Hiperestesia significa literalmente “aumento de percepción sensitiva” y se utiliza para describir el síntoma que aparece ante el aumento de la sensibilidad a un estímulo, incluyendo las sensaciones dolorosas. Más específicamente, suele utilizarse para referirse a una mayor sensibilidad de la piel, incluyendo reacciones dolorosas al tacto y a la temperatura. Es por ello que muchos pacientes acuden al Dermatólogo para encontrar las causas y la manera de hacer frente a la hiperestesia.
La hiperestesia es un síntoma en el que se produce un trastorno de la percepción y una distorsión sensorial por el aumento de la intensidad de las sensaciones. De este modo, incluso los estímulos de baja intensidad como el roce de la ropa sobre la piel se perciben de forma anormalmente intensa.
En general, las personas que padecen hiperestesia experimentan la mayoría de sensaciones desagradables a través del tacto, aunque existen casos en que también se ven afectados los sentidos de la vista y la audición.
El sistema nervioso es el encargado de regular la capacidad de percepción, tanto el central como el periférico. De este modo, un estímulo da lugar a la generación de una sensación que puede estar distorsionada por diferentes motivos.
La hiperestesia se incluye como síntoma común dentro del dolor neuropático, es decir, el dolor causado por una lesión o enfermedad del sistema somatosensorial.
Los tipos más frecuentes de hiperestesia son la alodinia y la hiperalgesia. La alodinia consiste en la aparición de dolor por un estímulo que en condiciones normales no provocaría una respuesta dolorosa (como sentir dolor a una caricia).
Por otro lado, la hiperalgesia es una respuesta dolorosa exagerada a un estímulo que generalmente causa dolor (como el dolor desproporcionado en la piel por un pequeño pellizco o un pinchazo).
Los síntomas de dolor neuropático, incluida la hiperestesia, se desarrollan por causa de una enfermedad o lesión del sistema nervioso que provoca un funcionamiento anormal del sistema somatosensorial. De este modo, las causas de la hiperestesia se pueden clasificar anatómicamente como de afectación central o periférica.
En la afectación central, las patologías causantes pueden incluir:
Las patologías que pueden causar una afectación periférica que provoque a su vez hiperestesia incluyen:
El tratamiento de la hiperestesia y otros síntomas de dolor neuropático en muchas ocasiones es un desafío difícil de afrontar. En cualquier caso, los mejores resultados se pueden lograr mediante un enfoque multidisciplinar. De este modo, un equipo de diferentes profesionales de la salud podría tratar las causas subyacentes, administrar los fármacos pertinentes, abordar las deficiencias funcionales, las manifestaciones físicas y brindar servicios de salud mental, si fuera necesario.
Para la neuropatía periférica, las causas tratables más comunes son la diabetes mellitus, el hipotiroidismo y las deficiencias nutricionales.
En cuanto al tratamiento farmacológico, algunos medicamentos pueden ser útiles para tratar las causas centrales y periféricas de la hiperestesia. De las opciones farmacológicas disponibles, los antidepresivos y los fármacos antiepilépticos son los más utilizados.
Como se ha dicho, la hiperestesia es un aumento de la sensibilidad que afecta principalmente a la piel. De este modo, la hipersensibilidad en la piel al tacto y también un aumento de la sensibilidad en zonas específicas como la sensibilidad en la cara al tacto son síntomas característicos.
La sensibilidad de la piel se cataloga como superficial y viene determinada por la información que perciben los receptores que hay a nivel cutáneo. Esta se contrapone a la sensibilidad de los órganos internos; y la propioceptiva, encargada de informar sobre los miembros, actitudes y movimientos corporales.
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Para la detección y diagnóstico de la hiperestesia se debe realizar una historia completa que, en la mayoría de los casos, debería ser suficiente.
Para indagar en las posibles causas, se debería realizar un examen neurológico completo además de un examen físico general. El primer paso debe ser determinar si la causa es periférica o central. Es esencial diagnosticar con precisión la causa de la hiperestesia para poder establecer el tratamiento adecuado.
Dentro de las pruebas médicas de rutina necesarias para el estudio de una hiperestesia periférica, debería incluirse un análisis de sangre que incluyera:
Además, en base a la sospecha clínica:
Otras pruebas que se pueden llevar a cabo incluyen el análisis de orina, pruebas para descartar síndromes paraneoplásicos, trastornos inflamatorios del sistema nervioso central y neuropatías, entre otras. Finalmente, se pueden llevar a cabo análisis del líquido cefalorraquídeo y pruebas genéticas.
En cuanto a las pruebas de diagnóstico por imagen, por lo general, no son necesarias para diagnosticar la hiperestesia, pero ayudan a diagnosticar afecciones específicas. De este modo, la tomografía computarizada y la resonancia magnética pueden ser útiles para diagnosticar la compresión de la raíz nerviosa, hernia de disco, mielopatía y tumores en el cerebro o la médula espinal.
Otra prueba que pueden ser útil es la electromiografía para identificar el tipo de neuropatía.
La COVID-19 provoca síntomas principalmente relacionados con el tracto respiratorio (incluyendo tos, problemas pulmonares y respiratorios, pérdida del olfato y del gusto, etc.). Sin embargo, la COVID-19 también puede causar daños y manifestaciones en otros órganos y sistemas del organismo, como los riñones, el sistema cardiovascular y el sistema nervioso central.
Además, se han podido documentar manifestaciones cutáneas asociadas a la COVID-19 − incluyendo la aparición de hiperestesia cutánea en pacientes que han padecido la infección por SARS-CoV-2, especialmente con la variante Ómicron− si bien no ha podido ser del todo demostrado que la infección sea la causa directa del aumento de sensibilidad.