Uno de los efectos que tiene el embarazo sobre la piel es el melasma, un aumento de pigmentación de origen hormonal.
Se define como melasma (o cloasma) a la aparición de manchas en la piel en la zona del rostro.
Se trata de manchas por aumento de producción de melanina en la epidermis y la dermis. Suelen aparecer durante el embarazo (entre el cuarto y el sexto mes) debido a los cambios hormonales que acompañan a esta situación. También suelen aparecer en el transcurso del tratamiento con anticonceptivos orales.
Se estima que hasta un 75 % de las mujeres embarazadas experimentará algún tipo de melasma gestacional.
Las manchas son de color marrón, asimétricas y de tamaño variable. Se sitúan en zonas con exposición a la luz como la frente, el bigote o los pómulos, si bien pueden aparecer también en los antebrazos, el escote o la espalda.
Las causas del melasma no son del todo conocidas, si bien parecen confluir diversos elementos en su aparición, incluyendo:
Los estrógenos femeninos aumenta la producción de melanina en la piel, siendo además estimulada por la radiación ultravioleta solar, que suele suponer la persistencia del cuadro después del parto.
Afecta más a las mujeres de piel morena, y cuando aparece a lo largo de un embarazo es más probable que vuelva a aparecer en embarazos posteriores.
Por otro lado, la exposición prolongada a la luz azul de las pantallas, en personas con predisposición, también puede ser causa de aparición de melasmas.
Las lesiones por hiperpigmentación no son fáciles de tratar. Para ello, se recomienda evitar los factores desencadenantes, en este caso la exposición al sol sin fotoprotección, además del uso de agentes tópicos despigmentantes.
Para el melasma del embarazo el tratamiento puede incluir diferentes despigmentantes tópicos como acido azelaico, alfahidroxiácidos como el ácido glicólico u otros agentes como antioxidantes tópicos. Es muy importante evitar durante el embarazo principios activos como el retinol o la hidroquinona.
En todos los casos es importante evitar tratamientos agresivos que causen inflamación ya que podrían empeorar las manchas. Muchas veces es conveniente realizar una combinación de tratamientos debido a la frecuencia con la que se producen recurrencias en este tipo de patología de la piel.
Finalmente, deberá ser el Dermatólogo el que determine el tratamiento más adecuado y valore la conveniencia de comenzarlo después del embarazo.
Cuando se establece un tratamiento para el melasma es muy importante la fotoprotección, evitando el sol directo y usando protectores para los rayos ultravioleta A y B, durante y después del tratamiento.
De este modo, para la prevención del melasma, se pueden recomendar algunas actuaciones:
Para solucionar los problemas de pigmentación como el melasma es recomendable consultar con un Dermatólogo.
Especialidad: Dermatólogo especialista en melasma, acné de la mujer adulta y rosácea.
Dermatólogo en Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga. Profesor en Máster de Medicina Estética de la Universidad de Málaga. Consulta privada presencial en Málaga capital y online para toda España.
Bibliografía