El sol tiene un efecto beneficioso sobre la salud, incluyendo la mejora del estado de ánimo y su participación en algunos procesos corporales, como la síntesis de vitamina D en la piel. Sin embargo, la excesiva exposición a los rayos solares puede provocar un envejecimiento precoz y aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel.
De este modo, independientemente del tipo de piel, es necesario utilizar siempre un protector solar. Su uso es imprescindible, aunque en ocasiones no sea suficiente para proteger la piel de las quemaduras y, mucho menos, de un tumor maligno.
Para la prevención del melanoma −el tumor de piel más peligroso− se recomienda resguardarse del sol, utilizando cremas solares que protejan frente a la radiación ultravioleta de la luz solar, no permanecer al sol durante largos períodos, especialmente durante las horas centrales del día y utilizar ropa que cubra la piel y gafas de sol en el exterior.
De este modo, algunos consejos para proteger la piel frente a la radiación del sol incluyen:
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FPS son las siglas de ‘factor de protección solar’. Está relacionado con el nivel de protección que la crema solar proporciona contra los rayos ultravioleta tipo B (UVB), la causa principal de las quemaduras de sol y el cáncer de piel. Cuanto más elevado es el FPS mayor es el nivel de protección. De este modo, el FPS indica el número de veces por el que se multiplica el tiempo que se puede permanecer al sol sin quemarse.
Los rayos ultravioleta tipo A (UVA) también contribuyen al cáncer de piel y a su envejecimiento prematuro. Los protectores solares de amplio espectro proporcionan protección frente a los UVA y UVB.
Dependiendo de cada tipo de piel o fototipo, existe una capacidad diferente para asimilar la radiación solar, relacionada con la tonalidad de la piel. De este modo, se pueden diferenciar 6 fototipos de piel:
Es recomendable volver a aplicar el protector solar al menos cada dos horas y si se producen baños, siempre después de estos.
Un FPS más alto permite un tiempo de exposición al sol más alto. Por otro lado, hay que tener en cuenta que un FPS de 20 bloquea el 95% de los rayos UVB y un FPS de 50 bloquea el 98% de los rayos UVB. Con lo cual, y en un sentido práctico, es casi más importante aplicar el filtro solar de forma adecuada, es decir la cantidad suficiente y repetir su aplicación frecuentemente sobre todo en casos en que se sude mucho.
La naturaleza y características de los protectores solares pueden variar diferenciándose entre bloqueadores o pantallas y filtros químicos. De este modo, se pueden encontrar diferencias entre pantalla solar y protector solar que puede determinar que debamos elegir uno u otro.
Los bloqueadores o pantallas solares reflejan la radiación ultravioleta del sol (UV A y B) en la piel, impidiendo que penetren en la dermis. Se trata de un protector solar físico basado en la utilización de partículas de óxido de titanio, óxido de zinc o diferentes mezclas de ingredientes activos. Su consistencia es más espesa y opaca y se puede apreciar su rastro en la piel después de la aplicación.
Por el contrario, los protectores solares más habituales en la actualidad absorben los rayos ultravioleta de forma química, resultando más estéticos y recomendables para su uso diario.
Cuando existe alergia a algún componente de los protectores solares, las pantallas físicas tienden a ser más tolerables que los filtros químicos.
En cualquier caso, es fundamental utilizar protectores solares cuando vamos a exponer la piel a la radiación solar, especialmente si esto sucede durante periodos prolongados.