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Utilidad de los Test Genéticos
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Utilidad de los Test Genéticos

El test genético es una prueba médica que ayuda a conocer si hay una mutación determinada en el ADN (organizado en forma de genes) de un individuo, la identifica y determina si ésta se asocia a una enfermedad concreta. Cada individuo tiene un conjunto de genes, con una función determinada. La alteración de algunos de estos genes (mutación) puede aumentar la susceptibilidad de padecer una enfermedad, de presentarla o de que ésta sea de mayor o menor gravedad. El estudio genético indica si la persona, una vez identificada la mutación, es portadora o no. Esto significa si ha heredado la alteración que le hace tener un mayor riesgo de sufrir una enfermedad. El  hecho de ser portador no quiere decir que vaya a desarrollarla necesariamente sino que existe una mayor predisposición que en el resto de la población. El procedimiento para el paciente es muy sencillo ya que se hace generalmente con una simple analítica en sangre, otras veces con muestras de células de piel o saliva.  Lo que se estudia en el laboratorio es el ADN del individuo y si existen las alteraciones genéticas (genes específicos) descritas y asociadas con enfermedades hereditarias. ¿Cómo se interpreta? Aunque la realización de la prueba es sencilla, su interpretación, por el contrario, es complicada y precisa ser hecha por un especialista, quien además debe tener otros datos como la historia médica y familiar del paciente. El objetivo del test genético es establecer un plan preventivo para disminuir el riesgo de que el paciente desarrolle la enfermedad, por ejemplo, un cáncer de ovario. Para ello es fundamental tener otros datos que nos ofrezcan una imagen global de la situación de la persona estudiada. Es decir, por sí sola la información genética puede no ser concluyente. Entre otros factores, hay enfermedades de causa multifactorial (además de la genética intervienen otros actores) y de herencia poligénica (intervienen varios genes) lo cual hace que sea necesaria la valoración cuidadosa de cada caso y del riesgo del paciente antes de tomar medidas específicas de tratamiento. Aclarando conceptos Existe gran confusión en este campo, y por ello proliferan empresas en Internet que hacen de forma económica un test genético, con el problema de que la interpretación no la realiza un especialista y pueden crear situaciones erróneas y confusas al solicitante. En Europa están prohibidos los diagnósticos genéticos directos al consumidor. Según la Ley de Investigación Biomédica “el diagnóstico genético requiere un proceso de consejo genético previo y posterior”. En otras palabras , es el médico quien recomienda o indica el test genético tras el estudio en consulta del paciente con el asesoramiento pertinente. Actualmente, los hospitales universitarios de un gran número de ciudades españolas disponen de las llamadas Unidades de Consejo Genético , cuya función es el asesoramiento, la valoración y la indicación de pruebas genéticas en aquellos casos que lo consideren pertinente. ¿En qué áreas se aplica? Los tests genéticos se indica sobre todo en: Estudio diagnóstico de enfermedades de clara causa genética y hereditarias como la fibrosis quística. Prevención y detección precoz en oncología, para descartar cánceres con un componente genético claro como el cáncer de ovario o el de mama. En recién nacidos, para la determinación precoz de un panel de enfermedades genéticas. En familiares de pacientes diagnosticadas de enfermedades hereditarias, por ejemplo, la miocardiopatía hipertrófica o la paraparesia espástica familiar. Test genéticos y oncología Uno de los avances más interesantes en los últimos años en el área de la oncología ha sido el estudio de la genética y su asociación con determinados tipos de tumores. El conocimiento de los paneles genéticos (genes mutuados y el cáncer con el que se asocia) permite desarrollar diferentes estrategias, especialmente para la prevención y desarrollo de este tipo de tumor en los pacientes que sean portadores de esa mutación determinada. Por ejemplo, en mujeres con una mutación determinada que se ha demostrado que aumenta el riesgo de cáncer de ovario, la realización de una ooforectomía (quitar los ovarios) lo elimina completamente. Por tanto, la realización de test genéticos en cánceres hereditarios se ha ido incorporando a la práctica médica habitual. ¿Cuándo se realiza? Se sospecha que puede haber un cáncer hereditario en aquellas con antecedentes médicos personales o familiares especiales. Entre ellos se incluyen: la presencia de varios casos de cáncer en la familia y/o si han aparecido a edades tempranas; haber presentado varios tipos de cáncer el mismo paciente, ser de un determinado grupo étnico que tienen mayor susceptibilidad, etc.   ¿Qué tipos de cáncer son los más frecuentemente hereditarios? Cáncer de mama hereditario: implicados los genes BRCA1 y BRCA2. Cáncer de colon: gen APC. Cáncer de piel (melanoma maligno). Cáncer de ovario: genes BRCA1, BRCA2. Cáncer medular de tiroides: gen RET. Otros tipos de cáncer más raros: feocromocitoma-paraganglioma (genes, SDHC, SDHB, SDHA y SDHAF2), neoplasia endocrina múltiple (Gen MEN1), retinoblastoma (gen RB1). Las acciones que se pueden llevar a cabo de carácter preventivo se han de individualizar en cada caso, pero en líneas generales incluirán cirugía (mastectomía profiláctica, por ejemplo), quimioterapia (fármacos para reducir el riesgo) y diagnóstico precoz (pruebas de detección tempranas, por ejemplo colonoscopia en cáncer de colon).
La Varicela en Adultos
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La Varicela en Adultos

Casi todos los niños han pasado la varicela, pero si no se ha tenido en la infancia, puede afectar a adultos jóvenes y entonces es más virulenta y puede complicarse. La varicela, en su estado natural, por eso, suele curar sin ningún tipo de secuelas, salvo algunas cicatrices con poco impacto estético. La varicela es la principal enfermedad producida por el virus varicela-zóster, y es una infección infantil bien conocida. En su forma natural, se pasa durante la primera infancia o la pubertad, en general entre el primer año de vida y los nueve años.  Se manifiesta con fiebre y una erupción generalizada en forma de vesículas (granitos con líquido) que van formando costras, y ocasionan un intenso picor. Cuando no se ha pasado de niño, puede afectar a adultos jóvenes, en cuyo caso es más virulenta, pudiendo ocasionar complicaciones incluso graves como la encefalitis o la neumonía. También puede ser más peligrosa cuando la pasan niños de menos de dos años. Por todo ello, y aunque en general es benigna y cura sin tratamiento, hace años que se vacuna a la mayoría de los niños de los países desarrollados con una preparado de virus atenuados, y se evita pasar una enfermedad que provoca molestias o secuelas. ¿Cómo se manifiesta? El tiempo de incubación (el que transcurre entre el momento del contagio y el inicio de los síntomas) es de 12 a 20 días. Habitualmente, uno empieza con fiebre, vómitos, dolor de cabeza o pérdida de apetito durante dos o tres días, y es entonces cuando aparecen los primeros signos de la enfermedad en la piel : lesiones rojas en forma de granitos que en 24 horas se transforman en vesículas (granitos con líquido en su interior), y que poco a poco se van secando y formando costras. Cada lesión va sufriendo la misma evolución, y es típico ver estos granitos en diferentes fases, lo que se conoce como “patrón en cielo estrellado”. Es muy típico que afecten primero a la cabeza, y que luego se extiendan a todo el cuerpo, incluso a los genitales. También es habitual que el picor sea intenso hasta que la enfermedad va remitiendo y toda la erupción se va secando. ¿Cuándo deja marcas y cicatrices? La varicela no deja cicatrices por sí misma, pero sí lo hace cuando los granitos se sobreinfectan por bacterias normales de la piel. En este caso las costras se hacen más aparentes y hay mucho enrojecimiento alrededor de las lesiones. Por ello, es habitual que los médicos receten antibióticos en pomada a aplicar en las lesiones más inflamadas o que crean más costras. Cuando hay sobreinfección, las lesiones pueden dejar cicatrices en general poco aparentes, de un tamaño de 3-4 milímetros, redondas, y un poco hundidas. Estas persisten para siempre, aunque en algunos casos pueden ser corregidas con cirugía. Asimismo, los pacientes que tienen tendencia a formar queloides (unas cicatrices más duras y dolorosas), pueden tenerlos como resultado de la varicela, generalmente en el pecho y en la parte superior de la espalda. ¿Tiene tratamiento o se cura sola? Cuando la enfermedad se pasa a las edades habituales, generalmente es poco extensa y cura sola sin ninguna complicación . Sin embargo, en bebés muy pequeños, adultos, o personas inmunocomprometidas (con las defensas bajas), en los que la enfermedad tiende a ser más virulenta, se puede emplear un antivírico, el Aciclovir, en forma de pastillas, jarabe o incluso administrado por vía endovenosa. Es fundamental que este medicamento se empiece a administrar pronto, idealmente en las primeras 24-48 horas, porque es más eficaz para frenar la replicación del virus en estas fases. Además de plantear el tratamiento antivírico con Aciclovir, es necesario tratar el picor con antihistamínicos y la posible sobreinfección por bacterias con antibióticos en crema. En los adultos, ¿cómo se manifiestan las complicaciones? La neumonía por varicela es rara , afectando a dos casos por cada 400 varicelas, y puede sospecharse cuando el paciente tiene dificultad para respirar, opresión en el pecho, tos (también con sangre) y fiebre. Suele aparecer entre el primer y el sexto día tras el inicio de la erupción. La confirmación suele realizarse mediante una radiografía del pulmón, en la que se observan lesiones en forma de manchas provocadas por la infección del pulmón por el virus. Es muy importante diagnosticarla pronto, antes de que el paciente pueda sufrir un fracaso respiratorio que comporte un ingreso en la UCI para ventilación mecánica. Además de la edad adulta, otros factores de riesgo para tener una neumonía por varicela son el ser fumador, presentar una historia de contacto estrecho con el paciente que le ha contagiado (por ejemplo, cuando es su pareja o su hijo), sufrir una enfermedad pulmonar crónica previa, y tener fiebre que dura más de tres días. La encefalitis por varicela , por su parte, debe sospecharse ante un fuerte dolor de cabeza, pérdida del nivel de conciencia, cambios de personalidad, alteraciones del habla, convulsiones o pérdida del equilibrio. Es importante diagnosticarla rápido para iniciar tratamiento lo más pronto posible y evitar secuelas permanentes. El método diagnóstico de elección es el electroencefalograma, o la resonancia magnética craneal.
Conoce Todos los Tipos de Leucemia
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Conoce Todos los Tipos de Leucemia

¿Qué sucedería si existe una reproducción sin control de las células encargadas de producir los leucocitos?. La respuesta: pues que se originaría una leucemia. Y lo que sucedería no es otra cosa que una gran cantidad de glóbulos blancos, en diferentes grados de maduración, accedería a la sangre. Te explicamos qué es una leucemia y los diferentes tipos que existen . ¿Qué son los leucocitos? Los leucocitos son las células comúnmente llamadas “glóbulos blancos” y forman parte fundamental de las defensas del organismo frente a infecciones externas. Los leucocitos se originan en la médula ósea, que es un tejido esponjoso que se encuentra en el interior de la mayoría de los huesos. En esa zona se originan unas células inmaduras llamadas blastos . Estos blastos sufren un proceso de maduración mediante el cual se acaban transformando en un tipo concreto de leucocitos, como son por ejemplo los linfocitos, o los neutrófilos o los monocitos. Cada uno de ellos tendrá una función particular dentro de la defensa del organismo frente a infecciones. Tipos de leucemia Como ya hemos comentado, dentro de los glóbulos blancos o leucocitos, podemos diferenciar varios tipos. Si la proliferación de células afecta a las células que producirán los linfocitos, hablamos de una leucemia linfática y, por el contrario, si afecta a las células que madurarán a otros tipos de glóbulos blancos (neutrófilos, basófilos, etc.) hablamos de leucemia mieloide. Por otro lado, es muy importante conocer el grado de madurez que tienen las células mutadas que se reproducen sin control. Debemos saber que las células inmaduras (blastos) no tienen poder efectivo frente a las infecciones. En un individuo sano, la gran mayoría de células que circulan por su torrente sanguíneo son células maduras, que están listas para luchar contra las infecciones. En el caso de un individuo con una leucemia, las células que se reproducen sin control van sustituyendo paulatinamente a las células normales que circulan por la sangre. Así pues, si la leucemia va sustituyendo células normales por células inmaduras, el individuo no tendrá capacidad de luchar contra las infecciones y aparecerá una leucemia aguda. Si, por el contrario, la leucemia va originando células maduras, se tratará de una leucemia crónica, en la que el individuo no será tan frágil frente a las infecciones. Así pues, en función del tipo de células que está proliferando y de su grado de madurez, podremos diferenciar 4 tipos de leucemias Leucemia mieloide crónica Qué es Este tipo de leucemia se presenta en personas de mediana edad (habitualmente entre 30-70 años) y está relacionada en el 95% de las ocasiones con una mutación en un cromosoma llamado Cromosoma Philadelphia. Diagnóstico En la mayoría de ocasiones, solemos detectar la existencia de este tipo de leucemia de forma accidental en una analítica de control, puesto que suele ser asintomática hasta que ya se encuentra muy evolucionada. Lo que observamos en la analítica es una elevación muy acusada del número de leucocitos (si un individuo normal no suele tener más de 11.000 leucocitos, un paciente con leucemia frecuentemente sobrepasará los 20.000). Síntomas Cuando la leucemia produce sintomatología, ésta suele ser muy inespecífica, como cansancio, debilidad, pérdida de peso, falta de apetito o sudoración profusa. En algunas ocasiones también se puede detectar una esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo). Si no se realiza el diagnóstico en esta fase, en algunas ocasiones la leucemia crónica puede ir progresando hasta desarrollar una leucemia aguda. Esta evolución de la enfermedad no se produce en todos los pacientes y, en caso de producirse, lo hace en un tiempo muy variable, en algunas ocasiones incluso al cabo de varios años tras iniciarse la enfermedad. Una vez existe sospecha de una posible leucemia, se realizan una serie de pruebas que confirmarán el diagnóstico: Hemograma y frotis de sangre periférica: en el que se aprecia un aumento de los glóbulos blancos, con presencia de células inmaduras que no suelen aparecer en individuos sanos, y con disminución de glóbulos rojos. Biopsia de médula ósea: nos dará el diagnóstico definitivo. Se detectará una médula ósea hipercelular, con un incremento de células mieloides muy superior al número de células eritroides (precursores de los glóbulos rojos, que también se producen en la médula ósea). Tratamiento El tratamiento de estos pacientes ha evolucionado mucho en los últimos años. En la actualidad, el primer tratamiento que se ofrece a los pacientes con leucemia mieloide crónica es mediante el uso de fármacos. En gran parte de los casos, estos fármacos consiguen controlar la enfermedad, si bien no consiguen erradicarla por completo y considerar al paciente completamente curado. El único tratamiento curativo es el trasplante de médula ósea, pero dado que se trata de un procedimiento no exento de riesgos, suele considerarse como tratamiento de segunda elección y utilizarse sólo en aquellos casos que no respondan al tratamiento farmacológico. Leucemia mieloide aguda Qué es Es uno de los tipos de leucemia más frecuente, afectando principalmente a personas entre 60-75 años. Se detectan entre 1.000-1.500 nuevos casos en España anualmente. En este caso suele provocar una clínica similar al de la leucemia mieloide crónica, pero dada su rápida evolución, en poco tiempo comienza a presentar síntomas como dolores óseos, hemorragias o problemas de coagulación, esplenomegalia, o aparición de adenopatías, entre otros. Diagnóstico, tratamiento y pronóstico El diagnóstico es similar al de la leucemia mieloide crónica y su tratamiento puede ir desde el uso de quimioterapia a la necesidad de un trasplante medular. El pronóstico es muy variable en función del subtipo de células que estén involucradas. Leucemia linfática crónica Qué es Se produce en personas de edad avanzada, siendo la media de edad en el momento del diagnóstico de 60-70 años. Afecta a alrededor de 1.400 nuevas personas cada año en España. Síntomas En gran parte de los pacientes (75%) no suele producir sintomatología y únicamente provoca un aumento de la susceptibilidad a padecer infecciones. Diagnóstico, tratamiento y pronóstico El diagnóstico es similar al del resto de leucemias y su pronóstico muy variable según el caso, yendo desde casos indolentes que no necesitan ni siquiera tratamiento y que no afectan a la esperanza de vida del paciente, hasta casos agresivos que precisan de tratamiento médico, quimioterapia o incluso trasplante de médula ósea. Leucemia linfática aguda Qué es La leucemia linfática aguda es una enfermedad que suele afectar a los niños, siendo el tipo de cáncer más común entre las personas menores de 20 años. Síntomas La sintomatología es común al resto de leucemias, igual que su diagnóstico. Tratamiento El tratamiento se basa en el uso de quimioterapia y en algunos casos puede precisar de la realización de un trasplante de médula ósea. Pronóstico El pronóstico es muy variable en función del subtipo de leucemia linfática, pero en líneas generales, la supervivencia en niños se sitúa en torno a un 70% comparado con una supervivencia del 30-40% en los adultos.
Detección y Tratamiento de la Sífilis
Artículo especializado

Detección y Tratamiento de la Sífilis

La sífilis es una infección de transmisión sexual causada por una bacteria llama Treponema pallidum . Su fuente de infección son las lesiones en piel y mucosas que se producen en las personas infectadas, aunque también se puede encontrar en saliva, semen, sangre y en secreciones vaginales. Su transmisión se produce por contacto directo con las lesiones durante las relaciones sexuales, y muy raramente hay contagio a través de los besos o sexo oral. El periodo de incubación dura entre dos y cuatro semanas y la fase de transmisibilidad, es decir, el periodo en el que se puede producir el contagio, es entre la primera y la segunda fase. Las fases de la sífilis Fase primaria : se produce a las dos semanas del contagio y cursa con aparición de una única lesión erosiva ulcerada, superficial e indurada, pero no dolorosa en el punto de contagio. Esta lesión se denomina chancro sifilítico y normalmente aparece en la boca, en el ano o en genitales. Además, también suelen aparecer adenopatías regionales indoloras. Al mes, el chancro tiende a desaparecer. Fase secundaria : es el estadio más florido. Este periodo sucede entre las seis y ocho semanas de la desaparición del chancro, y en él la bacteria se disemina por la sangre y aparecen síntomas generalizados: fiebre, odinofagia, anorexia, artromialgias, linfadenopatías generalizadas y lesiones cutáneas maculo-papulares exantemáticas en la zona de las palmas de las manos y las plantas de los pies. Estas lesiones en las áreas intertriginosas se agrandan y se erosionan dando lugar a placas infecciosas que también se pueden encontrar en las mucosas; son los llamados condilomas planos. Fase tardía : aparece entre 10 y 30 años desde el contagio. Se caracteriza por la presencia de unos granulomas o gomas en la piel, mucosa y aparto musculo-esquelético. También manifestaciones viscerales cardiovasculares y neurológicas. ¿SABÍAS QUE…? Se denomina sífilis benigna a la sífilis primaria y secundaria porque cursa con lesiones curables que no dejan secuelas. La sífilis tardía es grave y cursa con lesiones destructivas que, aunque se curan con el tratamiento, pueden provocar secuelas graves. Cómo se diagnostica El diagnóstico de la infección por Treponema pallidum se basa en dos tipos de métodos: Métodos directos : consiste en la visión directa del patógeno con un microscopio de campo oscuro o mediante inmunofluorescencia directa en las muestras de lesiones cutáneas (chancro o condilomas). Serología : Test no treponémicos (test reagínicos). Son test inespecíficos por lo que cuando se positivizan hay que confirmarlos con un test treponémico. Son VDRL (Venereal Disease Research Laboratory) y RPR (Rapid Plasma Reagin Test). Estos test tardan en positivizarse aunque los títulos de anticuerpos se correlacionan con la actividad de la enfermedad y se negativizan tras el tratamiento. Test treponemicos: estos tests se positivizan los primeros y son positivos de por vida. Son FTA-ABS (Fluorescent Treponemal Antibody Absorbed) y TP-TA (Treponema Pallidum Particle Agglutination). Cómo se trata El tratamiento para la sífilis en todos los estadios de la infección es el mismo: la penicilina , antibiótico de elección para esta bacteria. El tipo de preparado, la dosis y la duración del tratamiento varían en función del estadio de la enfermedad. En la sífilis es i mportante tanto el diagnostico como el tratamiento precoz y la identificación de los contactos . Los contactos confirmados se tratarán con penicilina. La realización de test serológicos repetidos a los tres y seis meses son fundamentales para asegurar un tratamiento adecuado de la enfermedad. Tanto para la sífilis como para el resto de enfermedades de transmisión sexual es de vital importancia la información y, sobre todo, la prevención. La sífilis congénita Es la enfermedad en el recién nacido , que se infecta con Treponema pallidum a través de la placenta o durante el parto. Se puede diferenciar entre sífilis congénita precoz y tardía Sífilis congénita precoz : los síntomas aparecen antes de los dos años de vida. Es una infección diseminada, con lesiones muco-cutáneas, osteocondritis, anemia, hepatoesplenomegalia y afectación del SNC. Sífilis congénita tardía : aparecen diversos síntomas a partir de los dos años de edad. Cursa con queratitis intersticial, deformación de huesos y dientes, sordera por afectación del VII par craneal, neurosífilis. Para prevenir la sífilis congénita es f undamental el diagnóstico precoz en la mujer embarazada , por eso se realiza screening de esta infección en la analítica del primer trimestre y si la paciente tiene factores de riesgos deberá repetirse la determinación en el tercer trimestre.
Qué Debes Saber sobre el Sida
Artículo especializado

Qué Debes Saber sobre el Sida

Hoy en día, gracias a los avances en la medicación, la mayoría de personas infectadas por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) no llegan a desarrollar el sida. El sida no es sinónimo de infección por el VIH sin más, sino que solamente hace referencia al estadio final de la infección por este virus. Cómo se contrae El VIH o virus de la inmunodeficiencia humana es un virus de la familia de los retrovirus. Se conocen solamente dos variedades de este virus, el VIH-I, que es el más habitual, y el VIH-II, que solamente se ha descrito en África. El VIH se puede contraer por diversas vías: Transmisión sexual: es actualmente la principal vía de transmisión actual y se puede dar tanto en Relaciones heterosexuales como homosexuales. Transmisión sanguínea : por el uso de jeringuillas compartidas en personas adictas a drogas intravenosas, pinchazos con material quirúrgico o médico con sangre de una persona portadora del VIH. Transmisión materno-fetal o vertical : el VIH se puede trasmitir de la mujer infectada al feto durante el embarazo o en el momento del parto; asimismo, también se puede transmitir mediante la lactancia. Cómo actúa El VIH ataca a un tipo concreto de células de defensa , los linfocitos CD4, y es esta afectación del sistema inmunitario lo que conlleva las infecciones secundarias graves y potencialmente mortales o los tumores malignos que pueden desarrollarse cuando el sistema inmunitario es muy deficitario. Cómo se desarrolla La infección por el VIH se desarrolla en general a lo largo de tres fases: Infección aguda o primoinfección. Fase asintomática. Enfermedad avanzada o sida. Habitualmente la infección aguda no mata a la persona que se infecta, sino que el virus permanece aletargado en el organismo y se convierte en una infección crónica que puede permanecer en este estado, sin causar síntomas, durante años hasta que, sin un tratamiento adecuado, el sistema inmunitario comienza a fallar y surgen las complicaciones de la fase de sida. En la infección aguda no se dan apenas síntomas, a lo sumo los propios de cualquier infección viral inespecífica como pueden ser fiebre, malestar general, cansancio, inflamación de los ganglios o una leve afectación hepática. En la fase avanzada de la enfermedad, la llamada propiamente sida , la persona tiene los síntomas propios de infecciones oportunistas (infecciones poco frecuentes que solamente se dan en personas con un sistema inmunitario comprometido) o bien de otras enfermedades causadas directamente por el virus. Los síntomas que causan estas infecciones varían mucho en función de los microorganismos que las causan y de los órganos que se ven afectados. Algunas de estas infecciones oportunistas y enfermedades que definen la fase de sida son: Tuberculosis pulmonar o diseminada. Candidiasis en las mucosas —oral, esofágica, genital— o diseminada. Meningitis por parásitos, como el criptococo. Diarreas por infección del tubo digestivo por Cryptosporidium. Infecciones oculares como la queratitis por citomegalovirus. Infecciones cerebrales como la toxoplasmosis cerebral. Tumores característicos del sida, como son el sarcoma de Kaposi o los linfomas cerebrales. Cómo se diagnostica El diagnóstico de la infección por el VIH se realiza de manera rápida y fiable mediante un análisis de sangre . Se realiza una serología, es decir, se busca la presencia de anticuerpos contras el VIH. Si el resultado es positivo implica que la persona presenta una infección por el VIH, que no es lo mismo, insistimos, que padecer la fase de sida. El diagnóstico de sida se establece cuando existe una serología positiva confirmada y alguna de las infecciones oportunistas o de los tumores que definen esta fase. Toda serología positiva se confirma siempre mediante un segundo análisis. Hoy en día existen kits de detección rápida de los anticuerpos del VIH que permiten, con una gota de sangre obtenida mediante un pinchazo en el dedo, detectar la presencia de anticuerpos del VIH en unos 20 minutos. Las serologías pueden ser negativas y, sin embargo, haber infección, sobre todo si el contagio puede haber sido reciente. Existe un periodo de latencia, llamado periodo ventana, que dura de tres a 12 semanas y durante el cual no se detectan anticuerpos del VIH. En casos de una sospecha de infección se puede intentar determinar la presencia de un antígeno —una molécula específica del virus a la que se unen los anticuerpos— del VIH llamado p24, que en caso de infección será positivo, aunque todavía no haya suficientes anticuerpos como para detectarlos en la serología. Tratamiento Una vez se ha diagnosticado la infección por VIH es esencial evaluar con un análisis completo de sangre el estado inmunitario de la persona , así como la carga viral, es decir, la cantidad de virus que se detectan en sangre. Estos valores son los que tomaremos como referencia para valorar el éxito de los tratamientos antirretrovirales. Los grupos de fármacos para el tratamiento del VIH han evolucionado enormemente . Mientras que los primeros fármacos causaban muchos efectos secundarios bastante intolerables y se precisaba tomar un gran número de pastillas diarias, hoy en día el tratamiento ha mejorado sustancialmente, con una menor cantidad de medicamentos diarios y una mejor seguridad de estos fármacos. Uno de los principales avances en el tratamiento han sido los resultados del estudio START, que demostró que cuanto antes se dé tratamiento antirretroviral a los pacientes mayor tiempo se mantienen estos sanos y ganan una mayor esperanza de vida. ¿Vacuna? Asimismo, se e stá pendiente de los resultados de una vacuna terapéutica que se ha comenzado a probar en 2016. No se trata de una vacuna preventiva en sentido estricto, ya que se aplica a personas ya infectadas y no busca prevenir la enfermedad, sino que el sistema inmune reproduzca la respuesta al virus que tienen personas que controlan la enfermedad por sí mismas sin necesidad de medicación, personas cuyo propio sistema inmune mantiene a raya la infección por el VIH. Medidas de prevención La prevención del contagio por el VIH pasa por tomar medidas de protección al mantener relaciones sexuales. El preservativo sigue siendo el método más eficaz de prevención tanto para hombres como mujeres. En caso de ser adicto a drogas intravenosas no se deben compartir nunca las jeringuillas. La transmisión vertical se puede prevenir con el tratamiento con antirretrovirales durante el embarazo, el parto y la lactancia. Conviene mencionar la aparición de la PrEP o profilaxis preexposición como herramienta de prevención del VIH. En 2012 se aprobó en Estados Unidos el uso de la toma de fármacos antirretrovirales como mecanismo preventivo del contagio del VIH después de que algunos estudios demostraran su seguridad y eficacia. Desde entonces, este uso de los fármacos antirretrovirales como medida preventiva se ha aprobado en otros países, permitiendo el acceso a dicha medicación a las personas con más riesgo de infectarse. En España el uso de esta medicación todavía no está aprobado. Ante la sospecha de un posible contagio es esencial hacerse la prueba de detección del VIH y en caso de ser positiva ponernos en contacto con un servicio de enfermedades infecciosas.
Cómo Identificar y Prevenir la Astenia Infantil
Artículo especializado

Cómo Identificar y Prevenir la Astenia Infantil

La astenia es un síntoma que se asoma con frecuencia a las consultas del pediatra de atención primaria. Es muy frecuente en adolescentes, pero también en niños. La astenia es fatiga o cansancio no justificado por un esfuerzo físico o mental. Es un síntoma, no una enfermedad en sí misma. ¿Qué es la astenia? Se define astenia como la sensación de falta de energía o motivación para realizar nuestras actividades diarias. Serían sinónimos: cansancio, fatiga o agotamiento. No hay que confundir astenia con somnolencia y apatía, aunque éstas pueden acompañar al niño asténico. El cansancio aparece de forma fisiológica tras un esfuerzo físico o mental y se recupera durmiendo y bajando el nivel de actividad. La astenia es un cansancio inusual y extremo que disminuye el rendimiento físico e intelectual y requiere un excesivo reposo. Puede acompañarse de otros síntomas en los niños o adolescentes, como irritabilidad, falta de motivación, bajo rendimiento escolar o somnolencia. Causas de astenia La sensación de cansancio puede ser debida a una gran variedad de causas, por lo que no debemos subestimar al niño o adolescente que se queja de que está fatigado permanentemente sin una causa que lo justifique. En muchas ocasiones, son causas banales pero, en otras, podemos encontrarnos con diagnósticos importantes. De hecho, las causas más frecuentes de astenia son: la actividad excesiva, el estrés o la sobrecarga de trabajo y el desorden del sueño (típico en los adolescentes que duermen poco por realizar otro tipo de actividades en la noche). Cuando un niño se queja de cansancio debemos analizar su estilo de vida, realizar una exhaustiva exploración física y emocional , rendimiento escolar, sobrecarga de extraescolares y solicitar alguna prueba complementaria, como una analítica de sangre o una prueba de imagen de los pulmones y/o el abdomen. Las enfermedades que pueden manifestarse con astenia pueden ser: Infecciones (como la mononucleosis infecciosa o la tuberculosis). Anemia. Depresión. Enfermedad cardíaca. Hipotiroidismo. Trastornos del sueño. Diabetes. Enfermedades reumatológicas (como lupus o artritis reumatoide). Trastornos inmunológicos. Hepatitis. Enfermedades renales. Cáncer. Embarazo (no es una enfermedad, pero hay que descartar su diagnóstico en adolescentes). Si hablamos de astenia y niños no podemos olvidar dos entidades: la astenia primaveral y el síndrome de fatiga crónica. Astenia primaveral Sentir más cansancio en primavera también es cosa de niños. Esta sensación se relaciona con el cambio horario, el aumento de la temperatura (llega el calor) y los cambios en la luz diurna. Los síntomas más frecuentes de la astenia primaveral en niños son: Falta de energía y sensación de cansancio. Cambios de humor, como tristeza, sin motivo aparente. Irritabilidad. Pérdida de apetito. Problemas de sueño. Este trastorno no suele durar más de dos semanas y, aunque no hay un tratamiento específico, podemos mejorar la adaptación de los niños a la nueva estación con estas sencillas pautas: Exponerse al sol: el sol y su luz en fundamental para regular los ritmos circadianos (o día y noche de nuestro cuerpo). Que el niño disfrute del sol y que se despierte con su luz le puede ayudar a mejorar o aliviar la astenia primaveral y los problemas de sueño asociados. Ejercicio físico: la actividad física es clave para nuestro bienestar físico y emocional. Aunque la astenia primaveral provoque cansancio, la práctica de ejercicio diario, moderado, de unos 30 minutos, es muy beneficioso. Dormir suficiente: los niños deben dormir unas 10 horas al día. Respetar esas horas de sueño es fundamental para superar la astenia primaveral. Hidratarse bien: tomar líquidos suficientes, sobre todo agua, parece que ayuda a mantenerse mejor en primavera, cuando las temperaturas ya empiezan a subir. Alimentación equilibrada: el cansancio puede aliviarse comiendo. Por eso ofrece cinco comidas al día con tentempiés saludables como frutos secos, fruta y alimentos integrales. Evita los azúcares y las grasas saturadas. Tomar omega 3: ofrece alimentos ricos en omega 3 como el salmón. Síndrome de fatiga crónica Es muy poco frecuente en niños y muy difícil de diagnosticar. Es un síndrome que engloba componentes físicos y psicológicos . Los síntomas son muy variados y pueden ir desde el dolor articular, la cefalea, el cansancio y la desmotivación. La causa todavía no se sabe con certeza, pero se apunta a posibles desencadenantes: Infecciones: parece que virus como el Epstein-Barr (mononucleosis infecciosa) pueden incrementar el riesgo de padecer síndrome de fatiga crónica. Problemas del sistema inmune. Estrés. Hipotensión o tensión arterial baja. Antecedentes familiares. Se sospecha fatiga crónica si la sensación de cansancio es inexplicable por otras causas y dura seis meses o más. Y, además, se asocian problemas de concentración, cefalea, dolores articulares o musculares, ganglios inflamados y tener un sueño no reparador. Todavía no sabemos la cura para este síndrome, pero se recomienda un cambio hacia hábitos más saludables como ejercicio regular, descanso adecuado y dieta equilibrada. Las técnicas de manejo del estrés o acudir a un psicólogo o terapeuta son herramientas que pueden ser muy útiles. En algunos casos se pueden prescribir fármacos antidepresivos.
Arritmia: Qué Debes Saber
Artículo especializado

Arritmia: Qué Debes Saber

El corazón de una persona con un ritmo cardiaco regular y cuya frecuencia cardiaca sea de 70 latidos por minuto (lpm) late 100.800 veces en un día. Esta cifra variará en función de las actividades que se realicen a lo largo del día, pero también de otras circunstancias, como veremos, dando lugar a lo que se conoce como arritmias. Pero lo que es evidente es que nuestro corazón late constantemente y sin parar día a día. ¿Qué puede causar una arritmia? La frecuencia cardiaca es variable ya que depende de distintas circunstancias, tanto internas como externas. Un susto, un hecho inesperado … pueden provocar un sobresalto que acelera de manera repentina y transitoria el corazón, pero una enfermedad también puede ser el origen de este cambio de ritmo cardiaco. El origen de los cambios de la frecuencia cardiaca puede ser múltiple y algunos podrá controlarlos el propio organismo, mientras que otros requerirán de actuaciones externas como el uso de fármacos o de cirugía. Diagnóstico El diagnóstico de una arritmia puede hacerse con un simple electrocardiograma en reposo, aunque a veces es necesario realizar otro tipo de pruebas diagnósticas como pruebas de esfuerzo , sobre todo recomendadas en personas deportistas. La práctica de actividad física comporta una exigencia física a la que el corazón puede no estar adaptado, hacer una prueba en la que se esté monitorizando constantemente los cambios del ritmo, ayudará a controlar lo que puede suceder durante la realización de las diferentes modalidades deportivas. Tras su hallazgo, pueden requerirse otras pruebas como un ecocardiograma para valorar de manera más concreta la patología existente y llegar a un diagnóstico. Tipos de arritmias Las arritmias pueden dividirse según el ritmo cardiaco ya que existen las arritmias lentas y las rápidas , que como indican su nombre van a tener velocidades de latido cardíaco completamente diferentes. Arritmias lentas o bradicardias Las arritmias lentas son las que se conocen como bradicardia s y la frecuencia suele situarse por debajo de 60 lpm en reposo , que es el que se considera el límite bajo, aunque existen circunstancias en las que este ritmo más lento es normal. En deportistas o en momentos de relajación y descanso, nuestro pulso puede enlentecerse y no estamos sufriendo ninguna arritmia patológica. La bradicardia del deportista no es más que una adaptación a la carga de entrenamiento que se realiza de forma regular, y uno de los ejemplos más conocidos es el de Miguel Induráin , ciclista que en los años 90 fue campeón hasta en cinco ocasiones del Tour de Francia, de manera consecutiva. Este ciclista tenía un latido cardiaco en reposo, para él normal, de 28 lpm y nunca en su larga carrera deportiva tuvo problemas cardiacos por esta razón. Cuando la bradicardia se acompaña de síntomas como mareos o pérdida de conocimiento , si que será necesario acudir al especialista, el cardiólogo, para que haga una valoración del cuadro y determinar el tipo de tratamiento que pueda necesitarse. En aquellos casos en los que la bradicardia afecta de manera importante a la vida del paciente, impidiendo que pueda desarrollar una vida normal y ocasionando trastornos en su salud, el tratamiento será el implante de un marcapasos . Este dispositivo, que se coloca en el pecho del paciente, es el encargado de mantener un ritmo estable, impidiendo que las pulsaciones bajen por debajo de la frecuencia establecida y evitando así síncopes y otros síntomas asociados. Taquicardias Por otro lado, cuando la frecuencia cardiaca se sitúa por encima de 100 lpm en reposo , se habla de taquicardia . Las personas que las sufren en la mayoría de ocasiones notan cómo su corazón se acelera. Puede ser transitorio o de manera continuada durante un periodo de tiempo más o menos largo. Esta sensación es realmente incómoda e, incluso, puede acompañarse de una sensación de disnea (falta de aire) y cierta molestia o dolor que genera angustia. El tratamiento puede ser farmacológico o quirúrgico . En aquellas ocasiones en las que el tratamiento no sea el quirúrgico, los fármacos serán el tratamiento de elección, fármacos antiarrítmicos que controlarán la aparición de los cambios de latido cardiaco. Respecto a la intervención quirúrgica, la técnica es la denominada “ ablación por radiofrecuencia ”. Con el paciente sedado pero consciente, se introduce un catéter por vía femoral hasta el corazón, constantemente monitorizado. En un primer momento se realiza un estudio electrofisiológico, que provoca la aparición de la arritmia, de modo que puede comprobarse la localización y dónde debe hacerse la ablación. Una vez realizada la intervención, el paciente queda en observación unas horas y tras éstas, si no hay complicaciones, se le da el alta hospitalaria. Esta es, en la actualidad, una técnica ampliamente utilizada por los especialistas y que da resultados muy positivos. Fibrilación auricular Entre las arritmias rápidas la más frecuente es la fibrilación auricular , mientras que la más maligna por ocasionar una muerte súbita es la fibrilación ventricular . En este último caso, debido al elevado riesgo de muerte, una de las recomendaciones es la implantación de un desfibrilador automático. Este dispositivo es muy parecido a un desfibrilador externo, monitoriza de manera constante el latido cardiaco del enfermo y en el momento en el que detecta un cambio que puede ocasionar una fibrilación, produce una descarga para revertir el ritmo anómalo.
Motivos por los que Tenemos Gastritis
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Motivos por los que Tenemos Gastritis

Muchas personas, ante cada comida, viven el momento con sufrimiento y pierdan las ganas de comer . Además, en muchos casos limitan mucho su alimentación y no siguen una dieta variada y equilibrada, con el riesgo que esto conlleva para la salud si se mantiene en el tiempo. Es el caso de quienes sufren gastritis, una inflamación de la mucosa gástrica , o capa que reviste por dentro el estómago, que lo protege de la acidez de los jugos gástricos y que cuando se inflama ocasiona molestias. Qué sucede Cuando esta inflamación aparece en un corto periodo de tiempo se denomina gastritis aguda . En estos casos suele aparecer de repente, suele durar pocos días y remite cuando desaparece el agente causante. Suele estar provocada por el consumo prolongado de algunos fármacos (ibuprofeno, acetilsalicílico o naproxeno), la ingesta excesiva de alcohol y también por estrés. Si esta inflamación se prolonga en el tiempo durando meses o años se denomina crónica. En estos casos la causa más habitual es debido a la infección bacteriana producida por la bacteria Helicobacter pylori. Otra clasificación sería según la morfología o zona donde la lesión inflamatoria afecta a la mucosa digestiva . Se clasifica como gastritis fúndica (afecta a la zona fúndica o fondo del órgano), gastritis antral (afecta el antro o porción inferior del estómago), gastritis corporal media, pangastritis (afección total) Por último, según la sintomatología que presenta , también se puede clasificar como gastritis erosiva o atrófica. Se define como erosiva, cuando se produce una ulceración en la mucosa del estómago, permitiendo el paso de los jugos digestivos (ácidos) y llegando a veces, a producir sangrado. Se suele relacionar con el abuso de tabaco y alcohol. En el caso de la gastritis atrófica, la capa protectora o tejido interno del estómago está alterado o afectado, provocando una mala absorción de nutrientes durante la digestión, déficit de algunas vitaminas y anemia. Esta afectación suele estar causada por la bacteria Helicobacter pylori y en ciertas ocasiones si no se trata puede derivar a cáncer de estómago. ¿Cuáles son los síntomas más habituales? Los síntomas de la gastritis pueden ser muy variables ya que cada persona los puede experimentar de diferente forma . Aun así, cuando aparecen, los más frecuentes suelen ser náuseas, vómitos, dolor abdominal, acidez o ardor, aerofagia, eructos, inapetencia y en ocasiones presencia de sangre en vómito o heces. ¿Cómo realizar el diagnóstico? Para confirmar el diagnóstico de gastritis puede que tu digestólogo además de basarse en los síntomas clínicos expresados solicite alguna prueba exploratoria más . Cuando hay sospecha de que la mucosa puede estar dañada o afectada es necesario realizar una gastroscopia con biopsia para obtener una muestra de tejido. Cómo se trata El tratamiento, por tanto, dependerá del agente que provoca la inflamación y, en la mayoría de los casos, se cura cuando desaparece el agente causante (alcohol, medicamentos antiinflamatorios…). En otras ocasiones es necesaria la toma de medicamentos que ayudan a disminuir la acidez en el estómago y antibióticos para eliminar la Helicobacter pylori . Por último, se recomienda realizar cambios en la dieta , siempre según tolerancia individual, para intentar dentro de las restricciones, seguir una alimentación lo más variada posible y, cuando haya mejoría se debe ir introduciendo más alimentos de forma progresiva hasta lograr una alimentación equilibrada. Recomendaciones dietéticas A continuación, detallamos unos consejos y unas recomendaciones dietéticas a seguir cuando se tiene gastritis: Hacer comidas frecuentes, pero de poco volumen, para evitar la excesiva distensión ya que aumenta la secreción ácida. Evitar irritantes para la mucosa gástrica y que aumenten las secreciones ácidas gástricas como el café, condimentos fuertes (pimienta, chile, salsas para condimentar), alcohol, alimentos cítricos (jugo de naranja, limón, piña, fresas). Sustituir el café, el descafeinado y el té (estimulan la secreción gástrica), por achicoria, malta o infusiones suaves (romero, salvia, manzanilla, etc.). No ingerir comidas abundantes, pesadas o copiosas. Comer lentamente y masticar bien. Evitar tomar alimentos grasos a la vez, procurando que no formen parte de la misma comida: huevo, quesos, frutos secos… No comer alimentos sólidos o líquidos justo antes de ir a la cama, y dejar pasar al menos dos horas. Tratar de no consumir alimentos muy grasos o técnicas culinarias como fritos, rebozados… pues retardan el proceso de vaciamiento gástrico y aumentan la secreción de ácido en el estómago, decántese por cocciones como cocido o hervido, vapor, escalfado, rehogado, plancha, horno, papillote… En procesos agudos no incluir temporalmente alimentos ricos en fibra (verduras y legumbres cocinadas enteras, cereales integrales, frutos secos y frutas secas). En procesos agudos suprimir los lácteos, ya que hay que recordar que el calcio y las proteínas lácteas estimulan la secreción de ácido. Evitar alimentos muy salados o en escabeche por su acción irritativa al estomago. No tomar bebidas con gas No consumir cantidades excesivas de azúcar Evitar los alimentos muy calientes o muy fríos ya que provocan irritación En algunas personas que padecen acidez los derivados del tomate (salsas) y el zumo de cítricos pueden causarles molestias (comprobar tolerancia) Sería aconsejable levantar la cabecera de la cama unos 15-20 cm, para permitir que la gravedad mantenga el contenido del estómago en su interior. A continuación te mostramos una tabla con una serie de alimentos de mejor y peor tolerancia,  a tener en cuenta en procesos agudos . ALIMENTOS PERMITIDOS ALIMENTOS PERMITIDOS ALIMENTOS DESACONSEJADOS CARNE, PESCADO, HUEVOS Y DERIVADOS Se recomienda consumir la carne poco grasa El pescado blanco (preferiblemente) y azul, cocinar con poca grasa. El huevo se digiere mejor revuelto, en forma de tortilla, escalfados o pasados por agua. Como fiambre se recomienda el de pollo o el de pavo, jamón cocido Carnes grasas u embutidos grasos Carnes fibrosas según tolerancia, como el conejo Carnes muy condimentadas Se recomienda no consumir huevo duro (según tolerancia) Evitar los pescados en escabeche o en salazón LECHE Y DERIVADOS Preferible leche semidesnatada o desnatada, yogur natural, quesos poco fermentados; según tolerancia. Los lácteos sin lactosa se suelen digerir o tolerar mejor Leche entera (puede tomarse según tolerancia), condensada, quesos fuertes y muy grasos, lácteos con nata (tipo yogurt griego) derivados lácteos (flanes, natillas…) y sobre todo los que lleven chocolate En procesos agudos: Evitar los lácteos, ya que hay que recordar que el calcio y las proteínas lácteas estimulan la secreción de ácido. CEREALES Cereales de desayunos no integrales, azucarados o con miel según tolerancia individual. Arroces, pastas y patatas Pan fresco recién horneado, cereales integrales tipo muesli, galletas rellenas y chocolate LEGUMBRES Cocidas enteras y con ingredientes grasos  como tocino, chorizo, morcilla…según tolerancia individual VERDURAS Y HORTALIZAS Según tolerancia. En forma de purés mejora su digestibilidad Evitar las verduras flatulentas (col, coliflor, repollo, coles de Bruselas, alcachofas, cebolla, pimiento crudo y pepino) pero según tolerancia individual Tomate puede producir pirosis FRUTAS Se recomienda en compota, purés, asadas, batidas o si se consumen enteras mejor elegirlas muy maduras Evitar la fruta muy verde, ácida, en almíbar, desecadas y confitadas Zumo de naranja o de uva pueden producir pirosis BEBIDAS Agua, caldos o infusiones suaves, zumos (evitando los ácidos) y bebidas refrescantes no azucaradas Bebidas que irritan la mucosa y aumentan la acidez: Café, descafeinado, té, bebidas excitantes (cola, guaraná,…), bebidas con gas, bebidas con chocolate y alcohólicas. GRASAS Aceite de oliva y semillas (girasol, maíz, soja,…). La grasa en crudo se tolera mejor Cocciones que requieran poca grasa, como horno, vapor, hervidos, rehogados con poco aceite,… Nata, manteca, tocino, sebo… Evitar fritos, empanados, rebozados, y platos muy oleosos OTROS PRODUCTOS Extractos para sopas en cubitos, caldos concentrados, miel, fritos grasos, pastelería, repostería, chocolate, frutos secos, salsas picantes, helados y sorbetes. Los contrastes de temperatura irritan la mucosa digestiva
Tratamientos más Adecuados para la Gota
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Tratamientos más Adecuados para la Gota

Puede que no sepamos exactamente qué es ni por qué se produce, pero seguro que te suena que se manifiesta con dolor e inflamación del primer dedo del pie. Pues bien, la gota es una enfermedad producida por el depósito de cristales de urato monosódico (comúnmente hablamos de ácido úrico) en las articulaciones, las zonas de su alrededor y el tejido subcutáneo. Se trata de un proceso crónico, a pesar de que las manifestaciones clínicas no siempre están presentes. Al principio de la enfermedad los síntomas se dan en forma de crisis de gota. Se producen diversos episodios de artritis (inflamación de la articulación), de duración variable, y entre los cuales existen periodos más o menos prolongados en los que no se presentan síntomas. La hiperuricemia El depósito de cristales de ácido úrico se debe a la existencia de una hiperuricemia prolongada , es decir, la existencia de unos niveles elevados de ácido úrico en la sangre. La hiperuricemia es, por lo tanto, una condición necesaria para que aparezca la gota, aunque no es la única. Puede existir una hiperuricemia asintomática, es decir, la presencia de concentraciones elevadas de ácido úrico en ausencia de manifestaciones clínicas de inflamación articular. Hablamos de hiperuricemia cuando los niveles en sangre son superiores a 7 mg/dL. La prevalencia de hiperuricemia se estima cercana al 10%. Aproximadamente un 10% de las personas con hiperuricemia acaban padeciendo gota. Por otro lado, de los pacientes que tienen gota, un 80%- 90% presentan niveles elevados de ácido úrico. Tipos de gota Desde un punto de vista del origen de la enfermedad, la gota puede ser primaria, sin que haya ningún factor externo que la cause, sino una alteración del metabolismo del ácido úrico que haga que el organismo lo produzca más o lo excrete menos, y secundaria, por factores externos, ya sean alimentarios o diversas enfermedades. Algunas de las causas de la gota secundaria son: Dieta rica en purinas. Alcohol. Actividad física intensa. Psoriasis. Enfermedad de Paget. Enfermedades hematológicas y neoplásicas. Quimioterapia citotóxica. Enfermedad renal crónica. Deshidratación. Ciertos fármacos (tiacidas, diuréticos de asa, salicilatos, ciclosporina). Intoxicación por plomo. Enfermedades endocrinas (hiperparatiroidismo, hipotiroidismo). Cómo se diagnostica El diagnóstico de la gota suele ser clínico , con la presencia de la inflamación de la articulación, frecuente en el primer dedo del pie (crisis de podagra), que se aprecia tumefacto, rojo y muy doloroso al tacto. Se pueden realizar pruebas de imagen para valorar el nivel de afectación de la articulación si se dan episodios repetidos de artritis aguda. El diagnóstico de certeza nos lo daría la visualización de cristales de ácido úrico en el líquido sinovial, pero a la práctica esta prueba rara vez se realice, a menos que los síntomas no mejoren con el tratamiento y se sospeche la acumulación de otro tipo de cristales. Los pacientes con gota de larga evolución pueden presentar acúmulos de cristales de ácido úrico en las zonas que rodean las articulaciones y el tejido subcutáneo. Son los llamados tofos y se localizan con frecuencia en el codo, la oreja o la zona del tendón de Aquiles. El papel de la dieta De cara al tratamiento de la gota y la hiperuricemia, la alimentación es esencial . Se habla mucho de alimentos que pueden agravar la gota, pero la realidad es que existe poca evidencia sobre este tema. De todos modos, lo que sí se sabe con certeza es: Alimentos con un efecto nocivo : Carne roja. Marisco. Pescado (más el azul que el blanco). Alimentos con un elevado contenido de fructosa (salvo las cerezas). Alimentos con efecto protector : Lácteos. Legumbres. Frutos secos. Café, incluido el descafeinado. Otras medidas a tener en cuenta para reducir el riesgo de gota e hiperuricemia son: Reducir el consumo de alcohol. Combatir el sobrepeso y la obesidad. realizar una actividad física moderada y adecuada a cada uno. Cómo se trata El objetivo del tratamiento farmacológico de la gota se focaliza en eliminar la inflamación mediante la disolución de los cristales de ácido úrico del líquido articular y los tejidos afectados , así como la prevención de las crisis de gota. Se logrará disolver estos cristales en la medida en que se reduzcan los niveles en sangre de ácido úrico. La primera opción para corregir los niveles en sangre de ácido úrico son las medidas higienicodietéticas. Si después de unos tres a seis meses no se ha logrado descender los niveles de ácido úrico de manera significativa, deberá añadirse entonces el tratamiento farmacológico para reducir de la uricemia. Esto no implica que no se deba seguir manteniendo las medidas no farmacológicas indicadas previamente. Los principales fármacos empleados para la reducción de los niveles en sangre de ácido úrico son: Alopurinol. Febuxostat. Benzobromarona. El tratamiento reductor del ácido úrico en sangre debe mantenerse a largo plazo para conseguir la completa disolución de los cristales y evitar la recurrencia de la hiperuricemia. El tratamiento de las crisis agudas de gota se basará en el control del dolor. Los principales fármacos que se emplean para el control de estas crisis son: AINE (antiinflamatorios no esteroides), como ibuprofeno, diclofenaco, dexketoprofeno. Antiinflamatorios del grupo COXIB, como rofecoxib, lumiracoxib y etoricoxib. Corticoides, ya sea vía oral o incluso intraarticulares. Colchicina: es un fármaco muy empleado en el tratamiento de los ataques de gota a pesar de que la evidencia científica de que se dispone es escasa. Pese a que se ha demostrado su eficacia desde un punto de vista sintomático cuando se usa a dosis bajas, es frecuente que cause alteraciones digestivas, como náuseas, dolor abdominal y diarreas. Asimismo, al iniciar un tratamiento reductor de la uricemia con frecuencia se pueden desencadenar crisis agudas de gota, por lo que es recomendable no comenzar el tratamiento durante un ataque agudo y, con frecuencia, se realiza un tratamiento preventivo de nuevas crisis agudas mediante el uso de colchicina. Si sospechas que puedes tener gota, no te automediques . Consulta con tu médico y, si es posible, pide visita con un reumatólogo.
Tipos y Diagnóstico Correcto de la Afasia
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Tipos y Diagnóstico Correcto de la Afasia

A pesar de tratarse de un tecnicismo médico, la palabra afasia es una palabra bastante conocida en la población general, a diferencia de otros síntomas neurológicos quizás más relevantes. ¿Te suena? Si no es así, aquí despejamos tus dudas. ¿Qué es? La afasia es un trastorno del lenguaje que se produce como consecuencia de una lesión cerebral. Puede afectar a la lectura, la escritura, la expresión o la comprensión . Sería, pues, una dificultad adquirida para hablar correctamente (en un paciente que previamente hablaba con normalidad). Hemos especificado el término “adquirida” para diferenciar la afasia de la disfasia o trastorno específico en la adquisición del lenguaje inicial (en este caso se detecta en la infancia dado que el niño es incapaz de comprender y/o expresarse desde el inicio). La afasia puede ser debida a muy diferentes causas entre las que debemos mencionar: accidente cerebrovascular (infarto, ictus, hemorragia), un traumatismo craneoencefálico, una infección cerebral, un tumor o un proceso degenerativo central, etc.  Según la región del cerebro lesionada tendremos diferentes tipos de afasia. ¿Qué traducción tendrá la ubicación de la lesión? El área cerebral lesionada originará un trastorno sensorial, un trastorno motor o ambos. ¿Cuáles son los principales tipos de afasia? Afasia expresiva: el paciente sabe lo que quiere decir, pero no puede manifestarlo. No puede emitir sonidos articulados o, a lo sumo, produce sonidos indiferenciados ininteligibles. Afasia receptiva o de comprensión: el paciente no interpreta la palabra que recibe. No entiende lo que escucha o lee. Afasia anómica : tiene dificultad para encontrar el término correcto de las cosas. Es el trastorno afásico más común. Los pacientes que la sufren emplean, de forma frecuente, circunloquios (expresiones compuestas por muchas palabras para expresar algo que hubiera podido decirse con una sola o muy pocas palabras) con la finalidad de suplir el nombre que no consiguen hallar. Afasia global: el paciente no puede hablar ni entender ni leer o escribir. Este término se emplea cuando están gravemente afectadas las funciones expresivas y receptivas del lenguaje. Los pacientes que la sufren tienden a la depresión por su imposibilidad comunicativa y su afectación motora añadida (hemiplejía derecha). La lesión cerebral que padecen es extensa. Afasia de conducción: El lenguaje espontáneo es fluido con la comprensión relativamente preservada. Tienen problemas para la discriminación fonémica, la comprensión de frases y, sobre todo, gran dificultad para la repetición. La lesión radica a nivel temporal. Desde el punto de vista clínico podríamos mencionar dos formas relevantes de afasia merecedoras de especial atención: la afasia de Broca y la afasia de Wernicke: Afasia de Broca (motora) La afasia de Broca se caracteriza por una expresión verbal muy afectada y una comprensión aceptable , aunque también afectada. Estos pacientes tienen imposibilidad de producción verbal fluida y suelen emplear frases cortas con gran esfuerzo. También suelen estar alteradas la denominación (búsqueda del nombre de las cosas), la lectura y la escritura. La lesión radica a nivel frontal izquierdo , donde se ubica la llamada área de Broca.  La mayoría de pacientes presentan un déficit motor, más o menos grave, del hemicuerpo derecho. El paciente es consciente de las limitaciones en su expresión verbal por lo que habla poco y emplea una gramática simple (tipo telegráfico), sin frases elaboradas. Sin embargo, su comprensión del lenguaje es casi normal. Afasia de Wernicke (sensorial) Se trata de un trastorno de la comprensión. La producción lingüística es fluida y abundante pero incoherente . El lenguaje carece de significado por el empleo masivo de las llamadas parafasias fonémicas (reemplazan una palabra por otra fonéticamente similar pero conceptualmente diferente). Por ejemplo, en lugar de decir tapiz dicen lápiz por lo que cambia absolutamente el concepto de la frase haciéndose difícil su comprensión. No son conscientes de sus errores gramaticales. Se produce por lesión de áreas temporo-parietales donde está ubicada el área de Wernicke. Estos pacientes no presentan déficit motor dado que su lesión cerebral no afecta al área cerebral que controla el movimiento. ¿Cómo abordarla? El estudio de cualquier afasia debe llevarse a cabo por la especialidad de Neurología. Ante la detección de problemas en el lenguaje se realiza una historia clínica detallada . Es importante indagar la forma de inicio del cuadro y su instauración, así como la presencia de otras posibles alteraciones como las motoras. Es necesario un estudio mediante pruebas diagnósticas de imagen y test de valoración personal para la confirmación del diagnóstico y la identificación de la posible causa, así como la ubicación del área lesionada. Ante un caso de afasia se recomienda un tratamiento rehabilitador integral , debiendo abordarse no sólo la recepción y expresión del lenguaje hablado, sino también sus problemas motores, distímicos o afectivos (derivados al apreciar su dificultad de comunicación).
Qué Debo Saber Sobre la Anestesia
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Qué Debo Saber Sobre la Anestesia

¿Te van a operar y quieres saber un poco más sobre la anestesia? Tu “ángel de la guarda” en una cirugía es el médico anestesista. Él/ella se mantendrá en la cabecera de la mesa de operaciones, durante el transcurso de la misma, controlando de forma diligente tu tensión arterial, tu frecuencia cardiaca, la actividad cerebral, la respiración, la saturación de oxígeno en tus células, la temperatura dentro y fuera de tu cuerpo, la hidratación, las dosis de antibiótico… En definitiva, ¡todo! Sobre la anestesia Anestesia es una palabra de origen griego que significa “insensibilidad”. Antestesiología es la especialidad de la Medicina dedicada al alivio del dolor y al cuidado completo e integral del paciente quirúrgico, antes, durante y después de la cirugía. Anestesista o anestesiólogo es el médico que practica la Anestesiología y Reanimación. Tipos de anestesia Existen tres tipos principales de anestesia: Anestesia local: en este tipo sólo se elimina la sensibilidad dolorosa de una pequeña zona del cuerpo, mientras el paciente continua consciente. Es muy frecuente su uso, por ejemplo, en Odontología. Anestesia locoregional: en ella se elimina la sensibilidad de una región y/o de uno o varios miembros del cuerpo. Puede ser: Troncular: de un nervio o plexo nervioso. Neuroaxial: actúa bloqueando el impulso doloroso a nivel de la médula espinal (que se halla en el interior de la columna vertebral), y, ésta, a su vez, puede ser: Epidural o peridural : se introduce el anestésico en las proximidades de la médula, en el espacio epidural, es decir, sin perforar las capa más externa que protege la médula espinal (duramadre),  sino por fuera de ella. Intradural o raquídea : se perforan las dos capas más externas que protegen la médula espinal (duramadre y aracnoides), liberándose el anestésico en el espacio subaracnoideo donde se mezcla con el líquido cefalorraquídeo que baña todo el Sistema Nervioso Central (encéfalo y médula espinal). Otras como, por ejemplo, la regional intravenosa. Anestesia general: se produce un estado de inconsciencia mediante la administración de fármacos hipnóticos (que inducen el sueño), por vía intravenosa, inhalatoria o ambas a la vez. Actualmente se realiza una combinación de varias técnicas, en lo que se llama “anestesia multimodal”. La anestesia general persigue varios objetivos: Analgesia o abolición del dolor, para lo cual se emplean fármacos analgésicos. Protección del organismo frente a reacciones adversas causadas por el dolor, como por ejemplo, la reacción vagal (desmayo). Pérdida de conciencia mediante fármacos hipnóticos o inductores del sueño, que duermen al paciente, evitan la angustia y suelen producir cierto grado de amnesia (abolición de los recuerdos). Relajación muscular mediante fármacos relajantes musculares, para producir la inmovilidad del paciente, la resistencia de las cavidades abiertas por la cirugía y permitir la ventilación mecánica mediante aparatos respiradores, que aseguran la oxigenación.   ¡ATENCIÓN! No todas las intervenciones quirúrgicas en el caso de la Pediatría (niños) precisan de anestesia general. Depende de varios factores, siendo el más importante la edad del paciente. A edades muy tempranas en las que no se producirá colaboración por parte del niño/a durante la intervención, la anestesia local no puede plantearse por cuestiones de confort y seguridad. Tipos de fármacos utilizados en la anestesia Fármacos hipnóticos: por vía intravenosa se utilizan el propofol, tiopental, midazolam, ketamina… Por vía inhalatoria se usan los compuestos halogenados (halotano, isoflurano…) y el óxido nitroso N2O. Fármacos analgésicos mayores: opioides naturales (morfina) o sintéticos (fentanilo, petidina…). Fármacos bloqueadores neuromusculares (miorelajantes): los derivados del curare (tubocurarina, pancuronio, atracurio, vecuronio, cisatracurio), succinilcolina… Otras sustancias: anticolinérgicos (atropina); benzodiacepinas (midazolam, diazepam…) Riesgos a destacar de la anestesia Despertar intraoperatorio (DIO). Es el estado en el que el paciente es consciente de los hechos ocurridos durante una operación bajo anestesia general y se debe a una administración de cantidad insuficiente de anestesia. Ocurre tan sólo en el 0’1-0’2% de casos (es decir, 1 o 2 casos por cada mil pacientes anestesiados).  En este cuadro la persona es capaz de tener percepciones auditivas (las visuales son raras), sentir la parálisis y/o el  dolor , provocándole todo ello  angustia, desamparo, indefensión o pánico. A medio plazo puede llegar a provocar trastornos psicológicos/psiquiátricos. Afortunadamente, la tecnología médica siempre avanza y en la actualidad se dispone de máquinas que valoran la profundidad de la anestesia, reduciendo notoriamente la posibilidad de aparición de este cuadro clínico aterrador, mediante la realización de un electroencefalograma al paciente, que permite valorar su nivel de inconsciencia. Alergia y shock anafiláctico Paro cardiaco y muerte : por múltiples causas. Hoy en día la anestesia está relacionada con 1 de cada 300.000 decesos aproximadamente. Efectos secundarios de la anestesia Los más frecuentes son: Las náuseas y los vómitos: suceden tras la operación. Pueden provocar deshidratación y dehiscencia de las suturas (separación de los puntos de sutura) por la presión ejercida con el vómito. Cefaleas (dolor de cabeza): principalmente en los tipos epidural e intradural se observa este molesto efecto secundario. Se debe a la pérdida de líquido cefaloraquídeo por el punto de punción de la aguja. Dolor y hematomas en las zonas de punción de la anestesia. Confusión mental: Es temporal y suele aparecer en personas mayores. Síndromes de abstinencia: en los pacientes alcohólicos, p.ej. RECUERDA… La clave de una buena anestesia se basará en el uso de pocos fármacos y que sean bien conocidos. Existe una considerable variabilidad interindividual en los requerimientos anestésicos previos a una intervención quirúrgica en la población. Se sabe que algunas diferencias son genéticas. Hay cirugía especialmente delicada, como la torácica, la de corazón, la abdominal superior o la de urgencia, mientras que, entre las más “sencillas” están la ocular, la de mama, las endoscopias…
Qué Debes Saber Sobre la Colonoscopia
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Qué Debes Saber Sobre la Colonoscopia

Ante una colonoscopia es normal que nos asalten algunas dudas, tanto sobre la intervención como sobre la preparación previa, en cuanto a dieta, que debe seguirse. Antes de nada, es conveniente recordar que la colonoscopia es una prueba médica segura y eficaz para examinar el revestimiento del colon y el recto, y tratar enfermedades del intestino grueso (colon). Para afrontar la prueba con la máxima tranquilidad, es importante que sigas las instrucciones y recomendaciones de tu médico. Aquí te explicamos en qué consiste, por qué suele solicitarse y cómo puedes prepararte. Cómo se realiza La prueba se realiza por medio del colonoscopio, instrumento tubular largo y flexible de 1 cm de diámetro y entre 122 y 183 cm de largo. Dispone de una luz y una pequeña cámara de video en su extremo cuya imagen se ve a través de un monitor. El colonoscopio se introduce por el orificio anal y se puede hacer avanzar por todo el colon para explorarlo, realizar biopsias y extirpar posibles pólipos. La mayoría de las colonoscopias las efectúa un gastroenterólogo (médico especialista en enfermedades digestivas) de manera ambulatoria con un mínimo de incomodidad y molestias. Motivos para realizar una colonoscopia Los motivos más frecuentes por los que se puede solicitar una colonoscopia son: Como prueba de cribado del  cáncer de colon . Especialmente en aquellas personas con antecedentes familiares de un cáncer de colon o en mayores de 50 años. Como estudio de episodios de sangrados por el recto (rectorragias) o tras la aparición de sangre en las heces. Para estudiar una diarrea crónica. En casos de  anemia  ferropénica (por falta de hierro) cuando se sospecha que se debe a un sangrado crónico por el colon. En casos de pérdida de peso inexplicada y brusca que pueda hacer sospechar de un cáncer de colon. Para diagnosticar y controlar una enfermedad inflamatoria intestinal como la  enfermedad de Crohn  o la  colitis ulcerosa . En el estudio del dolor abdominal crónico. Cómo prepararse para una colonoscopia Para realizar una colonoscopia es necesario que el intestino esté bien limpio de restos fecales. Para ello, el médico recetará una solución laxante fuerte que ayudará a vaciar los intestinos antes del procedimiento. Además de la solución de preparación, hay otras medidas alimentarias que se deben seguir los días previos a la intervención. A continuación, te damos más detalles. La dieta tres o cuatro días antes de la colonoscopia Se debe comenzar una dieta baja en residuos por lo menos unos cuantos días antes de la colonoscopia. Los alimentos bajos en residuos minimizan los desechos sólidos que permanecen en el colon. Cuanto más nos vayamos acercando al día de la intervención más restrictiva tiene que ser la ingesta de alimentos con residuo. Alimentos a evitar: ensaladas, verduras, legumbres, fruta, patatas (fritas o guisadas), carnes y pescados en salsa, embutidos, bollería, grasas, bebidas con gas, lácteos enteros, quesos grasos, productos integrales, chocolate, pasteles y frutos secos. Alimentos permitidos: leche y yogur natural desnatados, queso fresco, pan blanco o tostado (no integral), galletas sencillas (no integrales), caldos o consomés sin verduras, arroz y pastas no integrales, carnes y pescados blancos a la plancha o cocidos, patatas hervidas (en puré o cocidas sin piel), membrillo, melocotón en almíbar, manzana o pera cocida o asada (sin piel), zumos, bebidas sin gas, café, té e infusiones ligeras. La dieta el día antes El día antes de la intervención la dieta cambia. El facultativo receta unas preparaciones en forma de soluciones laxativas para ayudar a la limpieza del colon. Se limita la ingesta de alimentos sólidos al menos unas tres o cuatro horas antes de la limpieza intestinal. Al tomar la solución de preparación, se deberá seguir una dieta de líquidos claros para asegurar que el colon esté completamente limpio en el momento de la colonoscopia. No se podrá consumir ningún alimento sólido a partir de este momento. En cuanto a los líquidos claros, no tienen que ser transparentes, pero deben evitarse líquidos rojos o morados, ya que pueden confundirse equivocadamente con sangre durante la colonoscopia. También debe evitarse el alcohol y los líquidos claros que contienen pulpa. Al tomar la solución de preparación para la colonoscopia, el cuerpo puede perder mucho líquido, ocasionando una deshidratación. Es importante que se beban líquidos claros durante todo el proceso de preparación para mantener el cuerpo bien hidratado. Los líquidos claros aceptables incluyen: Agua. Hielo. Caldos claros, como de pollo o carne. Jugo de fruta sin pulpa. Té o café (sin leche ni cremas). Gelatina de frutas (excepto roja o morada). La dieta el día de la colonoscopia   El día de la colonoscopia se deben dejar de tomar líquidos claros unas cuatro horas antes de la prueba, excepto la mínima cantidad de agua para la toma de la última solución correspondiente que haiga pautado el especialista. La duración de la prueba depende de las manifestaciones que se vayan produciendo, pero generalmente no suele durar más de 60 minutos. La prueba se realiza habitualmente con sedación, por este motivo, el médico indicará durante cuánto tiempo no se debe conducir ni manejar maquinaria peligrosa. Salvo que se indique algo diferente, después se puede realizar vida normal siguiendo una dieta habitual. También será conveniente que se beba suficiente líquido, al menos un litro de agua durante el resto del día de la intervención para compensar la deshidratación del día.
Las Principales Causas de Agotamiento
Artículo especializado

Las Principales Causas de Agotamiento

Cansancio, decaimiento, debilidad, fatiga… Estos son algunos de los sinónimos que se asocian al agotamiento, que se define como la “acción de agotar o agotarse”, siendo agotar “cansar extremadamente”. En cualquier caso, no es un estado positivo, y debe valorarse adecuadamente para conocer el origen y poder realizar acciones para combatirlo y revertirlo, así como para evitar de nuevo su aparición. Aquí nos centraremos en el agotamiento causado por el estrés y por el sobreentrenamiento . Algunas causas… Largas y densas jornadas laborales, la práctica de actividad física o estados emocionales complejos pueden ser algunas de las causas que lleven a la presencia de esta sintomatología. No sólo se refleja en la existencia de cuadros en los que una persona se queja de molestias físicas, sino que también afecta a la esfera psicológica . Síndrome del quemado La existencia de agotamiento asociado al ámbito laboral, el archiconocido estrés laboral, tiene nombre propio, y se conoce como el síndrome del “quemado”, que fue mencionado por primera vez por el psiquiatra estadounidense Herbert Freudenberger en los años 70 refiriéndose a aquellas profesiones del campo sanitario. Hoy en día, sin embargo, cualquier profesional puede sufrirlo. Este estrés laboral se acompaña de la incapacidad del trabajador para reaccionar ante ciertas situaciones, que no deberían generar dificultades de antemano, pero que no es capaz de gestionar . Los síntomas son de diversa índole siendo el primero una total falta de energía, acompañado de falta de eficiencia en el trabajo y, como consecuencia, de un bajo rendimiento laboral. Llegar a este punto no sólo va a depender del trabajador, de su carácter y sus expectativas laborales, sino también de la misma empresa por la falta de claras directrices por su parte o estilos de mando excesivamente rígidos. El diagnóstico puede venir dado por indicadores relacionados con la apatía, la falta de compromiso laboral y la sensación de estar “perdiendo el tiempo” en el trabajo, si se compara con épocas anteriores en las que el trabajo le resultaba interesante y gratificante, pasando ahora a ser indiferente. Además, estos pueden ir acompañados de síntomas más físicos como cefaleas, problemas para dormir o trastornos gástricos. La labilidad emocional (con reacciones exageradas a situaciones normales) es otro de los síntomas que pueden hacer levantar sospechas y que, sumado a alguno de los anteriores, puede requerir de una consulta con el especialista. Tomar medidas Abordar la problemática es necesario para conseguir revertir el proceso. En este sentido, acudir a un profesional que ofrezca las herramientas adecuadas es completamente necesario, pero hay algunas pautas que se pueden seguir: Buscar momentos de ocio para reducir la “carga”: la actividad física solo o en grupo y una vida social más plena son algunas de las opciones a este nivel. Proponerse nuevos retos y metas, ya que de este modo se obliga a salir de la rutina. La perfección no existe, así que se trata de sentirse bien con el trabajo bien hecho. Por parte de las empresas también pueden realizarse acciones que ayuden a prevenir estas situaciones, como realizar talleres dentro de sus agendas formativas para gestionar situaciones de estrés. Síndrome del sobreentrenamiento Pero no sólo el campo laboral puede ocasionar síntomas de agotamiento; la práctica de actividad física también. En el deportista se habla de síndrome de sobreentrenamiento. Excesiva carga de entrenamiento, falta de descanso, déficit de progresión… pueden ser algunas de las causas que generen esta fatiga que merma las capacidades del deportista. Tanto el amateur como el profesional pueden revelar síntomas que hagan pensar en este síndrome. Hoy en día, hay muchos deportistas amateurs que se exigen como los profesionales, a nivel de marcas y rendimiento sin tener presente que ellos no sólo se dedican a la práctica deportiva, sino que habitualmente existe un compromiso laboral, que les impide seguir programas de entrenamiento adecuados a las horas de descanso necesarias. Cuando la disminución del rendimiento se asocia a cambios en el apetito o la presencia de desmotivación, hay que pensar en que quizás ha habido un hecho o una suma de estos que han generado estas circunstancias hasta entonces ajenas a la vida diaria. Aunque también es cierto que los síntomas son muy individualizados y subjetivos y que no puede generalizarse. Algunos de los síntomas más objetivos que pueden ayudar a su diagnóstico son: Mayor frecuencia cardiaca y tensión arterial en reposo. Mayor número de infecciones por la existencia de una función inmunológica deprimida. Y ello debería valorarse por un profesional. Ejercitarse produce en el organismo una serie de reacciones metabólicas que generan radicales libres y la presencia de estrés oxidativo y, como consecuencia, aparece un envejecimiento temprano , que aumenta el riesgo de lesiones y enfermedades. En aquellas situaciones en los que los niveles de exigencia física asociada al deporte son excesivamente elevados el estrés oxidativo es también mayor y por tanto el riesgo previamente mencionado también lo será. Las lesiones músculo-esqueléticas suelen ser las más frecuentes asociadas a esta elevada exigencia física. El tratamiento de esta situación compleja de gestionar para un deportista, consiste en básicamente en la reducción de la carga e intensidad del entrenamiento o el descanso. Hay que añadir que es importante reconocer cual o cuales han sido el origen, a modo de prevención posterior.
Consumo Responsable de la Amoxicilina
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Consumo Responsable de la Amoxicilina

¿Qué podemos decir de este antibiótico que no hayas oído? Una buena opción sería hacer una descripción de su perfil para que lo conozcas con detalle, de forma que sepas, a ciencia cierta, de qué hablamos. Técnicamente se trata de un antibiótico beta-lactámico del grupo de las aminopenicilinas . Coloquialmente es un derivado de la penicilina (concretamente una penicilina semisintética) llamado de amplio espectro por ser activo frente a un gran número de cocos y bacilos, tanto aerobios como anaerobios. Está indicado y suele ser de elección en infecciones leves y moderadas del tracto respiratorio. Tengamos presente que existen infecciones causadas por microorganismos mixtos que precisan la combinación de más de un antibiótico para ser erradicadas por lo que, en algunos casos, la amoxicilina debe asociarse a otro antibiótico complementario. Uso y abuso de antibióticos El desarrollo de resistencia frente a algunas infecciones le ha hecho perder protagonismo como tratamiento de primera elección. Asimismo, se han descrito múltiples casos de abuso de tratamiento con amoxicilina que han contribuido a aumentar dicha resistencia. En este aspecto quiero recordar que no puede ser dispensado en la farmacia sin la prescripción médica del facultativo. Es imprescindible que tu médico sea conocedor de las infecciones en las que has precisado antibiótico, así como de las dosis y los días de tratamiento que has realizado. Me explico: cuando una infección requiere antibioticoterapia en reiteradas ocasiones es posible que sea preciso un tratamiento más agresivo para erradicar el foco. Sería el caso de una amigdalitis pultácea de repetición cuyo tratamiento definitivo pudiera ser la amigdalectomía o extracción de amígdalas, en función del número de episodios anuales. Cómo se presenta Existen muy diferentes presentaciones comerciales de amoxicilina: jarabe, sobre, comprimido, cápsula y vial endovenoso . ¡Ojo, no debe abrirse la cápsula! Si tienes dificultad para ingerirla elige otra presentación teniendo en cuenta la dosis que se te ha recomendado. La amoxicilina se usa muy frecuentemente combinada con otro antibiótico: el ácido clavulánico, que pertenece a una clase de medicamentos llamados inhibidores de beta-lactamasa cuyo efecto potencia la acción de la amoxicilina. ¿Cuáles son las principales indicaciones de la amoxicilina? Una premisa a tener en cuenta es que los antibióticos no tienen ningún efecto sobre las infecciones víricas , por tanto, no estarán nunca indicados en cuadros gripales o resfriados banales, por ejemplo. En nuestra consulta indicamos un tratamiento con amoxicilina en infecciones respiratorias y de oído leves y moderadas (amigdalitis, otitis media, sinusitis, bronquitis aguda y neumonías bacterianas) así como en infecciones genitourinarias no complicadas , en algunas infecciones de piel y en infecciones dentales, fundamentalmente. No podemos obviar su indicación en el tratamiento erradicador de Helicobacter pylori por tratarse del tratamiento de elección. Forma parte de la llamada terapia triple y se asocia con omeprazol para combatir esta infección gástrica. ¿La dosis sólo depende del peso? La dosis recomendada va a depender del peso de la persona , de su perfil médico (en caso de insuficiencia renal puede precisar un ajuste de dosis) y de la infección a tratar. La duración del tratamiento se debe determinar por el tipo de infección y la respuesta del paciente y deberá ser, en general, lo más corta posible. ¿Cómo se toma? La absorción de la amoxicilina no se ve afectada por los alimentos, por tanto, podemos seguir estrictamente el horario sin tener en cuenta las ingestas. Como sabes, en caso de alergia a la Penicilina deben emplearse otros antibióticos alternativos dado que la amoxicilina no podría prescribirse. Quiero darte una información adicional al respecto ya que muchos pacientes alérgicos a la penicilina son también alérgicos a otro tipo de antibióticos llamados cefalosporinas, por tanto, precaución también con este otro grupo de antibióticos en caso de alergia a la penicilina. Asimismo, debemos tener precaución en las interacciones con otros fármacos que puedas tomar, adviértelo siempre. ¿Tiene efectos adversos? Como cualquier otro antibiótico, no está exento de efectos adversos. Los más frecuentemente asociados son la diarrea, las náuseas y la erupción cutánea . Ante cualquier duda consúltanos. En principio el tratamiento debe suspenderse inmediatamente si aparece diarrea intensa con náuseas, vómitos, fiebre y/o calambres abdominales, reacción anafiláctica, erupción exantemática extensa o crisis convulsivas. Debemos tener especial precaución en aquellos pacientes afectos de enfermedad intestinal dado que pueden empeorar sus síntomas intestinales. ¿Se puede tomar durante el embarazo o la lactancia? La amoxicilina está catalogada como categoría B de la FDA (Food and Drug Administration, es la agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, aparatos médicos, productos biológicos, etc ). En esta categoría se incluyen los fármacos sobre los que no existe evidencia de riesgo fetal y, por ello, su uso se acepta, generalmente, durante el embarazo y la lactancia. Obviamente, las penicilinas sólo se usan en el embarazo cuando los beneficios potenciales superen los posibles riesgos asociados al tratamiento y siempre bajo supervisión médica. Respecto a la lactancia, la Academia Americana de Pediatría lo considera compatible, aunque se recomienda precaución, dado que se excreta por la leche materna en pequeñas cantidades. Así, sólo se debe administrar amoxicilina durante la lactancia tras haberse evaluado el beneficio/riesgo por parte del médico. Te he expuesto el perfil de la amoxicilina. Confío que te haya aportado información que puedas recordar en caso de dudas.  Por favor, consulta con tu médico si te surge alguna otra inquietud.
Qué Debes Saber Sobre la Anemia
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Qué Debes Saber Sobre la Anemia

La anemia es una enfermedad frecuente que puede aparecer a cualquier edad y tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, es un trastorno más femenino debido a la pérdida a la pérdida mensual de cada menstruación. Con frecuencia, la anemia se puede tratar y controlar mejorando el estilo de vida, e incluso en algunos casos se puede prevenir con una dieta saludable. ¿Qué es la anemia? La anemia es una afección que se caracteriza por una disminución de la concentración de hemoglobina , debido a que la sangre contiene menos glóbulos rojos de lo normal, o por una disminución de hemoglobina dentro de los mismos. La hemoglobina es una proteína rica en hierro que otorga a la sangre su color rojo característico y permite transportar el oxígeno de los pulmones al resto del cuerpo. Por este motivo, cuando se padece anemia un síntoma característico es el cansancio o debilidad por la falta de oxígeno. Para producir hemoglobina y glóbulos rojos el cuerpo necesita hierro, ácido fólico, vitamina B12 y otros nutrientes que debemos incorporar a través de los alimentos. Llevar una alimentación rica en estos nutrientes y no realizar ciertas combinaciones que inhiben su absorción nos permitirá evitar carencias. En algunos casos, el déficit de estos nutrientes está producido por cambios en el revestimiento del estómago o intestino que interfieren en el proceso de absorción (celiaquía), o por haber sido sometidos a cirugía en la que se ha extirpado parte del estómago o intestino.   QUIÉNES TIENEN MÁS RIESGO DE SUFRIR ANEMIA Existen etapas de la vida donde el riesgo de sufrir anemia aumenta. El embarazo es una etapa de riesgo ya que la sangre de la mujer embarazada sufre cambios, por un proceso fisiológico llamado hemodilución, donde aumenta más rápido la porción líquida o plasma de la sangre que la cantidad de glóbulos rojos, y las demandas de hierro y ácido fólico están aumentadas. En etapas de crecimiento , tanto infancia como adolescencia, también aumenta el riesgo de sufrir anemia, especialmente por deficiencia de hierro. La anemia también puede aparecer en edad avanzada , pero se suele asociar a enfermedades crónicas que provocan carencia de hierro y a una mala alimentación. Anemia por deficiencia de nutrientes Existen diferentes tipos de anemia y sus causas son por diferentes motivos. Nos centraremos en la anemia por deficiencia de nutrientes y en particular por la carencia de hierro o anemia ferropénica. Entre las anemias por deficiencia de nutrientes , la anemia ferropénica es la más común. Ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente cantidad de hierro y como consecuencia no produce la suficiente hemoglobina para los glóbulos rojos. Suele aparecer por pérdidas de sangre (menstruación abundante), en mujeres embarazadas y en algunas patologías que cursan con sangrado (úlceras, cáncer…) La deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico también provoca anemia, ya que para la producción de glóbulos rojos el cuerpo necesita de estas vitaminas. Sin embargo, a veces esta deficiencia es debido a una incapacidad en su absorción, por parte del intestino y no por una alimentación insuficiente. Esta situación deriva a una anemia llamada perniciosa.   Otros tipos de anemia Secundarias a otras enfermedades (enfermedades crónicas y por enfermedades de la médula ósea). Anemia hemolítica (cuando la destrucción de los glóbulos rojos es más rápido a su producción). Anemia aplásica (no se producen suficientes glóbulos rojos). anemia megaloblástica (los glóbulos rojos son más grande de lo habitual). En algunos casos la anemia aparece por un trastorno sanguíneo que se transmite de padres a hijos (hereditaria) como es el caso de la anemia falciforme, donde los glóbulos rojos tienen forma semilunar en vez de forma de disco o la talasemia donde el cuerpo por un defecto en la síntesis o fabricación de hemoglobina altera la producción normal de hemoglobina y de glóbulos rojos sanos. Síntomas y signos de la anemia ferropénica La anemia ferropénica es la más común y por eso nos centraremos en ella. El síntoma más frecuente es el cansancio o sensación de debilidad. Muchas veces cuando se sufre anemia se describe como una sensación de agotamiento o dificultad para realizar actividades habituales. La falta de oxígeno obliga al corazón a trabajar más y aumentar su ritmo cardíaco para bombear sangre rica en oxígeno. Esta situación produce dificultad para respirar o disnea, dolor en el pecho, palpitaciones, cefalea o mareo al ponerse de pie, infecciones frecuentes, palidez, extremidades frías y el síndrome de las piernas inquietas. Estos síntomas pueden ser leves y pasar desapercibidos, pero cuando alguno de estos síntomas persiste o se intensifica debe acudir al médico especialista o hematólogo para que realice una exploración con analítica completa y valore el tratamiento más adecuado. ¿Qué valores identifican la anemia ferropénica? Cuando hay sospecha de anemia ferropénica existen valores que la describen y se pueden hallar en un análisis de sangre. Hematocrito . Porcentaje de sangre que está compuesta por glóbulos rojos. Los valores pueden variar dependiendo de la edad y en la anemia están más bajos que los considerados “normales”. Hemoglobina . Es el principal valor de referencia para diagnosticar una anemia y los rangos normales varían entre hombres y mujeres e incluso en niños varían según edad y sexo. Cuando sus niveles están bajos indican anemia. Tamaño y color de los glóbulos rojos . En la anemia ferropénica los glóbulos rojos son más pequeños y su coloración es más pálida. Ferritina . Es la proteína que se encarga de almacenar el hierro en el cuerpo. La concentración de ferritina indica directamente las reservas de hierro y unos valores bajos nos informan de que el nivel de hierro en sangre es bajo. La ferritina nos orienta mucho para diagnosticar la anemia en sus primeras etapas. Estos valores de referencia son los que se suelen solicitar de forma más habitual, en un análisis de sangre, cuando hay sospecha de anemia ferropénica, pero también existen más valores. Además, una vez el análisis de sangre confirma la anemia, el médico puede valorar realizar más exámenes adicionales (endoscopia, colonoscopia, ultrasonido) para buscar posibles fuentes de sangrado y determinar su causa. ¿Cómo se trata la anemia? En los casos leves , normalmente se corrige con suplementación de hierro vía oral y una alimentación saludable .  Existen distintos preparados en el mercado que se utilizan como suplementos, siendo las sales ferrosas las más efectivas y utilizadas, ya que se absorben mejor que las sales férricas. Para asegurarnos una máxima absorción, se recomienda tomar los suplementos fuera de las comidas, a poder ser 30-60 minutos antes y siempre acompañados de un alimento rico en vitamina C (zumo de naranja) ya que favorece su absorción. Por el contrario, alimentos ricos en fibra (cereales integrales), el té y el café disminuyen su absorción, por este motivo se recomienda intentar separarlos de la toma de suplementos. En casos graves , para lograr una rápida oxigenación en órganos vitales, a veces es necesario administrar el hierro por vía endovenosa con una transfusión de sangre. La dieta En cuanto al papel de la dieta en caso de anemia ferropénica es importante seguir unas recomendaciones para aumentar la biodisponibilidad de hierro , pero no es cuestión de tomar alimentos ricos en hierro todos los días, ya que el cuerpo sólo absorbe una porción pequeña del hierro contenido en los alimentos y, curiosamente, cuando menor es la reserva de hierro en el cuerpo, mejor se absorbe en el sistema digestivo. Para más información sobre cómo aprovechar el hierro de los alimentos y cómo combinarlos para mejorar su biodisponibilidad, recomiendo leer el artículo sobre el hierro en este mismo portal.
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Listeriosis
Enfermedad

Listeriosis

¿Qué es la listeriosis? La listeriosis es una infección producida por la bacteria “listeria monocytogenes” presente en animales, es una zoonosis. Es una infección poco frecuente con una morbilidad de unos 30%, pero una mortalidad elevada en grupos de riesgo que puede llegar al 70%. En los casos de infección en recién nacidos la mortalidad ronda el 50%. La listeria se puede adquirir a través de carnes, leche y monocytogenes de verduras contaminadas por animales enfermos, que no son correctamente tratadas, o también por aguas contaminadas. ¿Por qué se desarrolla la listeriosis? La listeria se desarrolla por la contaminación de ciertos alimentos, entre ellos, la leche cruda y los quesos que con ella se fabrica, carne cruda o mal cocinada, verduras crudas, embutidos, paté. La listeria se adquiere por vía gástrica, por la ingestión de estos productos contaminados , también por contacto con animales contaminados por esta bacteria en las granjas.  Estos productos contaminados por la “listeria monocytogenes” dan lugar al contagio en las personas . Las mujeres embarazadas que sufren la enfermedad pasan la misma a través de la placenta al feto, ya que, en la placenta, pueden aislarse listerias. Causas de la listeriosis La causa de la listeriosis es la infección por consumo de leche cruda o carnes mal preparadas , también se puede encontrar la listeria en ciertas verduras y en aguas contaminadas. Las personas que ingieren la bacteria pueden desarrollar la enfermedad, siendo más sensibles a las mismas las personas mayores de 50 años , los inmunodeprimidos, las mujeres embarazadas, los fetos y los recién nacidos. Síntomas de la listeriosis La infección por la bacteria da lugar a una infección gastrointestinal , que puede estar acompañada de fiebre, en algunos casos, en especial en personas inmunodeprimidas, puede dar lugar a septicemia, en mujeres embarazadas la infección en el feto puede dar lugar a partos prematuros o muertes al nacer . Los bebés recién nacidos son más sensibles a la bacteria y pueden sufrir meningitis con mayor frecuencia. En los casos de recién nacidos afectados en el momento del parto o cercano a él, pueden sufrir la muerte hasta en el 50% de los casos. En las infecciones durante el primer trimestre de embarazo se suele producir un aborto . En los adultos puede ocasionar gastroenteritis, neumonías, septicemia, meningitis y encefalitis. Puede dar lugar también a letargo, pérdida de apetito, ictericia, dificultad respiratoria, vómitos, erupción cutánea y shock, son los síntomas más frecuentes en los recién nacidos afectados por esta bacteria. Los niños que sobreviven tras una afectación fetal de la listeria pueden tener daños cerebrales y del sistema nervioso central a largo plazo asociados a retraso en el desarrollo, pudiendo dar lugar a minusvalías permanentes en estos niños. Diagnóstico de la listeriosis El diagnóstico de la listeria se debe hacer mediante la búsqueda de la bacteria en orina, en heces, en sangre, en el líquido cefalorraquídeo y, en mujeres embarazadas, se debe buscar en el líquido amniótico. Prevención de la listeriosis La prevención de la listeria pasa por el cocinado efectivo de las carnes y por un control de garantía de la zoonosis en animales, para que la bacteria no pueda contaminar los alimentos que se obtienen de estos. Es necesario lavarse bien las manos después de manipular alimentos crudos o tocar animales de granja que puedan estar contaminados, y desinfectar los utensilios que se utilizan para manipular estos alimentos   Tratamiento de la listeriosis El tratamiento de la listeria se realiza mediante antibióticos , entre ellos, el tratamiento más eficaz es la ampicilina y trimetopim sulfametoxazol. ¿Es contagiosa la listeriosis? No, la listeriosis no es contagiosa persona a persona , solo se contagia por ingestión de leche cruda, carnes mal cocidas, embutidos y verduras o aguas contaminadas por la listeria. Sin embargo , sí se produce una transmisión vertical de la madre al feto a través de la placenta. Grupos de riesgo Los grupos de riesgos para la listeria y su mortalidad son en primer lugar los adultos mayores de 50 años , siendo más peligrosa según aumenta la edad del paciente. Pacientes inmunodeprimidos , como enfermos con tratamientos anticancerígenos, con tratamientos inmunosupresores y con tratamiento corticoideo y, también, pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes. El último grupo de riesgo son las mujeres embarazadas que, durante el primer trimestre de embarazo pueden sufrir un aborto, en casos más avanzados pueden sufrir un parto prematuro y, en la época próxima al parto, el feto puede infectarse tanto a nivel intraútero como en el momento del parto. Estos niños tienen un riesgo de mortalidad de hasta el 50% de los casos. Las madres que están embarazadas van a transmitir a través de su sangre la infección a la placenta, produciendo una corioamnionitis y, a través de esta, se va a transmitir la infección al feto.
Embolia
Enfermedad

Embolia

¿Qué es la embolia? La embolia es la obstrucción de un vaso sanguíneo por un trombo que se ha formado en otra parte del organismo , dando lugar a una falta de riesgo de la zona afectada. Las embolias pueden ser grasas, en este caso son secundarias a fracturas de huesos largos de gran tamaño, como puede ser el fémur, embolias de líquido amniótico como complicación del parto y, embolia ateromatosa, que es la más frecuente y se produce cuando una placa de ateroma se desprende dando lugar a una obstrucción en otra zona. Tipos de embolia Los tipos de embolia se pueden clasificar: Según el lugar donde se produce: embolia arterial o venosa, conforme afecte a una arteria o una vena. Según el órgano que afecte: embolia cerebral, embolia arterial cardiaca, o embolismo pulmonar. Según la causa: embolia grasa, embolia de líquido amniótico o embolia ateromatosa. Causas de la embolia La causa de la embolia es la obstrucción de la vena o la arteria por un coágulo de sangre, una placa de ateroma u otros factores. Esta causa no se genera en la zona que se obstruye, sino en otra localización del cuerpo y, a través del torrente sanguíneo, se desplaza hasta obstruir una determinada zona. Síntomas de la embolia El síntoma de la embolia, cuando esta es arterial, son los derivados de la falta de riego sanguíneo que se produce en la zona. En las embolias cerebrales se producen los ictus con afectación diferente según la zona dañada, pero, en general, con una hemiparesia. En el caso de embolias en una extremidad, se produce una cianosis (coloración azulada) de la zona afecta con un dolor intenso, que precisa retirar el émbolo lo antes posible para recuperar el riego sanguíneo y de esta forma recuperar la extremidad. En los casos de embolias en arterias cardiacas, da lugar a un infarto de miocardio . En las embolias pulmonares se produce una alteración en el riego sanguíneo pulmonar , lo que provoca una fatiga intensa y dolor en la zona torácica. Las embolias venosas profundas producen un aumento de tamaño, enrojecimiento, dolor y presencia de un cordón venoso en la zona afectada. Tratamiento de la embolia El tratamiento de la embolia es la retirada o lisis del coágulo, para restituir el flujo sanguíneo necesario . Se administran sustancias trombolíticas como la estreptoquinasa. También se puede realizar una embolectomía, extracción del coágulo por medio de una sonda que se introduce en la arteria afectada, tratando de disolver o extraer el émbolo. Además, se puede situar en la arteria un stent mediante una sonda. En algunos casos puede ser necesario realizar un by-pass, que es una técnica quirúrgica que realiza un nuevo recorrido para evitar la zona obstruida. Como tratamiento preventivo posterior, puede ser conveniente el uso de tratamientos anticoagulantes o de fármacos que evitan la agregación plaquetaria, como es el caso del ácido acetilsalicílico a bajas dosis. Pruebas complementarias de la embolia Entre las pruebas complementarias a realizar se encuentran las pruebas de imagen de la zona afectada mediante TAC o angiografía , también se puede realizar eco-doppler. Entre las pruebas analíticas está el dímero D, estudio del factor VIII y estudios de activación del plasminógeno. Factores desencadenantes de la embolia El factor desencadenante de la embolia es un coágulo de sangre o una embolia grasa o ateromatosa que obstruye una arteria . Factores de riesgo de la embolia Son factores de riesgo para una embolia la fibrilación auricular, la hipercoagulabilidad sanguínea (aumento del número de plaquetas), el parto en los casos de embolias por líquido amniótico y las fracturas de huesos largos como el fémur o húmero. Complicaciones de la embolia Las complicaciones de la embolia son el daño que se puede producir en la zona afectada por la falta de riego , dando lugar a una isquemia que puede concluir en la pérdida de la función del órgano o de una falta de él. En los casos de embolias cerebrales puede quedar una hemiparesia, una afasia (alteración en el habla), en las embolias de arterias cardiacas un infarto de miocardio y, en las extremidades, puede llegar a producirse una gangrena del área afectado. Prevención de la embolia El control adecuado del colesterol, de la glucemia y de la hipertensión, junto con el tratamiento anticoagulante y antiagregante plaquetario, son las medidas preventivas más importantes. Especialidades a las que pertenece Las embolias son tratadas en la parte quirúrgica por cirugía vascular y, en la parte médica de control de factores de riesgo, por medicina de familia, donde el médico debe realizar un control exhaustivo de los mismos. Preguntas frecuentes ¿Cuáles son los síntomas de la trombosis cerebral? Los síntomas de la trombosis cerebral dependen de la zona afectada por la misma. Los más comunes son la hemiparesia de una zona del cuerpo, derecha o izquierda, puede asociarse o no a alteración del habla, lo que se conoce como afasia. En los casos de hemiparesia se suele asociar a desviación de la comisura bucal y dificultad en la movilidad del párpado, en otras ocasiones, si la afectación es a otro nivel, se puede producir alteración al tragar, lo que da lugar a atragantamientos frecuentes del paciente y, puede aparecer también, en forma de vértigo mantenido. ¿Qué diferencia hay entre un ictus y un derrame cerebral? Realmente no hay diferencia entre ambas, es una forma más científica o más vulgar de denominar el daño neurológico a nivel cerebral, que se produce por una rotura de un vaso en cuyo caso se conoce como ictus o derrame hemorrágico o bien por obstrucción de un vaso conociéndose entonces como ictus por embolia . ¿Qué es lo que provoca una trombosis? La trombosis se provoca por el cierre u obstrucción de una arteria o vena. Las causas más frecuentes son las placas de ateromas, seguida de coágulos de sangre que se producen en la mayoría de los casos como consecuencia de una fibrilación auricular. ¿Cuáles son los tipos de embolia? Los tipos de embolia dependen de la causa del émbolo que lo produce. Émbolos grasos cuando se forma por grasa, émbolos por coágulos sanguíneos o embolia de líquido amniótico . ¿Qué es un coma inducido y para qué sirve? El coma inducido es la situación en la cual se procede a sedar de forma profunda al paciente , con el fin de reducir el consumo de oxígeno y otras sustancias por parte del cuerpo, permitiendo que el cerebro y el resto del organismo tengan una mejor recuperación. Se usa en especial en los casos de traumatismos cerebrales, para que haya un menor consumo de oxígeno por parte del cerebro y este tenga una menor inflamación como respuesta al trauma, permitiendo una recuperación óptima del paciente.
Trombosis
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Trombosis

¿Qué es la trombosis? La trombosis consiste en la coagulación y formación de un trombo de sangre en el interior de las venas o el corazón. Los trombos son depósitos intravasculares compuestos por fibrina, hematíes, plaquetas y leucocitos. La formación del trombo es la consecuencia del desequilibrio entre los diferentes mecanismos que intervienen en la trombogénesis . Al desprenderse parte del trombo, puede viajar por todo el torrente sanguíneo formando un émbolo. Es un serio problema de salud pública en España, ya que presenta una mortalidad del 12% aproximadamente, con una alta incidencia de presentación en edades superiores a 65 años.  Los esfuerzos están en la prevención, ya que es 100% prevenible . Tipos de trombosis Existen diferentes tipos de trombosis: En relación al nivel de oclusión: Ocluyente: cuando el vaso queda totalmente obstruido. Mural: cuando la obstrucción del vaso es parcial. En relación a la ubicación del trombo: Trombosis de precipitación: producida principalmente en las arterias y el corazón, se basa en el desprendimiento de las plaquetas. Trombosis por coagulación: se forma en las venas y es producida por una mezcla de fibrina y plaquetas. Trombosis hialina: se crea en capilares, producida igualmente por fibrina y plaquetas. Causas de la trombosis La trombosis puede ser causada por múltiples factores: Enlentecimiento del flujo de sangre, la causa más frecuente es la inmovilización del cuerpo. Lesiones en la pared vascular causadas por heridas. Aumento de la coagulación sanguínea. Enfermedades neoplásicas que originan trombos. Síntomas de la trombosis Los síntomas de trombosis dependen de su localización, siendo las más frecuentes la trombosis venosa profunda, tromboflebitis y tromboembolismo pulmonar. Trombosis venosa profunda: se caracteriza por dolor, aumento de volumen o hinchazón en el miembro afectado, acompañado de sensibilidad al tacto y enrojecimiento de la piel. Tromboembolismo pulmonar: se presenta con dificultad para respirar, taquicardia, dolor torácico, hemoptisis (tos con sangre) e hipotensión arterial. Tromboflebitis: es una trombosis en una vena superficial, prácticamente presenta los mismos síntomas de la trombosis venosa profunda pero además existe calor, sensibilidad y visualización del trayecto venoso inflamado. Tratamiento de trombosis El tratamiento es a base de anticoagulantes, que pueden ser vía oral como la warfarina o acenocumarol, por vía subcutánea, como las heparinas sódicas o heparinas de bajo peso molecular como hibor o clexane, o los nuevos anticoagulantes orales entre los cuales destacan dabigatrán (Pradaxa), rivaroxabán (xarelto), apixaban (eliquis) o edoxaban (lixiana). La duración del tratamiento varía según la localización, profundidad de la trombosis y la historia clínica del paciente. Existen otras modalidades terapéuticas como el tratamiento trombolítico o fibrinólisis, dirigida por un catéter hasta el sitio de la trombosis y, por último, el tratamiento quirúrgico, que consiste en la colocación de filtros o embolectomías cuando los trombos son muy grandes o aparecen en sitios complicados. Pruebas complementarias de la trombosis Entre las pruebas complementarias de la trombosis destacan: Ecografía: se realiza sobre la zona en la que se sospecha trombosis, normalmente en miembros inferiores o superiores. Análisis de sangre: se mide una sustancia denominada DÍMERO D, la cual se encuentra elevada en paciente con trombosis, sobretodo en tromboembolismo pulmonar. También, antes del inicio del tratamiento con anticoagulantes, es importante realizar pruebas de coagulación y en casos en donde se sospeche alteraciones en la coagulación por problemas hereditarios, los marcadores que el especialista considere necesario. Tomografía computarizada o Resonancia magnética, para visualizar las venas, en ocasiones en 3D, y demostrar si tienen coágulos. Factores desencadenantes de la trombosis Los factores desencadenantes suelen ser los siguientes: Enlentecimiento de la circulación sanguínea. Daño en el endotelio (capa interna) de los vasos sanguíneos. Hipercoagulabilidad, es la mayor tendencia a formar coágulos. Factores de riesgo de la trombosis Son múltiples los factores de riesgo y, en ocasiones, los pacientes presentan más de uno de ellos: Trastornos de la coagulación hereditarios, lo que hace que la persona propensa al presentar otro factor de riesgo puede aumentar su incidencia de presentación, en ocasiones por si solas no producen trombosis. Reposo prolongado, al no ayudar la musculatura a la circulación sanguínea. Heridas o cirugías asociadas a procesos de cicatrización y activación de los factores de coagulación. Medicación hormonal, las píldoras anticonceptivas y la terapia de reemplazo hormonal favorecen en el organismo una activación del sistema de la coagulación, que puede propiciar una trombosis. Obesidad, el aumento del tejido lipídico conduce a un estado pro inflamatorio en el cuerpo con activación del sistema procoagulante, además del aumento de la presión en las venas de pelvis y piernas. Fumar, la nicotina es una sustancia procoagulante que afecta sobretodo a pacientes que ya tienen algún otro factor de riesgo. Neoplasias, ciertos tipos de cáncer como el de ovario o vejiga, excretan sustancias procoagulantes que pueden producir trombosis. Del mismo modo, el tratamiento con quimioterapia puede producir riesgo de trombosis. Insuficiencia cardiaca, el estasis venoso, la función cardiaca y pulmonar limitada hacen que este tipo de pacientes sean más propensos a sufrir trombos a nivel pulmonar. Enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedades como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn con componente hereditario, al crear un estado inflamatorio, activan el sistema de coagulación produciendo trombosis sobre todo en el área intestinal y pulmonar. Edad, se ha evidenciado un aumento significativo de la incidencia de trombosis a partir de los 60 años. Complicaciones de la trombosis La complicación con mayor mortalidad es la embolia, esta es la migración del trombo al torrente sanguíneo, pudiendo llegar a los pulmones, cerebro o corazón.  Otra complicación muy severa es la sepsis (infección generalizada) que se origina cuando las bacterias colonizan el coágulo y este se transforma en un émbolo circulando por todo el torrente sanguíneo . Prevención de la trombosis La trombosis es una enfermedad que se puede evitar si se realizan las siguientes medidas de prevención: Uso de medias de compresión para acelerar el flujo sanguíneo en los vasos profundos de las extremidades inferiores. Caminar o realizar ejercicios moderados con las piernas. No fumar. Evitar estar sentado por tiempo prolongado, como por ejemplo durante viajes en avión o coche, realizando pequeñas paradas con recorridos para evitar el estasis sanguíneo. Ingerir la medicación que el médico indique para evitar la hipercoagulabilidad. Si se tiene reposo en cama, es importante mover las extremidades. Especialidades a las que pertenece Las especialidades a las que pertenece la trombosis son angiología y cirugía vascular, también medicina interna y, en ocasiones, hematología. Preguntas frecuentes ¿Qué produce la trombosis? La trombosis se produce por un aumento en la tendencia a formar coágulos y estos a su vez pueden migrar a diversas partes del cuerpo. ¿Qué es una tromboflebitis en la pierna? La tromboflebitis en la pierna es un proceso inflamatorio en una vena superficial que hace que se formen coágulos. ¿Cuál es la vitamina k y para qué sirve? Es una vitamina soluble que desempeña un papel importante en la coagulación, formación de huesos y prevención de una enfermedad cardiaca. En la coagulación, la vitamina K es fundamental para la síntesis de varios factores de la cascada de la coagulación. Algunos de los medicamentos que se utilizan como anticoagulantes orales, como la warfarina y el acenocumarol, son antagonistas de la vitamina K, por tanto, si se consume, puede haber variabilidad en la dosis respuesta del medicamento. ¿Qué es la tromboflebitis? La tromboflebitis es un proceso inflamatorio de una vena superficial en la que se produce trombosis a nivel de una o más venas. ¿Qué es el signo de Homans? Es un signo clínico para el diagnóstico de trombosis venosa profunda y consiste en la aparición de dolor en la pantorrilla cuando se hace dorsiflexión del pie en pacientes con trombosis.
Pancreatitis
Enfermedad

Pancreatitis

¿Qué es la pancreatitis? La pancreatitis es un proceso inflamatorio de la glándula pancreática (páncreas), de gran tamaño. Se ubica detrás del estómago y se encarga de fabricar jugos digestivos o enzimas que ayudan a descomponer los alimentos en la parte superior del duodeno o intestino delgado. El páncreas también es el encargado de producir insulina y glucagón, dos hormonas que ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre y que constituyen la principal fuente de energía del organismo. La pancreatitis se desencadena por la activación inapropiada de las enzimas pancreáticas, resultado de una autodigestión del páncreas. La inflamación puede ser súbita (aguda) o progresiva (crónica). Es más frecuente en hombres que en mujeres y suele aparecer entre los 30 y los 60 años. Es una enfermedad grave. Los casos leves de pancreatitis pueden desaparecer sin tratamiento , pero los casos graves pueden causar complicaciones potencialmente mortales. Tipos de pancreatitis Existen dos tipos de pancreatitis: Pancreatitis aguda : es un proceso inflamatorio agudo del páncreas con afectación variable de otros tejidos próximos y de órganos distantes, que se se produce generalmente por los cálculos biliares (piedras  en la vesícula biliar) o a un consumo excesivo de alcohol, fenómenos que pueden provocar una autodigestión del páncreas por las enzimas que produce. Tiene pocos días de duración. Pancreatitis crónica : es un proceso inflamatorio persistente (crónico) del parénquima y/o sistema ductal del páncreas, que tiene como consecuencia fibrosis y compromiso de sus funciones. Se debe generalmente a una repetición de la pancreatitis aguda. La ingesta  prolongada y excesiva de alcohol también puede ser la causa de la pancreatitis crónica. Causas de la pancreatitis La pancreatitis tiene lugar cuando las enzimas digestivas se activan mientras están en el páncreas, lo que irrita las células del páncreas y provoca inflamación. Cuando el páncreas funciona normalmente, las enzimas que segrega no se vuelven activas hasta alcanzar el duodeno. Pero, cuando el páncreas está inflamado, las enzimas se activan precozmente (mientras todavía están dentro del páncreas) y empiezan a atacar sus estructuras internas.   El tejido que recubre el interior del páncreas , encargado de fabricar enzimas, se lesiona debido a la actividad enzimática y, por lo tanto, deja de producir nuevas enzimas. Las causas principales de la pancreatitis en más de un 80% de los casos están provocadas por cálculos (piedras) biliares inadvertidas y el abuso del alcohol. Otras causas menos frecuentes son la genética, los traumatismos, o el consumo de algunos medicamentos, drogas o toxinas. Otro motivo es cualquier tumor o inflamación que obstruya el conducto que drena el páncreas. Síntomas de la pancreatitis Los síntomas de la pancreatitis incluyen: dolor en la zona abdominal superior , dolor abdominal que se extiende a la espalda, taquicardia, dolor abdominal que empeora después de comer, náuseas, fiebre, dolor con la palpación al tocarse el abdomen, vómitos, pérdida de peso de forma involuntaria, sangrado pancreático, que se manifiesta en manchas cutáneas similares a moratones en los costados o cerca del ombligo y heces de aspecto aceitoso y mal olor.   Tratamiento para la pancreatitis En los dos tipos de pancreatitis, no hay un tratamiento curativo . El de la pancreatitis aguda se enfoca en “dejar descansar” el páncreas mediante una dieta absoluta (no tomar nada) entre 2 y 4 días. Esto suele implicar la colocación de sonda nasogástrica y la administración de analgésicos intravenosos e hidratación por vena. En la pancreatitis crónica, el tratamiento es analgésico y se administran fármacos que ayuden a que las enzimas pancreáticas realicen adecuadamente su función. Hay que tener en cuenta que, en estos casos, con cada brote habrá más daños que irán limitando el funcionamiento del páncreas. Pruebas complementarias del tratamiento de la pancreatitis Para el diagnóstico y tratamiento de la pancreatitis es necesario realizar pruebas como: análisis de sangre para detectar niveles elevados de enzimas pancreáticas, tomografía computarizada para detectar cálculos biliares, ecografía abdominal para detectar cálculos biliares e inflamación del páncreas , o resonancia magnética para detectar anomalías en la vesícula, el páncreas y los conductos. Factores desencadenantes de la pancreatitis No se conoce un factor específico que pueda desencadenar este trastorno. Factores de riesgo de la pancreatitis Entre los factores que aumentan el riesgo de tener pancreatitis están: alcoholismo, cálculos biliares, ciertos medicamentos, fibrosis quística, antecedentes familiares de pancreatitis, niveles altos de calcio en la sangre, niveles altos de triglicéridos en la sangre , cáncer de páncreas, tabaquismo, sobrepeso y obesidad. Complicaciones de la pancreatitis Las complicaciones de la pancreatitis incluyen: Pseudoquistes. Insuficiencia renal . Problemas respiratorios . Diabetes. Desnutrición. Cáncer de páncreas . Prevención de la pancreatitis Para prevenir la pancreatitis es necesario: Evitar el sobrepeso . No tomar alcohol . Evitar el consumo de tabaco . Especialidades a las que pertenece la pancreatitis La pancreatitis pertenece a la especialidad de gastroenterología. La gastroenterología es la parte de la medicina que se ocupa del estómago y los intestinos y sus enfermedades, así como del resto de los órganos del aparato digestivo. Preguntas frecuentes ¿Cuál es la función del páncreas? El páncreas  es el encargado de fabricar jugos digestivos o enzimas, que ayudan a descomponer los alimentos en la parte superior del intestino delgado. El páncreas también es el encargado de producir insulina y glucagón, dos hormonas que ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre, la principal fuente de energía del organismo. ¿Por qué se inflama el bazo? El bazo se puede inflamar debido a muchas enfermedades , como infecciones, enfermedad hepática y algunos tipos de cáncer que pueden causar un aumento de tamaño del bazo. ¿Cuál es la función del bazo? El bazo forma parte del sistema linfático , que combate las infecciones y mantiene el equilibrio de los líquidos del cuerpo. Contiene los glóbulos blancos que luchan contra los gérmenes. El bazo también ayuda a controlar la cantidad de sangre del organismo y destruye las células envejecidas y dañadas. ¿Qué pasa si se rompe el bazo? Al romperse el bazo se produce un sangrado de este órgano, con lo consiguiente se produce una hemorragia interna. En algunas ocasiones, en el momento del traumatismo puede no ocurrir una rotura completa del bazo, si no una laceración o una rotura pequeña que produzca un pequeño sangrado. Existen otras causas de rotura de bazo aparte del traumatismo; esto puede ocurrir en enfermedades que produzcan una inflamación importante del bazo, de manera que se rompa la membrana que lo rodea, y por consiguiente aparece su hemorragia.