El ácido hialurónico es una sustancia producida de forma natural por nuestro cuerpo. Forma parte del tejido que da sostén al resto de células. Entre sus propiedades químicas destaca su alta capacidad para retener agua (hasta 1.000 veces su peso) y estimular la generación de colágeno. Esta capácidad de hidratación hace que el ácido hialurónico se utilice desde hace años en el campo de la medicina estética y la cosmética, ya que nos ayuda a mantener una piel suave, elástica e hidrtada. Además, ya que estos tratamientos no tienen contraindicación en verano hace que sea muy demanadado en esta época del año.
Por sus características y propiedades, los beneficios del ácido hialurónico para la piel han hecho que se utilice en dermatología y medicina estética para realizar tratamientos de «rejuvenecimiento facial», ya que nos permite corregir y mejorar múltiples imperfecciones asociadas a la edad, como las arrugas, ojeras, pérdida de volumen, etc. Esta sustancia se aplica mediante inyecciones en la zona a tratar.
Este tratamiento puede tener efectos adversos y reacciones en la zona tratada, sin embargo es un procedimiento seguro si se lleva a cabo por un médico titulado. Al ser una sustancia de origen natural, se reabsorbe con el tiempo y tienen efectos de duracion limitada.
También se puede aplicar ácido hialurónico en diferentes preparados o cremas para favorecer la curación de úlceras y para mejorar la hidratación de la piel.
Dentro de los diferentes tipos de compuestos con ácido hialurónico se pueden encontrar:
Los tratamientos con ácido hialurónico infiltrado sufren un proceso de evolución con el tiempo. Al igual que el ácido hialurónico que produce nuestro cuerpo, esta sustancia se va absorbiendo progresivamente por nuestro organismo y, por tanto, va desapareciendo.
Aunque las infiltraciones no son molestas, se busca realizar el menor número posible de sesiones, para la mayor comodidad del paciente. La permanencia y el efecto del ácido hialurónico infiltrado puede depender de muchos factores, incluyendo la edad del paciente, la zona de tratamiento, el tipo de ácido hialurónico, hábitos de vida y de alimentación, metabolismo, etc. En cualquier caso, el efecto de hidratación y relleno puede variar desde un mínimo de 6 meses hasta los 12 meses.
Es recomendable revisar periódicamente las zonas de tratamiento, para valorar si es necesario realizar una nueva infiltración con ácido hialurónico.
No existe una edad universal para utilizar el ácido hialurónico. Cada persona es diferente y envejece de una forma distinta, e incluso en pacientes jóvenes puede haber situaciones en las que esté indicado para corregir imperfecciones, y no solo rejuvenecer. De este modo, no existe una edad determinada para que las líneas de expresión comiencen a aparecer y diversos factores pueden influir en la perdida de ácido hialurónico y el envejecimiento de la piel.
En cualquier caso, lo ideal es comenzar a cuidar la piel desde edades tempranas, manteniendo una correcta rutina diaria de higiene y prevención.
Cada paciente requiere de un tratamiento individualizado en función de sus características y situación de inicio. De este modo, la reabsorción que se produzca del ácido hialurónico infiltrado dependerá de cada caso. El tabaco, alcohol, el ejercicio físico y la alimentación pueden afectar a la manera como nuestro cuerpo reabsorbe el ácido hialurónico.
Una vida activa físicamente, una alimentación equilibrada, controlar los tóxicos, junto con unos hábitos de descanso adecuados y una correcta protección solar pueden ayudar a retrasar el envejecimiento de la piel y mejorar su funcionamiento y su aspecto.
En cualquier caso, nunca está de más atender a unos hábitos de vida saludables que pueden favorecer un mejor estado de salud, incluyendo la salud de la piel.
No existe un límite para la aplicación del ácido hialurónico. En cualquier caso, deberá ser el especialista en medicina estética el que recomiende su aplicación y las veces que puede estar indicado en cada caso su reutilización.