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Fosfatasa Alcalina: ¿Hígado o Hueso?

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Como has supuesto bien, si hablamos de fosfatasa alcalina es porque también existe la fosfatasa ácida. Tan sólo una pincelada para diferenciar ambas.

  • La fosfatasa ácida es una enzima repartida por todo el organismo que tiene cinco isoenzimas. Las isoenzimas son moléculas o proteínas muy parecidas entre ellas (tan sólo difieren en alguna pequeña secuencia) que participan en el mismo proceso metabólico. La isoenzima de la fosfatasa ácida más relevante en nuestra práctica clínica es la específica de la próstata o isoenzima 2. Sus valores están muy elevados en pacientes con cáncer de próstata. Por tanto, se solicita tanto para el diagnóstico como para el estudio de extensión del tumor.  Nos ayudará en la monitorización de la respuesta al tratamiento.
  • La fosfatasa alcalina es un grupo de enzimas presentes en numerosos tejidos (hígado, hueso, riñón, intestino, placenta) y en células sanguíneas. Sus concentraciones más elevadas se observan en células óseas y hepáticas, por ello, concentraciones elevadas de fosfatasa alcalina en sangre suelen asociarse a trastornos hepáticos u óseos. Igual que en el caso de la fosfatasa ácida, posee diferentes isoenzimas en el organismo que identifican el origen.

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Algunos tipos de cáncer producen isoenzimas de la fosfatasa alcalina que se detectan en sangre.

En adelante abordaremos la fosfatasa alcalina

Algunos tipos de cáncer producen isoenzimas de la fosfatasa alcalina que se detectan en sangre. Es el caso de pulmón, testículo (seminoma), próstata, laringe, páncreas, estómago, y colon.

En condiciones normales los niveles sanguíneos de fosfatasa alcalina proceden, a partes iguales, del hígado y el hueso. Puede haber oscilaciones durante el embarazo y en las edades extremas de la vida así como durante el crecimiento (en niños y adolescentes es característico hallar concentraciones de fosfatasa alcalina aumentadas, debido a su crecimiento óseo).

Por tanto, los resultados de la determinación de la fosfatasa alcalina deben interpretarse de manera diferente en niños y adultos.

¿En qué situaciones podemos encontrar unas fosfatasas alcalinas elevadas?

En primer lugar, sospecharemos una alteración hepática u ósea, aunque pueden existir otras causas. Podemos diferenciar los distintos tipos de isoenzimas de fosfatasa alcalina producidos por el organismo para identificar su procedencia. Los síntomas y signos acompañantes pueden orientarnos sobre el origen óseo o hepático de un aumento de la fosfatasa alcalina.  Así mismo, al determinar la isoenzima especifica elevada podemos corroborar nuestra sospecha clínica.

Voy a mencionarte las principales causas de origen hepático que pueden ocasionar un aumento de fosfatasa alcalina: coledocolitiasis (presencia de cálculos en la vía biliar), tumor, pancreatitis crónica, quistes, divertículo duodenal, infección, colestasis (alteración en la excreción de la bilis), enfermedades metabólicas, cirrosis, hepatitis vírica, hepatitis alcohólica, etc.

  • De entre las principales causas de origen óseo podríamos mencionar cualquier situación que suponga una formación ósea excesiva: fracturas, tumores primarios y metastásicos, osteomielitis, enfermedad de Paget, osteomalacia, problemas hormonales, etc.
  • Otras causas no hepáticas ni óseas podrían ser:  el linfoma de Hodgkin, el infarto agudo de miocardio, la insuficiencia cardíaca congestiva, el infarto pulmonar, la colitis ulcerosa, la ingesta de algunos medicamentos (antigotosos, antidepresivos, antiepilépticos), etc.

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Si se detecta una elevación de fosfatasa alcalina…

Ante el hallazgo de una elevación de fosfatasa alcalina normalmente se descarta en primer lugar un origen hepático por lo que se solicita una analítica completa y una ecografía hepática. Si estas pruebas no nos permiten conocer si la causa es hepática u ósea, resulta de utilidad solicitar la determinación de las isoenzimas específicas de la fosfatasa alcalina.

El aumento de fosfatasa alcalina puede acompañarse de un aumento de los niveles de otras pruebas hepáticas como bilirrubina, aspartato aminotransferasa (AST) y alanina aminotransferasa (ALT). Si además la GGT también está aumentada, las probabilidades de que la causa sea hepática aumentan.

Los niveles de fosfatasa alcalina suelen interpretarse conjuntamente con los otros parámetros específicos del hígado. Por ejemplo, en caso de una hepatitis encontraremos la fosfatasa alcalina aumentada pero las transaminasas (AST y ALT) mucho más elevadas. Sin embargo, cuando existen obstrucciones de la vía biliar (por litiasis o piedras, por ejemplo) los aumentos de fosfatasa alcalina y de bilirrubina son muy superiores a los de las transaminasas. Ya sabes que existen otras muchas causas de elevación de fosfatasa alcalina como puede ser un cáncer de hígado.

Contrariamente, es posible que el aumento de fosfatasa alcalina sea de causa ósea en cuyo caso, muy probablemente, encontraremos el calcio y/o el fósforo alterados.

Enfermedad de Paget

Como hemos mencionado, una posible causa ósea sería la enfermedad de Paget que consiste en un trastorno metabólico que afecta a uno o varios huesos, fundamentalmente pelvis, vértebras, cráneo, fémur y tibia. Se caracteriza por un aumento inicial de destrucción ósea, seguido de un aumento de formación ósea compensatoria, dando lugar a un hueso aumentado de grosor y desorganizado, por tanto, más frágil que el sano. A pesar de que es una enfermedad asintomática en la mayoría de casos puede acompañarse de dolor óseo. Aparece generalmente a partir de los 50 años y es algo más frecuente en varones que en mujeres. Un porcentaje importante de pacientes son diagnosticados de forma casual al realizar una radiografía por otro motivo (donde se evidencia una calidad ósea alterada) o una analítica rutinaria donde se detecta la fosfatasa alcalina elevada (en este punto te quiero enfatizar, una vez más, la importancia de seguir los controles médicos rutinarios). Es interesante que sepas que una vez confirmado el diagnóstico seguimos haciendo determinaciones periódicas de fosfatasa alcalina para monitorizar la actividad de la enfermedad dado que la correlación es directa.

Como seguro habrás imaginado el tratamiento a realizar para normalizar el aumento de la fosfatasa alcalina debe ser el de la causa que origine dicho aumento (sea ósea, hepática u otra).

Por curiosidad, no lo hemos comentado antes, pero tienes que saber que también pueden observarse niveles disminuidos de fosfatasa alcalina en la analítica. En este caso pueden aparecer, por ejemplo, después de una transfusión sanguínea o de un by-pass cardíaco o por un déficit proteico. ¡Ahora ya sabemos interpretar una parte de la analítica sanguínea!

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