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Lesiones Más Frecuentes en Deportistas Ocasionales
Artículo especializado

Lesiones Más Frecuentes en Deportistas Ocasionales

Ser un deportista ocasional, que dedica grandes esfuerzos físicos en un espacio de tiempo muy concreto y sin ninguna regularidad a una disciplina deportiva, suele ser sinónimo de problemas. Como casi todo en la vida, dosis pequeñas, progresivas y regulares suelen ser la mejor manera para obtener beneficios, y evitar lesiones, sobre todo cuando se hace referencia al beneficio físico del deporte. Nuestro organismo está preparado para reaccionar ante estímulos de estrés. Tenemos capacidad para reaccionar y salir corriendo detrás de un autobús que se nos escapa, o atrapar algo al vuelo cuando se va a caer, pero de eso a jugar un partido de futbol o correr sin previa preparación 10 km seguidos, tras meses sentados en el sofá hay una gran diferencia. Adquirir hábitos y regularidad es esencial para que nuestro cuerpo sume beneficios y eso sería lo ideal, pero también es cierto que ello no siempre es posible y de vez en cuando “cae” en nuestra agenda la necesidad de ejercitarnos y aparecen partidos con amigos, competiciones o simplemente salidas por la montaña que parecen fácilmente realizables. Tras estas prácticas y en más ocasiones de las que nos gustaría, se diagnostican lesiones que podían haberse evitado, simplemente siendo conscientes de las capacidades individuales. Falta de regularidad, un motivo importante Según la Encuesta de Hábitos Deportivos de la población española publicado en 2015, el 51% de la población mayor de 15 años practicó actividad física al menos una vez al mes y el 52,3% al menos una vez al trimestre, frente al 46,2% que lo hace de manera semanal o el 19,5% que lo hace diariamente. Así pues, estas cifras nos dan una idea de que las lesiones asociadas a la falta de regularidad de la práctica deportiva serán elevadas. El sistema musculo-esquelético es el más afectado, especialmente los tejidos blandos, es decir, músculos y ligamentos, por ser los que requieren una mayor adaptación a la técnica y a la exigencia del momento, sin olvidar las contusiones que son también lesiones frecuentes. Una lesión común Según el tipo de ejercicio o deporte que se realice las lesiones se concentrarán en una zona u otra del organismo. Pero hay una lesión que puede aparecer en cualquier localización, el DMAT (dolor muscular de aparición tardía) o más conocido comúnmente como las “ agujetas”. Este proceso es uno de los más comunes y se produce como consecuencia de lesiones microscópicas a nivel de las fibras musculares que están implicadas en el ejercicio. Estas molestias pueden durar hasta 72 horas tras el ejercicio, por lo que hay que ser prudente al retomarlo de nuevo. La prevención es básica para evitar su aparición, por lo que un buen calentamiento, aumento de tiempo y carga progresiva y estiramientos no deben faltar en las sesiones programadas. Extremidades inferiores Aquellos que practican deportes en los que las extremidades inferiores son el eje, contusiones y lesiones músculo-tendinosas suelen ser las más habituales. En general, cuando se trata de partidos en los que se enfrenta puede existir contacto físico una contusión suele ser un “souvenir” inequívoco de que se ha jugado un partido entre amigos. Son, frecuentemente, contusiones de poca importancia y gravedad que desaparecen tras unos días, y que no requieren de tratamiento específico más que crioterapia (hielo) y la aplicación de alguna crema que tenga acción trombolítica (disuelve pequeños trombos o coágulos formados superficialmente) para ayudar a reducir y reabsorber el hematoma que aparece tras un golpe. En cuanto las afectaciones de partes blandas (músculo, tendón y ligamento), los esguinces se sitúan en la parte alta de la lista del ranking de lesiones que sufren deportistas ocasionales. Los tobillos son la localización más habitual. La falta de regularidad en la práctica y también de técnica aumentan la posibilidad de lesión ya que la respuesta de dicha articulación no es siempre la que podría esperarse. Cuando un deportista es regular en la realización de su deporte no sólo trabaja la técnica, que es muy importante, sino que también trabaja a nivel de la condición física, y prepara a sus músculos y articulaciones para la situación de “estrés” al que se va exponer. En el caso del deportista ocasional, este punto se obvia y la respuesta delante de la exigencia física puede ser insuficiente. Un mal apoyo del pie en carrera o tras un salto puede significar una lesión de ligamento. Los esguinces suelen ser de poca gravedad, pero requieren de un diagnóstico para un tratamiento y recuperación adecuados. Dolor lumbar A nivel muscular, sobrecargas y/o contracturas por falta de acondicionamiento físico son también frecuentes entre este colectivo. Deportes en los que se exige mucho ocasionan molestias que pueden acarrear problemas en el día a día. Movimientos poco comunes, cargas elevadas o posiciones forzadas pueden ocasionar molestias en zonas que poco tenían que ver con la práctica deportiva propia. El dolor lumbar , por ejemplo, sea por sobrecarga o por previa lesión a la que no se le ha dado la suficiente importancia, es una de las razones más habituales de consulta que vemos los profesionales de la salud. En ocasiones esta molestia podría evitarse con un buen calentamiento previo o el uso de equipamiento adecuado. De hecho, la prevención es una de las recomendaciones más importantes para evitar estas lesiones. Conocerse y saber cuáles son los límites individuales, usar el material adecuado, una preparación física mínima basada en la regularidad y un cierto conocimiento del deporte a practicar ayudan en gran medida a reducir el riesgo de aparición de cualquier lesión.
Las Lesiones del Corredor
Artículo especializado

Las Lesiones del Corredor

La palabra lesión es una de las más temidas en el mundo del deporte, sobre todo porque se relaciona con un tiempo de parón. Hasta hace unos años, el hecho de no poder seguir con una rutina de entrenamiento afectaba mucho al deportista profesional ya que la consecuencia es clara: detener la posibilidad de seguir entrenando y llegar a conseguir el objetivo establecido. Pero de un tiempo a esta parte, algo ha cambiado, y no sólo los profesionales se “desesperan” por estar obligados a parar y no poder seguir con su agenda, sino que el deportista amateur también ha entrado en esta dinámica. ¿Qué pasa al correr? Correr es un deporte de impacto que implica que algunas zonas anatómicas en concreto sufran más que otras, por el impacto que implica la carrera a pie. La biomecánica y la técnica de la carrera obliga al sistema musculo esquelético a una elevada exigencia y ello puede acabar por provocar lesiones que pueden ir desde lesiones de diagnóstico y tratamiento sencillo y con una relativamente rápida recuperación y vuelta a la práctica deportiva, a otras que requieren de mayor tiempo de tratamiento y la consiguiente paciencia por parte del corredor, que verá su agenda “truncada”. ¿SABÍAS QUE…? Las lesiones en cualquier corredor no son algo extraño. De hecho, las cifras hablan de que alrededor de la mitad de corredores que salen de manera regular a correr pueden sufrir alguna lesión asociada a esta práctica. Conseguir reducir estas cifras está en parte en las manos del propio corredor. ¿Qué factores predisponen? En efecto, hay una serie de factores predisponentes que deben tenerse presentes ya que no pueden modificarse y hay que gestionarlos de la mejor manera posible. Algunos son: Género: las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres aumentan la predisposición a unas lesiones más que otras. Entrenamiento: realizar un entrenamiento de carácter progresivo y adaptado a las características y a los objetivos es esencial para minimizar riesgos. Alimentación: es necesario que exista una alimentación adecuada a las necesidades individuales. Seguir dietas bajas en hidratos de carbono o en proteínas puede aumentar el número de lesiones, por ejemplo. Por otro lado, una correcta hidratación es básica. Lesiones previas: cualquier estructura anatómica que haya sufrido una lesión tiene mayor posibilidad de lesionarse de nuevo, y más aún si la recuperación no ha sido la correcta. Patología existente: la presencia de alguna patología puede aumentar el riesgo de lesión por las características intrínsecas a éstas, por la afectación de otras zonas anatómicas diferentes. Material inadecuado : cada corredor tiene unas características propias, tanto a nivel anatómico como de objetivo. Usar el material apropiado no es un tema de modas sino de salud. Superficie por la que se corre : cada superficie presenta características propias, algunas tienen una mayor capacidad de amortiguación que otras y, por tanto, estás van a contribuir de manera positiva a mantener a las lesiones “a raya”. ¿Dónde se localizan las lesiones? La rodilla es la localización más habitual y supone entre el 7 y el 50% de lesiones asociadas al “running” , seguida de los pies y de las piernas. Tan importante es esta localización que hasta existe una lesión que se denomina “la rodilla del corredor” o síndrome femoropatelar. Esta patología se caracteriza por la existencia de un dolor en la zona delantera de la rodilla, donde se encuentra la rótula, que es un hueso cuya función es el correcto movimiento articular. Debido a diferentes causas, la rótula puede ver desplazada su posición original y ello ocasiona que el cartílago que se encuentra por debajo de ésta se erosione y a la larga provoque, una degeneración con consecuencias para el individuo, como la aparición de dolor. Este dolor no suele ser agudo, sino que es progresivo. Al inicio es poco limitante y el corredor sigue sin darle excesiva importancia y puede llegar a limitar tanto, que obliga a parar y necesitar de cuidados para seguir posteriormente. El dolor es típico que se agrave al estar sentado un rato o al subir o bajar escaleras. El tratamiento se centra en actuar sobre el dolor para minimizarlo y en conocer la o las posibles causas para así reducir o minimizar el riesgo de una recaída. Los pies : son también una localización frecuente de lesiones en este colectivo, y una lesión común es la fascitis plantar . El runner se queja de un dolor situado en la zona del talón , pero que puede recorrer toda la planta del pie, sobre todo por las mañanas cuando se levanta y lo apoya en el suelo. Por la planta del pie discurre una banda fibrosa (la fascia), que proporciona soporte al arco plantar. Cuando ésta se inflama o sufre pequeñas micro-rupturas por traumatismos repetidos, lo que ocurre evidentemente al correr, aparece dolor . Esta patología impide por completo el apoyo del pie en el suelo y, en consecuencia, la zancada en carrera, y va a requerir de un tiempo relativamente largo para solventarlo (unas ocho a 10 semanas). El tratamiento de fisioterapia es esencial, junto con la crioterapia y medicación pautada para reducir la inflamación. Las recomendaciones de valorar el origen de la lesión en la rodilla son igualmente útiles en este caso. La zona lumbar: es evidente que quien se lleva la peor parte serán las estructuras anatómicas que reciben el impacto de la carrera y, de ahí, que las extremidades inferiores concentren la mayor cantidad de lesiones. Pero otras localizaciones son también foco de lesión en el runner y la zona lumbar es una de ellas. El corredor se queja de una molestia que en ocasiones es mayor y en otras es menor pero siempre está ahí. Puede ser de origen anatómico o mecánico , pero llega a impedir la carrera. Por eso es importante conocer las causas y, sobre todo, darle la misma importancia que podría tener una molestia en la rodilla. Estirar y trabajar la musculatura no sólo como tratamiento sino como prevención, es clave.
¿Te Apuntas a la Marcha Nórdica?
Artículo especializado

¿Te Apuntas a la Marcha Nórdica?

Ya no resulta extraño ver a personas caminando con bastones por la montaña, la playa o por la calle, pero lo que no todo el mundo sabe es que según la técnica que se ponga en práctica o el tipo de bastones que se utilicen, se estará ante una modalidad de marcha diferente. Te explicamos más acerca de la marcha nórdica. Seguro que al acabar de leer el artículo te apetece probarla… Su origen En 1930 se habla por primera vez de una nueva modalidad de marcha. La ponen en práctica un grupo de esquiadores de esquí nórdico finlandeses que, para no perder la forma física durante la época de calor, cuando no podían seguir practicando su deporte, emulaban la técnica del esquí caminando y corriendo con bastones . Era la manera perfecta para poder seguir entrenando sin perder la base de su deporte. El esquí nórdico se caracteriza por tener una técnica muy depurada en la que el esquiador debe tener el control en todo momento de su posición corporal, así como del movimiento, no sólo de piernas sino también de los brazos, entre los que debe existir un gran sincronismo y coordinación. El trabajo simultáneo de brazos, piernas y tronco es necesario para conseguir un desplazamiento correcto. Estas mismas características las ha “abrazado” la marcha nórdica que con el complemento de los bastones permite realizar un trabajo combinado tanto a nivel cardiovascular como muscular. Su evolución Unos años más tarde, se empieza a pulir la técnica siempre teniendo muy en cuenta la biomecánica propia de la marcha humana y es en 1988, cuando también desde Finlandia, se desarrolla una técnica de marcha con bastones propios, característicos y específicos para la marcha nórdica. Poco a poco, esta disciplina va ganando terreno y en 1997 se le da ya el nombre oficial de Nordic Walking y se va conociendo y practicando en más países hasta que, a partir del año 2000, se crean ya asociaciones concretas a nivel mundial para regular y supervisar su práctica. Muchos beneficios La marcha nórdica nace, como hemos mencionado, como una alternativa “veraniega ” para que los esquiadores siguiesen entrenando, pero hoy en día es una actividad física más, que ofrece múltiples beneficios para la salud. Es una excelente actividad que pueden practicar personas de cualquier edad y sin necesidad de tener una gran forma física, pues la marcha nórdica es una herramienta para conseguirla. Mejora la salud cardiovascular: al andar nuestro corazón y vasos están activos, lo que permite actuar a nivel de parámetros como la tensión arterial, por ejemplo. Además, se pueden controlar valores como la glucosa en sangre o el colesterol por lo que es adecuado para aquellos que quieren prevenir patologías asociadas al metabolismo de estos productos o para quien sufre ya alguna alteración y quiere controlarlo y reducirlo. Menor impacto articular: al ser una actividad en la que existe impacto articular, pero menor que en otras modalidades como correr o aquellas que incluyen saltos, es perfecta para a quien tiene problemas a nivel articular, pero quiere seguir moviéndose. Mayor estabilidad: hay que tener en cuenta que al llevar bastones existe una mayor estabilidad que si no se llevan. Ayuda para perder peso: es también una actividad aeróbica para incluir en un programa con el objetivo de perder peso, dependiendo de la capacidad y las condiciones individuales se puede someter al organismo a una menor o mayor exigencia y con ello aumentar el consumo calórico. Se trabaja nivel muscular: son muchas las localizaciones que se activan con el balanceo de los brazos y la propia marcha, como los músculos de la espalda, hombros, los brazos y los abdominales, además de los glúteos, que se trabajan y se tonifican. Más flexibilidad, fuerza y coordinación: de manera indirecta existen una serie de cualidades que van a mejorarse con la práctica de la marcha nórdica entre ellas la flexibilidad, fuerza o coordinación por lo que refuerza aún más los efectos positivos globales para el organismo. ACTIVIDAD RECOMENDADA EN CÁNCER DE MAMA Últimamente esta disciplina ha tenido una mayor repercusión en ámbito sanitario, por recomendarse a pacientes con cáncer, en concreto con cáncer de mama . Mujeres que se han sometido a cirugía por un cáncer de mama son tributarias de esta actividad ya que la técnica quirúrgica afecta de manera específica a la zona axilar que puede limitar la movilidad del brazo y de la zona intervenida. Al marchar se movilizan músculos de las extremidades superiores, lo que permite aumentar el rango de movimiento y la propia movilidad y en paralelo se reduce el dolor de manera progresiva, lo cual mejora la calidad de vida de la paciente. La importancia de la técnica y del material Para que todos los efectos beneficiosos se obtengan es importante conocer la técnica y también hacer uso del material adecuado ya que no todos los bastones valen. Material: unos correctos bastones son imprescindibles para realizar la marcha nórdica de la manera más adecuada. Estos, a diferencia de los que se usan para hacer senderismo tienen unas características concretas como el apoyo, estos tienen un final que tiene una forma concreta para mejorar el movimiento al apoyar el bastón en el suelo.  La sujeción es otro de los puntos importantes, en la empuñadura existe lo que se conoce como dragonera , que es una especie de muñequera da mayor seguridad en el agarre todo ello pensado para una mejor funcionalidad que es la de ayudar a la propulsión del cuerpo durante la marcha. En cuanto al material de fabricación a mayor sea el porcentaje de carbono , menos vibraciones en las articulaciones y en los brazos y mayor ligereza. Técnica: la misma importancia que tiene un buen material lo tiene una buena técnica y es por ello que se recomienda antes de empezar pedir consejo a profesionales. Respetar la biomecánica de la marcha es una de las características de esta modalidad. Los brazos se colocan hacia atrás con las manos sujetando los bastones y se realiza el movimiento de la marcha ayudándose de los bastones para impulsarse. El movimiento de los brazos sale de los hombros y no de los codos. No es complicado simplemente hay que tener un mínimo conocimiento.
Ejercicios Hipopresivos o Gimnasia Abdominal Hipopresiva (GAH)
Artículo especializado

Ejercicios Hipopresivos o Gimnasia Abdominal Hipopresiva (GAH)

Los ejercicios hipopresivos o Gimnasia Abdominal Hipopresiva (GAH) han desbancado a los abdominales tradicionales revolucionado el mundo fitness, pero ¿sabemos por qué? No es cuestión sólo de estética, se obtienen muchos beneficios para la salud, y sobre todo tienen fines terapéuticos. ¿En qué consisten? Los ejercicios hipopresivos consisten en un sistema de tonificación enfocado en la musculatura o faja abdominal y el suelo pélvico . Se utilizan de forma terapéutica en mayor medida para tratar disfunciones de la columna y del suelo pélvico aunque también en los últimos años se ha implementado en el mundo del deporte a modo de entrenamiento para mejorar el rendimiento y prevenir lesiones. ¿Qué musculatura se trabaja con los hipopresivos? La musculatura trabajada, el suelo pélvico y la faja abdomina l, ejerce la función de sostén de los órganos situados en la cavidad pelviana. En la vida cotidiana se producen constantes aumentos de la presión abdominal: al toser, gritar, reír, cantar, cargar pesos, mantener relaciones sexuales, practicar deporte, etc. Debido a estos y otros factores, como la inactividad, los embarazos o la menopausia estos dos grupos musculares pueden verse afectados y dejar de realizar correctamente sus funciones de sujeción. Factores que afectan al suelo pélvico El suelo pélvico es un conjunto de músculos, fascias y ligamentos que se localizan en la pelvis ósea comportándose como una hamaca que proporciona soporte a los órganos abdominopélvicos como la vejiga, útero y parte del intestino. Una lesión o debilidad en dicha musculatura pueden ocasionar incontinencia urinaria o fecal, prolapsos genitales o disfunciones sexuales, originadas por diferentes causas: El embarazo ; las hormonas y el aumento del tamaño del útero durante el periodo de gestación. El parto: provoca lesiones directas en la musculatura del suelo pélvico. Posmenopausia: la pérdida de estrógenos hacen que la musculatura pierda su tonalidad y se vuelva flácida. Intervenciones quirúrgicas en la cavidad pélvica. Obesidad. Estreñimiento. Tos crónica. Profesiones de riesgo (deportistas, cantantes, músicos de instrumentos de viento…). Falta de conciencia de la zona perineal de uso en sus funciones fisiológicas. Desequilibrio muscular ; un gran tono abdominal crea una presión intraabdominal perjudicial para el suelo pélvico. La faja abdominal y por qué es importante trabajarla con hipopresivos Se trata de la musculatura del abdomen que conocemos como los músculos oblicuos externo e interno y el transverso del abdomen. Este grupo muscular está ligado al suelo pélvico y además se insertan en la pelvis ósea, vertebras lumbares y costillas, revistiendo toda la parte baja de nuestro tronco, como si de una faja de tratase. De hecho, es la musculatura que proporciona la típica figura de ‘’avispa’’, pero sus funciones van más allá de la estética, como proporcionar estabilidad de la zona lumbo-pélvica , dar soporte a los órganos e intervenir en la función respiratoria. El músculo más relevante es el transverso del abdomen . Es el músculo abdominal más profundo, por lo que su activación se consigue a través de los ejercicios hipopresivos. El trabajo de este grupo muscular es primordial en pacientes que padecen de lumbalgia, ya que estas aparecen, por lo general, a causa de una inestabilidad en las vertebras lumbares. Así bien, en consulta comprobamos la efectividad de la prescripción de ejercicios hipopresivos para recuperar la tonicidad de la faja abdominal. ¿Qué beneficios aportan los ejercicios hipopresivos? Reducen el perímetro abdominal, mejorando la postura, la función y la estética. Influyen en la recuperación temprana durante el Postparto, previene la debilidad del suelo pélvico. Mejoran la capacidad pulmonar y la función visceral. Evitan la aparición de hernias (Inguinales, abdominales, crurales y vaginales) Previenen la incontinencia urinaria, disfunciones sexuales, prolapsos… Mejoran en el rendimiento deportivo. Previene de lesiones articulares y musculares gracias al equilibrio del tono muscular del cuerpo. Protege la columna lumbar gracias a la tonificación de la faja abdominal. ¿Cómo se realizan los hipopresivos? Hay una gran variedad de ejercicios que pueden realizarse. No obstante, la clave para contraer bien la musculatura es la postura base y una correcta respiración . Desde una postura base, sentado, de pie, estirado o en cuadrupedia se mantiene la pelvis en posición neutra y la columna elongada dirigiendo el mentón hacia el pecho. A partir de aquí, se incorporarán movimientos que deben ser coordinados con la función respiratoria. Razón por la cual será importante realizar un ejercicio previo de concienciación de la respiración , espirando y inspirando varias veces de forma relajada. Así bien, una vez colocados en la posición y manteniendo la postura, se vacían los pulmones y realizamos una apnea mientras notamos como nuestras costillas se abren y nuestro abdomen se mete hacia dentro (respiración costodiafragmática) Estos ejercicios son complicados de realizar por cuenta propia, por lo que es importante que se hagan bajo la supervisión de un profesional para su correcta ejecución. También es interesante efectuarlos delante de un espejo, ya que nos permitirá autocorregir la postura. Se debe evitar hacer los ejercicios después de haber comido o antes de ir a dormir ya que estos pueden estimular la energía del cuerpo, se recomienda realizarlos por la mañana. Contraindicaciones de los ejercicios hipopresivos Durante el embarazo . Realizar este tipo de ejercicios durante el embarazo puede hacer que se produzcan contracciones del útero no deseadas. Por lo tanto, no se recomienda la práctica de estos ejercicios durante el periodo de gestación. También durante el postparto, se recomienda esperar 6 semanas para poder realizar estos ejercicios. Hipertensión , puede ser un factor contraindicativo trabajar este tipo de ejercicios si se padece de hipertensión, el control de la respiración y el aumento de tensión arterial pueden ser perjudiciales. Si se cuenta con un profesional especialista se pueden realizar los ejercicios adaptados y con supervisión. Enfermedades renales. Debido a la liberación de radicales libres durante la práctica del ejercicio que se eliminan a través de la orina y pueden suponer un sobreesfuerzo para la función de filtrado del riñón.
Síndrome de Fibromialgia
Artículo especializado

Síndrome de Fibromialgia

Dolor, cansancio, alteraciones en el estado de ánimo… son síntomas que refieren las personas con fibromialgia , un síndrome que no fue reconocido como enfermedad hasta 1992 y que afecta, y mucho, a la calidad de vida de quienes lo sufren. Te explicamos cómo se llega al diagnóstico y en qué consiste el tratamiento. ¿Por qué se le llama síndrome? Por tratarse de un conjunto de síntomas entre los que destacan el dolor crónico musculoesquelético generalizado junto con fatiga, insomnio o mala calidad de sueño, y alteraciones en el estado de ánimo. El síndrome de fibromialgia (SFM) es más frecuente en mujeres (les afecta 10 veces más que a hombres) y en el rango de edad entre los 30 y los 50 años. En su inicio costó catalogarlo por la diversidad e inespecificidad de sus síntomas, y fue reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1992. El dolor Su causa es desconocida, aunque su principal síntoma, el dolor, se asocia a la llamada sensibilización central. Existe una fuerte relación entre la fibromialgia y una alteración en la modulación del dolor, que explica la respuesta dolorosa aumentada que aparece ante estímulos de baja intensidad. Dicho de otra manera, estas personas sufren más dolor que el resto de la población con el mismo estímulo. Y este bajo umbral de tolerancia al dolor ocasiona una hiperestesia o hipersensibilidad ante mínimos estímulos. [ Por otro lado, se aboga por una predisposición genética y ambiental , siendo más frecuente en hijos de progenitores con fibromialgia y en aquellas personas con mala calidad de sueño, obesidad, inactividad física e insatisfacción laboral y personal. ¿Cómo se confirma el diagnóstico? El diagnóstico del SFM es absolutamente clínico. No existe ninguna prueba que lo confirme. Para etiquetar de fibromiálgica a una persona debemos basarnos en los síntomas, junto con una exhaustiva exploración física y una analítica (básicamente para descartar otras causas como enfermedades reumáticas). Entonces, ¿los dolores generalizados sin causa aparente equivalen a fibromialgia? La respuesta es: no. Existen unos criterios diagnósticos que deben tenerse en cuenta. Hasta hace pocos años el dolor se valoraba mediante la exploración sistemática de los llamados “ puntos gatillo ”, que son un total de 18, y son unos lugares anatómicos específicos cuya palpación provoca un dolor local o irradiado. Si una persona tenía dolor al palpar un mínimo de 11 de los 18 puntos se consideraba una exploración positiva y sugestiva de fibromialgia. En 2010 se definieron unos criterios diagnósticos que debían estar presentes durante al menos tres meses con una intensidad similar y sin otra causa que los justificara.  Se valoraba un índice de dolor generalizado y una escala de gravedad de síntomas . Posteriormente, fueron modificados con la introducción de unos cuestionarios en forma de autoencuesta que debía cumplimentar el paciente. ¿QUÉ MÉDICO ME LLEVA? Normalmente es controlado por el reumatólogo, aunque durante el seguimiento pueden intervenir el traumatólogo, el rehabilitador, la clínica del dolor e incluso el psiquiatra (por asociarse a oscilaciones en el estado de ánimo). ¿Cuándo sospecharemos el diagnóstico de SFM? Dolor: es generalizado, de inicio insidioso e intermitente (pero progresivo). Debe tener una duración de tres meses y sin otra causa aparente. Es de predominio muscular, aunque puede ser articular. Son frecuentes la cefalea y la dismenorrea (dolor menstrual). Fatiga: presente en el 90% de los pacientes, es el síntoma más comúnmente asociado. Puede ser más incapacitante que el propio dolor. Alteraciones del sueño: insomnio de primera o segunda fase (cuesta coger el sueño o se despiertan durante la noche) o sueño no reparador (se despiertan con sensación de “no descanso”). Distimia: alteraciones en el estado de ánimo como depresión y/o ansiedad son frecuentes (tres de cada cuatro pacientes). Otros síntomas:  disfunción sexual (hasta en un 97% de los pacientes), síndrome del intestino irritable, sequedad ocular, palpitaciones, bruxismo, acufenos (pitidos), sobrepeso u obesidad, etc. ¿Qué pruebas podemos solicitar antes estos síntomas? Ante un posible SFM podemos encontrarnos con una exploración física normal. No obstante, solicitamos una analítica completa para descartar otras enfermedades. Diversas entidades pueden cursar con un dolor similar, por ejemplo, enfermedades musculo esqueléticas (artritis reumatoide, espondilo artritis, lupus eritematoso sistémico o poli mialgia reumática) o neurológicas (esclerosis múltiple o neuropatías periféricas). Algunos fármacos pueden causar dolor generalizado como esta tinas, inhibidores de la bomba de protones y bifosfonatos. ¿Cómo abordamos el tratamiento del SFM? El tratamiento debemos enfocarlo en la reducción de síntomas para mejorar el entorno médico del paciente. Disponemos de un tratamiento farmacológico y de un tratamiento no farmacológico, pero no existe un tratamiento estándar ni específico. Centrándonos en los síntomas predominantes de cada paciente individualizaremos su tratamiento. En cuanto a las medidas no farmacológicas podríamos mencionar: Concienciación del paciente y comprensión de su enfermedad: debemos fomentar una actitud positiva por su parte, pues influye fuertemente en la respuesta al tratamiento. Ejercicio físico: mejorando el bienestar físico y psicológico conseguiremos disminuir el dolor y mejorar la calidad de sueño. Es preferible el ejercicio aeróbico de baja potencia (caminar, trotar, nadar, aquagym, pilates, bailar, pedalear, etc). Tres sesiones a la semana de 30 minutos de duración son suficientes. Otras actividades aconsejadas serían: yoga, taichi, meditación o masaje corporal. Psicoterapia: el estado de ánimo influye en la evolución de la enfermedad. El tratamiento farmacológico debe abordar aquellos síntomas invalidantes, pero empleando la mínima dosis eficaz y durante periodos de tiempo controlados. No hay ningún fármaco aprobado con indicación específica para la fibromialgia. Por ello, el tratamiento será sintomático: Analgésicos y antiinflamatorios para el dolor. Relajantes musculares o antidepresivos para mejorar el descanso y el estado de ánimo. Otros: los fármacos anticonvulsivantes (gabapentina y pregabalina) han demostrado eficacia en el control de algunos síntomas.  A pesar de que los síntomas suelen persistir y fluctuar a lo largo del tiempo debemos fomentar que el paciente tenga una vida activa y recurra al tratamiento médico sólo cuando sus síntomas se intensifiquen. La convivencia con el SFM es más fácil si el paciente es conocedor de su patología y de su abordaje. Asimismo, el optimismo y una buena calidad de sueño van a influir positivamente en el control de la enfermedad.
Espolón Calcáneo Plantar ¿Qué Es?, ¿En Qué Consiste El Tratamiento?
Artículo especializado

Espolón Calcáneo Plantar ¿Qué Es?, ¿En Qué Consiste El Tratamiento?

¿Cuántas veces hemos oído hablar del espolón? Realmente es una patología traumatológica muy frecuente que debuta, en la mayoría de los casos, con un dolor espontáneo en el talón que se agrava durante el apoyo. Pero también es muy habitual hallarlo de forma casual al hacer una radiografía por otro motivo. Vamos a definirlo y a explicar las alternativas terapéuticas de las que disponemos en la actualidad. Aclarando conceptos Antes de abordar el tema debemos definir unos términos médicos para entender el texto: Calcáneo: también llamado hueso del talón. Es un hueso grande que forma la base de apoyo del talón o tarso. Se articula con el astrágalo por arriba y con el cuboides por delante. Constituye el primer punto de apoyo del pie durante la deambulación. En su parte posterior se inserta el tendón de Aquiles. En su parte inferior se inserta el músculo flexor corto de los dedos. Es un hueso cuya cortical es muy dura pero su interior muy esponjoso por ello se fractura muy frecuentemente al caer de pie desde una cierta altura. Exóstosis: nueva formación ósea en la superficie del hueso. Llamada coloquialmente calcificación, protuberancia ósea o espolón. En una radiografía suele apreciarse como una espícula en la superficie ósea. Espolón calcáneo plantar: es una exóstosis ósea situada concretamente en la base del calcáneo. Como su nombre indica tiene una forma puntiaguda que provoca la inflamación del tejido contiguo, sobre todo al apoyar el pie (momento en que provoca síntomas). ¿Espolón calcáneo inferior o plantar o espolón calcáneo superior o de Haglund? El calcáneo puede tener espolones en dos áreas anatómicas diferentes y ambas muy típicas. La ubicación más frecuente es en la base del pie, justo en la parte plantar del talón (llamado espolón calcáneo inferior o espolón calcáneo plantar). Suele ocasionar un cuadro llamado fascitis plantar. La otra ubicación (menos frecuente) sería en la parte posterior del tobillo, a nivel de la inserción del tendón de Aquiles (llamado espolón calcáneo superior o deformidad de Haglund o exostosis de Haglund) y suele ocasionar un cuadro llamado bursitis aquílea. En este artículo vamos a abordar el espolón calcáneo plantar o espícula ósea que ocasiona la inflamación de los tejidos circundantes dificultando el apoyo del talón durante la marcha. Ocasiona la inflamación del tejido plantar del pie o fascia plantar, dando lugar a una fascitis plantar, típicamente dolorosa al apoyar el pie sobre una superficie dura. ¿Por qué se forma un espolón? No existe una causa determinada, pero sí algunos factores predisponentes: sobrepeso, apoyo podal alterado, bipedestación prolongada, calzado inadecuado … Es mucho más frecuente en mujeres y en edades comprendidas entre los 40 y los 60 años. ¿Qué síntomas da un espolón calcáneo plantar? El espolón calcáneo inferior o plantar ocasionará un dolor muy característico en el talón , en la zona de apoyo, que se agudiza o empeora al apoyar el talón en el suelo. Es muy típico el dolor agudo por las mañanas, al levantarnos, cuando apoyamos el talón en el suelo tras haber estado en reposo toda la noche. Si imaginamos que un espolón tiene forma de aguja y que al ponernos de pie esta aguja se clava en la planta del pie entenderemos, rápidamente, por qué al no apoyar no nos duele. Este dolor puede ser muy limitante, hasta el punto de dificultarnos la actividad cotidiana. Como es lógico, debemos realizar una exploración exhaustiva del talón y descartar otras posibles causas de dolor como podrían ser una fascitis plantar (sin espolón), una tendinitis calcificante, un cuerpo extraño enclavado en el talón, un síndrome del túnel del tarso o un proceso inflamatorio (artritis) o degenerativo (artrosis). ¿Qué pruebas hacemos para confirmar el diagnóstico? El diagnóstico del espolón calcáneo suele confirmarse mediante la realización de un estudio radiológico , concretamente lo veremos perfectamente en una radiografía de tobillo en la proyección de perfil. Allí se verá una protuberancia puntiforme en forma de espícula puntiaguda con una longitud variable (1-5mm). ¿Cómo abordaremos el tratamiento? Dado que el principal síntoma será el dolor al apoyar el talón, lo primero a recomendar será un tratamiento analgésico o antiinflamatorio para mitigar las molestias y una descarga del pie (es decir, evitar el apoyo o deambular con ayuda de muletas). En aquellos dolores de intensidad media podemos recomendar el uso de taloneras específicas de silicona caracterizadas por presentar un orificio en el centro donde presuntamente recaerá el punto de dolor del espolón. Se pueden encontrar en ortopedias y farmacias. Se utilizarán a modo de cojín cuando no es posible el reposo. Es un tratamiento sintomático que funciona en espolones pequeños. Cuando hemos agotado el tratamiento conservador inicial y persisten las molestias deben buscarse otras alternativas terapéuticas: Infiltración local : consiste en una punción local (con corticoide y anestésico) en el talón, donde el paciente ubica el dolor. En ocasiones, debe hacerse otra infiltración pasados unos días cuando la primera no ha erradicado los síntomas. Tratamiento con ondas de choque : las ondas de ultrasonidos de alta energía (llamadas ondas de choque) persiguen la disolución de la espícula ósea causante de la inflamación. Intentan fragmentar el espolón (es un procedimiento empleado también en la litiasis renal con la misma finalidad). Láser de baja potencia: tratamiento sintomático para combatir el dolor y la inflamación asociados al espolón calcáneo. ¿Qué ocurre si ninguno de estos tratamientos consigue erradicar los síntomas? En tal caso debemos recurrir al tratamiento quirúrgico consistente en la extirpación del espolón. Antes se realizaba mediante una incisión quirúrgica con abordaje directo, pero en la actualidad se realiza de forma percutánea, siendo mucho menos invasivo y sin requerir el ingreso hospitalario. ¿Cuáles son los resultados? El tratamiento conservador conseguirá una evolución favorable en un 90% de los casos . Sin embargo, el 5-10% de los pacientes puede precisar cirugía, no exenta de complicaciones y cuya recuperación precisa la máxima colaboración por parte del paciente. ¿Hay alguna manera de prevenir la aparición de espolón calcáneo? Quizás podríamos hacer hincapié en evitar aquellos factores que favorecen su aparición: Intentar estirar los tejidos blandos antes de iniciar una actividad deportiva. Utilizar calzado deportivo sólo para practicar deporte. Evitar el sobrepeso. Corregir los defectos de la marcha mediante plantillas. Todos podemos ser candidatos a sufrir un espolón, pero seguro que después de esta lectura sabrás hacer un diagnóstico precoz en cuanto te levantes y notes una aguja en tu talón.
Latigazo Cervical y Claves para Solucionarlo
Artículo especializado

Latigazo Cervical y Claves para Solucionarlo

Hemos oído esta expresión seguramente asociada a un pequeño accidente de coche o frenazo brusco. Y es que la palabra latigazo cervical es utilizada para describir la lesión en la cual la cabeza está sometida a fuerzas de aceleración que provocan un movimiento brusco de mucha flexión y mucha extensión de la columna cervical. Te explicamos cómo puede solucionarse. Este cambio repentino y brusco de la cabeza produce que se puedan lesionar cualquiera de las estructuras que se encuentran en el cuello y la columna como bien pueden ser: la musculatura, los ligamentos, los nervios, etc. No obstante, y pese a que normalmente se asocia el termino de latigazo cervical al mecanismo mecánico, esta palabra también se utiliza para hablar del dolor de cuello o nunca sin más sintomatología ¿Qué síntomas presentan y cómo se puede diagnosticar? El diagnóstico del mismo muchas veces no se hace justo después de este movimiento brusco. El motivo es que la sintomatología puede llegar a tardar en aparecer hasta 48 horas. Pasado este tiempo los signos de alarma son: parestesias u hormigueos, vómitos, mareos, cefaleas … Al presentar uno de estos lo normal es acudir al médico, quien lo más seguro es que nos haga un examen más exhaustivo y pida pruebas complementarias . En este caso, seguramente solicite radiografía, tac, o ecografía para ver si existe alguna fractura de las vértebras cervicales, una rectificación de la curvatura normal del cuello o si hay alguna lesión de alguno de los ligamentos cervicales. ¿Me han puesto un collarín, cuanto tiempo he de llevarlo? Por desgracia, el uso del collarín hoy en día está sobre utilizado. Por culpa de manuales de actuación desactualizados y por viejas costumbres, hay pacientes que han llegado a la consulta con el collarín puesto durante dos semanas. Pues rompiendo todos los esquemas de muchas personas, la evidencia científica nos dice que si no hay fractura cervical y es un esguince de grado I-II, llevarlo más de 48 horas va ser más contraproducente que beneficioso . Claro está, la pregunta obliga es… ¿Por qué? La función del collarín cervical es hacer de musculatura y encargarse de la estabilización cervical , de tal manera que nuestra propia musculatura descanse. Esto está bien, y más después de un trauma en el que el cuello ha sufrido mucho… pero como todo en esta vida, en exceso es malo. Si el cuerpo se acostumbra a que el collarín sea el encargado de estabilizar nuestros músculos, estos empiezan a atrofiarse por no utilizarse y cuando intentamos volver a utilizarla cuesta mucho más porque el músculo ha de empezar desde cero. Llegados a este punto muchos me decís que os parece razonable… pero que “no sabemos qué alternativa existe”. Si bien es cierto que si trabajaseis la musculatura desde el primer día de la lesión sería malo, eso no significa que no tengáis que ir al fisioterapeuta . En las primeras sesiones, un masaje descontracturante de toda la musculatura, así como unos buenos estiramientos ayudarán a todo este proceso. Pasadas 48 horas seguiremos trabajando para eliminar las contracturas, aunque ahora ya podremos trabajar poco a poco con estiramientos en tensión, es decir, en los que añadimos un componente de contraposición activa, o pequeños movimientos en los que el músculo empieza a trabajar. Recordad que el movimiento es vida. ¿Cómo puedo tratar todos los síntomas que noto? Primero de todo indicaros que cuanto antes se empieza a tratar en consulta una vez pasado el tiempo de reposo antes mejorarás. Para tratarlo se utilizarán técnicas de relajación de la musculatura, estiramientos y luego técnicas de terapia manual y propiocepción (equilibrio). Según pasen las sesiones iremos añadiendo componentes de fuerza y trabajo isométrico , lo que hará que vayamos ganando fuerza y estabilización cervical. También puede ir muy bien la técnica craneo-sacral , que consiste en movilizar toda la columna desde la parte más superior de las vértebras hasta el sacro mediante movimientos suaves y coordinados con la respiración. Tengo que volver a trabajar, ¿cuánto tiempo tardaré en estar bien? Pues bien, dependerá del grado de lesión, pero un esguince cervical por norma general no suele tardar más de cuatro o seis semanas en curarse. Claro está, ello dependerá también de las patologías de base que tenga el paciente ya que, si por ejemplo éste antes de sufrir dicha patología tenía una hernia discal, esto agravará todos los síntomas que notaba y hará que tarde más en curarse. RECUERDA QUE… El latigazo se produce por un cambio repentino de la posición del cuello cuando este tiene toda la musculatura en reposo El collarín si no hay una fractura o una lesión que. Lo justifique, más de 48 horas no es aconsejable ya que produce efectos adversos Acudir al f isioterapeuta para tratar una línea de tratamiento pasadas las 48h de la lesión ayudará a una rápida y mejor recuperación El tiempo de cura es relativa ya que depende de muchos factores, pero en principio en 4 o 6 semanas deberías estar mejor.
Descubre las Lesiones en el Pádel más Comunes
Artículo especializado

Descubre las Lesiones en el Pádel más Comunes

El pádel está de moda. Cada vez más personas cogen una raqueta y se lanzan a jugar sin unos conocimientos ni preparación mínima. Y es que el pádel es un deporte que al ser de raqueta y jugarse en superficie rápida, ya predispone a una serie de lesiones que se pueden ver agravadas si el deportista no se prepara y no se cuida para practicarlo. Un poco de historia… Las lesiones relacionadas con este tipo de deporte han ido creciendo , de la misma manera que han crecido las licencias federativas y el número de practicantes de este deporte, que proviene de México , donde se creó a finales de los años 60. Quien lo inventó se inspiró en el “paddle tennis” americano, utilizando una pista de frontón de inicio y cerrando el espacio con unos muros y red metálica formando un rectángulo. Ello hacía que no sólo el jugador tuviera que centrarse en el campo contrario sino también en las paredes, que también se podían utilizar. La raqueta es también una adaptación, de manera que la de pádel es más corta y sin red, pasando a denominarse “pala” en lugar de raqueta. Cada vez más practicantes El número de practicantes a nivel mundial va creciendo año tras año, y son muy diversos los perfiles de quien juega a pádel. Los niños pueden empezar desde pequeños, pero también los adultos pueden incorporarse tras años de práctica de otros deportes o tras un periodo más “sedentario”. Lo importante es hacerlo de la manera adecuada y adaptándose a las características individuales. Es un deporte que se ha hecho un hueco en los centros deportivos, ya que se ha ganado espacio en el ámbito de lo “social”. Son muchos los clubes deportivos que han construido canchas para jugar al pádel y organizan torneos entre sus miembros, así como con otros clubes o centros deportivos. Además, el hecho de jugar en pareja, obliga no sólo a ser capaz de jugar a nivel individual (entendiendo la técnica y las reglas) sino que hay que saber compartir ese juego con todo lo que ello supone en posicionamiento en la cancha, respuesta física y mental . El equipamiento para jugar, por otro lado, es asequible, lo que también ha contribuido a animar a muchos a convertirse en un jugador de pádel y dedicar su tiempo a mejorar su forma física, competir y compartir en una cancha. ¿SABÍAS QUE… Según la encuesta de Hábitos Deportivos en España publicada en 2015, el pádel es la 9ª modalidad deportiva practicada en España (16,8%) pero sube tres puestos en el ranking en cuanto a deportes más lesivos se refiere, ocupando el sexto puesto. Las causas relacionadas con las lesiones de esta modalidad deportiva se dividen en causas propias del individuo y las relacionadas con la técnica y las características del deporte en sí mismo. Y más lesiones… La Fundación Mapfre presentó en 2013 los resultados de un estudio epidemiológico focalizado en la práctica del pádel y las lesiones asociadas a este deporte. Según este estudio reciente, las lesiones más habituales se sitúan en las extremidades inferiores siendo ligamentos y músculos los más afectados . La lesión típica de los deportes de raqueta, la “e picondilitis ” se encuentra también en la lista de lesiones del pádel junto con patología de rodillas y espalda. Como se puede observar, las lesiones son variadas tanto en su localización como por su afectación, pero las cifras sitúan a los esguinces de tobillo y a las contracturas musculares por delante del resto, tanto en hombres como en mujeres deportistas. Estas lesiones pueden tener uno de sus orígenes, en la rapidez del juego y el tipo de superficie en el que se juega. Los cambios de dirección pueden conllevar apoyos inestables e incompletos del pie y tras ello una imposibilidad para contrarrestar el movimiento en dirección contraria. Esguince Suele afectar mayoritariamente al ligamento lateral externo . Este ligamento está formado por tres fascículos (ligamento astrágalo-peroneo posterior, ligamento astrágalo-peroneo anterior y ligamento calcáneo-peroneo), se sitúa en la cara externa del tobillo y proporciona estabilidad a la articulación. Cuando el pie no apoya correctamente el tejido conjuntivo que forma el ligamento es incapaz de responder ante el movimiento brusco y se lesiona desestructurándose. Según el grado de afectación del tejido se diagnosticará como esguince de grado I, II o III (rotura completa). El tratamiento de dicha lesión será en función del grado de afectación, aunque en general es de tipo conservador incluyendo tratamiento de fisioterapia y de rehabilitación . En muchas ocasiones esta recomendación terapéutica no se cumple y es cuando la posibilidad de recidiva de lesión es mayor. Si no se cura correctamente una lesión el riesgo de volver a lesionarse en la misma localización es mayor de ahí que se recomiende no solo una correcta recuperación sino también un programa de prevención. Lesiones musculares Las roturas, sobre todo, van relacionadas con aquellos movimientos bruscos en los que hay una arrancada rápida para ir a responder una bola del contrario. El músculo es incapaz de responder a esa solicitación y las fibras musculares se rompen. El jugador nota un dolor agudo que en ocasiones es una pequeña molestia pero que en otras imposibilita seguir jugando. El tratamiento dependerá del tamaño de la lesión per va a requerir de rehabilitación para recuperar en la medida de lo posible la integridad previa de ese músculo. Codo de tenista En cuanto a extremidad superior, los deportes de raqueta se caracterizan por un movimiento muy característico en el que la raqueta hace un movimiento de vaivén en el que tanto codo como hombro realizan movimientos articulares muy concretos. El codo suele sufrir lo que se conoce como “codo del tenista” o epicondilitis . Movimientos repetitivos una y otra vez que acaban por ocasionar pequeñas lesiones que provocan una inflamación dolorosa e impotencia funcional.  Reposo, tratamiento antiinflamatorio y seguimiento fisioterápico son las bases para una correcta recuperación. Es difícil encontrar un deportista, sea del deporte que sea, que pueda decir que nunca se ha lesionado ya que la práctica deportiva está ligada, en general, a la existencia de alguna lesión. Sin embargo, en consulta vemos claro que éstas podrían reducirse si se siguieran programas de prevención. No es necesario ser un profesional para saber que si se calienta antes de empezar un partido o se siguen algunas recomendaciones para reforzar músculos y ligamentos la posibilidad de lesión disminuye. Para disfrutar de un buen partido de pádel, llevar el material adecuado, realizar un calentamiento previo y seguir una rutina de trabajo muscular va a evitar lesionarse y quedarse parado en casa sin acudir a la cancha.
Qué Es la Condromalacia Rotuliana
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Qué Es la Condromalacia Rotuliana

La situación de la rótula es esencial para que no se produzca dolor o molestia. Cuando está centrada centrada y se mueve sobre el eje del surco patelofemoral, no aparecen problemas, pero en aquellos casos en los que, debido a diferentes razones, la rótula pierde el eje, el cartílago subyacente queda afectado, provocando lo que se conoce como condromalacia rotuliana . También puede provocar esta lesión una rótula deformada, desgastada o inclinada . La rótula La rótula, también conocida como patela, es un hueso pequeño, redondo y aplanado, que se sitúa en la parte anterior de la rodilla. A pesar de su tamaño, es de gran importancia para la articulación de la rodilla ya que su función es básica para su correcto funcionamiento. El principal papel que desempeña es el de aumentar la eficacia del cuádriceps femoral , músculo que tiene cuatro cabezas o vientres, y que se encuentra en el muslo. En la rótula se inserta el tendón cuadricipital (un tendón potente, sobre todo en cuanto a extensión de la pierna). Además, centraliza las fuerzas que provienen de los cuatro vientres musculares y también se encarga de proteger al cartílago articular que se encuentra debajo de ésta cuando se produce el movimiento. Causas Algunas de las causas que pueden provocar una mala alineación de la rótula van desde causas intrínsecas al individuo hasta otras relacionadas con fenómenos externos. Entre las primeras encontramos alteraciones anatómicas que provocan cambios en la rótula, como por ejemplo hiperpronación, el genu valgo (las rodillas hacia dentro) o un desequilibrio muscular a nivel de cuádriceps, por ejemplo. Entre los factores externos que pueden ocasionar cambios encontramos errores en el entrenamiento , antecedentes de traumatismos o el calzado inadecuado. Estos últimos factores son sobre los que se pueden realizar más actuaciones y reducir así el riesgo de lesión ya que está en manos de cada uno poder mejorar la situación. Errores al entrenar Respecto a los errores de entrenamiento, la mayoría de situaciones se relacionan con un aumento importante en cuanto a carga kilométrica o un exceso de trabajo a nivel muscular. Es importante tener un buen tono muscular del cuádriceps , pero hay que tener cuidado con el exceso. Traumatismos En cuanto a la existencia de un traumatismo, es evidente que cualquier circunstancia que comporte un golpe sobre la articulación puede ocasionar un desplazamiento y, por tanto, una pérdida posterior del eje. Calzado inadecuado Por último, y quizás el más importante por ser un factor que no siempre se tiene en consideración, está el uso de un calzado inadecuado . Cada persona tiene un tamaño y una forma diferente, y es por ello que el calzado debe adaptarse a estas circunstancias de la misma manera que debe cambiarse cuando está desgastado. Errores de este tipo pueden acabar por provocar lesiones que eran evitables. A quiénes afecta más Esta patología afecta en mayor medida a personas en cuyo deporte predomina la carrera, aunque puede afectar también a deportistas que practican otras modalidades, como el ciclismo. Debuta con dolor en la cara anterior de la rodilla, que se agrava al bajar escaleras o pendientes y es bastante típico que aparezca al levantarse cuando se lleva un tiempo sentado. Esta   sintomatología que comenta el paciente es bastante significativa del diagnóstico y puede corroborarse con una exploración física en la que se incluyan maniobras y permitan ver la imposibilidad de realizar sentadillas o la aparición de dolor en el momento de la contracción de la musculatura cuadricipital. Diagnóstico y tratamiento El diagnóstico por la imagen será la herramienta que, junto a una buena exploración física, determine el diagnóstico final . Con una radiografía simple puede observarse un desplazamiento de la rótula sobre su eje, lo cual hace sospechar al profesional. Pruebas más específicas como la Resonancia Magnética Nuclear permiten, además, evaluar los tejidos blandos circundantes que pueden evidenciar un cuadro degenerativo que acompaña al cuadro doloroso . El tratamiento se divide en dos niveles de actuación : La recuperación funcional, junto con el tratamiento de la sintomatología, sería la primera fase del tratamiento. Analgesia y antiinflamatorios ayudarán a reducir las molestias, siendo el hielo una de las recomendaciones más habituales y con buenos resultados de inicio. Una vez pasado el cuadro más agudo ponerse en manos de un fisioterapeuta para someterse a terapias cuyo objetivo sea también la disminución del dolor, así como la recuperación para, de manera progresiva, reincorporarse a la práctica deportiva. En un principio, esta fase se basa en lo que se conoce como “descanso activo”, es decir, en el que se deja la carrera de lado, pero se sigue entrenando mediante la práctica de otras modalidades deportivas para seguir manteniendo la forma y a su vez trabajar la musculatura , sobre todo la cuadricipital, que es esencial para recuperar la movilidad indolora de la rodilla afectada. Las actividades en el agua suelen ser una opción muy válida ya que en este medio no existe apenas impacto y se puede seguir trabajando a nivel cardiovascular. Es importante conocer la posible causa que ha llevado a la existencia de la patología para, de este modo, variar en la medida de lo posible dicho factor. Valorar si el calzado es adecuado o no, si es necesario el uso de plantillas o c ambiar el plan de entrenamiento deben ser parte del tratamiento. En cuanto a la cirugía, esta tiene una doble función : puede ser diagnóstica al/para poder ver “in situ” el estado de la lesión y cuál es la necesidad terapéutica. En algunos casos, es necesario realizar lo que se conoce como un “recentrado”, cuyo objetivo es colocar de nuevo a la rótula sobre el eje natural.
Entrenamiento Funcional: Características
Artículo especializado

Entrenamiento Funcional: Características

Mejorar la fuerza, la movilidad, la coordinación… Todas estas cualidades, y otras más, pueden mejorarse con el entrenamiento funcional. Te explicamos cómo. Cuando nos movemos y realizamos las actividades diarias utilizamos diferentes músculos y articulaciones. Y es así porque cada uno de ellos tiene una función, sea la de levantar un brazo, girar el tronco o ladear la cabeza. Estos diferentes movimientos los podemos realizar en nuestro trabajo y en nuestro día a día en las actividades más cotidianas , pero también al practicar un deporte, y es que el cuerpo se adapta a las necesidades de la persona y del momento. No será la misma técnica ni tendrá las mismas necesidades un lanzador de jabalina que un reponedor de un supermercado, pero sí que para conseguir su objetivo van a necesitar de movimientos concretos de sus brazos, por ejemplo. Entrenar de manera específica no sólo es importante para que el movimiento sea el adecuado, sino también para conseguir un mejor rendimiento deportivo . Es por ello que este tipo de entrenamiento, aunque hace mucho que los deportistas profesionales ya lo tenían como parte de su rutina, se ha ido acercando al público más amateur. Nuestro cuerpo requiere de la implicación de músculos y articulaciones, es decir, del aparato locomotor y del sistema nervioso , para poder ejecutar acciones. Cada acción estará supeditada a los conocimientos que tengamos para ello, así como la capacidad con la que contemos, tanto a nivel físico como a nivel mental. Los movimientos son naturales, pero también deben aprenderse y más cuando el objetivo es concreto. En un solo movimiento intervienen distintos elementos, y todos ellos deben trabajar para conseguir una función determinada. Por un lado, tendremos los elementos más anatómicos y, por otro las propias capacidades, que pueden mejorarse. Entrenar aquello en lo que flojeamos es conveniente para mejorar, pero no siempre somos conscientes de que tenemos ciertas carencias. De ahí la necesidad de entrada de conocernos, para establecer cuál será el punto de partida. ¿En qué consiste? Se trata de trabajar distintas cadenas musculares en un solo movimiento, además de aquellas capacidades motrices que intervienen en dicha acción para conseguir beneficios más amplios. Realizar movimientos complejos estudiados y no solos aislados, porque si lo pensamos nuestro cuerpo difícilmente mueve un solo musculo o articulación, nos movemos de manera global. Es un entrenamiento integrativo que como ya hemos comentado, puede mejorar el rendimiento deportivo pero también tiene como objetivo evitar o reducir el riesgo de lesiones . Si nuestro organismo está más fuerte, tiene mayor capacidad de coordinación o de resistencia, las lesiones serán menores y por tanto obtendremos mejores resultados. Al principio, se recomienda que un profesional supervise los entrenamientos. Son rutinas que requieren de un conocimiento del cuerpo y las necesidades individuales, de los movimientos y de las diferentes opciones que pueden utilizarse. Actualmente existen múltiples opciones en cuanto a material se refiere. Cintas o gomas elásticas, kettelbells o el bosu son materiales que un entrenador puede incluir en su programa, cada uno de ellos con una finalidad: Con las gomas , aunque puede parecer que tienen poco potencial, pasa todo lo contrario. Con ellas puedes hacer trabajo de fuerza, coordinación o equilibrio , con un riesgo bajo. El profesional puede pautar una multitud de ejercicios distintos, centrados en diferentes objetivos y con cierta tranquilidad ya que es difícil que una goma pueda ocasionar problemas, sobre todo para el principiante que desconoce según que movimientos o aún no tiene la destreza suficiente para trabajar con pesos. Las kettelbells son pesos libres con los que se pueden hacer movimientos amplios con un peso que añade complejidad a esa acción. Al tener un agarre puede facilitar el ejercicio y evitar desplazamientos del peso. El bosu es una semiesfera que da “mucho juego”. Inicialmente trabajar el equilibrio es la esencia de este accesorio. La propiocepción (conseguir un equilibrio adecuado trabajando sobre una superficie inestable) obliga a muchas estructuras corporales a activarse. Desde la musculatura de la planta del pie pasando por las extremidades inferiores y el “core” deben trabajar al unísono para evitar la caída. Además de incorporar material a una rutina de entrenamiento, el propio cuerpo del deportista es todo un “gimnasio” ya que el peso y la anatomía del individuo ya le obligan a gestionar muchas capacidades. Zancadas, saltos, sentadillas o planchas , entre otras, son alternativas a tener en cuenta en un entrenamiento funcional. El entrenamiento funcional en rehabilitación Hemos mencionado que este tipo de entrenamiento puede ayudar a minimizar el riesgo de lesión, pero respecto a las lesiones cabe destacar que los profesionales de la rehabilitación hace ya mucho tiempo que lo incorporan a sus sesiones. Una lesión puede venir derivada de un problema deportivo o laboral pero el resultado es una incapacidad para llevar a cabo uno o varios movimientos por lo que habrá que trabajar de manera específica para conseguir la normalidad de nuevo. Para ello, de la misma manera que conviene conocer cuál es el movimiento que requiere un deportista para mejorar su rendimiento, debe conocerse para recuperar ese movimiento esencial y ese es el objetivo del profesional de la rehabilitación.
Estiramientos Dinámicos o Estáticos
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Estiramientos Dinámicos o Estáticos

Estirar. Sabemos que es importante y tiene beneficios. Pero ¿sabías que puede estirarse de forma estática y también dinámica? En efecto, existen distintos tipos de estiramientos y se pueden diferenciar en función del objetivo que se busque (mantenimiento, rehabilitación, mejora deportiva o recuperación) y según la forma en la que se realizan. A continuación, describimos las dos principales formas de ejecución: estática o dinámica. ¿Tienes dudas? Regístrate ahora en Savia y habla gratis con nuestro médico especialista en Entrenamiento personal. Estiramientos estáticos Los estiramientos son ejercicios destinados a m antener y/o mejorar la movilidad, elasticidad y flexibilidad de los músculos por medio del alargamiento progresivo de sus fibras . Los estiramientos estáticos, en concreto, consisten en realizar estiramiento en reposo hasta el límite de lo confortable, estirando el músculo en reposo hasta una determinada posición y manteniendo la postura durante un tiempo determinado, generalmente entre 15 y 30 segundos. En este tipo de estiramientos no existe un trabajo por parte de la musculatura agonista (la que colabora en la realización de un movimiento), por lo que el gasto energético es mucho menor que en los estiramientos dinámicos. Además, al tratarse de movimientos lentos y en reposo, se logra obtener una mejor relajación muscular , aumentando la circulación sanguínea y reduciendo la sensación de dolor. Estiramientos dinámicos El estiramiento dinámico hace referencia a los estiramientos que se realizan de manera activa, por medio de movimientos suaves y controlados para alargar (elongar) las fibras musculares , que va aumentando de manera gradual y progresiva, preparando al músculo para la actividad física, a diferencia de los estiramientos estáticos que, por el contrario, provocan una respuesta inhibitoria o reductora. Este tipo de estiramientos consiste en estirar a través de impulsos, pero sin exceder los límites de los estiramientos estáticos. Se estiran los músculos antagonistas gracias a las contracciones repetitivas de los músculos agonistas. Se corresponderían con ejercicios basados en saltos y balanceos, evitando siempre movimientos balísticos (de rebote) ya que podrían provocar sobrepasar los límites de los músculos y causar una lesión. Esta forma de estirar puede ser contraproducente si no va precedida de un  buen calentamiento , ya que los estiramientos dinámicos en segmentos corporales fríos pueden provocar la aparición del reflejo miotático de estiramiento, que provoca un acortamiento del músculo y no se conseguirá el efecto deseado. Diferencias En definitiva, los estiramientos estáticos no mejoran el rendimiento muscular, sólo mejoran la tolerancia a la incomodidad que produce el estiramiento y, por otra parte, los estiramientos dinámicos no mantienen los músculos inhibidos tal y cómo hacen los estáticos, sino que aumentan la fuerza y la flexibilidad de estos. Lo esencial de los estiramientos radica en su ejecución, bien sean estáticos o dinámicos. Ahora bien, estos estiramientos tienen ciertas diferencias que los hacen más recomendables en unas ocasiones que en otras. Así, existen estudios que avalan la efectividad de los estiramientos dinámicos previos a la práctica deportiva , ya que tienen mayor influencia en la activación del músculo, el aumento del riego sanguíneo y la flexibilidad de las fibras musculares. En cambio, los estiramientos estáticos han demostrado tener un efecto inhibitorio a nivel neuromuscular que en consecuencia provocará una disminución del rendimiento durante la ejecución del deporte. ¿Tienes dudas? Regístrate ahora en Savia y habla gratis con nuestro médico especialista en Entrenamiento personal. Para la mejora deportiva Para obtener una mejora deportiva, por tanto, hay que realizar esfuerzos musculares activos y movimientos rápidos (estiramientos dinámicos) con la finalidad de estimular la musculatura para afrontar la actividad física a realizar con mayor rendimiento. A continuación, citamos los beneficios que se obtienen por medio de los estiramientos musculares dinámicos: Prepara al músculo para iniciar la actividad deportiva Aumenta el flujo sanguíneo. Mejora el rango de movimiento. Mejora la oxigenación de los tejidos. Mejora el rendimiento deportivo. Previene lesiones deportivas. Mejora la fuerza y la resistencia muscular. Mejora la flexibilidad de los músculos. Le brinda mayor capacidad de agilidad al cuerpo. La importancia de una práctica adecuada Para poder disfrutar de los numerosos beneficios de los estiramientos dinámicos, es necesario que estos se realicen de manera correcta, por lo que a continuación mencionamos algunos aspectos que se deben tener en cuenta: El estiramiento dinámico se realiza por medio de movimiento s, sin embargo, se debe cuidar la calidad del movimiento, ya que no deben ser ni bruscos ni descontrolados . Debe existir en todo momento una conexión entre mente y cuerpo para poder percibir cada sensación y mantener una adecuada calidad del movimiento. Los movimientos deben ser suaves y controlados , pero además se deben evitar los movimientos de rebote. Los estiramientos dinámicos forman parte del calentamiento por lo que también es importante incluir la movilización de las articulaciones involucradas en la práctica deportiva. Es importante respetar los rangos de movimiento. No porque el estiramiento se realice de manera activa quiere decir que se va a llegar más allá de nuestros límites corporales, por lo que el estiramiento debe ser en todo momento progresivo. Si mientras se realiza el estiramiento notamos dolor, es no estamos haciéndolo bien, por lo que inmediatamente se debería disminuir el grado de estiramiento y notar sólo sensación de elongación. Es importante estar atentos a la respiración durante los estiramientos, realizando inspiraciones profundas y espiraciones lentas. Con ello se mejora la oxigenación de la sangre y simultáneamente el estado general de los músculos. Por ello es necesario que nos relajemos al estirar, nos concentremos en la parte estirada y seamos conscientes de que la finalidad de los ejercicios es conseguir un mejor estado muscular. Como conclusión diremos que lo más recomendable para una persona de cara a realizar un buen calentamiento antes del entreno o actividad física es hacer ejercicios de movilidad articular, una ronda de estiramientos dinámicos seguidos de un par de rondas de estiramientos estáticos de corta duración, evitando únicamente calentar con estiramientos estáticos. ¿Tienes dudas? Regístrate ahora en Savia y habla gratis con nuestro médico especialista en Entrenamiento personal.
Bursitis de Cadera: una de las Lesiones más Comunes entre Corredores
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Bursitis de Cadera: una de las Lesiones más Comunes entre Corredores

Saber que la cadera es una de las palancas más importantes para el movimiento y que su cuidado es esencial no es un tema menor para el corredor. Y más si tenemos en cuenta que, aunque sin ser la cadera una de las localizaciones más habituales de lesión, sí es una de las que puede ocasionar más molestias . Y de entre las lesiones de cadera que encontramos, la bursitis trocánterea es de las más frecuentes . El movimiento de la carrera a pie requiere que muchos músculos y articulaciones actúen de manera simultánea para conseguir un desplazamiento . Este movimiento necesita que todos ellos trabajen de forma coordinada y correcta para reducir , así, el riesgo de lesión. Que ello ocurra no sólo depende de que exista un trabajo coordinado, sino de que las estructuras anatómicas que intervienen estén localizadas en el lugar que les corresponda (que no haya desplazamientos) y que no sufran ninguna patología como podría ser un problema degenerativo que reduce funcionalidad. Además, es importante que se conozca la técnica de carrera y se sigan una serie de recomendaciones a nivel preventivo, como podría ser un calentamiento correcto o el uso de material adecuado. Importante para el corredor El corredor en muchas ocasiones peca de falta de información . Conoce a la perfección el último modelo de zapatilla, el gadget más “fashion” o está apuntado a todas las carreras que le atraen. Sin embargo, la gran duda que me suele asaltar en la consulta cuando veo a un “runner” es: ¿te conoces realmente?, ¿sabes cuáles son tus necesidades? Responder a esta pregunta con un “sí” o con un “no” puede evitar muchos problemas que dé inicio podrían evitarse o como mínimo reducir su riesgo de aparición . Así, por ejemplo, saber que la cadera es una de las palancas más importantes para el movimiento y que su cuidado es esencial es importante pues puede provocar molestias y algunas lesiones, siendo la bursitis de las más frecuentes. Para entender en qué consiste, diremos que la cadera la forman estructuras óseas, músculos y tendones. Además, en ella se encuentran lo que se conocen como “bolsas serosas” (bursas), que son elementos de protección que actúan a modo de “almohadilla” y reducen la fricción entre elementos articulares. De las bursas de la cadera, la que cubre el extremo superior del fémur (el trocánter) es la que al inflamarse origina la bursitis trocantérea. Factores de riesgo para la bursitis Existen una serie de factores de riesgo que pueden predisponer a padecer esta lesión: Dismetría de cadera : es decir, tener una extremidad inferior más larga o más corta que la otra. Al existir esta alteración el eje ya no es simétrico y, por tanto, el apoyo tampoco lo será. Al realizar el movimiento de la zancada este no será correcto y puede afectar a la bursa trocanterea, ocasionando una mayor probabilidad de fricción y posterior inflamación. Debilidad muscular : los músculos estabilizadores de la cadera son básicos para que no se produzcan desplazamientos en el movimiento de las extremidades, al correr. Cuando estos músculos, entre los que se hallan los glúteos, extensores y flexores y abductores, no tienen un tono adecuado, se produce una falta de control. Esta debilidad además puede ir asociada a falta de flexibilidad, lo que provoca un aumento de tensión y por lo tanto un mayor riesgo de lesión. Calzado inadecuado : un corredor debe de saber qué tipo de calzado requiere y para ello conocer si es pronador, supinador o neutro es importante para poder usar la zapatilla adecuada. Esto, aunque no lo parezca, va relacionado con la biomecánica de la marcha y por tanto con la técnica de la carrera. Técnica de la carrera : salir a correr es uno de las prácticas deportivas más habituales entre la población mundial y una de las causas es la facilidad con la que se puede realizar. Pero correr también tiene una técnica y no conocerla aumenta el riesgo de lesión. Acortar zancadas en las bajadas o conocer cómo colocar el pie en el momento del apoyo pueden ser la diferencia entre lesionarse y no lesionarse. Traumatismos : correr es un deporte de impacto y ese impacto de manera repetitiva puede ocasionar una lesión Qué síntomas produce Los síntomas que suelen referir los corredores que por primera vez se quejan de esta molestia, se basan en un dolor localizado en la zona lateral superior de la pierna. Este puede aparecer al subir o bajar escaleras o al hacer un movimiento de aducción , como sería cruzarlas, o al estirarse sobre el lateral afectado. ¿Tiene tratamiento? En cuanto al tratamiento, es importante no sólo tratar los síntomas sino también conocer el origen , ya que depende de la causa que sea la que ha llevado a la aparición de estas molestias el tratamiento puede dirigirse hacia una opción u otra. Para el tratamiento más inmediato, la actuación sería sobre la inflamación y, por tanto, habrá que detener o reducir la carga de la actividad momentáneamente, lo que dependerá de la evolución que presente. Además, actuaciones concretas como la crioterapia serán de utilidad para reducir las molestias. Poner hielo de forma regular sobre la zona es una opción terapéutica fácil y que ofrece buenos resultados. Acudir al fisioterapeuta es también una recomendación habitual ya que la lesión de la bursa puede verse beneficiada del trabajo de estiramientos o terapia manual que minimice los síntomas y, a la vez, ayude en la recuperación. Como hemos comentado, conocer la causa proporcionará información muy relevante ya que quizá la causa se encuentra en un problema de simetría y con una visita al podólogo para valorarlo y darle solución con un alza o plantilla puede ser suficiente. La debilidad muscular suele ser un problema frecuente . En general, son pocos los corredores que incluyen en su rutina de entrenamiento el trabajo de tonificación y fortalecimiento muscular. Al no hacerlo se disminuye la capacidad de control de la carrera y, por tanto, aumenta la posibilidad de lesiones , entre ellas la bursistis trocantérea . No sólo hay que realizar un trabajo de este tipo a nivel de tratamiento cuando ya se ha producido la lesión, sino que también es bueno realizarlo antes como trabajo preventivo.
Periostitis en Runners
Artículo especializado

Periostitis en Runners

Si eres corredor sabrás que las lesiones que más habitualmente os afectan son las de las extremidades inferiores , por ser las que reciben una mayor carga. Además de la rodilla, que es la que concentra más lesiones, hay otras localizaciones que también sufren con frecuencia alguna. Así, entre el 6 y el 16% de corredores, sobre todo aquellos que se dedican al medio fondo y al fondo (largas distancias), sufrirán la denominada periostitis, que es la inflamación del periostio. Vayamos por partes… El periostio es una capa de tejido conectivo que recubre el hueso y que se encuentra pegada a éste , por el que discurren nervios y vasos, y cuya función es la de nutrir y dar sensibilidad al hueso. Además, tiene también una función osteogénica (de producción de hueso por contener células que intervienen en el desarrollo óseo) y es inserción de tendones y ligamentos. La periostitis en corredores se localiza de manera más habitual en la tibia , el hueso que se sitúa en la parte medial de la pierna y en el que se insertan varios músculos, entre ellos tibial anterior, soleo, flexor largo del dedo gordo y poplíteo. Estos músculos tienen diferentes funciones, pero todos ellos van a intervenir de una manera u otra en el momento de la zancada y la carrera. Esta lesión se presenta con dolor, que el corredor describe como una “quemazón” en la cara antero-interna de la pierna y cuyo origen son pequeñas microlesiones en el periostio que ocurren por el impacto propio de la carrera. Suele aparecer al inicio de la actividad y aumenta de manera gradual con el aumento de la intensidad de la carrera. ¿Cómo se origina? El origen de esta patología, que puede obligar al corredor a dejar la práctica deportiva durante unos días, es diverso .  Como en cualquier lesión hay que considerar causas de origen externo y otras intrínsecas al individuo, entre las primeras una de las causas más habituales es la hiperpronación, es decir, el pisar hacia dentro en exceso. Este hecho puede corregirse con un calzado adecuado y el uso de plantillas que corrijan la pisada. De todos modos, a esta alteración biomecánica pueden sumarse otros factores que pueden aumentar el riesgo a sufrir esta lesión como el pie plano, la torsión externa de la tibia o una dismetría de extremidades. Todas estas alteraciones que afectan a la anatomía del individuo deben valorarse en conjunto, es decir, que en ocasiones se valora sólo el pie plano y no los cambios que vienen provocados por alguna de estas u otras alteraciones que pueden afectar a la biomecánica de la marcha. De ahí la importancia de consultar con un profesional que valore el cuadro de manera global. Además de estas causas asociadas a las propias características anatómicas hay una serie de causas sobre las que se pueden adoptar cambios de manera fácil y directa por parte del corredor. Algunos de los factores externos que pueden ocasionar una periostitis son : El uso de zapatillas desgastadas o inadecuadas a las características individuales del corredor. Correr en superficies duras e irregulares. Por lo que respecta a la primera causa hay que considerar que las zapatillas son lo que los neumáticos al automóvil, es el contacto que tiene nuestro pie con la superficie por la que se pisa. De la misma manera que el vehículo debe usar neumáticos de tamaño y “dibujo” adecuado a sus características técnicas y a la superficie la que circula, las zapatillas que usa el corredor deben cumplir los mismos requisitos. Unas zapatillas que no se adapten al peso del corredor, por ejemplo, reducirán la capacidad que tienen para amortiguar el impacto y lo mismo va a ocurrir con el tipo de suela. Si se sale a correr por la montaña y la suela no es la adecuada la facilidad para sufrir una lesión aumenta. Así pues, aunque pueda parecer poco importante conocer qué tipo de zapatilla es la adecuada, sí lo es para reducir el riesgo de lesión. Según algunos expertos, alrededor del 65% de lesiones en extremidades inferiores tiene su origen en la existencia de errores en el entrenamiento . Aumentos bruscos de carga o velocidad o no incluir el descanso en el programa de salidas pueden aumentar la probabilidad de periostitis. La progresión es esencial para minimizar el riesgo de lesión. Tratamientos Una vez diagnosticada la periostitis, la crioterapia es el primer tratamiento a aplicar ya que de este modo se ayuda a reducir la inflamación, como sucede con el tratamiento farmacológico. No hay que olvidar que, en este caso, puede ser de gran ayuda el fisioterapeuta. La realización de masajes junto a la aplicación de ultrasonidos y otras terapias locales tienen el objetivo de recuperar cuanto antes y de forma adecuada esta lesión para volver a la normalidad deportiva. De todas formas, no nos cansaremos de insistir en que el mejor tratamiento es siempre la prevención, pues conociendo algunas de las causas que pueden derivar en lesión, se puede evitar su aparición. Durante el tiempo que se está sin correr, se puede seguir manteniendo la forma física realizando otro tipo de ejercicios y deportes como actividades en el agua o bicicleta. De este modo, el corredor no está parado y se puede seguir trabajando activamente, aunque sea realizando otro tipo de disciplina que, sea dicho de paso, será también de ayuda para descargar otras articulaciones como las rodillas, que reciben una elevada carga durante la carrera.
Pilates para Embarazadas, la Revolución del Mundo Premamá
Artículo especializado

Pilates para Embarazadas, la Revolución del Mundo Premamá

Durante años la práctica del ejercicio físico en el embarazo ha sembrado dudas sobre el tipo, intensidad y duración del ejercicio, o si existe riesgo para la gestante o el feto. Es cierto que, para garantizar una práctica segura, se deben respetar unos parámetros debido a los cambios que experimenta el cuerpo durante dicho periodo. La práctica del método Pilates durante el embarazo , se ha implantado durante los últimos años como un ejercicio físico ideal para las gestantes ya que se adapta a sus necesidades y cumple con los beneficios necesarios durante esta etapa. Durante el embarazo se producen muchas modificaciones anatómicas y físicas, y el cuerpo de la embarazada se encuentra en una adaptación continua. La pelvis y el útero se agrandan y la musculatura del suelo pélvico y del abdomen se elongan a causa de las hormonas del embarazo (relaxina) para poder albergar al feto. El método Pilates fortalece la musculatura del abdomen, columna y suelo pélvico sin riesgo de comprometer las articulaciones con una carga excesiva, razón por la cual se ha convertido en un método revolucionario dentro del mundo premamá. ¿Qué es el método Pilates? Se trata de un sistema de acondicionamiento físico en el cual se trabaja el cuerpo de forma global. Se pretende fortalecer la musculatura, desde la más profunda a la más periférica, a través de la conciencia corporal y la postura, realizando movimientos lentos y controlados acompañados por la respiración. Es un ejercicio anaeróbico , lo que quiere decir que es una actividad de fuerza en tiempos cortos con el objetivo de reforzar la musculatura y aumentar el equilibrio y la flexibilidad. ¿Cuál es su origen? Joseph Hubertus Pilates fue su creador a comienzos del siglo XX en EEUU, desarrolló esta disciplina influenciado por sus conocimientos en yoga, artes marciales, fisioculturismo y la anatomía del cuerpo humano. Se hizo popular dentro del mundo de la danza, por lo que era y sigue siendo una práctica muy común entre los bailarines. No obstante, a pesar de que el método tiene más de 70 años, su práctica y reconocimiento en Europa es reciente. ¿Cómo se practica y cuáles son sus beneficios para las embarazadas? El método se practica en el suelo sobre colchonetas, bajo supervisión de un profesional que puede ser un instructor o fisioterapeuta especializado, que dirige el movimiento y corrige la postura. Las clases se imparten en grupos reducidos o de forma individual a fin de conseguir mejores resultados y evitar posibles lesiones derivadas de una mala ejecución. Con los ejercicios se pretende conseguir un equilibrio muscular, reforzando la musculatura debilitada, en este caso la del abdomen, espalda y suelo pélvico que será uno de los motores durante el parto y flexibilizando la musculatura acortada sin sobrecargas de las articulaciones, lo que permite que la práctica sea agradable y sin riesgos. Beneficios del método Pilates en el embarazo Reeducación postural durante y después del embarazo: Los cambios estructurales del cuerpo hacen que el centro de gravedad se desplace a causa del aumento del abdomen. Estabilidad lumbopélvica: disminuye la incidencia de lumbalgias debidas al aumento de la curvatura lumbar. Activación de la circulación: reduce la aparición de edema en las piernas. Favorece el parto natural: se reduce la incidencia de partos por cesárea o aplicación de anestesia. Prevención de disfunciones ginecológicas. Prevención de la diástasis abdominal. Gracias al trabajo muscular existe menor riesgo de que el tejido conectivo que une los dos rectos abdominales se dañe. Prevención de diabetes gestacional y control de peso gracias al aumento del trabajo cardiovascular. Control de la respiración: aumenta la expansión de la caja torácica, que puede verse reducida por el volumen del feto y, además, favorecerá la respiración durante el parto. Recuperación más rápido durante el post-parto ¿Cuándo se puede empezar a practicar? El inicio de la práctica variará según la condición física de la mujer . Si ya se practicaba de forma habitual y el embarazo se desarrolla normalmente es posible continuar ya que los ejercicios se irán adaptando en función de la evolución del embarazo. No obstante, para mujeres primerizas en el método, se recomienda comenzar a final del primer trimestre cuando las molestias de los primeros meses de embarazo desaparezcan. Recomendaciones para su práctica Controlar las pulsaciones por minuto. Si se superan las 140 pulsaciones por minuto puede ser peligroso para el feto. El ejercicio debe realizarse a baja intensidad, suave y controlando cada movimiento. Saber detectar dolores o molestias durante la práctica y bajar la intensidad o parar el ejercicio si es necesario. Estar bien hidratada, antes y después del ejercicio. No realizar el ejercicio después de comer, para evitar molestias en el abdomen o vómitos. No realizar los cambios de posiciones de forma rápida. Se deben hacer de forma lenta para evitar sobrecargas, malos gestos o mareos. Durante el segundo y tercer trimestre, es importante evitar posturas que impliquen estar tumbada boca arriba más de cinco minutos, ya que se puede sufrir una hipotensión. A partir de la mitad del embarazo se deben evitar posiciones como tumbada boca abajo o sobre el estómago o la espalda. No forzar demasiado las articulaciones, ya que la relaxina (una de las hormonas del embarazo) afloja los ligamentos y pueden provocar una pérdida de estabilidad si estamos cargando el peso sobre una extremidad, como por ejemplo apoyarse con un solo pie. El apoyo sobre las muñecas puede ser molesto, si es así el instructor deberá modificar la postura. Cualquier duda o molestia deberá ser transmitida siempre al instructor o al fisioterapeuta para intentar encontrar una alternativa a la postura o rebajar la intensidad del ejercicio. La práctica del método Pilates estaría contraindicada en gestantes con hipertensión o con afecciones cardiacas, abortos habituales, placenta previa, hiper o hipotiroidismo, fatiga extrema, obesidad excesiva. En todo caso, la práctica del ejercicio en el embarazo siempre debería estar indicada por un médico y supervisada por un profesional especializado. Haz nuestro test de embarazo y averigua todo lo que debe saber una embarazada. Descubre todos los consejos y cuidados de las mujeres embarazadas.
Cómo Prevenir y Tratar la Pubalgia
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Cómo Prevenir y Tratar la Pubalgia

También conocida como “osteopatía dinámica de pubis” o “entesitis pubiana”, l a pubalgia es la denominación genérica de una serie de lesiones que afectan a diferentes grupos musculares de la zona inguinal y que manifiestan con dolor en el pubis. Una de las más frecuentes es la pubalgia del deportista. ¿Qué es? La palabra pubalgia significa dolor en el pubis , hueso que en los mamíferos adultos se une a l ilion y al isquion para formar este hueso. Se caracteriza por un dolor difuso en la zona del pubis , predominantemente unilateral (en un solo lado), que va aumentado progresivamente de intensidad en el trascurso del tiempo , pudiendo durar semanas o meses.   La peculiaridad del dolor es que tiene altibajos y esto hace dudar al que lo sufre. Esta es la razón por la que no se suele acudir al médico hasta transcurridos varios meses desde el inicio del dolor. Pero cuanto más tiempo pasa, los picos de dolor son más agudos y más próximos en el tiempo. Normalmente, primero se presenta al realizar actividades deportivas y posteriormente se asevera y se presenta en la realización de las actividades normales de la vida diaria, como levantarse de la cama o al bajarse del coche.   Causas Hay una serie de factores que inciden en el desencadenamiento de una patología púbica: Factores internos: Acortamiento de los miembros inferiores Displasia de cadera (también conocida como luxación de cadera) Hiperlordosis lumbar (aumento excesivo de la curvatura lumbar) Espondilosis (nombre genérico de las enfermedades o afecciones degenerativas de la columna vertebral) Deficiencias de la pared abdominal Factores externos: Mala técnica deportiva Mala calidad del terreno deportivo (resbaladizo o pesado) Sobreentrenamiento Mala programación del entrenamiento Enfermedad “ocupacional” La pubalgia es una enfermedad ocupacional , que se presenta principalmente en actividades físicas en las que se llevan a cabo movimientos repetitivos que se acompañan por aceleraciones y desaceleraciones con cambios bruscos en la dirección del movimiento, viéndose agravada cuando existen condiciones como el sobre entrenamiento. Esto comporta que la sufran los futbolistas (50% de los casos), seguidos de atletas, corredores de larga distancia, jugadores de rugby, ciclistas y levantadores de peso.   Su incidencia es mayor en los varones principalmente, ya que las actividades que suelen desencadenarla son llevadas a cabo más por hombres que por mujeres. Las diferencias morfológicas entre sexos no son influyentes en el desarrollo de la misma. La pubalgia se relaciona con problemas de los músculos abdominales. Si bien existe tensión y tracción del pubis por los músculos aductores del muslo, una de las principales alteraciones que llevan al desarrollo de pubalgia es la debilidad de los músculos rectos abdominales, lo que lleva a que se produzca una alteración en la estabilización de la pelvis, que depende del equilibrio entre los aductores del muslo y los músculos rectos del abdomen. Este desequilibrio muscular genera sobrecarga mecánica que origina una tendinitis que puede afectar a los aductores, a los rectos del abdomen o a ambos grupos musculares. Tratamiento El tratamiento irá enfocado a buscar que los picos de dolor sean menos intensos y a la vez más espaciados entre ellos. Tras diagnosticar la lesión, se plantea primero un tratamiento conservador basado en: Si el facultativo así lo prescribe, se iniciará un tratamiento farmacológico con efectos analgésico y antiinflamatorio para controlar la inflamación y el dolor. El cese o disminución de la actividad deportiva. Simultáneamente es recomendable y/o necesario iniciar un programa de fisioterapia que permita tratar la tendinitis y restablecer la estabilidad de la pelvis. En primer lugar, se realizará una valoración a nivel pélvico para saber si existen déficits de fuerza muscular. Constará por lo general de los siguientes ejercicios: Movilidad pasiva Movilidad activa sin dolor Trabajo isométrico de aductores, abductores, recto anterior abdomen y oblicuos Crioterapia   tras la sesión de fisioterapia. En los casos en que la pubalgia se vuelva recurrente, puede ser necesario suspender la práctica deportiva asociada con esta condición, e incluso tener que recurrir a la cirugía como tratamiento si el conservador no es eficaz ni se observa ningún tipo de mejora. Prevención Como en cualquier otro tipo de lesiones, el objetivo es prevenirla con un buen calentamiento previo a la actividad física a realizar y evitando aquellos movimientos o gestos mal ejecutados que puedan llevarnos a lesionarnos. Reforzar la musculatura estabilizadora de la cadera, que será valorada anteriormente por el fisioterapeuta para determinar las posibles alteraciones entre agonistas y antagonistas. Dosificación de las cargas de trabajo . Cuando notemos molestias, parar y si es posible intentar descansar. El descanso es uno de los mejores recuperadores.
Pruebas de Esfuerzo
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Pruebas de Esfuerzo

Aunque nos cuidemos y hagamos mucho deporte, los años pasan para todos y nuestro cuerpo, que está formado por una serie de mecanismos, sistemas, órganos… que funcionan de manera coordinada para conseguir adaptarse a las necesidades de cada circunstancia y momento vital, cambian. Estudios como la prueba de esfuerzo nos ayudarán a entender estos cambios y adaptaciones. Cómo cambiamos Cuando somos pequeños las reacciones fisiológicas, nuestro metabolismo… trabaja con unos parámetros determinados. Los objetivos en esta etapa son crecer y desarrollarse y, por tanto, las adaptaciones, aunque son en esencia las mismas que en la etapa adulta, varían para conseguir esos objetivos. Con el paso de los años , nuestro organismo experimenta cambios y no reacciona con la misma “solvencia” ante situaciones que previamente nos podían suponer un menor esfuerzo. Esas adaptaciones ocurren también cuando hacemos deporte, cuando nos exigimos más. En muchas ocasiones, somos nosotros mismos los que no somos conscientes de que los años pasan y de que esos cambios requieren de atención, de una valoración real para poder  ejercitarnos, no sólo para obtener el mayor numero de beneficios para la salud, sino para hacerlo en la mejor de las condiciones y con la máxima seguridad. Ello sólo se podrá conseguir si tenemos la información necesaria y actualizada, porque cuando pasan los años, en general, la capacidad de adaptación ante esfuerzos varía y suele hacerlo a la baja. Desde hace años la ergometría o la prueba de esfuerzo es la prueba principal para poder obtener los datos más precisos relativos a las reacciones fisiológicas agudas al hacer ejercicio. Con este tipo de pruebas lo que se busca es obtener la máxima cantidad de información relacionada con el esfuerzo en un ambiente controlado y de manera personalizada. Cuando una persona, tenga la edad que tenga y sea del género que sea, se somete a una ergometría los parámetros que se pueden controlar son , entre otros: Actividad cardiaca (electrocardiograma y frecuencia cardíaca) Frecuencia respiratoria Ventilación y consumo de oxígeno Actividad cardíaca Poder monitorizar al paciente mediante electrodos pegados a su pecho mientras camina, corre o pedalea nos dará una idea muy concreta de cuál será su respuesta ante una situación de exigencia física como puede ser la práctica deportiva. El electrocardiograma (ECG) de una persona en esfuerzo puede variar mucho del que puede tener en reposo . No sólo aumenta la frecuencia cardiaca, reacción lógica por el hecho de que el corazón debe bombear mayor cantidad de sangre a los tejidos, sino que pueden existir alteraciones en el ECG que en reposo no aparecen, pero sí en esfuerzo. De hecho, la ergometría es también una prueba diagnóstica utilizada en los servicios de cardiología por los especialistas. Las reacciones del sistema cardiovascular son las mismas ante un esfuerzo para alguien enfermo que para alguien sano pero la diferencia radica en que quien sufre una patología no parte de un órgano o sistema sano, sino que éste presenta un problema que va a obligar al corazón a adaptarse al esfuerzo con dificultades. Para alguien enfermo subir unas escaleras puede suponer el mismo o mayor esfuerzo que para una persona sana realizar un sprint. Con una prueba de esfuerzo esta adaptación puede estudiarse y valorarse. Es el mismo estudio, pero con individuos que presentan características diferentes. Volviendo a las alteraciones del ECG, en éste se pueden encontrar algunas que pueden requerir de estudios más completos y rigurosos, pero que sin haber realizado previamente esta prueba hubieran pasado desapercibidos y quizá “dar la cara” más adelante de manera negativa. Estudios respiratorios En cuanto a la valoración de los estudios respiratorios, conocer cuál es el consumo de oxígeno en una situación de exigencia es muy útil, sobre todo para aquellos deportistas que quieren aplicar los resultados de la prueba para mejorar su rendimiento. La ventilación durante el ejercicio aumenta en función de las necesidades del organismo, suele ser un aumento proporcional hasta que se llega a un punto máximo en el que esta proporcionalidad se pierde, y no se es capaz de oxigenar adecuadamente. Este efecto metabólico puede estudiarse cuando a la prueba de esfuerzo se le añade el análisis de gases. El deportista en este caso, además de estar monitorizado a nivel cardiaco, lleva una mascarilla que se conecta mediante una serie de tubos a un analizador. El deportista respira de manera normal, aunque hasta cierto punto incómodo, por la mascarilla, y de este modo se pueden estudiar cuáles son sus niveles de oxigeno, dióxido de carbono y el intercambio que existe entre ambos para obtener diferentes coeficientes y variables, que podrán a posteriori ser útiles para su rutina de entrenamiento. ¿SABÍAS QUE… Además de estos parámetros, e xisten otros como la determinación de lactato, que pueden añadirse a este tipo de pruebas . Esta determinación es importante en el caso de deportes de resistencia ya que permite conocer el nivel de rendimiento y controlar, así, las cargas de entrenamiento. Para la obtención del lactato y la posterior realización de la curva de lactato, se necesitan pequeñas muestras que se obtiene de pequeños pinchazos en el lóbulo de la oreja o del pulpejo de los dedos del deportista. Con un equipamiento especial, se miden los niveles de lactato a lo largo de la prueba. Cómo se realiza la prueba de esfuerzo Todos estos resultados se pueden obtener tras la realización de una prueba de esfuerzo. Estas han evolucionado mucho y en la actualidad son mucho más modernas y específicas , pero las más habituales siguen basándose en el ejercicio realizado encima de un tapiz rodante o en una bicicleta. En general, al ser la bicicleta un equipamiento más pequeño y asequible suele ser el tipo de prueba de esfuerzo que más se utiliza, pero en principio el tipo de prueba debería adaptarse a las características técnicas del deporte que practica quien se somete a la prueba. Un ciclista no va a tener la misma capacidad de adaptación sobre una cinta que sobre una bicicleta que es su “modus vivendi” y lo mismo ocurre con aquel profesional que corre más que pedalea. En cualquier caso, realizarse una prueba de esfuerzo se tenga el nivel que se tenga es una recomendación básica para todo aquel que quiere “sumar salud” haciendo deporte.
Cómo Tratar una Rotura Fibrilar
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Cómo Tratar una Rotura Fibrilar

Antes de nada, sería importante explicar qué es una rotura fibrilar y cómo la vamos a diagnosticar . A partir de aquí explicaremos qué podemos hacer para acelerar la recuperación de la misma y las casusas más frecuentes de consulta. ¿Qué es una rotura fibrilar? El músculo está compuesto por diferentes fibras musculares que se contraen y alargan produciendo el movimiento. Cuando hay una rotura o desgarro de alguna de estas fibras, el resto ha de compensar la fuerza que hacían las rotas para poder realizar el mismo movimiento. Por desgracia, en muchas situaciones el resto de fibras son incapaces de suplir la función y producen dolor y dificultad al movimiento, impidiendo que el músculo con las fibras dañadas pueda realizar bien su papel. ¿Cómo se produce? El mecanismo lesional de una rotura fibrilar o desgarro muscular puede ser de tres formas : Directo : un golpe en el músculo puede producir la rotura de alguna de las fibras musculares. Indirecto : por una elongación del músculo por encima de sus posibilidades. Una contracción y elongación repentina y rápida . ¿Cómo lo diagnosticamos? Cuando se produce la lesión, se manifiesta con impotencia funcional (no se puede mover como debería) y dolor muy localizado . Esto ya nos puede dar un diagnóstico diferencial, pero es mediante una ecografía como podremos evidenciar la lesión y conocer qué alcance tiene. ¿Qué músculos suelen ser los más afectados? Los músculos más afectados suelen ser los que están implicados más directamente en la actividad física, es decir, soleo, gemelo, cuádriceps, isquiotibiales, bíceps y tríceps . Es importante saber que, pese a que la lesión se encuentre en un músculo u otro el tratamiento es, a grandes rasgos igual: una fase aguda, una segunda fase y la fase de introducción a la actividad física. Aquí es importante que el fisioterapeuta intente buscar estrategias de tratamiento amenas para el paciente y que le resulten fáciles de realizar con el objetivo de que haya una adherencia al tratamiento. ¿Qué alcance y pronóstico tiene una rotura? Las roturas fibrilares o desgarros musculares van desde unos milímetros a un desgarro total del músculo , pasando por roturas de centímetros. La duración/tiempo de curación de la lesión lo marcará la cantidad de rotura y la zona en la que se haya producido. No es lo mismo una lesión de 3 cm en el bíceps que en el soleo, ya que es más fácil inmovilizar el bíceps que el soleo, que está implicado en el acto de caminar. Y no es lo mismo un desgarro del gemelo, que implica pasar por quirófano, que una rotura de 5 cm en la que con tratamiento de fisioterapia sería suficiente. Respecto a la curación y vuelta a las actividades de la vida diaria, en términos generales se habla de que una rotura cicatriza a 1cm por semana, si bien es cierto que esto sucede en condiciones idílicas en las que el paciente hace reposo y sigue las pautas que le marca el fisioterapeuta… en los casos en los que no es idílico suele ser 1 cm cada semana y media o dos semanas. ¿Qué tratamiento habría que seguir? El tratamiento en estos casos es sencillo . En una primera fase aguda donde se produce la lesión es importante aplicar hielo , ya que éste producirá una vasoconstricción que impedirá que el hematoma que salga sea más grande. Una vez el paciente está en consulta, vemos que la comunidad médica está un poco dividida ya que hay estudios que indican que un estiramiento durante la fase de consolidación de las fibras ayuda a que éstas se alineen correctamente y la cicatriz sea menor. Pero por otro lado están los que se basan en no hacer ningún estiramiento y simplemente recomiendan reposo para que se consoliden correctamente sin seguir lesionándose. En mi caso, opto por un tratamiento basado en estiramientos pasivos en una primera fase y activos según vamos evolucionando. Paralelamente lo combinamos con kinesiotape en forma de pulpo para conseguir un efecto de drenaje de la linfa y el hematoma. Si bien es cierto que pido reposo relativo, es decir, si la lesión es del soleo, no salir a correr, pero sí caminar a comprar el pan y volver a casa, por ejemplo. ¿Qué puedo hacer para la prevención de todo esto? Muchos dicen que si estiramos correctamente se evitarán lesiones, tanto de tendinitis como de desgarros musculares, pero la evidencia nos dice lo contrario. Estirando no se previenen más lesiones . Mi recomendación sería realizar estiramientos dinámicos para calentar y también de propiocepción (equilibrio). Con estos últimos se enseña al músculo cómo ha de actuar ante una situación límite o adversa, de tal manera que cuando se vaya a producir la lesión, el músculo sepa cómo actuar y en la medida de lo posible sea capaz de reducir o incluso prevenir la lesión. Hace seis meses que tuve una rotura fibrilar y pese a que está consolidada me sigue haciendo daño… ¿Es normal, que puedo hacer? En este caso hablaríamos de una rotura fibrilar en estadio crónico . Esta se produce porque la cicatriz muscular es muy grande y ha generado fibromas o mala alineación de las fibras. Ante esta situación, un tratamiento que funciona muy bien es el de electrolisis percutánea intratisular (EPI). No obstante, existen otros métodos efectivos, como el masaje tipo “ciriax” que “rompe” fibras con el objetivo de volverlas a consolidar correctamente. ¿Puedo curarme solo, o es necesario acudir al fisioterapeuta? Por supuesto que puedes curarte tú solo en casa sin necesidad de acudir a un fisioterapeuta, el cuerpo humano es sabio y sabe atenderse a sí mismo. Pero sí es cierto que el fisioterapeuta te dará unas pautas a seguir con el objetivo de evitar que la lesión se cronifique y de conseguir que el tiempo de de reintroducción a las actividades de la vida diaria sea el menor posible.
Qué Es una Tendinopatía
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Qué Es una Tendinopatía

¿Qué es un tendón y para qué sirve? Ante todo, vamos a recordar que un tendón es un haz de fibras de tejido conjuntivo semielástico que une el músculo al hueso . Más claramente, es como una goma elástica que confiere al músculo la capacidad de extenderse. ¿Y qué pasa si esta goma se inflama por cualquier motivo? Hablaríamos de una tendinitis, que es un tipo de tendinopatía. ¿Tendinitis o tendinopatía? Para ser puristas no. La tendinitis es una inflamación del trayecto tendinoso que produce dolor, incapacidad funcional e incluso crepitación. En cambio, deberíamos utilizar el término tendinopatía para hacer referencia a cualquier afectación del tendón, sea o no tendinitis . Entonces, ¿existen otras lesiones en el tendón diferentes a la tendinitis?  Por supuesto que sí: ruptura parcial o total del tendón, calcificación intratendinosa, desinserción tendinosa y tendinosis (degeneración de las fibras que componen el tendón, normalmente como consecuencia de la edad). Ahora ya tenemos claro que una tendinitis es un tipo de tendinopatía . Por ello, ante una afectación del tendón, si no tenemos la certeza de que se trate de una inflamación o tendinitis, debemos usar el término de tendinopatía. ¿Cuál es el principal síntoma que debe hacernos pensar en una tendinopatía? El dolor intenso al realizar algún movimiento en el que se vea involucrado ese tendón y, por extensión, la incapacidad funcional de la zona. Un dolor en el tendón puede ser debido a una simple posición forzada al dormir cuya evolución va a ser buena a las pocas horas. Sin embargo, puede debutar así un problema de tendón, de un día para otro y sin ningún traumatismo desencadenante. Tengo que decirte que, cuando esto ocurre, es porque el tendón hace tiempo que sufre alguna patología. ¿Por qué se originan las tendinopatías? Las tendinopatías pueden ser causadas por factores muy diferentes . Estos son los más relevantes: Sobrecarga tendinosa : es frecuente en el ámbito laboral pero no olvidemos que también utilizamos el tendón cuando realizamos actividad deportiva o cuando jugamos con nuestros hijos, por ejemplo. Microtraumatismos repetitivos : una simple calcificación puede ser la causante de un dolor insoportable en una articulación (muy frecuente en el hombro). Sería el equivalente a un cálculo renal, pero, en nuestro caso, el depósito de calcio u otro material sería en el espesor del tendón. Degeneración fisiológica : por desgaste. Alteraciones anatómicas : es posible que los espacios por lo que discurren los tendones se vean comprometidos por deformidades óseas que conlleven a desequilibrios biomecánicos. ¿Qué hacer en caso de sospechar una tendinopatía?  Debemos acudir a visita médica . Tanto el traumatólogo como el reumatólogo pueden abordar esta patología al inicio. Cuando los recursos médicos se agotan y debe recurrirse a la cirugía es el traumatólogo quién la realiza. ¿Cómo se confirma el diagnóstico? En la mayoría de los casos los síntomas que manifiesta el paciente son decisorios. Debemos confirmar el diagnóstico mediante una exploración física exhaustiva y, muy probablemente, mediante una prueba complementaria . ¿Qué pruebas son necesarias? Normalmente la primera prueba que se realiza ante un dolor en una articulación es una radiografía para ver la calidad ósea y descartar la posible presencia de una calcificación, por ejemplo. Pero no olvidemos que los tendones son radiotransparentes por lo que no nos va a ser posible estudiar su trayecto en una radiografía. Si realmente la sospecha de lesión tendinosa es alta vamos a precisar la realización de una ecografía o una resonancia magnética nuclear para llegar al diagnóstico definitivo. Tratamiento Una vez se llegue al diagnóstico de certeza tenemos que abordar el tratamiento más indicado para cada caso. La batería de tratamientos utilizada es muy amplia. Voy a tratar de darte una pincelada al respecto. En fase aguda se opta por la inmovilización temporal de la articulación afecta, la aplicación de hielo local y el tratamiento mediante antiinflamatorios vía oral.   En fase subaguda puede realizarse tratamiento rehabilitador o fisioterapia . Cuando el proceso se cronifica se recurren a otras alternativas terapéuticas como la infiltración local de corticoides (en ocasiones es preciso realizar más de una infiltración), la infiltración de plasma rico en factores de crecimiento (PRFC) y la artroscopia (que permite la visualización y reparación del tendón dañado). PLASMA RICO EN FACTORES DE CRECIMIENTO, EN QUÉ CONSISTE Por su importancia en la actualidad, vamos a hacer especial hincapié en el tratamiento mediante PRFC (Plasma Rico en Factores de Crecimiento). Se obtiene a partir de una extracción de sangre de la propia persona en la que se separan sus componentes en dos: Plasma Rico en Plaquetas (PRP) y Plasma Pobre en Plaquetas (PPP). Del primero se obtiene un gel de proteínas rico en plaquetas que se inyecta en el lugar afectado . Es, pues, un producto autólogo (obtenido del propio paciente) y, por tanto, bioseguro. Induce la liberación de factores de crecimiento plaquetarios con propiedades biológicas que favorecen la regeneración de los tejidos.  Es una de las opciones terapéuticas en pacientes con procesos artrósico-degenerativos, aunque, como el resto de tratamientos, no todos los pacientes tratados obtienen el beneficio esperado. Los objetivos que persigue son el alivio del dolor y el mantenimiento de su capacidad funcional. Finalmente, cuando se ha controlado el dolor, se recomienda ejercicio terapéutico (ejercicios musculares isométricos e isotónicos moderados) para fortalecer el tendón. Se intenta la reincorporación del paciente a su actividad cotidiana de manera progresiva para recuperar la calidad de vida anterior. Consejos para prevenir Realiza un calentamiento previo al inicio de la actividad deportiva, así como estiramientos musculares antes y después de la misma. Evita realizar movimientos repetitivos (establece periodos de descanso entre ellos). Aplica frío local tras la práctica deportiva. Aborda el dolor incipiente antes de que se desencadene la tendinopatía.
Cómo se Trata la Trocanteritis
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Cómo se Trata la Trocanteritis

Es una de las causas más frecuentes de dolor de cadera , pero ¿habías oído hablar alguna vez de la trocanteritis (también llamada bursitis trocanterea o síndrome del trocánter mayor)? Se trata de una inflamación local en la cara externa de la cadera, concretamente en un área anatómica del fémur llamada trocánter donde hay una bursa (bolsa con líquido sinovial, que actúa a modo de cojín alrededor de una articulación entre huesos, tendones y/o músculos. A quién suele afectar Se da mucho más frecuentemente en mujeres (tres veces más que en hombres) aunque también es muy común en corredores de fondo y ciclistas por sobrecarga mecánica, y en porteros de fútbol por caídas repetidas hacia el mismo lado. Aunque puede presentarse a cualquier edad, predomina entre los 40 y los 60 años y es más frecuente en personas obesas. Síntomas Típicamente suele debutar con un dolor en la cara externa o lateral de la cadera , que aumenta con los movimientos de rotación y separación de las piernas. Se detecta aumento del dolor al sentarse o subir escaleras y durante la noche al acostarse sobre el lado afectado.  Es muy frecuente la irradiación del dolor hacia la rodilla, por la cara externa del muslo, por lo que puede confundirse fácilmente con otras patologías como una ciática. Diagnóstico El diagnóstico es fundamentalmente clínico (guiándonos por los síntomas que manifiesta el paciente). Sin embargo, es preciso realizar una exploración exhaustiva donde evidenciamos si existe dolor a la palpación selectiva de la región externa de la cadera (trocánter) y observamos aumento de dolor con el movimiento (al flexionar y rotar hacia afuera la cadera). Los dolores de la trocanteritis se caracterizan por no permitir al paciente dormir de costado (apoyado sobre esa cadera), lo que obliga a buscar una postura antidolorosa, dando como resultado un sueño intranquilo. También suelen presentarse molestias al subir escaleras, comenzar a andar después de estar sentado o tras una actividad deportiva. ¿Has tenido alguna vez unos síntomas parecidos? Entonces sabrás que es un dolor bastante invalidante pues limita las actividades de la vida diaria tan básicas como tumbarse de lado sobre la cadera, caminar, cruzar las piernas, sentarse sobre una superficie dura o conducir. ¿Es necesaria alguna prueba diagnóstica para llegar al tratamiento? En principio, una buena exploración tras escuchar con atención los síntomas que manifiesta el paciente puede ser suficiente para llegar al diagnóstico. Sin embargo, solemos recurrir a las pruebas complementarias para descartar una posible causa desencadenante como puede ser una calcificación en dicha zona. Una radiografía, si bien es cierto que, en muchas ocasiones, no nos aporta información relevante, en otras sí nos permite visualizar, por ejemplo, la presencia de una calcificación peritrocantérea. En cuanto a la ecografía , podemos estudiar las partes blandas pudiendo valorar si existe líquido o derrame en forma de bursitis trocantérea. Una resonancia magnética nuclear nos permite visualizar con más detalle la bursa y la inserción del grupo muscular que se inserta en esta región anatómica. No obstante, antes de etiquetar este dolor en la cadera debemos descartar otras entidades médicas . Hemos de considerar que no todos los dolores de la cara externa de la cadera son debidos a una trocanteritis. De entre otras posibles causas podríamos citar una tendinitis, un dolor de ciática, una sacroileítis, un dolor artrósico… Se debe pensar en todas estas posibles causas. Tratamiento El tratamiento va a depender del grado de afectación y del tiempo y la forma de evolución . Así, en dolores incipientes y leves puede ser suficiente la aplicación de frío local, el reposo relativo y la toma de algún analgésico o antiinflamatorio en fase aguda. Sin embargo, en dolores más invalidantes o de instauración brusca se puede requerir una infiltración local e, incluso, un tratamiento rehabilitador específico (onda corta, aparatos de infrarrojos o magnetoterapia). Consejos en caso de dolor debido a una luxación Evitar dormir del lado del dolor (la presión continuada sobre la prominencia ósea de la cadera va a empeorar nuestro dolor). Aplicar frío local Tomar un tratamiento sintomático para el dolor (analgésico o antiinflamatorio). Si no mejoramos, en dos o tres días es conveniente acudir a visita médica. No olvidemos que es muy posible la reaparición de síntomas en forma de varios episodios de dolor al año. En este caso, y tras agotar otros recursos terapéuticos, puede contemplarse la posibilidad de cirugía con la finalidad de revisar la zona de dolor y realizar una limpieza quirúrgica. Sería el último eslabón terapéutico. En función de la gravedad, siempre hay un tratamiento indicado . No hay que desanimarse, pues  existe un gran arsenal de tratamientos para el abordaje de la trocanteritis.
De Qué Avisan los Vértigos Cervicales
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De Qué Avisan los Vértigos Cervicales

¿Por qué al hablar de vértigos especificamos que son cervicales? ¿Existen otros tipos de vértigo? ¿En qué casos el dolor cervical se acompaña de sensación de mareo e inestabilidad? El vértigo cervical cursa con síntomas vertiginosos (inestabilidad, náuseas y vómitos) acompañados de sintomatología cervical (en la mayoría de casos por una contractura muscular importante que dificulta el aporte vascular a la zona del oído). La causa más relevante de vértigo cervical es el estrés y su tratamiento, como veremos, debe considerar los síntomas del vértigo y los de la contractura cervical. Una vez conseguida la curación debemos realizar ejercicios posturales a diario para tonificar el músculo y evitar recaídas. En caso de sufrir vértigo cervical es importante iniciar el tratamiento cuando los síntomas empiecen a florecer, pues será más fácil controlarlos. ¿Por qué un vértigo puede ser cervical? El vértigo es una sensación repentina de rotación externa, inestabilidad y desequilibrio que puede acompañarse de sensación nauseosa e incluso vómitos. La duración del cuadro es variable, sin embargo, es una situación muy invalidante para la persona que lo sufre. ¿Qué otros síntomas puedo encontrarme en el vértigo de origen cervical? En general tendremos dolor en la columna cervical junto con hipersensibilidad y contractura muscular en los trapecios . Puede existir dolor selectivo en la región occipital con movilidad disminuida y dolorosa en todo el rango de movimiento y acompañado de sensación de inestabilidad. Este cuadro debe hacernos sospechar de un vértigo cervical.  ¿PENSABAS QUE EL VÉRTIGO SÓLO PODÍA TENER ORIGEN AUDITIVO? Ni mucho menos. Una contractura cervical importante puede comprometer el flujo sanguíneo cerebral y ocasionar un cuadro vertiginoso . En realidad, existen dos tipos de vértigo: uno de origen periférico, donde el oído interno es el principal responsable como regulador del equilibrio, y el otro de origen central, donde el cerebro el responsable. Y ¿por qué una contractura cervical puede ocasionar una sensación vertiginosa? Por conflicto vascular, es decir, ante una contractura importante el aporte vascular hacia el oído puede verse comprometido y ello origina la inestabilidad ante determinados movimientos. Causas Ante la aparición de un vértigo las primeras causas a descartar serían un problema de oído  (tapón de cera, infección, otolitos, neurinoma del nervio acústico) , o un problema cervical (cervicoartrosis, contractura cervical, sobrecarga muscular…). Cuando el posible origen del vértigo se focaliza en la columna cervical debemos hacer hincapié en la exploración de la misma. Debemos palpar la columna cervical ósea, así como la musculatura paravertebral. Es importante solicitar al paciente que realice todos los movimientos cervicales necesarios para explorar esta zona (flexión y extensión, lateralización y rotación). Con mucha probabilidad detectaremos movimientos dolorosos que nos sugerirán el origen preciso del dolor. Es frecuente encontrarnos con una musculatura paravertebral dolorosa o hipersensible a la palpación por tener un tono muscular aumentado. Observaremos que cuando el paciente gira la cabeza nota aumento de su sensación de inestabilidad. Al interrogar al paciente es frecuente que nos confiese una situación de estrés en la esfera personal o laboral , aunque, en muchas ocasiones, se dan ambas situaciones a la vez. ¿Qué aconsejamos en estas situaciones? En fase aguda es importante el tratamiento médico de los síntomas . Posteriormente, debemos abordar las posibles causas y evitar posibles recaídas. Ante todo, debemos tratar el cuadro vertiginoso, tanto la sensación de inestabilidad como los posibles síntomas acompañantes (nauseas o vómitos). Cuando el cuadro vertiginoso comienza a remitir debemos abordar el cuadro cervical según nuestra exploración. Puede ser necesario el uso puntual de un collarín cervical y el tratamiento mediante antiinflamatorios y relajantes musculares. La aplicación de calor local será muy beneficiosa en esta etapa. Cuando los síntomas agudos (vértigo y cervicalgia) comienzan a remitir es cuando recomendamos un tratamiento rehabilitador de columna cervical para mejorar el tono muscular y erradicar los síntomas en su totalidad. ¿Existe alguna terapia alternativa? Desde luego que sí, tengo que mencionártelas, a pesar de no formar parte de la medicina tradicional. Podríamos considerar la acupuntura, la homeopatía y la osteopatía . Las manipulaciones osteopáticas en la zona cervicodorsal y la relajación de la musculatura cervical colaborarán en la mejoría de los síntomas, aunque bajo ningún concepto debemos dejarnos manipular si no se trata de un profesional. ¿Conoces la maniobra de Epley? Se utiliza para el tratamiento del vértigo de origen auditivo y consiste en la manipulación mediante unas maniobras de reposicionamiento de oído interno . Es llevada a cabo normalmente por los otorrinolaringólogos. Su tasa de éxito es alta pero también la de recaídas en menos de un año. Durante la manipulación se desencadenan síntomas vertiginosos que pueden llevar al cese de la prueba por malestar del paciente. ¿Podemos hacer algo para prevenir episodios futuros? ​Es importante potenciar la musculatura paracervical mediante ejercicios de tonificación . Pero también debemos evitar posturas mantenidas durante un tiempo prolongado. Pide cita con un especialista en rehabilitación. Sin esperas, en los mejores centros médicos y con un precio muy competitivo.
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Somos conscientes de que los conceptos médicos pueden resultar confusos si no te los explican con claridad. Para evitar esto, le hemos pedido a nuestros profesionales que preparen estas fichas en donde podrás acceder a información relevante sobre enfermedades que te ayudará a entender de una manera sencilla por qué se producen y por qué es necesario su tratamiento.
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Osteopenia
Enfermedad

Osteopenia

¿Qué es la osteopenia? La osteopenia es una disminución de la densidad mineral ósea por la que el hueso se vuelve más poroso, disminuyendo su masa, en la que todavía no se han presentado cambios definitivos en su estructura. La osteopenia es una alteración de diagnóstico densitométrico, es decir, se establece con la realización de una densitometría ósea al paciente, determinando con ello lo que es, según los resultados de esta prueba, la disminución de la densidad ósea comprendida entre 1 y 2.5 desviaciones estándar por debajo del valor de referencia de la población normal. Se puede considerar un paso previo a la osteoporosis, aunque no todo el mundo que presenta osteopenia va a desarrollar una osteoporosis en el futuro. Junto con la osteoporosis, la osteopenia es la enfermedad ósea más frecuente. Afecta en su mayoría a mujeres mayores de 50 años, aumentando su prevalencia según aumenta la edad. La osteopenia es una alteración de una gravedad leve-moderada, siendo un factor de riesgo que se suma a la osteoporosis, la edad, riesgo de caídas… etc, para el padecimiento de fracturas óseas. Causas de la osteopenia La osteopenia viene determinada por el pico máximo de masa ósea que cada individuo tiene y que se suele alcanzar a en torno a los 25-30 años. A partir de los 40 años la masa ósea va disminuyendo, habiendo un desbalance en los procesos de destrucción y producción de hueso que se producen durante toda la vida adulta, determinado por factores genéticos y la disminución de estrógenos en mujeres postmenopáusicas. Síntomas de la osteopenia La osteopenia en sí misma, como la osteoporosis, no produce síntomas claramente achacables a su padecimiento , salvo cuando se producen fracturas o microfracturas óseas. Tratamiento para la osteopenia El tratamiento de la osteopenia está basado en la indicación de realización de medidas generales como realizar ejercicio (andar, correr, nadar…) y administrar en la dieta un adecuado aporte de calcio y vitamina D. Cuando se determina analíticamente que existe déficit de estos dos componentes, el médico puede indicar un tratamiento específico según la carencia que se establezca de vitamina D y calcio en el paciente. En principio, los fármacos que se utilizan para el tratamiento de la osteoporosis no están aprobados para su uso en el tratamiento de la osteopenia, reservándose a los casos de diagnóstico de osteoporosis asociados a un aumento real de riesgo de fracturas. Pruebas complementarias del tratamiento de la osteopenia Se puede realizar una analítica de sangre con determinación de calcio, fósforo y fosfatasa alcalina, entre otros. La prueba complementaria de referencia para poder decir que un paciente tiene osteopenia es la densitometría ósea o DEXA ( Dual Energy X-Ray Absorptiometry ), prueba precisa que utiliza una mínima radiación y es un estudio rápido de realizar. Se establecen los  valores en columna lumbar y cadera, de tal manera que se indica que existe osteopenia cuando los resultados de su índice “T-score” son entre -1.0 y -2.4, desviaciones estándar en comparación a una población de referencia con una densidad mineral ósea normal. Factores de riesgo que pueden desencadenar la osteopenia Los principales factores de riesgo para el desarrollo de la osteopenia son : El déficit de estrógenos asociado a la menopausia. La edad, a partir de los 50 años sobre todo. Cuanto mayor edad tenga el individuo, más riesgo existe de que este padezca osteopenia. Antecedentes familiares de osteopenia, osteoporosis o fracturas óseas. Toma de determinados fármacos como glucocorticoides sistémicos, heparina, anticonvulsivante…etc. Padecimiento de enfermedades como hipogonadismo (testículos u ovarios no funcionales), hiperparatiroidismo, artritis reumatoide, síndrome de malabsorción, enfermedad celíaca…etc. Alimentación deficiente y alteraciones alimentarias derivadas de patologías como anorexia o bulimia. Complicaciones de la osteopenia Desarrollo de osteoporosis. Fracturas óseas, siendo más frecuentes en columna, cadera y antebrazo. Desarrollo de alteraciones biomecánicas como pérdida de altura, deformidad en la columna, dorso-lumbalgias,  etc. Prevención de la osteopenia Realización de ejercicio físico aeróbico como caminar a paso vivo, correr, montar en bicicleta o saltar, por ejemplo. Garantizar una exposición solar diaria en manos, cara y brazos al menos durante 10-15 minutos al día, dos a tres veces por semana. Evitar el consumo de tabaco. Dieta variada y que contenga suficiente aporte de calcio (1gr/día en mujeres premenopáusicas; 1.2-1.5 gr/día durante el embarazo y la lactancia y 1.5 gr/día en mujeres postmenopáusicas). Evitar tóxicos como el alcohol y un exceso de ingesta de café. Especialidades a las que pertenece la osteopenia La osteopenia puede ser valorada y diagnosticada por el médico de atención primaria, el médico reumatólogo y el traumatólogo . En ocasiones, en las revisiones ginecológicas de las paciente en edad postmenopáusica, el ginecólogo también valora realizar una densitometría para diagnosticar la influencia de este proceso fisiológico en los huesos. Preguntas frecuentes ¿Qué debe comer una persona con osteopenia? Es recomendable comer alimentos ricos en calcio como leche, quesos, yogures, yema de huevo, frutos secos, legumbres, espinacas, grelo, brócoli, acelga, cardo, col lombarda…etc. También alimentos que contengan vitamina D como el pescado azul (salmón, sardinas o caballa) ¿Qué es la osteopenia periarticular? Es la pérdida de densidad mineral ósea producida alrededor de las articulaciones. ¿Cuál es el médico especialista en osteopenia? El reumatólogo es el médico especialista en osteopenia y osteoporosis. ¿Qué diferencia hay entre la osteopenia y la osteoporosis? La diferencia entre osteoporosis y osteopenia es la cuantía o importancia de la pérdida total de masa ósea del hueso. Así, se considera osteopenia la disminución de la densidad ósea comprendida entre 1 y 2.5 desviaciones estándar por debajo del valor de referencia de la población normal, y osteoporosis una densidad ósea inferior a 2.5 desviaciones estándar respecto al pico de masa ósea en adultos sanos. ¿Qué es el reuma? El término reuma no es un término médico, es una denominación coloquial para referirse al conjunto de patologías que afectan al aparato locomotor.
Desgarro Muscular
Enfermedad

Desgarro Muscular

¿Qué es un desgarro muscular? El desgarro muscular, tirón muscular o distensión muscular se produce cuando un músculo o un tendón se estira en exceso provocando una rotura parcial. Además, se suele producir también un hematoma debido a la rotura de los vasos sanguíneos que lo recubren. El dolor puede ser leve o intenso y cuando intentamos contraer el músculo podemos tener dificultad o impedimento. Se puede producir durante un esfuerzo grande como levantar objetos, mientras se realiza ejercicio físico, al saltar o correr. Afecta sobre todo a los músculos de las piernas y la parte baja de la espalda y es una lesión que, dependiendo del grado de afectación, puede ser leve o grave. Tipos de desgarros musculares Según la gravedad de la lesión el desgarro muscular puede ser: De primer grado : cuando hay leves daños en las fibras musculares. De segundo grado: cuando hay rotura parcial de las fibras musculares. De tercer grado: cuando hay rotura total de las fibras musculares. Causas de un desgarro muscular Las casas pueden ser: No calentar los músculos lo suficiente antes de realizar un ejercicio. Esfuerzo demasiado intenso y/o prolongado por un sobreentrenamiento . Abusar de los estiramientos sin que se haya calentado la musculatura. Estirar los músculos cuando ya están tensos o rígidos. Cuando no se deja suficiente tiempo de recuperación entre una sesión y otra de entrenamiento. Cansancio muscular o fatiga. Musculatura débil. Traumatismos o contusiones con objetos. Síntomas de un desgarro muscular Los síntomas en los desgarros musculares leves o de primer grado no tienen por qué impedir nuestras actividades diarias. Suelen causar: Sensibilidad en la zona afectada. Tensión muscular. Los síntomas en los desgarros de segundo y tercer grado causan: Dolor muscular intenso. Inflamación de la zona que rodea al músculo. Rigidez muscular. Hematomas debido a la rotura de vasos sanguíneos. Dolor que empeora con el movimiento lo que impide continuar con nuestras actividades diarias. Los síntomas de los desgarros de tercer grado producen: Dolor agudo. Inflamación importante de la zona. Pérdida de la funcionalidad muscular. Protuberancia o desigualdad en la zona afectada. Tratamiento de un desgarro muscular En los desgarros el tratamiento puede ser: Proteger la lesión de más daños. Dejar en reposo el músculo durante 48-72 horas y reanudar poco a poco el movimiento para no perder masa muscular. Frío local para bajar la inflamación y el hematoma. Después de los tres primeros días se puede aplicar calor. Comprensión sobre la zona para reducir la inflamación. Elevar la zona lesionada por encima del corazón para reducir la inflamación. Analgésicos y antiinflamatorios para el dolor y la inflamación. Cirugía en caso de lesión grave con un período largo de reposo y recuperación. Rehabilitación con un fisioterapeuta para fortalecer el músculo o ligamento dañado a través de una serie de ejercicios y técnicas. Masaje en la zona para evitar la formación de fibrosis (nudos) durante la cicatrización del músculo. Esta debe ser dada por un médico o un fisioterapeuta. Pruebas complementarias de un desgarro muscular En un principio no es necesario realizar pruebas, con una exploración física por parte del médico o fisioterapeuta se puede diagnosticar un desgarro muscular. En caso de lesión grave, aparición de complicaciones o que no sea efectivo el tratamiento, se puede realizar una radiografía, resonancia magnética o una ecografía muscular. Factores desencadenantes de un desgarro muscular Estiramiento excesivo de un músculo o tendón. Factores de riesgo de un desgarro muscular Los factores de riesgo son: Falta o exceso de entrenamiento. Tensión emocional. Rigidez muscular. Falta de riego sanguíneo. Alteraciones bioquímicas en el interior del músculo. Complicaciones de un desgarro muscular Rotura total del músculo o tendón que requiere de intervención quirúrgica. Fibroesclerosis cicatrizal (cicatriz muscular rica en tejido fibroso y que tiene menos elasticidad y contractilidad). Formación de un quiste en la zona donde estaba el hematoma que no deja cicatrizar correctamente el músculo. Esto ocurre cuando no se ha dejado el músculo en reposo el tiempo suficiente. Calcificación del hematoma. Tromboflebitis (formación de un coágulo que obstruye un vaso de la pierna debido a una inmovilización prolongada). Prevención de un desgarro muscular  Calentar antes y después de realizar un ejercicio o hacer deporte. Descansar entre series de ejercicios. Beber muchos líquidos, sobretodo bebidas isotónicas. Evitar el sobreesfuerzo cuando hay fatiga muscular. Especialidades a las que pertenece El desgarro muscular es tratado por el médico traumatólogo, rehabilitador y los fisioterapeutas. Preguntas frecuentes: ¿Por qué se puede producir un desgarro muscular? Un desgarro muscular se puede producir por un estiramiento excesivo de un músculo o tendón. También por un traumatismo o choque con algún objeto. ¿Qué es un espasmo lumbar? El espasmo lumbar son unas contracciones que se producen de forma involuntaria, el riego sanguíneo aumenta y da lugar a una inflamación y dolor. Las causas pueden ser una hernia de disco, una lesión deportiva, falta de cuidado de los músculos, o la vida sedentaria. ¿Qué es un dolor sordo en la espalda? El dolor sordo de espalda es un dolor constante o en forma de golpes rítmicos continuos. Suele ser difícil de describir y de localizar. ¿Qué se puede tomar para el dolor muscular? Para el dolor muscular se puede tomar, siempre bajo prescripción médica, antiinflamatorios y analgésicos. También es útil el reposo y combinar frío y calor local. ¿Qué se puede tomar para el dolor de espalda? Para el dolor de espalda se puede tomar, bajo prescripción médica, antiinflamatorios, analgésicos, relajantes musculares o la combinación de analgésicos y relajantes musculares como el “Voltaren”. Es muy efectivo darse un baño relajante o acudir a que un profesional realice un masaje a la persona.
Bursitis
Enfermedad

Bursitis

¿Qué es la bursitis? Se denomina bursitis a la inflamación de las bursas sinoviales, que son estructuras a modo de bolsas situadas próximas a articulaciones y que contribuyen a la función de almohadillado entre huesos, tendones y músculos. La incidencia de las bursitis varía según la bursa que se vea afectada. Existen en el organismo 150 bursas descritas . La bursitis del hombro, el codo y la rodilla son las más frecuentes. Las asociadas a una infección se dan con mayor frecuencia en varones entre 40-50 años, con profesiones donde se ejerce presión sobre las bursas y en las que coexisten factores de riesgo predisponentes. La bursitis es una patología que puede causar mucho dolor, aunque no se considera una patología grave. En aquellas personas en las que se le asocia la bursitis a una infección, es importante detectarlas cuanto antes y poner el tratamiento adecuado para evitar complicaciones. Tipos de Bursitis Las bursitis se pueden dividir según la localización de la bursa afectada: Aquellas que se producen en bursas superficiales : olécranon (codo), prepatelar o infrapatelar superficial (rodilla). Aquellas que se producen en bursas profundas : subacromial o subdeltoidea (hombro), iliopsoas (ingle-cadera), trocantérea (parte lateral superior del muslo), isquiopubiana (parte inferior de la pelvis), infrapatelar profunda (rodilla), poplítea (parte posterior de la rodilla), anserina (parte interna de la rodilla), retrocalcánea (tobillo), metatarsofalángica (parte distal del pie). También se pueden clasificar dependiendo de si se asocia a una infección , bursitis séptica , o no, bursitis aséptica . Por último, según el tiempo de duración se clasifican en agudas (de pocos días de duración), o crónicas (de larga evolución o bursitis de repetición). Causas de la bursitis En las bursitis sépticas, la causa es la infección producida por una bacteria , en el 80-90% de los casos el Staphylococcus aureus. Las bursitis asépticas se producen tras traumatismos o movimientos repetidos con aumento de presión en la zona de la bursa, por acúmulo de sustancias, como microcristales de ácido úrico, por ejemplo, por presencia de cuerpos extraños que se han introducido hasta la zona de la bursa, o por el padecimiento de ciertas enfermedades sistémicas (que afectan a todo o a parte del organismo). Síntomas de la bursitis Las bursitis se pueden presentar de forma progresiva o de forma brusca. Aparecen como una zona inflamada, dolorosa, caliente y con coloración roja de la piel . En el caso de las bursitis profundas no son tan evidentes los síntomas externos, aunque sí el dolor. Este dolor suele aumentar con los movimientos de la articulación más próxima y puede llegar a limitarlos. En las bursitis de origen infeccioso puede aparecer fiebre. Tratamiento para la bursitis El tratamiento de las bursitis asépticas se basa en la aplicación de frío local , el reposo relativo de las articulaciones adyacentes evitando las actividades que favorezcan la bursitis, aunque no se recomienda el reposo de forma prolongada. Además, se puede realizar un vendaje elástico de la articulación y la punción y aspiración del líquido que está aumentado en la bursa para disminuir la presión y con ello el dolor. Se puede asociar un tratamiento farmacológico con antiinflamatorios y analgésicos . Si estas medidas no mejoran los síntomas, se plantea la posibilidad de realizar infiltraciones con glucocorticoides (inyectándose con una aguja en las zonas próximas), cuya acción es disminuir la inflamación de forma local y más potente. En las bursitis sépticas es importante realizar un tratamiento antibiótico precoz para tratar la infección, que en el caso de pacientes de riesgo o si existen complicaciones, se administra por vía intravenosa. Si a pesar del tratamiento no hay una buena evolución, se plantea un abordaje quirúrgico abierto o por vía endoscópica (introduciendo una pequeña cámara en un tubo flexible en la articulación junto con los utensilios quirúrgicos precisos), para la extracción de la bursa. Pruebas complementarias para el diagnóstico de la bursitis Para el diagnóstico de la bursitis el médico realiza al paciente una historia clínica y una exploración física adecuadas . En ocasiones solo con eso el médico puede realizar un diagnóstico de la patología. Cuando el médico lo ve necesario para determinar el posible origen de la bursitis, se puede realizar una punción con una aguja en la zona de la inflamación para extraer líquido y analizarlo, realizando cultivos y detectando la presencia de bacterias y otro tipo de análisis. También se pueden realizar pruebas de imagen , sobre todo en regiones más profundas del organismo, donde no se puede realizar un diagnóstico concreto solo con la exploración física. Estas pruebas suelen ser ecografía, resonancia magnética o TAC. La radiografía simple aporta menos información para el diagnóstico de esta patología. Factores desencadenantes y de  riesgo de la bursitis Los factores de riesgo descritos para que se pueda desencadenar una inflamación de la bursa son: Tener un antecedente de traumatismo, sobre todo si se producen de forma repetida, aunque sean de mínimo impacto. Padecer lesiones en regiones donde se localizan las bursas, desencadenadas por actividades profesionales o recreativas (deporte, etc.), sobre todo cuando se repiten  movimientos o se ejercen presiones constantes sobre determinadas regiones. El haber padecido un episodio previo de bursitis , lo cual puede favorecer a que se repita dicho episodio, porque se mantengan las mismas circunstancias favorecedoras, etc. En pacientes i nmunodeprimidos , con un sistema de defensas alterado, pueden ser más frecuentes sobre todo las bursitis sépticas. Cuando el paciente ha sido sometido a cirugías en regiones próximas a la localización de una bursa. Si el paciente ha tenido un tratamiento local de infiltraciones con corticoides para el tratamiento de una patología tendinosa, articular… etc. Pacientes que padezcan enfermedades como la diabetes mellitus, EPOC, enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, alcoholismo, o pacientes con insuficiencia renal sometidos a hemodiálisis. También puede ser un factor de riesgo padecer enfermedades reumatológicas como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la artritis psoriásica o la gota. Complicaciones de la bursitis Padecimiento de bursitis de repetición convirtiéndose la enfermedad en una patología crónica. Extensión de la infección en las bursitis sépticas con aparición de abscesos (acúmulos de pus), artritis séptica (infección dentro de la articulación), o osteomielitis (infección en el hueso). Prevención de la bursitis Evitar los movimientos repetitivos y la presión constante y contínua sobre la bursa. Es aconsejable realizar estiramientos y calentamiento del aparato locomotor previo a la realización de ejercicios o actividades intensas con movimientos repetitivos. Mantener una higiene postural adecuada y no forzar los movimientos ni posiciones corporales. Hacer descansos y cambios posturales frecuentes. Se pueden utilizar rodilleras, coderas, etc para disminuir el impacto de traumatismos repetidos originados en el trabajo, realizando deporte, etc. Especialidades a las que pertenece la bursitis La bursitis puede ser diagnosticada y tratada por el médico de atención primaria. Si la evolución no es buena o si se sospecha de un posible origen infeccioso que requiere la realización de pruebas complementarias urgentes o específicas, el paciente debe ser valorado por el traumatólogo. Preguntas frecuentes: ¿Qué es la bursitis subacromial? La bursitis subacromial es una causa frecuente de dolor en el hombro producida por la inflamación de la bursa localizada por debajo del acromion, que es una parte de la escápula u omóplato. Puede producir un dolor agudo que implique la limitación de los movimientos del hombro. ¿Qué es el hombro congelado? El hombro congelado o capsulitis adhesiva es una inflamación de la cápsula de la articulación del hombro que produce su endurecimiento y la aparición de adherencias y retracción de los ligamentos de la articulación. Se manifiesta con dolor e impotencia funcional, es decir, limitación del movimiento de la articulación del hombro. ¿Qué es el síndrome de pinzamiento subacromial? El pinzamiento subacromial es una compresión de los tendones que forman el llamado manguito de los rotadores (inserción tendinosa de tres músculos en el hombro), que se produce por la disminución en el espacio que hay entre este y el acromion, por aumento de las estructuras blandas que se encuentran en ese espacio (bursa o tendones con inflamación) o de la parte ósea (calcificaciones). Produce dolor y limitación del movimiento del hombro. ¿Qué es una capsulitis en el hombro? La capsulitis de hombro es una inflamación de la cápsula que rodea la articulación del hombro a modo de envoltura de tejido conectivo. Produce dolor y alteración del movimiento del hombro por dolor. ¿Qué es una trocanteritis de cadera? La trocanteritis de la cadera o bursitis trocantérea es una inflamación de esta bursa, producida por la fricción excesiva de los tendones de los músculos del glúteo medio y el tensor de la fascia sobre la cara externa del fémur, en una región de este hueso llamado trocánter. Produce dolor de aparición constante o con la presión de la zona.
Tendinitis rotuliana
Enfermedad

Tendinitis rotuliana

¿Qué es la tendinitis rotuliana? La tendinitis rotuliana también conocida como rodilla de saltador o tendinopatía rotuliana, es una inflamación del tendón rotuliano , que es el tejido que une la rótula a la tibia. Es una lesión que se produce por sobrecarga, movimientos repetitivos muy continuados y saltos que causen daños o irritación en los tejidos . Afecta fundamentalmente a deportistas y es muy común en jugadores de baloncesto, voleibol, tenis y también en corredores. Sin embargo, se puede presentar en personas con menos actividad deportiva por deformidades de los ejes de la pierna, ya sea en el plano frontal o por defectos de rotación del fémur y la tibia, sobre todo en la pisada. Es una afección grave , y aunque parezca menor puede empeorar progresivamente ya que si no se trata a tiempo y adecuadamente puede causar un daño importante y requerir cirugía.   Tipos de tendinitis rotuliana No existen tipos de tendinitis rotuliana ya que éste es uno de los tipos de tendinitis que existe. Pero si existen estadios para medir el grado de dolor y la intensidad de la lesión: Estadio 1: El dolor se produce sólo después de realizar la actividad, sin menoscabo funcional. Estadio 2: Dolor durante y después de realizar la actividad, aunque el paciente sigue siendo capaz de llevar a cabo satisfactoriamente su deporte. Estadio 3: Dolor prolongado durante y después de realizar la actividad, cada vez con mayor dificultad en el desempeño a un nivel satisfactorio. Estadio 4: Rotura completa del tendón que requiere de una reparación quirúrgica. Causas de la tendinitis rotuliana Las causas de la tendinitis rotuliana más frecuentes son los microtraumatismos repetitivos , como los que se producen al saltar de forma reiterada y continua o al correr sobre superficies duras, especialmente si se hace con un calzado que no es el adecuado y que no amortigua lo suficiente el impacto del cuerpo sobre el suelo. También los golpes directos sobre el tendón rotuliano, los músculos pocos flexibles, la obesidad o algunas enfermedades crónicas que debilitan el tendón. Cuando se extiende la rodilla, el cuádriceps tira del tendón del cuádriceps que a su vez tira de la rótula. Luego, la rótula tira del tendón rotuliano y la tibia, y permite que la rodilla se enderece . Al flexionar la rodilla, en cambio, los músculos de la corva tiran de la tibia, y esto hace que la rodilla se flexione. En la rodilla de saltador , el tendón rotuliano está dañado. Dado que este tendón es fundamental para enderezar la rodilla, el daño en él hace que la rótula pierda el soporte . Síntomas de tendinitis rotuliana Los síntomas de la tendinitis rotuliana son: dolor directamente sobre el tendón rotuliano (o, más específicamente, debajo de la rótula), rigidez en la rodilla , en particular al saltar, arrodillarse, agacharse, sentarse o subir las escaleras, dolor al flexionar la rodilla , dolor en el cuádriceps , debilidad en la pierna o la pantorrilla con problemas de equilibrio, aumento de la temperatura , sensibilidad excesiva o hinchazón alrededor de la parte inferior de la rodilla. Tratamiento para tendinitis rotuliana El tratamiento para la tendinitis rotuliana v a a depender del grado de la lesión y de la intensidad del dolor . Se determina si la lesión es leve o moderada: Reposo de las actividades o adaptación a un régimen de entrenamiento que reduzca en gran medida los saltos o los impactos. Colocación de hielo en la rodilla para aliviar el dolor y la inflamación. Se debe comprimir la zona mediante un vendaje elástico con el fin de reducir el edema y la hemorragia producidos por la lesión. Elevación de la rodilla cuando el paciente sienta dolor (por ejemplo, colocando una almohada debajo de la pierna). Medicamentos antiinflamatorios , como ibuprofeno, para minimizar el dolor y la hinchazón. Automasaje para relajar el cuadriceps. Ejercicios de mínimo impacto para ayudar a fortalecer la rodilla. Una banda o sostén para rodilla puede ayudar a minimizar el dolor y a aliviar la presión en el tendón rotuliano. Programas de rehabilitación que incluyan fortalecimiento muscular, centrados en los grupos musculares que soportan el peso, como el cuádriceps y los músculos de la pantorrilla. Inyecciones especializadas para desensibilizar las terminaciones nerviosas y reducir la inflamación. En raras ocasiones, cuando hay dolor persistente o el tendón rotuliano está gravemente dañado, la rodilla de saltador requiere cirugía . La cirugía incluye la extracción de la parte dañada del tendón rotuliano, la extracción del tejido inflamatorio de la zona inferior (o polo inferior) de la rótula o la realización de pequeños cortes en los costados del tendón rotuliano para aliviar la presión de la zona media. Tras la cirugía, el paciente debe ser sometido a un programa de rehabilitación que incluye masajes y ejercicios de fortalecimiento durante varios meses. Pruebas complementarias del tratamiento de tendinitis rotuliana Las pruebas diagnósticas de la tendinitis rotuliana comienzan con un examen físico de la rodilla . El médico solicitará al paciente que corra, salte, se arrodille o se agache para determinar el nivel de dolor. Además, es posible que recomiende una radiografía , que en estos casos no es muy específica. El ultrasonido o ecografía y una imagen por resonancia magnética (IRM) son más apropiadas para detectar cambios estructurales en el tendón. Factores desencadenantes de la tendinitis rotuliana No existen factores desencadenantes de la tendinitis rotuliana. Factores de riesgo de la tendinitis rotuliana Los factores de riesgo de la tendinitis rotuliana son: realizar cierto tipo de deportes como el baloncesto, voleibol, fútbol, la actividad física de correr y saltar, aumento en la frecuencia e intensidad de las actividades deportivas , calzado inadecuado , la rigidez muscular de los muslos (cuádriceps), desequilibrio muscular y la obesidad . Complicaciones de la tendinitis rotuliana Desgarros del tendón rotuliano. Roturas de tendón, ante movimientos bruscos que implican una operación quirúrgica. Prevención de la tendinitis rotuliana Estiramiento de los músculos. Realizar prácticas deportivas con un calzado adecuado que permita amortiguar el impacto sobre el suelo. Calentamiento adecuado antes y después del ejercicio, que incluya estiramiento de cuádriceps y de los músculos de la parte inferior de la pierna. Fortalecer los músculos. Especialidades a las que pertenece la tendinitis rotuliana Las especialidades a la que pertenece la tendinitis rotuliana es la traumatología y ortopedia . Esta especialidad es la que se dedica al diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y prevención de lesiones y enfermedades del sistema musculoesquelético del cuerpo humano. Preguntas frecuentes ¿Qué es la pata de ganso? La pata de ganso es una estructura tendinosa localizada a nivel de la rodilla, formado por la inserción de los tendones de tres músculos que son: recto interno (que recorre la cara interna del muslo desde la cadera a la rodilla y su movimiento afecta a ambas articulaciones, pertenece al grupo de los músculos aductores), sartorio (músculo de la región anterior del muslo, que se extiende desde la parte exterior del hueso ilíaco hasta la interior de la tibia en la pierna y permite flexionar la rodilla y separar y rotar la cadera hacia el exterior) y semitendinoso (que es un músculo flexor de rodilla y extensor de la cadera). ¿Qué ejercicios debo realizar cuando tengo tendinitis rotuliana? Los ejercicios que se deben realizar para la tendinitis rotuliana son aquellos que tienen como objetivo fortalecer el músculo , como son: Fortalecimiento muscular del cuádriceps , sin olvidar la cadera: Ayudan a recuperar la fuerza y aumenta el flujo sanguíneo. Estiramiento del cuádriceps : Principalmente de forma estática (no implica ningún movimiento) que favorece la recuperación, prepara la musculatura y alivia el dolor. Ejercicios isométricos : Son una forma de ejercitar los músculos que implica la contracción estática sin ningún movimiento visible en el ángulo de la articulación. Por ejemplo, las sentadillas en la pared son un ejercicio isométrico perfecto para fortalecer el cuádriceps sin dañar las rodillas. La electroestimulación : Consiste en la aplicación de corriente eléctrica de forma controlada. Esto permite estimular y hacer trabajar a los músculos sin producir extrema tensión en los tendones. Bandas elásticas : También son una alternativa que ayuda a fortalecer los músculos y proteger los tendones. ¿Qué es el ligamento rotuliano? El ligamento rotuliano también conocido como tendón rotuliano o tendón patelar es la continuación del tendón del cuádriceps que pasa por debajo de la rótula . Se inserta, por un lado, en la rótula y, por otro, en la tuberosidad tibial. Une dos estructuras óseas y se trata de un cordón fibroso que mide unos 4 y 5 cm de largo, algo menos de 3cm de ancho y 1 cm de grosor. El tendón rotuliano junto con el tendón del cuádriceps femoral participa en el movimiento de la rodilla y hacen posible la extensión de la pierna cuando se contrae el músculo del cuadriceps. Es una estructura fundamental que permite mantenernos de pie frente a la gravedad, necesario para caminar, correr y saltar. ¿La tendinitis se cura? Sí, la tendinitis tiene grandes posibilidades de curarse . Para ello debe seguir un tratamiento adecuado y ser debidamente tratada. ¿Cuánto tiempo de recuperación requiere una tendinitis rotuliana? El tiempo de recuperación que requiere una tendinitis rotuliana es de 4 a 5 semanas aproximadamente , aunque en algunas ocasiones puede durar meses. Lo ideal es no hacer deportes o actividades que puedan agravar la rodilla y empeorar las afecciones.