Las aneuploidías son anomalías cromosómicas que pueden determinar la aparición de diferentes síndromes congénitos. Los más habituales se pueden detectar mediante la realización de un test prenatal no invasivo.
Las aneuploidías son las alteraciones genéticas en las que el número de cromosomas no son los habituales, tanto por exceso como por defecto. De este modo, existen uno o más cromosomas adicionales o faltan uno o más cromosomas.
Cada célula del cuerpo humano contiene en su información genética 23 pares de cromosomas, es decir, 46 cromosomas. La mitad proviene de la madre y la otra mitad del padre. Los cromosomas contienen el material genético con la información necesaria para el correcto desarrollo y funcionamiento del organismo. Los pares de cromosomas del 1 al 22 se denominan autosomas (ADN autosómico) y el par 23 (XX en las mujeres y XY en los hombres) constituyen los cromosomas sexuales.
Las aneuploidías más comunes son las trisomías. En los nacidos vivos, las aneuploidías más frecuentes son el síndrome de Down (trisomía del cromosoma 21) y el síndrome de Klinefelter (trisomía del cromosoma sexual XXY).
La mayoría de estas alteraciones cromosómicas, incluyendo las aneuploidías, se producen durante la producción de los espermatozoides y óvulos. Si un óvulo o espermatozoide defectuoso participa en la fecundación, el embrión se verá afectado por la anomalía. Sin embargo, en la mayoría de los casos se producirá un aborto espontáneo, ya que la mayoría de las aneuploidías son incompatibles con la vida.
Desde un punto de vista teórico, las aneuploidías podrían incluir:
Las aneuploidías más frecuentes en humanos son las trisomías y monosomías:
El resto de las trisomías más comunes, como el síndrome de Edwards (trisomía 18) o el síndrome de Patau (trisomía 13), son incompatibles con la vida y presentan múltiples malformaciones detectables por ecografía. De este modo, el síndrome de Down es la aneuploidía más común causante de discapacidad en la que se enfoca el cribado durante el embarazo.
Las aneuploidías autosómicas compatibles con la vida dan lugar a síndromes genéticos con importantes consecuencias en el desarrollo del bebé. Se incluyen aquí:
Las aneuploidías de los cromosomas sexuales consisten en la presencia de alteraciones que pueden tener distintas consecuencias, incluyendo malformaciones, trastornos cognitivos y de crecimiento, así como problemas sexuales y de infertilidad.
Todavía no ha sido correctamente estudiado si los pacientes tienen más riesgo de que su descendencia, en el caso de que esta sea posible, también presente trisomía (especialmente, triple X o Klinefelter).
Las microdeleciones son pequeñas pérdidas de material genético que se asocian con graves problemas del desarrollo en el recién nacido. Incluyen el síndrome de DiGeorge, el síndrome de deleción 1p36, el síndrome de Cri-du-chat, el síndrome de Angelman y el síndrome de Prader-Willi.
El síndrome por microdeleción más frecuente es el de DiGeorge. En él está ausente un pequeño fragmento del cromosoma 22 (22q11.2), lo que acarrea múltiples alteraciones fetales como defectos cardíacos, anomalías en el paladar y la cara, retraso en el desarrollo e inmunodeficiencia, con infecciones frecuentes.
La triploidía es una alteración cromosómica en la que el feto tiene tres copias de cada cromosoma en lugar de dos (69 cromosomas y no 46). Normalmente se produce cuando dos espermatozoides fertilizan un óvulo, pero también puede ocurrir cuando un óvulo diploide es fertilizado por un espermatozoide, o bien en casos en los que un espermatozoide diploide fertiliza un óvulo. Las triploidías no son compatibles con la vida.
Para el diagnóstico prenatal de las anomalías genéticas más comunes se requiere la obtención de material genético del feto mediante una técnica invasiva como la amniocentesis o la biopsia corial. Se trata de pruebas que llevan asociado un riesgo de pérdida gestacional, por lo que no se recomiendan de forma indiscriminada a todas las mujeres embarazadas. Este tipo de pruebas invasivas están indicadas ante un resultado de alto riesgo en un test prenatal no invasivo o en el cribado combinado de primer trimestre que se realiza de forma generalizada en la semana 12 de gestación.
Sin embargo, gracias a que el ADN del feto circula por el torrente sanguíneo de la madre durante el embarazo y el avance de técnicas genéticas, a partir de una muestra de sangre materna se puede analizar el ADN libre del feto para detectar posibles anomalías cromosómicas.
Los test prenatales no invasivos permiten comprobar el estado del bebé antes de su nacimiento e identificar posibles aneuploidías, así como conocer el sexo fetal.