La bursitis de rodilla es una afección consistente en la inflamación de la bolsa que contiene el líquido sinovial (llamada bursa), localizada en la articulación de la rodilla. La bursa sirve para amortiguar y evitar la fricción de la articulación.También es conocida como bursitis rotuliana, rodilla de corredor, rodilla de ama de casa, de beata o rodilla de la criada. La bursitis es una patología común leve, que se da con más frecuencia en personas de edad media que realizan actividades continuas con apoyo o uso directo de las rodillas, como por ejemplo, los deportistas de atletismo. Cualquier bolsa de la rodilla puede inflamarse, pero sucede con mayor frecuencia en la parte interior e inferior de la rodilla y sobre la rótula.
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Los tipos de bursitis se clasifican en aguda, referida a una sintomatología que aparece de repente y es caracterizada por dolor y enrojecimiento en la zona de la articulación, generalmente es ocasionada por una lesión, y crónica, como consecuencia de bursitis reincidentes o mal curadas.
La bursitis de rodilla puede clasificarse también por su localización en cualquiera de sus bolsas: prerrotuliana (situada delante de la rótula), infrarrotuliana profunda (localizada entre el tendón rotuliano y la grasa infrapatelar), la del semimembranoso (en el lado medial de la rodilla) y la de la pata de ganso (está en la parte interna de la rodilla).
Las causas de la bursitis de la rodilla pueden ser:
Los síntomas presentados en una bursitis de rodilla son: dolor articular intenso, rigidez, limitación del movimiento de la rodilla, calor y enrojecimiento de la zona, hinchazón y, en algunos casos, se puede presentar hematoma y fiebre.
El tratamiento de la bursitis de rodilla depende de la causa que la ha ocasionado, pero a menudo se trata mediante crioterapia, aplicando frío o hielo local (nunca directo) durante 15 minutos y 3 ó 4 veces al día, para frenar la inflamación.
Si la bursitis es causada por una sobrecarga, se tratará con reposo y aplicación de frío.
Si es originada por obesidad del paciente, se requerirá la bajada de peso mediante un control dietético.
Complementariamente al tratamiento, se suelen prescribir medicamentos analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos para reducir el dolor y la inflamación, o antibióticos en caso de ser causada por una infección. Si la bursa está infectada, previamente se extrae el líquido sinovial.
La utilización de rodilleras o vendas compresivas son adecuadas para reducir la hinchazón y, usar algunos dispositivos como un bastón o muleta, pueden ayudar al enfermo a aliviar presión sobre las rodillas.
Otros tratamientos adecuados pueden ser la fisioterapia manual, el análisis y la corrección postural, la realización de ejercicios de rehabilitación y fortalecimiento de los músculos de las piernas, la infiltración de cortisona local, la terapia con láser, o mediante ultrasonidos.
Si los tratamientos anteriormente citados no funcionan, se pueden requerir tratamientos quirúrgicos como la extirpación de la bolsa.
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El médico suele determinar un diagnóstico de bursitis de rodilla mediante la exploración física del paciente, pero a veces puede sospechar complicaciones o lesiones y requerir pruebas complementarias para confirmarlo. Estas pruebas pueden ser: una radiografía, para verificar la ausencia de fracturas u otro trastorno del hueso, una ecografía músculo-esquelética o una resonancia magnética. También puede resultar preciso hacer un análisis en el laboratorio del líquido sinovial de la bursa afectada.
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Existen algunos factores que pueden desencadenar la bursitis de rodilla, como una mala postura o un mal movimiento, enfermedades reumáticas como la artritis o la gota, o metabólicas como la diabetes, una desalineación en la articulación, o una degeneración del cartílago (condromalacia rotuliana).
Son factores de riesgo de la bursitis de rodilla el padecer sobrepeso, trabajar largos períodos de tiempo arrodillado como puede ser en profesiones de jardinería, instalaciones o carpintería, y el practicar deportes de contacto o con riesgo de caídas como lucha libre, running, fútbol, voleibol o rugby.
Existen ciertas complicaciones que pueden darse en una bursitis de rodilla:
Algunas medidas útiles de prevención de la bursitis de rodilla son:
La bursitis de rodilla pertenece a la especialidad de reumatología, no obstante, en la mayoría de casos la puede tratar el médico de familia, el fisioterapeuta o el traumatólogo.
La bursa es una bolsa de tejido llena de líquido sinovial y localizada en zonas con puntos de roce como músculos, tendones o huesos. La bursa sirve de amortiguador para evitar la fricción de las articulaciones y facilitar sus movimientos.
La bursitis se produce al hacer un uso excesivo de la articulación, realizando movimientos repetitivos y frecuentes, haciendo algún sobreesfuerzo o recibiendo un golpe, entre otras posibles causas.
La bursitis es más frecuente en hombros, codos, muñecas, cadera, rodillas y talones, dado que son las articulaciones que más se mueven durante el día a día.
La sinovitis es la inflamación de la membrana que contiene el líquido sinovial, es la encargada de proteger la articulación de la rodilla.
El líquido sinovial o sinovia es un líquido claro y viscoso localizado dentro de las cápsulas articulares, actúa como lubricante de la articulación para reducir fricciones y facilitar su movilidad.
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