La termoterapia es la aplicación de calor sobre el organismo con fines terapéuticos, teniendo un buen resultado en el dolor subagudo o crónico. Puede aplicarse el calor para ayudar a la cicatrización ya que produce un aumento del riego sanguíneo. Además, el calor produce que las fibras de colágeno vuelvan elásticas y extensibles lo que mejora la capacidad de la rehabilitación.
La forma de tratamiento puede ser de lo más diverso, desde directamente por la fuente de calor, (la más conocida sería la manta eléctrica) hasta por medio de ondas.
Está indicada para personas con dolor subagudo o crónico, ya sean por dolores de tipo muscular o de tipo óseo provocado por sobrecarga o procesos degenerativos no inflamatorios.
También puede aplicarse antes de sesiones de entrenamiento para calentar zonas lesionada o para producir aumento de la movilidad de las articulaciones.
El tratamiento está contraindicado en personas que sufren cardiopatías y que tengan infecciones en las zonas de aplicación, así como aquellas que puedan tener alteradas la percepción del calor por riesgo a quemaduras.
Se realiza porque tiene un efecto cicatrizante que se basa en la vasodilatación. Además tiene también una gran influencia sobre las fibras de colágeno que son el componente principal de los tendones aumentando su elasticidad y plasticidad. También reduce la rigidez articular y mejora los espasmos musculares.
Es útil para la prevención y tratamiento de las lesiones por sobrecarga, en las lesiones degenerativas y para combatir los efectos secundarios de roturas musculares y tendinosas.
El mayor riesgo de la termoterapia puede ser exceso de calor que puede dar lugar a quemaduras en la zona de administración, por ello el aparataje debe de tener una temperatura no inferior a 34 grados y no superior a 58 grados.
No necesita una preparación especial, salvo mantener limpia la zona donde vaya a usar y mantener la temperatura controlada para evitar posibles quemaduras, no se debe de usar en las primeras 24 o 48 horas de una lesión aguda.
La termoterapia posee propiedades analgésicas que suelen ser bastantes rápidas en su acción. La temperatura que alcanza, la duración de la terapia y el estado de salud del paciente puede ser importantes para conseguir diferentes resultados.
La crioterapia es la aplicación de frío sobre una lesión en el momento en que se ha producido, esto nos permite producir una vasoconstricción que se traducirá en una menor hemorragia y esto a su vez en un menor daño en los tejidos.
El enfriamiento es un método frecuente para tratamiento de las lesiones aguda de partes blandas, siendo su finalidad minimizar la hemorragia y la inflamación que acompaña a estas lesiones .
Es la aplicación de la arena como agente físico calentada a temperatura de entre 40 y 45 grados, con una duración no superior a 30 minutos. Este baño de arena produce gran sudoración y el paciente se cubre con arena caliente en su totalidad salvo la cabeza.
Son almohadillas de semillas que tienen la capacidad de absorber muy rápidamente el calor y disiparse muy lentamente, esto hace que penetren en el cuerpo de forma muy efectiva, dando lugar a un efecto antiinflamatorio que mejorará el dolor rápidamente.
La termoterapia conductiva es aquella en la que el contacto con el calor se produce directamente, pudiendo ser con:
Es aquella en la que el calor se aplica a través de una lámpara de rayos infrarrojos. Se aplicará a una distancia de entre 20 y 25 cm de distancia con aplicación local de entre 15 y 30 minutos. Produce analgesia, vasodilatación y aumento de la temperatura superficial estando indicada en proceso dolorosos crónicos.