La urea es una sustancia natural que se forma por la degradación de las proteínas. Es la forma en la que el organismo transforma el nitrógeno residual en una sustancia soluble para poder excretarlo por la orina.
Cuando está elevado en sangre puede ser debido a una patología renal o a enfermedades que promueven una excesiva degradación de las proteínas musculares.
La urea es el principal residuo que se produce con la degradación de las proteínas. Se relaciona directamente con la cantidad de proteínas presentes en la dieta y con las que se descomponen del propio cuerpo, principalmente de la masa muscular.
La urea es producida fundamentalmente en el hígado, mientras que los riñones son los encargados de eliminar la urea de la sangre a través de la orina.
Cuando existe algún problema renal puede verse comprometida la eliminación de la urea y su concentración aumenta en la sangre.
Pueden considerarse valores normales de urea en sangre los siguientes:
Como sucede con los productos del metabolismo, la acumulación de la urea puede ser indicativa de diversas enfermedades. Su nivel aumentado se debe, principalmente a una disminución de su eliminación, aunque también puede ser debido a un aumento de su producción.
Las causas de elevación de la uremia o urea en sangre incluyen:
La principal causa de elevación de la urea es la insuficiencia renal. Esta puede tener lugar por patología renal, deshidratación, infección, etc. Una insuficiencia renal grave produce la acumulación de toxinas que puede dar lugar al conoció como síndrome urémico.
Este se caracterizaría por la afectación de múltiples funciones fisiológicas en el sistema nervioso central, produciendo temblores, letargia y deterioro cognitivo. En el sistema cardiovascular produce pericarditis urémica fibrosante, hipertensión, aterosclerosis y calcificación, entre otros síntomas. En el sistema endocrino provoca hiperparatiroidismo y baja absorción de calcio, entre otras consecuencias. En el sistema hematológico, pueden provocar anemia y alteraciones de la coagulación. También puede afectar a otros sistemas del organismo como el inmunológico.
La concentración de urea en sangre puede variar en función de la dieta. De este modo, los valores de urea pueden incrementarse con la ingesta de proteínas. Por otro lado, la urea se relaciona inversamente con el grado de hidratación.
Otros factores que pueden influir elevando los valores de urea en sangre son el estrés, los glucocorticoides y las hormonas tiroideas.
Por el contrario, las causas que pueden llevar a presentar valores bajos de urea incluyen situaciones como el embarazo, los andrógenos, la hormona de crecimiento, una alimentación muy deficiente y patologías como la acromegalia.
También puede encontrarse más elevada la urea en sangre por una mayor producción. Principalmente, esta se producen por patologías que causan la destrucción de células, como sangrados digestivos, anemias hemolíticas o quemaduras extensas.
El tratamiento para los casos de urea alta debe estar enfocado a resolver la causa que la provoca en cada caso.
Si hay un deterioro de la función renal grave, la hemodiálisis puede permitir el filtrando de los productos tóxicos acumulados en la sangre, incluyendo la urea.
En el laboratorio, el análisis de la urea sanguínea es una petición rutinaria de la bioquímica en sangre. Puede expresarse en forma de urea o de nitrógeno ureico en sangre (BUN).
Específicamente, la determinación de urea en sangre se realiza para valorar el funcionamiento de los riñones e indagar sobre la presencia o evolución de las enfermedades renales.
La prueba se realiza a partir de una muestra de sangre obtenida por extracción.
Para realizar este análisis no se necesita estar en ayunas.
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La prueba de la urea en sangre se utiliza, principalmente, junto a la creatinina para evaluar la función renal y para el seguimiento de pacientes con disfunción o fallo renal.
El sangrado digestivo alto también puede producir esta condición, aunque la mayoría de las veces se acompañará de anemia.
Los niveles de urea elevados en sangre pueden provocar síntomas como temblores, letargia, sabor metálico y amargo en la boca, pericarditis, hipotermia e hipotensión.
Estos síntomas se pueden producir cuando los niveles de urea aumentan de manera brusca.
Para una correcta disminución de los niveles de urea es necesario mantener una hidratación adecuada para reducir los niveles en sangre.
Además, las dietas bajas en proteínas (principalmente las de origen animal), pueden ayudar a bajar estos niveles.
Los alimentos con alto contenido en proteínas pueden aumentar los niveles de urea en sangre. Estos incluyen la carne, pescado, huevos, lácteos y legumbres.