Una de cada tres mujeres sufre estreñimiento −o constipación− durante el embarazo. Se trata de una situación “normal”, con unas bases fisiológicas que lo justifican.
Sólo en el 10% de los casos se dan determinadas circunstancias que adquieren una relevancia suficiente que requiere de un tratamiento más consistente. Se incluyen aquí los casos en los que están presentes hemorroides, fístulas o desgarros, o cuando los días sin defecar son muy numerosos.
Durante el proceso del embarazo se dan una serie de factores que promueven la aparición del estreñimiento.
Puede estar relacionado con una disminución en la velocidad de tránsito a lo largo del tracto gastrointestinal, debido a una reducción de la motilidad, lo que puede determinar una mayor absorción de líquidos y electrolitos.
Estas modificaciones vienen dadas, principalmente, por los cambios hormonales que tienen lugar durante el embarazo. En este sentido, el aumento de los niveles de progesterona podría causar alteraciones en la motilidad intestinal provocando la debilidad de la fuerza propulsora de las heces. Por otro lado, la disminución en los niveles de otra hormona, la motilina, hace disminuir el movimiento del estómago y del intestino.
Otros factores que pueden contribuir a la aparición de constipación durante el embarazo incluyen:
Los síntomas de estreñimiento aparecen en 1/3 de las embarazadas. Suele ser más común en mujeres que ya han dado a luz alguna vez más que en primíparas.
Dentro de los síntomas que definen el diagnóstico del estreñimiento (presencia de 2 o más síntomas, en los últimos 6 meses) se encuentran:
El estreñimiento se suele considerar una situación normal e inherente al embarazo. De este modo, no se trata de una patología, sino de una consecuencia de los cambios fisiológicos que conlleva el embarazo. En ocasiones se trata, simplemente, de unos hábitos higiénico‐dietéticos inadecuados.
En cualquier caso, el tratamiento debe ser lo más natural posible, utilizando los fármacos para los casos en los que realmente sean necesarios.
Muchas veces suele ser suficiente con una alimentación correcta con un aporte adecuado de fibra y una ingesta de líquidos suficiente. La ingesta de líquidos debe realizarse mayoritariamente durante las comidas, fuera de ellas no tiene tanto efecto.
Además, también es importante mantener unos hábitos saludables, incluyendo el desempeño de actividad física regular, como caminar.
Dentro de los tratamientos farmacológicos para el estreñimiento durante el embarazo se incluyen:
Siempre debe ser el especialista en ginecología el encargado en indicar el tratamiento más adecuado en cada caso.
Durante el embarazo son habituales las situaciones tanto de diarrea como de estreñimiento. Para solucionarlas, se deben poner en marcha medidas generales como los cambios dietéticos.
La mayoría de las recomendaciones para evitar el estreñimiento en mujeres embarazadas son las mismas que para la población general, incluyendo: