Es normal encontrarnos con personas que realizan pequeños gestos nerviosos sin darse cuenta. Hablamos de tics nerviosos para referirnos a esos movimientos que pueden aparecer a causa de nuestro nivel de estrés o nerviosismo. En este artículo abordamos qué es un tic nervioso, los diferentes tipos que existen (simples y complejos), las posibles causas de los tics y cuál es el mejor tratamiento para evitarlos o corregirlos.
Un tic es un movimiento involuntario, repetitivo y rápido. Los tics nerviosos pueden manifestarse en diferentes partes del cuerpo como los ojos, la cara, los brazos, las piernas o incluso las cuerdas vocales. Estos movimientos pueden ser transitorios o crónicos y se asocian a menudo con el trastorno del tic o el síndrome de Tourette. En ocasiones, estos tic se desarrollan en momentos de estrés, ansiedad o tensión.
Estos son algunos ejemplos de tics nerviosos: parpadeos frecuentes, gestos faciales, movimientos rápidos de piernas o brazos o sonidos como gruñidos o carraspeo.
En cuanto a los tipos de tics, podemos agruparlos en dos categorías principales: tics motores y tics vocales que, a su vez, se dividen en simples (involucran unas pocas partes del cuerpo) o complejos (implican varias partes del cuerpo y pueden tener un patrón):
Exceptuando el síndrome de Tourette, que responde a factores genéticos, son muchas las causas de los tics nerviosos. No obstante, podemos destacar que las situaciones de estrés, ansiedad y tensión emocional son un gran desencadenante.
Entre las causas de los tics nerviosos podemos analizar determinados factores ambientales y psicológicos que se asocian tanto a la aparición como al afianzamiento de los tics:
Antes de abordar el tratamiento de los tics nerviosos hay que investigar sus causas. En algunos casos, los tics pueden desaparecer por sí solos sin tratamiento. Sin embargo, si los tics son graves o persistentes pueden requerir tratamiento como la terapia conductual, terapia cognitivo-conductual o medicamentos prescritos por un profesional de la salud.
Prácticas como la relajación, meditación, practicar ejercicio físico o realizar cambios en el estilo de vida (alimentación equilibrada y reducir la exposición a situaciones estresantes) pueden ser muy útiles como tratamiento de los tics nerviosos transitorios.
Como empresario, es importante comprender los desafíos a los que se enfrentan las personas con tics nerviosos para así promover un ambiente laboral respetuoso y saludable y que este no sea un desencadenante. En Savia Empresas estamos comprometidos con tu salud y la de tu equipo, por eso ponemos a tu disposición videoconsultas de psicología. Infórmate sin compromiso en nuestra web.