides, meniscopatias o tendinopatias por un traumatismo o sobreesfuerzo, cervicalgias, dorsalgias o lumbalgias. Después de realizar la exploración física, se pauta un tratamiento , en el cual se interviene de forma manual con la intención de disminuir el dolor y restablecer el movimiento normal de la extremidad. Se debe tener en cuenta que cuando hay dolor consecuentemente existe una restricción del movimiento, por lo que, para poder devolver el movimiento normal de la extremidad, primero se debe mitigar el dolor. Por ello es frecuente combinar la terapia manual con la electroterapia, que son diferentes aparatos que facilitan el proceso de regeneración. Hay que tener presente que se trata de un complemento al tratamiento manual y no un tratamiento único. ¿En qué estructuras del cuerpo interviene? La terapia manual interviene en los diferentes tejidos del cuerpo , para ello existen diferentes técnicas para abordar las disfunciones correspondientes a cada estructura: Articular : se utiliza cuando hay un bloqueo articular, en la columna vertebral por ejemplo, si se ejerce una fuerza externa a forma de tracción se pueden separar las vértebras para liberar el bloqueo. Miofascial: está indicado para restablecer disfunciones en el tejido muscular, ligamentoso y tendinoso. El masaje funcional o liberación miofascial a través de los puntos gatillo son las técnicas más utilizadas. Neural : la técnica utilizada se llama neurodinamia. Se utiliza para liberar el atrapamiento de un nervio entre las estructuras que éste atraviesa. Es una técnica que se utiliza, por ejemplo, para tratar el famoso Síndrome del Túnel Carpiano, que es un atrapamiento del nervio mediano a nivel de la muñeca que provoca debilidad y hormigueo en la mano. Visceral : son masajes y presiones que se aplican con el objetivo de tratar afecciones relacionadas con las vísceras, como por ejemplo el estreñimiento o inflamaciones en órganos que pueden provocar un dolor irradiado. ¿Por qué es tan importante la terapia manual en fisioterapia? Es la herramienta principal del fisioterapeuta , gracias a ella y al conocimiento de la biomecánica del aparato locomotor permite crear un diagnóstico en fisioterapia y pautar un tratamiento adaptado al paciente. Interviene en muchos campos, por lo que una gran mayoría de pacientes pueden verse beneficiados independientemente de que presente un cuadro agudo o crónico o dependiendo de su etiología: reumatológica, neurológica, traumatológica, visceral, uroginecológica, pre y post-cirugía, etc.
Qué Es una Tendinopatía
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Qué Es una Tendinopatía

¿Qué es un tendón y para qué sirve? Ante todo, vamos a recordar que un tendón es un haz de fibras de tejido conjuntivo semielástico que une el músculo al hueso . Más claramente, es como una goma elástica que confiere al músculo la capacidad de extenderse. ¿Y qué pasa si esta goma se inflama por cualquier motivo? Hablaríamos de una tendinitis, que es un tipo de tendinopatía. ¿Tendinitis o tendinopatía? Para ser puristas no. La tendinitis es una inflamación del trayecto tendinoso que produce dolor, incapacidad funcional e incluso crepitación. En cambio, deberíamos utilizar el término tendinopatía para hacer referencia a cualquier afectación del tendón, sea o no tendinitis . Entonces, ¿existen otras lesiones en el tendón diferentes a la tendinitis?  Por supuesto que sí: ruptura parcial o total del tendón, calcificación intratendinosa, desinserción tendinosa y tendinosis (degeneración de las fibras que componen el tendón, normalmente como consecuencia de la edad). Ahora ya tenemos claro que una tendinitis es un tipo de tendinopatía . Por ello, ante una afectación del tendón, si no tenemos la certeza de que se trate de una inflamación o tendinitis, debemos usar el término de tendinopatía. ¿Cuál es el principal síntoma que debe hacernos pensar en una tendinopatía? El dolor intenso al realizar algún movimiento en el que se vea involucrado ese tendón y, por extensión, la incapacidad funcional de la zona. Un dolor en el tendón puede ser debido a una simple posición forzada al dormir cuya evolución va a ser buena a las pocas horas. Sin embargo, puede debutar así un problema de tendón, de un día para otro y sin ningún traumatismo desencadenante. Tengo que decirte que, cuando esto ocurre, es porque el tendón hace tiempo que sufre alguna patología. ¿Por qué se originan las tendinopatías? Las tendinopatías pueden ser causadas por factores muy diferentes . Estos son los más relevantes: Sobrecarga tendinosa : es frecuente en el ámbito laboral pero no olvidemos que también utilizamos el tendón cuando realizamos actividad deportiva o cuando jugamos con nuestros hijos, por ejemplo. Microtraumatismos repetitivos : una simple calcificación puede ser la causante de un dolor insoportable en una articulación (muy frecuente en el hombro). Sería el equivalente a un cálculo renal, pero, en nuestro caso, el depósito de calcio u otro material sería en el espesor del tendón. Degeneración fisiológica : por desgaste. Alteraciones anatómicas : es posible que los espacios por lo que discurren los tendones se vean comprometidos por deformidades óseas que conlleven a desequilibrios biomecánicos. ¿Qué hacer en caso de sospechar una tendinopatía?  Debemos acudir a visita médica . Tanto el traumatólogo como el reumatólogo pueden abordar esta patología al inicio. Cuando los recursos médicos se agotan y debe recurrirse a la cirugía es el traumatólogo quién la realiza. ¿Cómo se confirma el diagnóstico? En la mayoría de los casos los síntomas que manifiesta el paciente son decisorios. Debemos confirmar el diagnóstico mediante una exploración física exhaustiva y, muy probablemente, mediante una prueba complementaria . ¿Qué pruebas son necesarias? Normalmente la primera prueba que se realiza ante un dolor en una articulación es una radiografía para ver la calidad ósea y descartar la posible presencia de una calcificación, por ejemplo. Pero no olvidemos que los tendones son radiotransparentes por lo que no nos va a ser posible estudiar su trayecto en una radiografía. Si realmente la sospecha de lesión tendinosa es alta vamos a precisar la realización de una ecografía o una resonancia magnética nuclear para llegar al diagnóstico definitivo. Tratamiento Una vez se llegue al diagnóstico de certeza tenemos que abordar el tratamiento más indicado para cada caso. La batería de tratamientos utilizada es muy amplia. Voy a tratar de darte una pincelada al respecto. En fase aguda se opta por la inmovilización temporal de la articulación afecta, la aplicación de hielo local y el tratamiento mediante antiinflamatorios vía oral.   En fase subaguda puede realizarse tratamiento rehabilitador o fisioterapia . Cuando el proceso se cronifica se recurren a otras alternativas terapéuticas como la infiltración local de corticoides (en ocasiones es preciso realizar más de una infiltración), la infiltración de plasma rico en factores de crecimiento (PRFC) y la artroscopia (que permite la visualización y reparación del tendón dañado). PLASMA RICO EN FACTORES DE CRECIMIENTO, EN QUÉ CONSISTE Por su importancia en la actualidad, vamos a hacer especial hincapié en el tratamiento mediante PRFC (Plasma Rico en Factores de Crecimiento). Se obtiene a partir de una extracción de sangre de la propia persona en la que se separan sus componentes en dos: Plasma Rico en Plaquetas (PRP) y Plasma Pobre en Plaquetas (PPP). Del primero se obtiene un gel de proteínas rico en plaquetas que se inyecta en el lugar afectado . Es, pues, un producto autólogo (obtenido del propio paciente) y, por tanto, bioseguro. Induce la liberación de factores de crecimiento plaquetarios con propiedades biológicas que favorecen la regeneración de los tejidos.  Es una de las opciones terapéuticas en pacientes con procesos artrósico-degenerativos, aunque, como el resto de tratamientos, no todos los pacientes tratados obtienen el beneficio esperado. Los objetivos que persigue son el alivio del dolor y el mantenimiento de su capacidad funcional. Finalmente, cuando se ha controlado el dolor, se recomienda ejercicio terapéutico (ejercicios musculares isométricos e isotónicos moderados) para fortalecer el tendón. Se intenta la reincorporación del paciente a su actividad cotidiana de manera progresiva para recuperar la calidad de vida anterior. Consejos para prevenir Realiza un calentamiento previo al inicio de la actividad deportiva, así como estiramientos musculares antes y después de la misma. Evita realizar movimientos repetitivos (establece periodos de descanso entre ellos). Aplica frío local tras la práctica deportiva. Aborda el dolor incipiente antes de que se desencadene la tendinopatía.
Cómo se Trata la Trocanteritis
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Cómo se Trata la Trocanteritis

Es una de las causas más frecuentes de dolor de cadera , pero ¿habías oído hablar alguna vez de la trocanteritis (también llamada bursitis trocanterea o síndrome del trocánter mayor)? Se trata de una inflamación local en la cara externa de la cadera, concretamente en un área anatómica del fémur llamada trocánter donde hay una bursa (bolsa con líquido sinovial, que actúa a modo de cojín alrededor de una articulación entre huesos, tendones y/o músculos. A quién suele afectar Se da mucho más frecuentemente en mujeres (tres veces más que en hombres) aunque también es muy común en corredores de fondo y ciclistas por sobrecarga mecánica, y en porteros de fútbol por caídas repetidas hacia el mismo lado. Aunque puede presentarse a cualquier edad, predomina entre los 40 y los 60 años y es más frecuente en personas obesas. Síntomas Típicamente suele debutar con un dolor en la cara externa o lateral de la cadera , que aumenta con los movimientos de rotación y separación de las piernas. Se detecta aumento del dolor al sentarse o subir escaleras y durante la noche al acostarse sobre el lado afectado.  Es muy frecuente la irradiación del dolor hacia la rodilla, por la cara externa del muslo, por lo que puede confundirse fácilmente con otras patologías como una ciática. Diagnóstico El diagnóstico es fundamentalmente clínico (guiándonos por los síntomas que manifiesta el paciente). Sin embargo, es preciso realizar una exploración exhaustiva donde evidenciamos si existe dolor a la palpación selectiva de la región externa de la cadera (trocánter) y observamos aumento de dolor con el movimiento (al flexionar y rotar hacia afuera la cadera). Los dolores de la trocanteritis se caracterizan por no permitir al paciente dormir de costado (apoyado sobre esa cadera), lo que obliga a buscar una postura antidolorosa, dando como resultado un sueño intranquilo. También suelen presentarse molestias al subir escaleras, comenzar a andar después de estar sentado o tras una actividad deportiva. ¿Has tenido alguna vez unos síntomas parecidos? Entonces sabrás que es un dolor bastante invalidante pues limita las actividades de la vida diaria tan básicas como tumbarse de lado sobre la cadera, caminar, cruzar las piernas, sentarse sobre una superficie dura o conducir. ¿Es necesaria alguna prueba diagnóstica para llegar al tratamiento? En principio, una buena exploración tras escuchar con atención los síntomas que manifiesta el paciente puede ser suficiente para llegar al diagnóstico. Sin embargo, solemos recurrir a las pruebas complementarias para descartar una posible causa desencadenante como puede ser una calcificación en dicha zona. Una radiografía, si bien es cierto que, en muchas ocasiones, no nos aporta información relevante, en otras sí nos permite visualizar, por ejemplo, la presencia de una calcificación peritrocantérea. En cuanto a la ecografía , podemos estudiar las partes blandas pudiendo valorar si existe líquido o derrame en forma de bursitis trocantérea. Una resonancia magnética nuclear nos permite visualizar con más detalle la bursa y la inserción del grupo muscular que se inserta en esta región anatómica. No obstante, antes de etiquetar este dolor en la cadera debemos descartar otras entidades médicas . Hemos de considerar que no todos los dolores de la cara externa de la cadera son debidos a una trocanteritis. De entre otras posibles causas podríamos citar una tendinitis, un dolor de ciática, una sacroileítis, un dolor artrósico… Se debe pensar en todas estas posibles causas. Tratamiento El tratamiento va a depender del grado de afectación y del tiempo y la forma de evolución . Así, en dolores incipientes y leves puede ser suficiente la aplicación de frío local, el reposo relativo y la toma de algún analgésico o antiinflamatorio en fase aguda. Sin embargo, en dolores más invalidantes o de instauración brusca se puede requerir una infiltración local e, incluso, un tratamiento rehabilitador específico (onda corta, aparatos de infrarrojos o magnetoterapia). Consejos en caso de dolor debido a una luxación Evitar dormir del lado del dolor (la presión continuada sobre la prominencia ósea de la cadera va a empeorar nuestro dolor). Aplicar frío local Tomar un tratamiento sintomático para el dolor (analgésico o antiinflamatorio). Si no mejoramos, en dos o tres días es conveniente acudir a visita médica. No olvidemos que es muy posible la reaparición de síntomas en forma de varios episodios de dolor al año. En este caso, y tras agotar otros recursos terapéuticos, puede contemplarse la posibilidad de cirugía con la finalidad de revisar la zona de dolor y realizar una limpieza quirúrgica. Sería el último eslabón terapéutico. En función de la gravedad, siempre hay un tratamiento indicado . No hay que desanimarse, pues  existe un gran arsenal de tratamientos para el abordaje de la trocanteritis.
De Qué Avisan los Vértigos Cervicales
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De Qué Avisan los Vértigos Cervicales

¿Por qué al hablar de vértigos especificamos que son cervicales? ¿Existen otros tipos de vértigo? ¿En qué casos el dolor cervical se acompaña de sensación de mareo e inestabilidad? El vértigo cervical cursa con síntomas vertiginosos (inestabilidad, náuseas y vómitos) acompañados de sintomatología cervical (en la mayoría de casos por una contractura muscular importante que dificulta el aporte vascular a la zona del oído). La causa más relevante de vértigo cervical es el estrés y su tratamiento, como veremos, debe considerar los síntomas del vértigo y los de la contractura cervical. Una vez conseguida la curación debemos realizar ejercicios posturales a diario para tonificar el músculo y evitar recaídas. En caso de sufrir vértigo cervical es importante iniciar el tratamiento cuando los síntomas empiecen a florecer, pues será más fácil controlarlos. ¿Por qué un vértigo puede ser cervical? El vértigo es una sensación repentina de rotación externa, inestabilidad y desequilibrio que puede acompañarse de sensación nauseosa e incluso vómitos. La duración del cuadro es variable, sin embargo, es una situación muy invalidante para la persona que lo sufre. ¿Qué otros síntomas puedo encontrarme en el vértigo de origen cervical? En general tendremos dolor en la columna cervical junto con hipersensibilidad y contractura muscular en los trapecios . Puede existir dolor selectivo en la región occipital con movilidad disminuida y dolorosa en todo el rango de movimiento y acompañado de sensación de inestabilidad. Este cuadro debe hacernos sospechar de un vértigo cervical.  ¿PENSABAS QUE EL VÉRTIGO SÓLO PODÍA TENER ORIGEN AUDITIVO? Ni mucho menos. Una contractura cervical importante puede comprometer el flujo sanguíneo cerebral y ocasionar un cuadro vertiginoso . En realidad, existen dos tipos de vértigo: uno de origen periférico, donde el oído interno es el principal responsable como regulador del equilibrio, y el otro de origen central, donde el cerebro el responsable. Y ¿por qué una contractura cervical puede ocasionar una sensación vertiginosa? Por conflicto vascular, es decir, ante una contractura importante el aporte vascular hacia el oído puede verse comprometido y ello origina la inestabilidad ante determinados movimientos. Causas Ante la aparición de un vértigo las primeras causas a descartar serían un problema de oído  (tapón de cera, infección, otolitos, neurinoma del nervio acústico) , o un problema cervical (cervicoartrosis, contractura cervical, sobrecarga muscular…). Cuando el posible origen del vértigo se focaliza en la columna cervical debemos hacer hincapié en la exploración de la misma. Debemos palpar la columna cervical ósea, así como la musculatura paravertebral. Es importante solicitar al paciente que realice todos los movimientos cervicales necesarios para explorar esta zona (flexión y extensión, lateralización y rotación). Con mucha probabilidad detectaremos movimientos dolorosos que nos sugerirán el origen preciso del dolor. Es frecuente encontrarnos con una musculatura paravertebral dolorosa o hipersensible a la palpación por tener un tono muscular aumentado. Observaremos que cuando el paciente gira la cabeza nota aumento de su sensación de inestabilidad. Al interrogar al paciente es frecuente que nos confiese una situación de estrés en la esfera personal o laboral , aunque, en muchas ocasiones, se dan ambas situaciones a la vez. ¿Qué aconsejamos en estas situaciones? En fase aguda es importante el tratamiento médico de los síntomas . Posteriormente, debemos abordar las posibles causas y evitar posibles recaídas. Ante todo, debemos tratar el cuadro vertiginoso, tanto la sensación de inestabilidad como los posibles síntomas acompañantes (nauseas o vómitos). Cuando el cuadro vertiginoso comienza a remitir debemos abordar el cuadro cervical según nuestra exploración. Puede ser necesario el uso puntual de un collarín cervical y el tratamiento mediante antiinflamatorios y relajantes musculares. La aplicación de calor local será muy beneficiosa en esta etapa. Cuando los síntomas agudos (vértigo y cervicalgia) comienzan a remitir es cuando recomendamos un tratamiento rehabilitador de columna cervical para mejorar el tono muscular y erradicar los síntomas en su totalidad. ¿Existe alguna terapia alternativa? Desde luego que sí, tengo que mencionártelas, a pesar de no formar parte de la medicina tradicional. Podríamos considerar la acupuntura, la homeopatía y la osteopatía . Las manipulaciones osteopáticas en la zona cervicodorsal y la relajación de la musculatura cervical colaborarán en la mejoría de los síntomas, aunque bajo ningún concepto debemos dejarnos manipular si no se trata de un profesional. ¿Conoces la maniobra de Epley? Se utiliza para el tratamiento del vértigo de origen auditivo y consiste en la manipulación mediante unas maniobras de reposicionamiento de oído interno . Es llevada a cabo normalmente por los otorrinolaringólogos. Su tasa de éxito es alta pero también la de recaídas en menos de un año. Durante la manipulación se desencadenan síntomas vertiginosos que pueden llevar al cese de la prueba por malestar del paciente. ¿Podemos hacer algo para prevenir episodios futuros? ​Es importante potenciar la musculatura paracervical mediante ejercicios de tonificación . Pero también debemos evitar posturas mantenidas durante un tiempo prolongado. Pide cita con un especialista en rehabilitación. Sin esperas, en los mejores centros médicos y con un precio muy competitivo.
Consejos para Empezar a Correr
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Consejos para Empezar a Correr

Si hay una práctica deportiva fácil y barata es la carrera. Unas zapatillas adecuadas y material textil apropiado son suficientes para salir a correr por la ciudad, la montaña o el campo. Sin embargo, es precisamente esa misma facilidad la que puede resultar un “arma de doble filo”. Correr no requiere, además, de ningún centro o instalación deportiva y eso es muy atractivo para quienes no quieren apuntarse a uno y tienen poco tiempo para practicar, por lo que improvisan un poco (deciden cuándo y dónde correr casi en el momento). Pero no hay que menospreciar la actividad en sí porque ni todo el mundo puede empezar a correr “de buenas a primeras” ni correr es el mejor ejercicio en según qué circunstancias. Así que, antes de empezar, cada uno debería hacerse una serie de preguntas. ¿Correr es la actividad más adecuada para mí? Para poder contestar a esta pregunta en la mayoría ocasiones no se dispone de la información suficiente para que la respuesta sea un simple: sí o no. Ver a tanta gente corriendo por las calles de ciudades y pueblos, hace pensar que cualquiera es candidato para correr pero lo cierto es que correr es un deporte de impacto y que también implica un esfuerzo a nivel cardiovascular , por lo que puede estar contraindicado en algunos casos. Respuesta a nivel articular: En efecto, al correr y poner el pie en el suelo, se transmiten una serie de fuerzas que provienen de la misma pisada hacia las articulaciones y ello puede agravar patologías que, por sus propias características debilitan las estructuras que en principio deben dar estabilidad a nuestro cuerpo, así pues, en caso de duda mejor consultarlo con un profesional. Estas mismas fuerzas que se transmiten a las articulaciones pueden verse multiplicadas cuando el corredor presenta sobrepeso. En cada zancada nuestras articulaciones reciben una carga importante de nuestro propio cuerpo, nuestro propio peso . Ese peso puede llegar a multiplicarse por tres cada vez que pisamos el suelo por lo que las articulaciones recibirán hasta tres veces los kilos que pesamos. Es decir, si pesamos 50 kg las articulaciones pueden llegar a recibir 150 kg. Es pues evidente que, en casos de sobrepeso u obesidad, la carrera no sería la opción principal, pero si lo puede ser una marcha rápida en la que el impacto es mucho menor. Respuesta a nivel cardiovascular: No sólo es importante conocerse a nivel de movilidad en cuanto a articulaciones se refiere, sino que también lo es c onocerse a nivel de la respuesta que va a tener nuestro sistema cardiovascular ante un esfuerzo . De ahí que la recomendación será hacerse una revisión que incluya una prueba de esfuerzo cuando sabemos que salir a correr va a formar parte de nuestro día a día. Desde mi experiencia puedo decir que cuando comento este tema con corredores, de entrada l es parece una exageración porque son muchos los que empiezan a correr 30 minutos sin grandes pretensiones. Pero también sé que esos 30 minutos pueden acabar convirtiéndose en un gran reto y si no sabemos cómo vamos a responder ante ello tampoco podremos seguir rutinas adecuadas. Con una prueba de esfuerzo seremos capaces de valorar si corazón y tensión arterial responden adecuadamente y se recuperan correctamente tras un esfuerzo. Es, por tanto, una prueba preventiva pero también diagnóstica, y para quienes quieren conocer un poco más a nivel de su rendimiento deportivo es perfecta. Se recomienda que una prueba de esfuerzo vaya incluida en una visita médica en la que el facultativo pueda también determinar si la existencia de otras patologías contraindica la práctica de la carrera. ¿Dispongo del material adecuado para empezar a correr? Las zapatillas deberían ser la parte de la equipación a la que se le dedique más atención por ser el contacto del cuerpo con el suelo. Y es a partir de aquí cuando se puede minimizar el riesgo de lesiones . Hay quien tiene unas zapatillas en el armario para las cuales ya han pasado unos años, pero como “están casi nuevas” las seguimos utilizando. Efectivamente, puede ser que parezca que están en perfectas condiciones, pero hay que tener presente que el material del que está hecho el calzado puede deteriorarse con el paso del tiempo aunque no se les haya dado un uso excesivo. Lo primero que hay que valorar es qué tipo de calzado se necesita en función del sexo (mujer u hombre), superficie por la que se va a correr (asfalto o tierra), el tipo de pisada (pronador, supinador o neutro) y el peso. No son muchos los corredores principiantes que se fijan en estas tres variables, pero son esenciales para evitar posibles lesiones, así como para sacarle el máximo rendimiento a unas zapatillas que en ocasiones cuestan un dinero que debe verse como una inversión más que como un gasto. Ser hombre o mujer determina que la forma del pie sea diferente y, por tanto, la zapatilla tendrá una forma adaptada a las necesidades anatómicas de cada quien. El tipo de superficie va a influir en el tipo de suela que llevará la zapatilla ya que si se escoge la montaña la suela deberá presentar un mayor agarre. El tipo de pisada es un factor en el que hay que fijarse ya que la zapatilla va a ofrecer ventajas para unos. Tanto el supinador como el pronador, pisar hacia fuera o hacia dentro) van a requerir de una mayor estabilidad en el momento de la carrera y será la propia zapatilla que está pensada para ello quien se la proporcione. Por último, el peso tiene importancia en cuanto a la amortiguación se refiere. El calzado es un buen aliado para evitar lesiones y la amortiguación puede minimizar el riesgo de lesión. ¿Cuál es el objetivo? Saber cuál es la meta es algo necesario para poder establecer una rutina donde la progresión sea la base del entrenamiento. Establecer retos a corto plazo y felicitarse cuando se consiguen es una muy buena opción para ir avanzando, pero siempre, siempre, debemos escuchar a nuestro cuerpo.
Tratamiento de una Contractura Muscular
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Tratamiento de una Contractura Muscular

Todos podemos diferenciar cuando tenemos un músculo contracturado al sentirlo duro y doloroso al tacto o a la presión . También es habitual notar cómo no podemos realizar movimientos habituales por falta de fuerza y dolor. Es en ese momento cuando podemos decir: “tengo una contractura”. Y no se asocia al ejercicio, sino más bien a lo contrario, pues el sedentarismo es una de las causas, así como posturas estáticas. La RAE define contractura  como contracción involuntaria, duradera o permanente, de uno o más grupos musculares. Puede aparecer al realizar un esfuerzo y entre los síntomas más frecuentes encontramos el abultamiento o inflamación de la zona, dolor y alteración del funcionamiento normal del músculo. S on episodios muy comunes, pero no graves. Tono muscular Para entender cómo se produce una contractura, explicaremos lo que es el tono muscular , también conocido como tensión muscular residual o tono. Es la contracción parcial, pasiva y continua de los músculos . Ayuda a mantener la postura y suele decrecer durante la fase REM del sueño . De aquí podemos deducir la importancia del sueño y descanso reparador para normalizar el tono muscular de todo nuestro cuerpo. Incluso cuando están relajados los músculos presentan una ligera contracción que limita su elasticidad y ofrece cierta resistencia al movimiento pasivo. Cuando el tono está disminuido hablamos de hipotonía , la elasticidad de músculo es excesiva y su consistencia es blanda, las articulaciones no se encuentran bien fijadas, aún con el músculo contraído, por lo que al moverlas apreciamos flacidez y un movimiento muy amplio. Por el contrario, la hipertonía es un exceso de tono muscular que produce articulaciones fijadas a menudo en posturas anómalas, al intentar moverlas notamos una resistencia. Explicado ya este pequeño inciso, continuamos con el tema a tratar. La contractura muscular puede presentarse como causa o consecuencia de un dolor, se da cuando el músculo no puede realizar un esfuerzo correctamente, ya sea  porque no esté preparado o porque este débil. Cómo sé que tengo una contractura Todos podemos diferenciar cuando tenemos un músculo contracturado al sentirlo duro y doloroso al tacto o a la presión . También se siente impotencia funcional, lo que se explica cómo intentar hacer una actividad física o movimiento y sentir que no se puede realizar normalmente por falta de fuerza y dolor. El diagnóstico de las lesiones musculares se basa en la clínica, fundamentalmente en la sintomatología y especialmente en la anamnesis del mecanismo lesional, y en la exploración física . Los estudios de imagen mediante la ecografía musculoesquelética y la resonancia magnética (RM) son complementarios, a pesar de que cada vez pueden ser más útiles a la hora de confirmar un diagnóstico y sobre todo emitir un pronóstico para el resto de lesiones osteomusculares. Causas comunes Posturas estáticas : hacen que el músculo este en la misma posición por más tiempo del adecuado.  Esto hace que el músculo se fatigue por soportar cargas inadecuadas. Sedentarismo : que se traduce en falta de movimiento. Y a su vez, la falta de movimiento hace que no haya una correcta irrigación sanguínea. Los músculos no estarán en condiciones óptimas, por lo que las contracturas son más susceptibles de aparecer ante cualquier esfuerzo. Estrés : por la liberación de elementos químicos que llevan a la contracción involuntaria y sostenida del músculo. ¿Y cómo se produce? Una contractura se puede formar básicamente como consecuencia de dos procesos: Cuando se le exige al músculo un trabajo superior al que está capacitado de realizar , ya sea puntual e intenso (como en el caso de las lesiones por esfuerzo repetitivo), o bien, por un esfuerzo mantenido, pero no tan fuerte, por ejemplo, al estar en una misma posición inadecuada por algún tiempo. Cuando el músculo está débil y no tiene potencia suficiente  para llevar a cabo trabajos que tiene que realizar. Este es el caso típico de las contracturas de los músculos paravertebrales de un lado específico de la espalda a causa de una escoliosis, ya que un lado de la musculatura se atrofia lo que lleva a la asimetría de cargas y pesos para el otro lado. Tipos de contracturas Básicamente existen dos tipos de contracturas: Durante el esfuerzo : son contracturas que se producen por el acúmulo de desechos metabólicos dentro de la fibra muscular. Lo explicamos: cuando se efectúa un movimiento brusco, los vasos sanguíneos musculares no están preparados para trabajar tan rápido y cuando se liberan los elementos tóxicos provocan al mismo tiempo dolor y contracturas. Esta es una de las razones por las cuales el calentamiento previo al ejercicio es tan importante. Después del esfuerzo: en este caso las contracturas ocurren por el estiramiento de la fibra y/o su trabajo excesivo que hizo en el esfuerzo, lo cual le produce lesiones y dolor. Tratamiento y recomendaciones La pauta de tratamiento de las lesiones musculares no sigue un modelo único , pero la aplicación de calor (compresas calientes, bolsas de agua, esterilla eléctrica), estiramientos, masaje en la zona afectada y punción seca son las técnicas más habituales para tratarlas. Las contracturas, si bien son comunes, son fáciles de evitar. Para ello, sigue estos consejos : Realiza siempre un calentamiento previo al ejercicio de unos 10 minutos. Y, si tienes un trabajo físico, mueve los músculos que utilizas normalmente antes de empezar tu jornada laboral. Estira correctamente después del ejercicio. Si no sabes cómo hacerlo, pide a un fisioterapeuta o especialista en ejercicio físico que te guíe. Recuerda hacer el ejercicio progresivamente, de menos a más intensidad. Si entrenas con pesas, levanta el peso con el que puedas resistir y completar la serie. No mantengas una misma posición por mucho tiempo. Si tu trabajo te exige estar sentado o de pie toda la jornada, tómate unos 5-10 minutos de cada hora para cambiar de posición y hacer estiramientos ligeros. Un descanso nocturno de unas ocho horas y una alimentación equilibrada y rica en frutas y verduras son recomendables. Cuando sufras una contractura, visita a un fisioterapeuta. El tratamiento tiene una duración de entre una y tres sesiones, dependiendo de la gravedad de la contractura.
Recuperación y Tratamiento de un Esguince
Artículo especializado

Recuperación y Tratamiento de un Esguince

En el mundo del deporte los esguinces se encuentran entre las lesiones más habituales y su localización más frecuente es el tobillo y la rodilla. Los deportes que suelen aparecer en las primeras posiciones de las listas en las que las lesiones ligamentosas de tipo agudo son frecuentes, suelen ser aquellos en los que existe contacto como futbol, baloncesto o rugby. Te explicamos cómo se trata un esguince y en qué consiste la recuperación. Por qué se produce Nuestras articulaciones están formadas por diferentes elementos y cada uno de ellos tiene su función concreta , pero ofrecer estabilidad y permitir el movimiento suelen ser funciones comunes a todos ellos. Entre los elementos de una articulación encontramos los ligamentos , que son bandas de tejido conectivo que unen los huesos entre sí, a diferencia de los tendones que unen músculo a hueso. Estas bandas tienen características que, hasta cierto punto, pueden resultar contradictorias entre sí. Deben ofrecer estabilidad, pero a su vez un cierto grado de flexibilidad para permitir adaptarse a los movimientos sin una extrema rigidez articular. En ocasiones esta flexibilidad no es suficiente y es cuando puede lesionarse, sufriendo un esguince. En general ocurre cuando la articulación pierde el eje, como por ejemplo en una entorsis (torcedura). En función de la gravedad de la lesión se clasificará en grado I, grado II o grado III. El esguince de grado I corresponde al más leve. De inicio hay dolor leve, pero éste desaparece en un periodo corto de tiempo. Apenas hay inflamación y no se produce rotura del ligamento. El esguince de grado II presenta una rotura de la banda, pero ésta es parcial. Se acompaña de edema (hinchazón) y de hematoma. El dolor es más agudo y se acompaña de inestabilidad articular. El esguince de grado III equivale a una rotura completa del ligamento. El edema y el dolor son importantes y hay una imposibilidad de apoyo estable. Tratamiento inicial En general el tratamiento inicial seguirá el método RICE , que se denomina así por sus siglas en inglés: R (Rest -reposo-), I (Ice -hielo-), C (Compression -Compresión-), E (Elevation -Elevación-), para minimizar la sintomatología desde el primer momento tras la lesión. Por su parte, la administración de fármacos antiinflamatorios y analgésicos ayudará a mejorar la calidad de vida del paciente, reduciendo las molestias y el dolor. El reposo no tiene por qué ser absoluto, ya que dependerá del grado de la lesión, así como de la actividad que desarrolle la persona en su día a día. La crioterapia (hielo) tiene función antiinflamatoria, produce una vasoconstricción que reduce el edema, así como una disminución de la temperatura de la zona afectada. Se recomienda colocar hielo varias veces a lo largo del día en el área lesionada en sesiones de unos 15 segundos, sobre todo en las primeras 24-48 horas tras el esguince. El vendaje compresivo actúa a dos niveles: provoca inmovilización de la articulación y actúa sobre el edema. Se realiza con material que proporciona estabilidad pero que no es completamente rígido, como podría ser un yeso. Se trata de un vendaje funcional. Al elevar la articulación , algo que es posible sobre todo cuando el esguince afecta a las extremidades inferiores, se favorece el retorno venoso y, por tanto, se actúa sobre la inflamación. Seguimiento de la lesión Además del tratamiento inicial habrá que hacer seguimiento para valorar la evolución de la lesión, e ir incorporando la rehabilitación para conseguir la recuperación de la funcionalidad de la articulación afectada en un periodo de tiempo adecuado. La rehabilitación es esencial para conseguir recuperar la movilidad adecuada, más aún en los casos en que el paciente es un deportista y requiere de un gesto deportivo determinado para practicar su deporte al nivel previo a la lesión. Apenas el dolor lo permita, y dependiendo de la afectación ligamentosa, se recomienda empezar a hacer apoyos para que los tejidos no lesionados mantengan cierta funcionalidad y los lesionados empiecen a recuperarse. No hay que olvidar que en función de la región afectada se puede seguir entrenado. Si la lesión se circunscribe a las extremidades superiores se puede, y se debe, seguir entrenando el resto del cuerpo y lo mismo pasa si son las extremidades inferiores las que han resultado afectadas. De manera progresiva, se van incorporando al programa de rehabilitación ejercicios para recuperar la movilidad , así como de fortalecimiento de los ligamentos. Las bandas fibrosas que han perdido su continuidad deben recuperarse y es necesario un trabajo específico. Efectuar movimientos articulares concretos, tanto asistidos por el profesional como realizados por el propio paciente, es una práctica habitual, pues de forma gradual se amplía la capacidad de esa articulación para realizar gestos propios y la amplitud de movimiento. Por ejemplo, en el caso del tobillo los ejercicios de propiocepción (de equilibrio y estabilidad) son muy habituales, su objetivo es fortalecer músculos y ligamentos además de trabajar el equilibrio usando superficies inestables. El paciente “reaprende” a controlar su estabilidad recuperando la articulación que ha quedado inestable tras la lesión y para ello es necesario recuperar no sólo las estructuras más físicas sino también la parte más funcional. Incorporar terapias manuales como el masaje “cyriax”, una técnica de fricción profunda, o el uso de métodos de recuperación tisular acelerará la evolución. En este último caso estas técnicas actúan por longitud de ondas favoreciendo, entre otros, el aporte de oxígeno y de nutrientes a los tejidos que promueven la regeneración. Conocer el estado previo Es importante además de una correcta recuperación y tratamiento conocer si exista algún déficit que ha podido aumentar el riesgo de lesión . Poseer una musculatura y articulaciones débiles y poco estables va a favorecer la aparición de estas lesiones por lo que es esencial incorporar al programa de rehabilitación no sólo ejercicios enfocados a mejorar los tejidos afectados sino también ejercicios de prevención cuyo objetivo será fortalecer aquellas estructuras adyacentes que intervienen en el movimiento para reducir el riesgo a posteriori.
Remedios Naturales para Prevenir las Agujetas
Artículo especializado

Remedios Naturales para Prevenir las Agujetas

¿Quién no ha sentido, unos días después de ejercitarse, una molestia e incluso un dolor muscular que ha llegado a durar hasta 72 horas? Se hace difícil encontrar a alguien que no haya mencionado nunca la palabra “agujetas”, y es que aumentar la carga con la que se trabaja, reincorporarse después de un parón o hacer ejercicios que son nuevos en la rutina, puede comportar que aparezcan. Y, al aparecer las agujetas, son muchos los que ponen en práctica remedios para aliviarlas. Veamos cuáles funcionan y cuáles no. ¿Qué son en realidad las agujetas? El nombre apropiado para las agujetas es dolor muscular de aparición tardía (DMAT) y ya indica cuál es la lesión real: una lesión muscular. Las agujetas, a diferencia de lo que se creía hace unos años, no son debidas a una acumulación de ácido láctico , sino a una patología dolorosa que aparece como consecuencia de lesiones microscópicas a nivel de las fibras musculares que están implicadas en el ejercicio realizado. Esta molestia/dolor puede ir acompañado de otros síntomas como inflamación, hipersensibilidad en la zona afectada y dificultad en el movimiento. Aunque podamos pensar que los atletas de élite son “inmunes” a esta problemática no siempre es así, y en este caso la afectación no sólo es física sino que puede afectar directamente a su rendimiento. Para la población general, esta patología no suele ser motivo de consulta en los dispensarios médicos, sea por habitual o por no darle excesiva importancia. Los deportistas más o menos amateurs que las sufren suelen sobreponerse a ellas simplemente dejando que pase el tiempo, lo cual es una buena opción, ya que el descanso es parte de la terapia , siendo este un periodo que se le da al músculo para recuperarse. En ocasiones, con el tiempo, las molestias van disminuyendo, pero la lesión persiste por lo que es importante ser cauto, y aplicar el principio de progresión siempre. SE PUEDEN PREVENIR La prevención es básica para evitar su aparición. Un buen calentamiento, aumento del tiempo y carga progresiva, estiramientos… deben estar en la mente de cualquier deportista que quiera minimizar este riesgo.   Aliados para las agujetas Terapia manual Cada vez son más los estudios realizados que tienen como objetivo ayudar a reducir o mejorar estos síntomas además de potenciar la recuperación del deportista para poder afrontar en condiciones la siguiente sesión, siendo la terapia manual una de las más estudiadas y validadas para tal fin. Cuando se realiza un masaje se aumenta la temperatura cutánea, así como la del músculo, produciendo también una mayor vascularización de la zona. Como consecuencia, existe una disminución del dolor y de la tensión muscular que pueda existir, y mejoran las limitaciones de la movilidad previamente existentes. Desde hace ya unos años los terapeutas profesionales están incluyendo en su batería terapéutica un accesorio que de inicio puede parecer hasta cierto punto poco útil pero que ha mostrado su utilidad en varios estudios. es el rodillo de espuma o “foam roller” . El rodillo trabaja con el propio peso del individuo reduciendo la presión sobre la zona tratada, además de realizar un estiramiento concreto y específico a nivel muscular. Habiendo visto que los resultados son positivos ya no sólo se utiliza en las consultas de los fisioterapeutas, sino que es una opción muy extendida para poder realizar en el mismo domicilio del paciente. Conociendo las técnicas más adecuadas se puede tratar y además prevenir la lesión. Plataforma vibratoria Otras de las técnicas que no se basa en la terapia farmacológica, es la plataforma vibratoria. La vibración como tal ha sido usada a lo largo de la historia de la rehabilitación a diferentes niveles siendo uno de sus efectos el aumento de la vascularización, efecto del cual puede beneficiarse la musculatura que sufre agujetas. Esta técnica, aunque es potencialmente muy útil, requiere de mayores estudios, pero por los resultados publicados la respuesta parece ser positiva tanto para el tratamiento como para la prevención. Nutrición Otro campo en el que las agujetas han sido un “foco terapéutico” es el de la nutrición. Si tenemos en cuenta que la afectación es muscular y que existe inflamación, todos aquellos alimentos que tienen un efecto antiinflamatorio deberían ser una opción válida. En 2017, se publicó un estudio cuyo objetivo era conocer si existía algún producto natural capaz de actuar como terapia para esta patología. Son muchos los productos que existen en la naturaleza con importantes efectos antiinflamatorios y/o antioxidantes, y de hecho los laboratorios farmacéuticos se basan en ellos para elaborar los fármacos. Entre los estudiados se encuentran el azafrán, la cúrcuma, la canela o frutas ricas en vitamina C. Todos estos productos parece que pueden tener componentes con efectos positivos para reducir las molestias de las agujetas, pero según el propio autor, se requieren más estudios para sacar conclusiones además de para valorar los posibles efectos secundarios y contraindicaciones si se toman determinados fármacos. Así pues, existen diversas estrategias terapéuticas para tratar los síntomas asociados a las microrupturas musculares. Escoger una u otra dependerá de la lesión y de la opinión del profesional encargado de dicha recuperación, pero no hay que olvidar que en las agujetas concreto la prevención es esencial.
Prevención y Tratamiento del Desgarro Muscular
Artículo especializado

Prevención y Tratamiento del Desgarro Muscular

La rotura fibrilar o rotura de fibras, también conocida popularmente como desgarro muscular, es una lesión del tejido muscular englobada dentro de las enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo. Se puede producir desgarro (esguince) muscular cuando un músculo se somete a un estiramiento brusco de forma pasiva (sin contracción muscular) o de manera activa (con contracción). ¿Tienes dudas?  Regístrate ahora  en Savia y habla gratis con nuestros especialistas médicos por chat o videoconsulta. Qué sucede En el momento en que sufrimos un desgarro, se siente un dolor repentino, agudo e intenso, localizado en un punto muy concreto. Desde que éste se produce resulta muy doloroso, y es casi imposible hacer cualquier movimiento con ese músculo. En los casos de desgarros leves, el dolor es la única señal. En casos más graves, como cuando se ocasiona un desgarro de todo un músculo, se produce también un hematoma, debido a la hemorragia interna. Si el dolor es muy intenso puede aparecer un componente de shock, con mareo y sudor frío, pero esto es muy poco frecuente. Por qué sucede En cuanto a las causas de los desgarros, se habla de: Causas directas: Son generalmente c ontracciones violentas del músculo o estirones súbitos y bruscos. También se puede producir cuando se somete a éste a una carga excesiva cuando se está fatigado o no se ha calentado lo suficiente. Los músculos que han sufrido recientemente lesiones de cualquier tipo, que aún no están recuperadas del todo, tienen también bastantes posibilidades de sufrir una rotura. Causas externas, como contusiones o caídas, también pueden originar esta lesión. Causas indirectas : La sudoración origina pérdida de líquidos y sales minerales en el organismo. Los músculos van perdiendo elasticidad al perder hidratación, por lo que tras un ejercicio prolongado aumentan las probabilidades de sufrir un desgarro. ¿Tienes dudas?  Regístrate ahora  en Savia y habla gratis con nuestros especialistas médicos por chat o videoconsulta. Dónde suceden Son frecuentes , sobre todo en: Los músculos que cruzan las articulaciones como los de la cadera o los de la rodilla. La unión miotendinosa. Músculos con predominio de fibras tipo II. Se suelen dar en deportes de aceleración rápida (atletismo, fútbol, pádel, etc). NO TE CONFUNDAS Se han empleado diferentes términos según la gravedad de la lesión anatomopatológica: Elongación muscular o distensión muscular: se refiere al estiramiento de las fibras musculares sin rotura y, por lo tanto, sin hematoma ni equimosis. La rotura fibrilar supone la rotura de varias fibras o fascículos musculares con hemorragia local más o menos importante. Corresponde a un desgarro tipo 1-2. La rotura muscular representa una lesión total o parcial del músculo. Corresponde a un desgarro de tipo 3-4. La desinserción muscular es equivalente a la rotura completa del músculo en la unión musculotendinosa. Síntomas Dolor e inflamación. Equimosis (sangre producida por ruptura de la fibra muscular). Cuando la ruptura es muy significativa nos encontramos una especie de falla en la zona denominada signo del hachazo. Debilidad muscular y contractura de la musculatura que rodea la lesión. Diagnóstico y tratamiento Diagnóstico se basa en la clínica que presenta el paciente, y en el resultado de la ecografía o resonancia magnética . El tratamiento más común y el más aplicado para desgarros musculares es la terapia que se conoce como RICE (del inglés “Rest, Ice, Compression, Elevation”): Aplicar hielo sobre la zona dolorida durante unos 10 o 15 minutos. Esto reducirá la inflamación y disminuirá o cortará la hemorragia si existe. No se debe aplicar calor en la fase aguda, ya que aumenta la hemorragia. Colocar un vendaje compresivo alrededor de la zona afectada. Mantener la zona afectada en elevación para evitar el edema. Reposo relativo, realizando las actividades habituales. Deben ser movimientos libres de dolor, evitando la carga sobre la extremidad/articulación afectada, hasta un correcto diagnóstico. Acudir al fisioterapeuta para iniciar y acelerar la recuperación y su correcta cicatrización. Para desgarros más graves, será necesario una valoración ecográfica para determinar bien el programa de rehabilitación desde las primeras horas. En cuanto al tratamiento quirúrgico , será necesario en aquellas lesiones graves donde el médico valore mejor cirugía que tratamiento conservador. A continuación, te mostramos un ejemplo del tratamiento de terapia física que se puede aplicar en los desgarres según su gravedad. Desgarro Grado 1 o leve Días 1-3: compresión, hielo, elevación, movilización activa, entrenamiento isométrico, tens. Días 4-7: entrenamiento en piscina, estiramientos sin dolor, potenciación isotónica (comenzando con pesos ligeros a más pesados y primero con acciones concéntricas a excéntricas), ejercicios funcionales. Día 8: entrenamiento isocinético (desde velocidades angulares rápidas a lentas y desde acciones concéntricas a excéntricas), entrenamiento pliométrico, ejercicios específicos del deporte practicado. Desgarro Grado 2 o moderado Días 1-3: compresión, hielo, elevación, movilización activa indolora, marcha con muletas. A partir del día 4: entrenamiento isométrico indoloro. A partir del día 7: entrenamiento en piscina, estiramientos indoloros, potenciación isotónica (comenzando con pesos ligeros a más pesados y primero con acciones concéntricas a excéntricas), ejercicios funcionales. A partir de la segunda semana: entrenamiento isocinético (desde velocidades angulares rápidas a lentas y desde acciones concéntricas a excéntricas), entrenamiento pliométrico (combina movimientos rápidos y fuerza), ejercicios específicos del deporte. Desgarro Grado 3 o grave Días 1-3: compresión, hielo, elevación, marcha con muletas. A partir del día 4: electroestimulación muscular. A partir del día 7: movilización activa indolora, Entrenamiento isométrico indoloro. A partir de la segunda semana: entrenamiento en piscina, estiramientos indoloros, potenciación isotónica (comenzando con pesos ligeros a más pesados y primero con acciones concéntricas a excéntricas), ejercicios funcionales. A partir de la tercera semana. Entrenamiento isocinético (desde velocidades angulares rápidas a lentas y desde acciones concéntricas a excéntricas), entrenamiento pliométrico, ejercicios específicos del deporte. ¿Se puede prevenir? El momento en el que se produce más lesiones musculares son al inicio y al final de cualquier actividad física y/o deporte. Al principio, porque el músculo aún no se ha calentado lo suficiente. Al final, porque influyen el cansancio y la deshidratación entre otros. Es por eso que siempre hay que realizar un buen calentamiento y estirar bien activamente antes de iniciar el entrenamiento . Si se transpira mucho, conviene ingerir alguna bebida isotónica durante la actividad para mantener la correcta hidratación de los tejidos. ¿Tienes dudas?  Regístrate ahora  en Savia y habla gratis con nuestros especialistas médicos por chat o videoconsulta.
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Desgarro Muscular
Enfermedad

Desgarro Muscular

¿Qué es un desgarro muscular? El desgarro muscular, tirón muscular o distensión muscular se produce cuando un músculo o un tendón se estira en exceso provocando una rotura parcial. Además, se suele producir también un hematoma debido a la rotura de los vasos sanguíneos que lo recubren. El dolor puede ser leve o intenso y cuando intentamos contraer el músculo podemos tener dificultad o impedimento. Se puede producir durante un esfuerzo grande como levantar objetos, mientras se realiza ejercicio físico, al saltar o correr. Afecta sobre todo a los músculos de las piernas y la parte baja de la espalda y es una lesión que, dependiendo del grado de afectación, puede ser leve o grave. Tipos de desgarros musculares Según la gravedad de la lesión el desgarro muscular puede ser: De primer grado : cuando hay leves daños en las fibras musculares. De segundo grado: cuando hay rotura parcial de las fibras musculares. De tercer grado: cuando hay rotura total de las fibras musculares. Causas de un desgarro muscular Las casas pueden ser: No calentar los músculos lo suficiente antes de realizar un ejercicio. Esfuerzo demasiado intenso y/o prolongado por un sobreentrenamiento . Abusar de los estiramientos sin que se haya calentado la musculatura. Estirar los músculos cuando ya están tensos o rígidos. Cuando no se deja suficiente tiempo de recuperación entre una sesión y otra de entrenamiento. Cansancio muscular o fatiga. Musculatura débil. Traumatismos o contusiones con objetos. Síntomas de un desgarro muscular Los síntomas en los desgarros musculares leves o de primer grado no tienen por qué impedir nuestras actividades diarias. Suelen causar: Sensibilidad en la zona afectada. Tensión muscular. Los síntomas en los desgarros de segundo y tercer grado causan: Dolor muscular intenso. Inflamación de la zona que rodea al músculo. Rigidez muscular. Hematomas debido a la rotura de vasos sanguíneos. Dolor que empeora con el movimiento lo que impide continuar con nuestras actividades diarias. Los síntomas de los desgarros de tercer grado producen: Dolor agudo. Inflamación importante de la zona. Pérdida de la funcionalidad muscular. Protuberancia o desigualdad en la zona afectada. Tratamiento de un desgarro muscular En los desgarros el tratamiento puede ser: Proteger la lesión de más daños. Dejar en reposo el músculo durante 48-72 horas y reanudar poco a poco el movimiento para no perder masa muscular. Frío local para bajar la inflamación y el hematoma. Después de los tres primeros días se puede aplicar calor. Comprensión sobre la zona para reducir la inflamación. Elevar la zona lesionada por encima del corazón para reducir la inflamación. Analgésicos y antiinflamatorios para el dolor y la inflamación. Cirugía en caso de lesión grave con un período largo de reposo y recuperación. Rehabilitación con un fisioterapeuta para fortalecer el músculo o ligamento dañado a través de una serie de ejercicios y técnicas. Masaje en la zona para evitar la formación de fibrosis (nudos) durante la cicatrización del músculo. Esta debe ser dada por un médico o un fisioterapeuta. Pruebas complementarias de un desgarro muscular En un principio no es necesario realizar pruebas, con una exploración física por parte del médico o fisioterapeuta se puede diagnosticar un desgarro muscular. En caso de lesión grave, aparición de complicaciones o que no sea efectivo el tratamiento, se puede realizar una radiografía, resonancia magnética o una ecografía muscular. Factores desencadenantes de un desgarro muscular Estiramiento excesivo de un músculo o tendón. Factores de riesgo de un desgarro muscular Los factores de riesgo son: Falta o exceso de entrenamiento. Tensión emocional. Rigidez muscular. Falta de riego sanguíneo. Alteraciones bioquímicas en el interior del músculo. Complicaciones de un desgarro muscular Rotura total del músculo o tendón que requiere de intervención quirúrgica. Fibroesclerosis cicatrizal (cicatriz muscular rica en tejido fibroso y que tiene menos elasticidad y contractilidad). Formación de un quiste en la zona donde estaba el hematoma que no deja cicatrizar correctamente el músculo. Esto ocurre cuando no se ha dejado el músculo en reposo el tiempo suficiente. Calcificación del hematoma. Tromboflebitis (formación de un coágulo que obstruye un vaso de la pierna debido a una inmovilización prolongada). Prevención de un desgarro muscular  Calentar antes y después de realizar un ejercicio o hacer deporte. Descansar entre series de ejercicios. Beber muchos líquidos, sobretodo bebidas isotónicas. Evitar el sobreesfuerzo cuando hay fatiga muscular. Especialidades a las que pertenece El desgarro muscular es tratado por el médico traumatólogo, rehabilitador y los fisioterapeutas. Preguntas frecuentes: ¿Por qué se puede producir un desgarro muscular? Un desgarro muscular se puede producir por un estiramiento excesivo de un músculo o tendón. También por un traumatismo o choque con algún objeto. ¿Qué es un espasmo lumbar? El espasmo lumbar son unas contracciones que se producen de forma involuntaria, el riego sanguíneo aumenta y da lugar a una inflamación y dolor. Las causas pueden ser una hernia de disco, una lesión deportiva, falta de cuidado de los músculos, o la vida sedentaria. ¿Qué es un dolor sordo en la espalda? El dolor sordo de espalda es un dolor constante o en forma de golpes rítmicos continuos. Suele ser difícil de describir y de localizar. ¿Qué se puede tomar para el dolor muscular? Para el dolor muscular se puede tomar, siempre bajo prescripción médica, antiinflamatorios y analgésicos. También es útil el reposo y combinar frío y calor local. ¿Qué se puede tomar para el dolor de espalda? Para el dolor de espalda se puede tomar, bajo prescripción médica, antiinflamatorios, analgésicos, relajantes musculares o la combinación de analgésicos y relajantes musculares como el “Voltaren”. Es muy efectivo darse un baño relajante o acudir a que un profesional realice un masaje a la persona.
Tendinitis rotuliana
Enfermedad

Tendinitis rotuliana

¿Qué es la tendinitis rotuliana? La tendinitis rotuliana también conocida como rodilla de saltador o tendinopatía rotuliana, es una inflamación del tendón rotuliano , que es el tejido que une la rótula a la tibia. Es una lesión que se produce por sobrecarga, movimientos repetitivos muy continuados y saltos que causen daños o irritación en los tejidos . Afecta fundamentalmente a deportistas y es muy común en jugadores de baloncesto, voleibol, tenis y también en corredores. Sin embargo, se puede presentar en personas con menos actividad deportiva por deformidades de los ejes de la pierna, ya sea en el plano frontal o por defectos de rotación del fémur y la tibia, sobre todo en la pisada. Es una afección grave , y aunque parezca menor puede empeorar progresivamente ya que si no se trata a tiempo y adecuadamente puede causar un daño importante y requerir cirugía.   Tipos de tendinitis rotuliana No existen tipos de tendinitis rotuliana ya que éste es uno de los tipos de tendinitis que existe. Pero si existen estadios para medir el grado de dolor y la intensidad de la lesión: Estadio 1: El dolor se produce sólo después de realizar la actividad, sin menoscabo funcional. Estadio 2: Dolor durante y después de realizar la actividad, aunque el paciente sigue siendo capaz de llevar a cabo satisfactoriamente su deporte. Estadio 3: Dolor prolongado durante y después de realizar la actividad, cada vez con mayor dificultad en el desempeño a un nivel satisfactorio. Estadio 4: Rotura completa del tendón que requiere de una reparación quirúrgica. Causas de la tendinitis rotuliana Las causas de la tendinitis rotuliana más frecuentes son los microtraumatismos repetitivos , como los que se producen al saltar de forma reiterada y continua o al correr sobre superficies duras, especialmente si se hace con un calzado que no es el adecuado y que no amortigua lo suficiente el impacto del cuerpo sobre el suelo. También los golpes directos sobre el tendón rotuliano, los músculos pocos flexibles, la obesidad o algunas enfermedades crónicas que debilitan el tendón. Cuando se extiende la rodilla, el cuádriceps tira del tendón del cuádriceps que a su vez tira de la rótula. Luego, la rótula tira del tendón rotuliano y la tibia, y permite que la rodilla se enderece . Al flexionar la rodilla, en cambio, los músculos de la corva tiran de la tibia, y esto hace que la rodilla se flexione. En la rodilla de saltador , el tendón rotuliano está dañado. Dado que este tendón es fundamental para enderezar la rodilla, el daño en él hace que la rótula pierda el soporte . Síntomas de tendinitis rotuliana Los síntomas de la tendinitis rotuliana son: dolor directamente sobre el tendón rotuliano (o, más específicamente, debajo de la rótula), rigidez en la rodilla , en particular al saltar, arrodillarse, agacharse, sentarse o subir las escaleras, dolor al flexionar la rodilla , dolor en el cuádriceps , debilidad en la pierna o la pantorrilla con problemas de equilibrio, aumento de la temperatura , sensibilidad excesiva o hinchazón alrededor de la parte inferior de la rodilla. Tratamiento para tendinitis rotuliana El tratamiento para la tendinitis rotuliana v a a depender del grado de la lesión y de la intensidad del dolor . Se determina si la lesión es leve o moderada: Reposo de las actividades o adaptación a un régimen de entrenamiento que reduzca en gran medida los saltos o los impactos. Colocación de hielo en la rodilla para aliviar el dolor y la inflamación. Se debe comprimir la zona mediante un vendaje elástico con el fin de reducir el edema y la hemorragia producidos por la lesión. Elevación de la rodilla cuando el paciente sienta dolor (por ejemplo, colocando una almohada debajo de la pierna). Medicamentos antiinflamatorios , como ibuprofeno, para minimizar el dolor y la hinchazón. Automasaje para relajar el cuadriceps. Ejercicios de mínimo impacto para ayudar a fortalecer la rodilla. Una banda o sostén para rodilla puede ayudar a minimizar el dolor y a aliviar la presión en el tendón rotuliano. Programas de rehabilitación que incluyan fortalecimiento muscular, centrados en los grupos musculares que soportan el peso, como el cuádriceps y los músculos de la pantorrilla. Inyecciones especializadas para desensibilizar las terminaciones nerviosas y reducir la inflamación. En raras ocasiones, cuando hay dolor persistente o el tendón rotuliano está gravemente dañado, la rodilla de saltador requiere cirugía . La cirugía incluye la extracción de la parte dañada del tendón rotuliano, la extracción del tejido inflamatorio de la zona inferior (o polo inferior) de la rótula o la realización de pequeños cortes en los costados del tendón rotuliano para aliviar la presión de la zona media. Tras la cirugía, el paciente debe ser sometido a un programa de rehabilitación que incluye masajes y ejercicios de fortalecimiento durante varios meses. Pruebas complementarias del tratamiento de tendinitis rotuliana Las pruebas diagnósticas de la tendinitis rotuliana comienzan con un examen físico de la rodilla . El médico solicitará al paciente que corra, salte, se arrodille o se agache para determinar el nivel de dolor. Además, es posible que recomiende una radiografía , que en estos casos no es muy específica. El ultrasonido o ecografía y una imagen por resonancia magnética (IRM) son más apropiadas para detectar cambios estructurales en el tendón. Factores desencadenantes de la tendinitis rotuliana No existen factores desencadenantes de la tendinitis rotuliana. Factores de riesgo de la tendinitis rotuliana Los factores de riesgo de la tendinitis rotuliana son: realizar cierto tipo de deportes como el baloncesto, voleibol, fútbol, la actividad física de correr y saltar, aumento en la frecuencia e intensidad de las actividades deportivas , calzado inadecuado , la rigidez muscular de los muslos (cuádriceps), desequilibrio muscular y la obesidad . Complicaciones de la tendinitis rotuliana Desgarros del tendón rotuliano. Roturas de tendón, ante movimientos bruscos que implican una operación quirúrgica. Prevención de la tendinitis rotuliana Estiramiento de los músculos. Realizar prácticas deportivas con un calzado adecuado que permita amortiguar el impacto sobre el suelo. Calentamiento adecuado antes y después del ejercicio, que incluya estiramiento de cuádriceps y de los músculos de la parte inferior de la pierna. Fortalecer los músculos. Especialidades a las que pertenece la tendinitis rotuliana Las especialidades a la que pertenece la tendinitis rotuliana es la traumatología y ortopedia . Esta especialidad es la que se dedica al diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y prevención de lesiones y enfermedades del sistema musculoesquelético del cuerpo humano. Preguntas frecuentes ¿Qué es la pata de ganso? La pata de ganso es una estructura tendinosa localizada a nivel de la rodilla, formado por la inserción de los tendones de tres músculos que son: recto interno (que recorre la cara interna del muslo desde la cadera a la rodilla y su movimiento afecta a ambas articulaciones, pertenece al grupo de los músculos aductores), sartorio (músculo de la región anterior del muslo, que se extiende desde la parte exterior del hueso ilíaco hasta la interior de la tibia en la pierna y permite flexionar la rodilla y separar y rotar la cadera hacia el exterior) y semitendinoso (que es un músculo flexor de rodilla y extensor de la cadera). ¿Qué ejercicios debo realizar cuando tengo tendinitis rotuliana? Los ejercicios que se deben realizar para la tendinitis rotuliana son aquellos que tienen como objetivo fortalecer el músculo , como son: Fortalecimiento muscular del cuádriceps , sin olvidar la cadera: Ayudan a recuperar la fuerza y aumenta el flujo sanguíneo. Estiramiento del cuádriceps : Principalmente de forma estática (no implica ningún movimiento) que favorece la recuperación, prepara la musculatura y alivia el dolor. Ejercicios isométricos : Son una forma de ejercitar los músculos que implica la contracción estática sin ningún movimiento visible en el ángulo de la articulación. Por ejemplo, las sentadillas en la pared son un ejercicio isométrico perfecto para fortalecer el cuádriceps sin dañar las rodillas. La electroestimulación : Consiste en la aplicación de corriente eléctrica de forma controlada. Esto permite estimular y hacer trabajar a los músculos sin producir extrema tensión en los tendones. Bandas elásticas : También son una alternativa que ayuda a fortalecer los músculos y proteger los tendones. ¿Qué es el ligamento rotuliano? El ligamento rotuliano también conocido como tendón rotuliano o tendón patelar es la continuación del tendón del cuádriceps que pasa por debajo de la rótula . Se inserta, por un lado, en la rótula y, por otro, en la tuberosidad tibial. Une dos estructuras óseas y se trata de un cordón fibroso que mide unos 4 y 5 cm de largo, algo menos de 3cm de ancho y 1 cm de grosor. El tendón rotuliano junto con el tendón del cuádriceps femoral participa en el movimiento de la rodilla y hacen posible la extensión de la pierna cuando se contrae el músculo del cuadriceps. Es una estructura fundamental que permite mantenernos de pie frente a la gravedad, necesario para caminar, correr y saltar. ¿La tendinitis se cura? Sí, la tendinitis tiene grandes posibilidades de curarse . Para ello debe seguir un tratamiento adecuado y ser debidamente tratada. ¿Cuánto tiempo de recuperación requiere una tendinitis rotuliana? El tiempo de recuperación que requiere una tendinitis rotuliana es de 4 a 5 semanas aproximadamente , aunque en algunas ocasiones puede durar meses. Lo ideal es no hacer deportes o actividades que puedan agravar la rodilla y empeorar las afecciones.
Espolón Calcáneo
Enfermedad

Espolón Calcáneo

¿Qué es el espolón calcáneo? El espolón calcáneo es una prominencia ósea o exostosis que puede aparecer en la parte anterior del talón (calcáneo) como consecuencia de estiramientos excesivos y continuados de la fascia plantar (banda de tejido conjuntivo que recubre los músculos de la zona). Esto puede derivar en una inflamación del tejido circundante que provoca dolor y que puede provocar la aparición del espolón calcáneo. Es más frecuente en personas de edad media entre 35-60 años. Las mujeres tienen mayor predisposición que en los hombres a padecerlo. Es una lesión muy común, de carácter leve y que tiene un alto porcentaje de recuperación. Tipos de espolones Los tipos de espolón calcáneo son: Espolón calcáneo plantar : está localizado en la parte inferior del calcáneo. Es un crecimiento anormal del hueso en el área donde la fascia plantar se une con el talón, en forma de pincho o espina triangular. Se origina a consecuencia del desgaste por el estrés y la sobrecarga (sobrepeso) y al estar de pie mucho tiempo. La inflamación de los tejidos blandos que rodean al espolón causan dolor a las personas que lo padecen. La deformidad de Haglund o exostosis de Haglund : es una protuberancia ósea en el borde lateral del calcáneo, en el punto de anclaje del talón de Aquiles. Se trata de un crecimiento congénito y no necesariamente asociado a molestias. Suele aparecer por el uso de calzado inadecuado, al someter al talón a un esfuerzo incorrecto o excesivo. Así, este estímulo puede provocar inflamaciones o dolores plantares. Causas del espolón calcáneo Las causas del espolón calcáneo son diversas: Estiramiento excesivo : la fascia puede calcificarse, formándose el espolón, que es bastante doloroso y dificulta el apoyo normal del talón, ocasionando a veces una inflamación en la zona que lo rodea. Presión y tracción : ocasionadas por un sobreesfuerzo y por el uso inadecuado del calzado. La sobrecarga puede someter a la aponeurosis de la planta del pie (fascia plantar) en su punto de inserción del talón, lo que produce pequeños desgarros e irrita el tejido circundante. Sobrecarga sobre tejidos lesionados : en vez de cicatrizar con tejido normal, comienza a depositar sales de calcio o ácido úrico en las zonas afectadas y el acúmulo de estas sustancias lleva a la formación de espolones calcáneos. La práctica deportiva : es común si no se está acostumbrado a entrenar y se realiza una actividad muy intensa y con un calzado inadecuado. El sobrepeso y la obesidad, así como las posturas inadecuadas durante la marcha o al pasar muchas horas de pie, también pueden propiciar la formación de un espolón calcáneo. Síntomas del espolón calcáneo En los casos que el espolón calcáneo presente algún síntoma se manifiesta con dolor punzante (como pisar un clavo), en las zonas donde se insertan los tendones en el talón. El dolor se localiza en el área de carga de peso del talón, y es más severo durante los primeros pasos al levantarse de la cama, disminuyendo parcialmente con la actividad y reapareciendo de nuevo tras un periodo de descanso. Tratamiento para el espolón calcáneo Esta lesión suele mejorar con la reducción de sobrecarga mediante el uso de plantillas ortopédicas que alivian la tensión sobre la zona, haciendo que los movimientos sean menos dolorosos. Las férulas nocturnas y los ejercicios de estiramiento, así como los masajes también son efectivos para disminuir o eliminar el dolor. La terapia física incluye la aplicación de calor o de frío , así como un tratamiento local con ultrasonidos. En cuanto al tratamiento farmacológico a seguir, son muy efectivas las pomadas compuestas por cortisona y analgésicos, así como los anestésicos locales y antiinflamatorios , que se aplican en la zona afectada de la inserción muscular. También se pueden realizar infiltraciones , inyectando en dicha zona una mezcla de corticoides y anestésicos locales. Los tratamientos con ondas de choque (ondas de ultrasonidos de alta energía) estimulan el crecimiento de los vasos sanguíneos, disminuyen la inflamación y disuelven las calcificaciones, aliviando los síntomas. Si estos tratamientos no son efectivos se deberá recurrir a la cirugía , aunque no es muy común. Para corregir el espolón calcáneo se hace una intervención quirúrgica donde se hace una resección o eliminación del espolón con una mínima incisión de dos a tres milímetros en la piel hasta llegar a la prominencia ósea. Pruebas complementarias del tratamiento del espolón calcáneo El diagnóstico para el tratamiento del espolón calcáneo debe empezar con un examen físico para detectar signos y síntomas, que suele efectuarse en base a las molestias que indican la presencia de inflamación de la aponeurosis de la planta del pie. Entre las pruebas complementarias para detectar el crecimiento del hueso está la radiografía . Otras pruebas pueden ser la ecografía o resonancia magnética , que suponen estudios más profundos, debido a que muestran los edemas, la inflamación y el engrosamiento de la zona. Factores desencadenantes del espolón calcáneo No existen factores desencadenantes para el espolón calcáneo. Factores de riesgo del espolón calcáneo Los factores de riesgo del espolón calcáneo son: La edad : suele aparecer en personas de edad media de entre 35-60 años. El sobrepeso : debido al exceso de sobrecarga en el talón. El sexo : más frecuente en mujeres. En deportistas que no realizan un entrenamiento adecuado . El uso de calzado inadecuado . Los pies que tienen exceso de puente (cavos) y los pies valgo s que provocan estiramientos de la fascia plantar y provocan dolor, son más propensos a esta afección. Complicaciones del espolón calcáneo Las complicaciones del espolón calcáneo son: Aumento del dolor y limitación por la sobrecarga. Fractura del calcáneo causada por uso excesivo o tensión repetitiva sobre el hueso del talón y sobrecarga.   Prevención del espolón calcáneo  La aparición de un espolón calcáneo se puede prevenir de la siguiente manera: Cuidando los tejidos aponeuróticos de la planta del pie. Utilizando zapatos adecuados. Evitando estar mucho tiempo de pie. Cambiando las posturas en los puestos de trabajo. Reduciendo o evitando el sobrepeso. Realizando actividad física de forma moderada. Calentando y estirando lo suficiente antes de realizar ejercicio. Especialidades a las que pertenece el espolón calcáneo La especialidades a las que pertenece el espolón calcáneo son la traumatología y la ortopedia, que se dedican al estudio del aparato locomotor. Preguntas frecuentes: ¿Cuál es el hueso calcáneo? El hueso calcáneo, también llamado hueso del talón, es un hueso grande que forma el cimiento para la parte trasera del pie , de aspecto esponjoso y muy vascularizado. El calcáneo se conecta con los huesos astrágalo y cuboide. Estos forman una articulación muy importante para el funcionamiento del pie. ¿Qué es la bursitis en el talón? La bursitis en el talón también conocida con el nombre de bursitis retrocalcánea, es una inflamación del saco lleno de líquido (bursa) en la parte posterior del talón (calcáneo). ¿Qué es la fascitis plantar? La fascitis plantar es una inflamación de la aponeurosis (fascia plantar) que recubre la musculatura de la planta del pie y de su zona de inserción en el talón. ¿Puedo hacer deporte con espolón calcáneo? Sí, se puede hacer deporte con un espolón calcáneo, pero se deben evitar los deportes de alto impacto. ¿Se trata de una lesión crónica? La lesión de un espolón calcáneo es una lesión crónica, ya que hay una calcificación de la fascia plantar y de los tendones de los músculos plantares que se insertan en el calcáneo. Esto ocurre a consecuencia de una lesión crónica de los tejidos.
Esguince Cervical
Enfermedad

Esguince Cervical

¿Qué es un esguince cervical? También conocida como latigazo cervical o hiperextensión cervical, es una lesión de cuello provocada por la extensión-flexión brusca de los tejidos blandos que conforman la columna cervical. Es una lesión frecuente en accidentes automovilísticos y, en menor medida, en deportivos. No es una lesión grave. Tipos de esguince cervical El esguince cervical se clasifica en tres tipos: Tipo 1: esguince de tipo leve que se produce por el estiramiento suave de los tejidos finos del cuello. Tipo 2: se produce una rotura parcial de los tejidos, pero sin llegar a una separación de los mismos. Es una elongación moderada de los tejidos blandos y óseos. Tipo 3: estiramiento extremo de los tejidos del cuello que provocan la rotura y la separación de los mismos. Es el tipo más grave y su recuperación puede durar de 3 a 6 meses. Causas del esguince cervical El esguince cervical se produce por un extensión-flexión brusca que provoca que el tejido óseo y blando de la columna vertebral se vea dañado. El impacto por el cual se produce esa aceleración-deceleración de energía que fluye por las cervicales puede ser de diferentes grados. Lo que genera una diferencia del cuadro de síntomas pudiendo ser asintomático o grave, en ambos casos se produce una pérdida de fuerza y sensibilidad. Síntomas de esguince cervical La zona cervical es una parte muy frágil del organismo humano, por tanto los síntomas suelen ser variados. Entre ellos los más frecuentes son: Dolor en el cuello. Dolor en las escápulas y parte baja de la espalda. Limitaciones en el movimiento del cuello. Rigidez muscular. Mareos. Vértigo. Insomnio. Cefalea. Tratamiento para el esguince cervical Según el grado del esguince cervical y la sintomatología de cada paciente así será el tratamiento. En un primer momento se suele colocar un collarín en el cuello para inmovilizarlo a la vez que se le libera de tensión. Después lo más importante es que el paciente realice rehabilitación para recuperar la fuerza muscular y los tejidos blandos. Hay diferentes técnicas terapéuticas que pueden mejorar la recuperación como la punción seca y la terapia manual. Pruebas complementarias del tratamiento de esguince cervical Para diagnosticar si el paciente sufre un esguince cervical el médico realizará una exploración física del cuello comprobando la alineación y simetría del cuello. Evaluará los movimientos de flexión y rotación a 45º, la fuerza muscular del cuello y los músculos paravertebrales. También se realizarán pruebas de diagnóstico por imagen para determinar el grado de la lesión, como radiografía o resonancia magnética. Factores desencadenantes del esguince cervical El factor desencadenante de un esguince cervical es la extensión-flexión de los tejidos blandos que componen los huesos de las vértebras. Por tanto, cualquier accidente o movimiento brusco puede ser el factor desencadenante de dicha lesión. Factores de riesgo de un esguince cervical Existen ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que una persona sufra un esguince cervical. Estos factores son: Sexo: tiene mayor probabilidad de sufrirlo una mujer que un hombre. Edad: los jóvenes y adolescentes son los principales que lo sufren. Antecedentes clínicos: un paciente con un historial clínico que recoja dolor cervical incrementa el riesgo de sufrir un esguince en las mismas circunstancias que uno que no padece de dolores. Accidente de automóvil: un alcance en un medio automovilístico suele provocar el esguince cervical. Complicaciones de un esguince cervical Lesión neurológica. Cefalea. Cervicalgia. Mareo. Parestesias. Alteración del movimiento normal de la columna. Prevención del esguince cervical Estiramientos y extensiones de cuello. Evitar deportes con movimientos bruscos. Conducir con precaución para evitar accidentes.   No coger peso excesivo. Evitar malas posiciones al dormir. No mantener posiciones inadecuadas demasiado tiempo. Especialidades a las que pertenece el esguince cervical Las especialidades médicas encargadas de tratar el esguince cervical son Traumatología y Fisioterapia. Preguntas frecuentes: ¿Cuáles son las lesiones cervicales? Las lesiones cervicales son aquellas que se dan por las molestias y alteraciones del cuello como las vértebras, músculos, tejidos, nervios, articulaciones y discos intervertebrales. Las más comunes son: latigazo cervical, cervicalgia, hernia de disco cervical, rigidez de nuca, etc. ¿Qué hacer para aliviar el dolor de cervicales? Para aliviar los dolores cervicales lo más importante es realizar estiramientos del cuello y hombros y acudir a terapias manuales de fisioterapeutas. ¿Qué es un esguince cervical grado 1? Es la lesión de esguince cervical más leve, puede ser incluso asintomática. Se produce un estiramiento de los tejidos finos del cuello, mostrando dolor a los días y con una recuperación rápida. ¿Cuánto tiempo de recuperación requiere un esguince cervical? Dependiendo del tipo y de la gravedad del esguince cervical el tiempo de recuperación puede variar de 2 semanas a 6 meses . ¿Cuáles son las secuelas de un esguince cervical? Las principales secuelas que puede dejar un esguince cervical son mareos, vértigos, dolor en el cuello y rigidez muscula