La evidencia es clara: las empresas que invierten en bienestar mejoran la salud, la satisfacción, la productividad y la competitividad de sus empleados. Esa fue la principal conclusión del webinar “Los datos lo confirman: invertir en bienestar mejora la productividad”, organizado por Foro Recursos Humanos y Savia, salud digital MAPFRE el pasado 19 de noviembre.
El encuentro, moderado por Francisco García Cabello, fundador y CEO del Foro de Recursos Humanos, contó con la participación de Carlos Jover, Head of Product and Growth en Savia; Eliana García, Managing Partner en Mentha Executive Search; Ana Clavero, Directora de Talento, Cultura y Organización en Ábside Media; y Patricia Iglesias, Chief People & Culture Officer en Techsoulogy.
Carlos Jover, de Savia, fue el encargado de dar el pistoletazo de salida. Comenzó el evento presentando los resultados del último informe elaborado por Savia, dejando muy clara la respuesta a: invertir en bienestar, ¿sí o no?. En palabras de Jover, “las empresas que integran servicios de bienestar logran un 31% más de productividad, un 19% menos de errores y un incremento del 55% en ventas”.
El estudio también destaca que un 37% de los empleados sufre estrés, ansiedad o depresión en el trabajo. Por ello, “no invertir en bienestar tiene un coste altísimo: más rotación, más absentismo y menos compromiso. Cada euro que se invierte en salud mental puede devolver hasta once en productividad y reducción de bajas”, afirman desde Savia, salud digital MAPFRE.
El cambio de mentalidad es evidente y Jover lo tiene claro: “el bienestar ha dejado de ser un concepto aspiracional para convertirse en un indicador real de salud empresarial”.
Ana Clavero, de Ábside Media, coincidió en que las organizaciones están atravesando una transformación cultural profunda: “Estamos en un proceso de cambio. La salud mental se ha consolidado como un elemento fundamental del desarrollo sostenible, tanto individual como institucional. El bienestar no puede abordarse de forma puntual; debe ser una práctica constante y sostenida en el tiempo.”
Para Eliana García, de Mentha Executive Search, el bienestar sostenible requiere autenticidad y coherencia: “No se trata de iniciativas o campañas reputacionales, sino de esfuerzos genuinos que generen resultados reales”. Solo así se logra un impacto duradero.
Por su parte, Patricia Iglesias, de Techsoulogy, destacó la importancia de adaptar los programas de bienestar a las distintas generaciones: “El bienestar no significa lo mismo para todos. Es necesario entender las particularidades de cada grupo y ofrecer soluciones flexibles, basadas en confianza y escucha.”
Una de las grandes coincidencias entre los ponentes fue el papel clave de los líderes y mandos intermedios. Aunque la tendencia está en considerar a Recursos Humanos como el vector del cambio, para que el bienestar se integre al 100% tiene que venir también de managers y mandos intermedios. El cambio, en definitiva, tiene que ser cultural.
Según explicó Clavero, “ahora ya no basta con ofrecer servicios”, hay que asegurarse de que los líderes entienden su rol y saben cómo facilitar entornos donde las personas puedan rendir sin comprometer su salud. La solución está clara para García: “solo con liderazgo consciente y una cultura orientada al bienestar evitaremos que las iniciativas se queden en acciones superficiales, generando un impacto genuino y sostenible”.
Y si hay algo que preocupa a líderes, mandos o equipos directivos en general, son los datos, el retorno. En este contexto, el análisis presentado por Savia demostró cómo las objeciones tradicionales –siendo los presupuestos los grandes protagonistas– se disuelven con datos reales. “Cuando mostramos cifras concretas sobre absentismo, rotación o satisfacción, las barreras caen solas”, afirmó Jover.
De cara a 2026, los ponentes coincidieron en que el bienestar se consolidará como un pilar estratégico del negocio. “El mayor reto será gestionar el estrés tecnológico, derivado del ritmo de cambio y la integración de nuevas herramientas”, anticipó Jover, quien, a su vez, destacó la personalización inteligente como la gran oportunidad para anticipar riesgos y actuar antes de que aparezcan los problemas.
Adicionalmente, Iglesias aseguró que el futuro tiene que tener como objetivo “un bienestar compartido, en el que la empresa ofrezca y el empleado participe”, comprendiendo que los problemas pueden originarse tanto dentro como fuera de la empresa, siendo necesario atender todas las necesidades implicadas.
Finalmente, los datos y la experiencia de los ponentes lo confirmaron: Invertir en bienestar no es un gasto, es una inversión estratégica que mejora la productividad, reduce el absentismo y potencia la fidelización del talento. Si tú también quieres formar parte de las organizaciones que apuestan por la calidad de vida de sus empleados y optimizan resultados, desde Savia, salud digital MAPFRE, podemos ayudarte. Infórmate sin compromiso.