El síndrome de ovarios poliquísticos consiste en la aparición de quistes (cavidades llenas de líquido) en los ovarios, debido a que estos o las glándulas suprarrenales producen más hormonas masculinas de lo normal. Este síndrome puede dar lugar a periodos menstruales con poca frecuencia o incluso ausentes, periodos más prolongados o escasa liberación de óvulos.
Está alteración endocrina afecta aproximadamente a 1 de cada 10 mujeres en edad reproductiva, y está relacionado directamente con la fertilidad, es decir, el 4-8% de estas mujeres no consiguen un embarazo.
No existen diferentes tipos del síndrome de ovario poliquístico.
No se conoce con exactitud la causa principal del síndrome de ovarios poliquísticos, pero se ha detectado un exceso de hormona luteinizante, que es la encargada de regular la secreción de testosterona, que impide a los óvulos madurar lo suficiente y que, en lugar de ser expulsados de los ovarios durante la ovulación, se quedan en el interior formando estas cavidades.
También se ha detectado un aumento del nivel normal de insulina, lo que dificulta la producción de andrógeno (hormona masculina) y, por tanto, alteración en la ovulación.
Otras causas probables del desarreglo hormonal pueden ser la obesidad, mala alimentación, vida sedentaria, o puede ser una causa genética, por alteración o mutación de genes, debido a que suele ser hereditario.
Los síntomas del síndrome de ovarios poliquísticos pueden ser:
El síndrome de ovario poliquístico no tiene cura, pero sí se puede tratar:
El uso de antidiabéticos orales como la metformina ayuda a regular los niveles de insulina y, por tanto, regulan los ciclos menstruales.
El tratamiento hormonal como los antiandrógenos que regulan el nivel de andrógenos (hormonas masculinas) mejoran el acné y el vello corporal.
Las pruebas complementarias para el diagnóstico del síndrome de ovarios poliquísticos pueden ser:
No se conoce el factor principal que desencadena el síndrome de ovarios poliquísticos.
Los factores de riesgo del síndrome de ovarios poliquísticos pueden ser ambientales, como la mala alimentación, obesidad, vida sedentaria y, genéticos, tienden a ser hereditarios por un cambio o mutación de genes.
El aumento en la producción de hormonas masculinas hace que el ovario no funcione de manera correcta.
Las mujeres que padecen el síndrome de ovarios poliquísticos pueden tener una serie de complicaciones como:
El síndrome de ovario poliquístico no tiene cura, por lo que es difícil de prevenir, pero sí hay una serie de recomendaciones que pueden ayudar a reducir los síntomas y regular los ciclos menstruales. Además del tratamiento médico, es importante conseguir una buena calidad de vida eliminando el estrés, realizar ejercicio físico de manera regular, mantener una dieta saludable sin grasas, azúcares, tabaco, ni alcohol, y evitar la obesidad y el sobrepeso.
El síndrome de ovarios poliquísticos es tratado por los médicos especialistas en Endocrinología y por médicos especialistas en Ginecología.
Los síntomas de quistes en los ovarios son dolor en la parte baja del abdomen, hinchazón y sensación de plenitud abdominal, dolor durante las relaciones sexuales o dolor durante la defecación, entre otros.
Un quiste de ovario suele medir menos de 5 cm.
Por norma general, un quiste de ovario se rompe en el momento de la ovulación, pero algunos resisten y pueden tardar hasta 3 meses en desaparecer.
Los folículos son estructuras anatómico-funcionales que forman parte del ovario y que albergan en sus paredes internas al ovocito y a otras células productoras de estrógenos.