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Lavado Vesical

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Definición

El lavado vesical es una técnica de tratamiento en la que se introduce un líquido en la vejiga del paciente, frecuentemente suero fisiológico, a través de una sonda vesical (tubo flexible de silicona o látex de pequeño diámetro) que se mete por la uretra hasta llegar a la vejiga. Posteriormente, se realiza la extracción de este líquido de forma contínua o intermitente.

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Se introduce entonces de forma progresiva y cuidadosa, la sonda por el meato urinario, dirigiendola de forma ascendente por la uretra hasta la vejiga.

¿Cómo es un lavado vesical?

El paciente se sitúa boca arriba en la camilla de exploración. Si el paciente no está sondado, lo primero que se realiza es la colocación de la sonda urológica.

El personal de enfermería inicia el procedimiento haciendo un lavado cuidadoso y concienzudo de los genitales externos.

Se realiza la lubricación de la entrada de la uretra con la aplicación de un lubricante urológico de forma abundante.

Se introduce entonces de forma progresiva y cuidadosa, la sonda por el meato urinario, dirigiendola de forma ascendente por la uretra hasta la vejiga. En ese momento, la persona que realiza la técnica examina la salida de orina por la sonda. Además, procederá a insuflar (meter aire) un globo que la sonda presenta en su extremo para que quede inflado dentro de la vejiga y no se salga la sonda. En el otro lado, se coloca una bolsa colectora de la orina.

Si el paciente ha presentado una retención de orina (obstrucción e impedimento para la salida de orina), el profesional realizará un pinzamiento de la sonda para que la orina salga de forma progresiva e intermitente, evitando así problemas derivados del vaciado y descompresión vesical brusca.

Cuando se va a realizar un lavado vesical puede hacerse de dos formas:

  • Continuo: la sonda colocada al paciente tiene en su trayecto exterior tres vías de acceso y salida. De esta manera, el personal de enfermería conecta una bolsa de suero fisiológico que progresa hacia el interior de la vejiga para realizar el lavado y por otra de las vías, se produce la salida del producto del lavado que va hacia una bolsa colectora. Este es un sistema de lavado cerrado, en el que se evita la entrada de microorganismos (bacterias) en el sistema urinario y se previene la obstrucción de la sonda por un coágulo de sangre.
  • Intermitente: ésta manera de lavado vesical se puede realizar de dos formas:
  • Mediante un sistema de lavado cerrado: la sonda vesical tiene en su trayecto exterior dos vías de acceso, en uno se conecta la bolsa colectora de orina y en la otra el equipo de irrigación del suero. Así, se alterna la introducción del suero y el vaciado de la vejiga. Este método se utiliza si no existen coágulos de sangre y el lavado vesical es necesario con menor frecuencia.
  • Mediante un sistema de lavado abierto: en él la bolsa colectora de la orina se desconecta de la sonda y se introduce en su lugar la boca de una jeringa cargada con suero fisiológico, que se introduce manualmente por el profesional para realizar el lavado. Posteriormente, se vuelve a conectar la bolsa colectora. Se utiliza cuando hay que desobstruir una sonda que está taponada por un coágulo de sangre o por mucosidad.

¿Para quién está indicado?

La aplicación de lavados vesicales está indicada en pacientes que presentan:

  • Hematuria moderada – severa (salida de sangre por la orina): puede producirse tras una cirugía genitourinaria, un traumatismo renal, contusión vesical (en la vejiga), cirugía de trasplante renal…etc.
  • Presencia de una obstrucción de una sonda urinaria previamente colocada, por la presencia de coágulos de sangre, secreciones purulentas, etc. 

¿Por qué se realiza?

El lavado vesical tiene como objetivo el mantener o restablecer la permeabilidad de una sonda vesical utilizada en el paciente como tratamiento de alguna patología, siempre que se sospeche que puede obstruirse. 

También se realiza con el objetivo de introducir algún tipo de fármaco de forma directa en el interior de la vejiga.

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Riesgos de un lavado vesical

Los principales riesgos del lavado vesical son:

  • En pacientes con lavado continuo, si no se produce una salida adecuada del suero introducido, puede conllevar una grave distensión vesical, e incluso, romper la pared de la misma.
  • Se pueden producir espasmos vesicales, es decir, contracciones incontroladas de la vejiga.
  • Puede aparecer dolor en la zona inferior del abdomen.
  • Si hay pérdida del suero irrigado por la vejiga (por ejemplo en cirugías, etc.), puede haber un aumento del tamaño de los genitales externos del paciente y/o abdomen del mismo, por la salida del suero hacia el tejido celular subcutáneo (debajo de la piel).
  • Pueden desencadenarse infecciones del tracto urinario al manipular e introducir elementos extraños al organismo, favoreciendo la entrada de microorganismos.

Preparación

Antes de la realización de la técnica, el paciente es sometido a una limpieza exhaustiva de los genitales externos y se lleva a cabo la aplicación en la zona de un agente antiséptico (para retirar los gérmenes) como el Betadine.

El paciente debe informar si es alérgico a algún tipo de material como el látex, etc.

Aunque los lavados se realizan en muchas ocasiones en situaciones en las que el paciente puede presentar dolor, por obstrucción urinaria, infecciones u otros procesos, es aconsejable que a la hora de la introducción de la sonda urinaria por la uretra, intente estar lo más relajado posible porque eso ayuda al profesional de enfermería a realizar la técnica.

Cómo es la recuperación de un lavado vesical

Una vez finalizado el lavado vesical el paciente, según la patología que padezca, puede precisar permanecer con la sonda vesical o por el contrario, se puede proceder a su retirada.

Durante el tiempo posterior a la retirada de la sonda, tanto el paciente como los profesionales de enfermería y lo médicos que atienden al paciente, vigilarán posibles efectos posteriores que pueden aparecer tras el sondaje y lavado, el más importante es la aparición de una infección urinaria. También, la posible aparición de retenciones de orina, salida de sangre en la orina o nuevas obstrucciones por coágulos.

Resultados

El personal sanitario valora la efectividad del lavado vesical cuando objetiva una salida adecuada de líquido en la bolsa colectora, en cuanto a cantidad y coloración. Se debe comprobar que el sistema fluya sin inconvenientes y que se han resuelto las posibles obstrucciones que se hubieran podido presentar. Además, cuando existe hematuria (sangre en la orina), el objetivo es conseguir que con el lavado existe una resolución del proceso o al menos una mejora, con la salida de una orina y líquido de lavado con una leve tinción roja producida por la salida de pequeñas cantidades de sangre.

Preguntas frecuentes

¿Qué es la irrigación vesical?

La irrigación vesical es lo mismo que el lavado vesical, mediante el cual se introduce un líquido en la vejiga (habitualmente suero fisiológico) y su posterior extracción, para limpiar la vejiga, desobstruir la sonda urinaria o aplicar algún tratamiento directamente en la vejiga.

¿Qué es la cistoclisis?

El término cistoclisis hace referencia a la técnica de lavado o irrigación vesical, aunque es una palabra que no viene recogida en los diccionarios terminológicos de ciencias médicas.

¿Qué es la cisto irrigación?

La cisto irrigación es otra manera de denominar el lavado o irrigación vesical. El prefijo cisto proviene del griego y hace referencia, en este caso, a la vejiga.

¿Cómo se destapa una sonda urinaria?

Cuando la sonda urinaria no va conectada en su extremo distal a una bolsa colectora de orina, se puede introducir en dicho extremo, un tapón que el paciente deberá retirar como mínimo cada dos horas para vaciar la vejiga. La retirada de ese tapón debe hacerse con unas medidas de higiene importantes (lavado correcto de manos, etc.) para evitar la entrada de microorganismos al manipular la sonda.

¿Es doloroso el lavado vesical?

En los casos en los que el paciente no esté previamente sondado, puede sentir una molestia e incluso dolor cuando se produce la introducción de la sonda por la uretra. Después, al introducir el líquido de lavado, el paciente en ocasiones puede presentar molestias en la zona abdominal inferior (región suprapúbica).

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