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Tratamiento y Dieta para la Diverticulitis

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La dieta tiene un papel fundamental en el tratamiento de la diverticulitis, y consumir abundantes alimentos ricos en fibra es la mejor prevención para evitar su aparición.

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En la diverticulosis o fase asintomática la ingestión de fibra dietética se contempla como una medida coadyuvante al tratamiento.

¿De qué hablamos?

Cuando hablamos de enfermedad diverticular o diverticulosis nos referimos a la presencia de divertículos en el tracto gastrointestinal, generalmente en el intestino grueso. Estos divertículos son protuberancias con forma de saco que se producen por un aumento en la presión interna de la pared del colon, provocando que las capas internas se hernien. Se sabe que cuantos menos alimentos ricos en fibra se consumen, existe más probabilidad de tener estreñimiento y ello conlleva que para realizar las deposiciones se haga más esfuerzo, aumentando así la presión en el colon y, como consecuencia, la formación de estas protuberancias. Seguir una dieta baja en fibra, compuesta en su mayoría de alimentos procesados, es su principal causa de aparición.

Los divertículos, en la mayoría de los casos, no suelen dar molestias o son asintomáticos, pero si se inflaman o infectan se produce una diverticulitis y requiere de atención médica urgente. La diverticulitis se caracteriza por síntomas como dolor abdominal intenso, fiebre y náuseas y, si es diagnosticada como leve sólo suele precisar reposo, cambios en la dieta y tratamiento con antibiótico. Sin embargo, puede complicarse y ser grave o aguda y, en estos casos, requerirá de cirugía.

¿Qué papel juega la dieta?

La dieta tiene un papel fundamental en la prevención y tratamiento de la diverticulitis. En una fase inicial, si es aguda o grave, se debe seguir una dieta absoluta para evitar el riesgo de perforación. Una vez se inicia la mejoría clínica, se puede iniciar con precaución una dieta pobre en residuo para disminuir al máximo el volumen fecal que pasa por la zona inflamada y así disminuir el dolor. Posteriormente se puede ir introduciendo la fibra según tolerancia personal, llegando a una alimentación lo más variada posible.

A continuación, encontrarás unas recomendaciones para seguir en las fases de brote e inflamación (diverticulitis):

  • Fraccionar la ingesta en comidas frecuentes y poco copiosas, entre cinco o seis tomas al día, para disminuir en lo posible el estímulo sobre el movimiento intestinal (peristaltismo).
  • Evitar aquellos alimentos que irritan la mucosa digestiva y producen aumento del peristaltismo: café, zumo de naranja, especies, picantes.
  • Evitar las temperaturas extremas ya que aumentan el movimiento intestinal.
  • Restringir alimentos ricos en fibra: verduras, frutas, legumbres, frutos y frutas secas y productos integrales (muesli, cereales integrales, pan integral, arroz integral…)
  • No ingerir alimentos con semillas o que contengan pepitas como pueden ser el higo, las uvas y el kiwi, ya que pueden ubicarse en el divertículo e inflamarlo.
  • Preferir la fruta cocida o al horno sin piel, en almíbar sin el jugo o bien en forma de zumos colados no ácidos y sin azúcar. Probar alimentos que contienen pectina (fibra soluble con efecto astringente): manzana rallada y oscurecida (ligeramente oxidada), pera cocida, patata hervida «chafada» o en forma de puré, membrillo, plátano maduro, albaricoque.
  • Consumir las carnes y aves sin piel ni grasa visible. Preferir los cortes magros.
  • Preferir el pescado blanco al azul, ya que tiene menos grasa.
  • Evitar la bollería y la repostería.
  • Evitar alimentos grasos como aguacate, aceituna y frutos secos.
  • Evitar técnicas grasas como rebozados, empanados, guisos y fritos.
  • Restringir los condimentos irritativos de la mucosa intestinal como: vinagre, café, chocolate, pimienta, pimentón y guindilla.
  • Evitar el consumo de alcohol.
  • Moderar el uso de sal y azúcar.

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En la siguiente tabla se especifica qué alimentos son los más aconsejados y cuáles se deben evitar para la elaboración de una dieta pobre en residuo.

ALIMENTOS

PERMITIDOS

A EVITAR

Lácteos

y derivados

Yogur desnatado, queso fresco bajo en grasa, leche desnatada (excepto si hay déficit de lactasa).

Leche y resto de lácteos cremosos o enteros.

Cereales

y tubérculos

Pan blanco, cereales dextrinados, sémola, arroz, pasta, tapioca y patata sin piel.

Pan integral y cereales integrales, arroz integral, salvado (galletas integrales, pasta integral, etc.)

Legumbres

y frutos secos

Ninguno.

Legumbres en general.

Frutos secos en general.

Verduras

y hortalizas

Caldos vegetales colados.

Cuando se inicia la introducción, según tolerancia. Empezar por: zanahoria pelada, calabacín sin piel y puntas de espárrago. Siempre cocidas.

Todas las verduras y hortalizas:

Las últimas a introducir una vez acaba el episodio:

Verduras fibrosas (col, rábanos, lechuga, apio, brécol, escarola nabos)

Fruta

Zumos de fruta licuados.

Cuando se inicia la introducición, según tolerancia. Empezar por: fruta cocida y sin piel como: manzana, pera, membrillo, o plátano maduro.

Todas las frutas:

las últimas a introducir una vez acaba el episodio: Frutas fibrosas (frambuesa, mora, ciruelas, higos), ácidas y todas las pieles de las frutas.

Carne, pescado

y huevos

Carne magra no fibrosa, picada o bien cocinada (ternera, lomo de cerdo, pollo, pavo, conejo).

Pescado blanco.

Huevos.

Carne dura y fibrosa (con cartílagos) (ternera, cordero, cerdo) pescado azul. Embutidos y paté.

Grasas

y aceites

En cantidades limitadas aceites vegetales, preferiblemente aceite de oliva, margarina y mantequilla.

En cantidades importantes.

Mayonesa y derivados.

Postres

y dulces

Gelatinas sin azúcar y galletas tipo “María” no integrales.

Aquellos que están hechos con harina integral o cereales integrales o frutos secos.

Bebidas

Agua e infusiones.

Café, té, bebidas carbonatadas y

alcohólicas.

Otros

Sal, azúcar.

Hierbas aromáticas.

Platos precocinados, salsas

comerciales y especias.


Nota: con respecto a la introducción de alguna verdura o fruta en la dieta, priorizar las indicaciones del médico. En una dieta pobre en residuo estricta sólo se podrían tomar caldos vegetales colados y zumos de fruta licuados.

En la diverticulosis o fase asintomática la ingestión de fibra dietética se contempla como una medida coadyuvante al tratamiento. No obstante, como medida de prevención se deben desaconsejar alimentos que contengan semillas que no puedan ser digeridas completamente en la parte superior del tracto gastrointestinal, puesto que el residuo podría alojarse dentro de un divertículo favoreciendo la aparición de diverticulitis aguda. Así pues, se desaconseja la ingesta de semillas no trituradas o alimentos que contengan pepitas o semillas, excepto que estas se eliminen antes de la ingesta (por ejemplo, pimientos, tomates, kiwis, uvas…).

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