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Cómo mejorar la circulación en las piernas

Fisioterapia en el Trabajo

¿Notas tus pies hinchados o quizá una sensación de hormigueo en las piernas? La causa de estos síntomas es la mala circulación (problemas que tiene la sangre para desplazarse por venas y arterias). Permanecer de pie o sentados durante demasiado tiempo puede derivar en problemas de circulación (enfermedades vasculares). Descubre en este post cómo puedes saber si tienes una mala circulación, cómo aliviar el dolor y qué ejercicios mejoran la circulación en las piernas.


Cómo mejorar la circulación en las piernas

 
 

Cómo saber si tienes una mala circulación


Los síntomas de una mala circulación pueden manifestarse de diversas maneras, aunque los más comunes pueden ser:


  • Aparición de varices y/o arañas vasculares.

  • Sensación de comezón o pesadez.

  • Sensación de hormigueo o entumecimiento.

  • Calambres musculares.

  • Hinchazón en los tobillos y pies.

  • Agotamiento y falta de rapidez en los movimientos.

  • Piel fría, seca, agrietada y escamosa.

  • Cambios en el color y la temperatura de la piel de las piernas.

  • Heridas que tardan en cicatrizar.

  • Grietas en los talones.
  •  

Estos síntomas pueden acentuarse al finalizar el día, sobre todo si has pasado mucho tiempo de pie (farmacéuticos, personal de seguridad, comercios…) o sentado en la misma posición (personas que trabajan en una oficina, por ejemplo).

 
 

Problemas de circulación en las piernas por largas jornadas laborales

 
Las largas jornadas laborales tanto de pie como sentados frente a un escritorio tienen un impacto significativo en la salud, concretamente en la circulación. Esa falta de movimiento dificulta el flujo de sangre en nuestras piernas, ocasionando problemas como: hinchazón de tobillos o pies, varices, edemas e incluso pueden derivar en una enfermedad venosa crónica.

 
 

Cómo aliviar el dolor en las piernas por mala circulación

 
Estas son algunas medidas que puedes aplicar para aliviar el dolor y mejorar la circulación en las piernas:


  • Evita estar mucho tiempo en la misma posición, ya sea de pie o sentado. Haz pausas frecuentes para estirar las piernas y caminar.

  • Intenta no cruzar las piernas cuando trabajes sentado.

  • Descansa elevando las piernas siempre que sea posible para mejorar el flujo sanguíneo. 

  • Utiliza medias de compresión para promover la circulación y reducir la hinchazón. 

  • Emplea un calzado cómodo, ancho, transpirable y con una suela con amortiguación.

  • Realiza ejercicio de manera regular para aumentar el flujo circulatorio fortaleciendo la pared de las venas.

  • Refresca tus piernas con agua fría y masajea de forma ascendente, desde el pie hasta la rodilla, para activar el riego.

  • Hidrátate correctamente y aliméntate de forma saludable (dieta baja en sal y rica en frutas y verduras).
  •  

Ejercicios para mejorar la circulación en las piernas


Existe una gran variedad de ejercicios para mejorar la circulación en las piernas. Estos son algunos ejemplos que puedes poner en práctica tanto en tu hogar como en tu puesto de trabajo:


  1. Eleva los talones: Separa los pies al ancho de los hombros. Levanta los talones del suelo, aguanta unos segundos y bájalos lentamente.

  2. Activa los gemelos: Colócate frente a una pared con las manos y apoya las manos en ella. Coloca un pie detrás del otro y dobla la pierna delantera hacia adelante, manteniendo la pierna trasera estirada. Mantén durante unos segundos y luego cambia de pierna.

  3. Camina de puntillas: Camina sobre los dedos de los pies manteniendo los talones elevados.

  4. “Pedalea”: Acuéstate boca arriba y simula el movimiento de pedalear en una bicicleta con las piernas en el aire.

  5. Rota tus tobillos: Siéntate o recuéstate y gira suavemente los tobillos en sentido horario y antihorario.

  6. Flexiona los pies: Siéntate en una silla con los pies apoyados en el suelo y levanta los dedos de los pies hacia arriba, manteniendo los talones en contacto con el suelo. Luego, baja los dedos de los pies hacia abajo.
  7.  

Es importante realizar estiramientos para mantener tus músculos flexibles y mejorar la circulación. Si experimentas dolor o malestar durante un tiempo prolongado, o incluso al realizar estos ejercicios, debes acudir a un profesional de la salud. En Savia Empresas contamos con un gran equipo de fisioterapeutas que te ayudarán a mejorar tu salud poniendo solución a los problemas de circulación de tus piernas. Infórmate en nuestra web sin compromiso.

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Dolor miofascial: causas, tratamientos y cómo aliviarlo
Conocer las causas y señales del dolor miofascial es el primer paso para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida, tanto diaria como laboral. Este malestar, que surge de tensiones acumuladas en los músculos y la fascia , puede limitar la movilidad y afectar a la productividad. En este artículo podrás descubrir qué es el dolor miofascial y cuáles son las técnicas de tratamiento más efectivas para un abordaje integral. ¿Qué es el dolor miofascial? El dolor miofascial , también denominado síndrome del dolor miofascial , es una molestia que se origina tanto en los músculos como en el tejido conectivo (fascia). Pero, ¿qué significa realmente este término? El prefijo “myo” se refiere a los músculos, mientras que la “fascia” conforma la capa de tejido conectivo que recubre y conecta las estructuras corporales. Este síndrome de dolor miofascial se produce con la activación de puntos gatillo (PGM) o « trigger points « , zonas hiper irritables en el músculo, por diversas razones: posturas prolongadas, estrés físico o emocional e incluso por la falta de descanso adecuado. Síntomas del síndrome miofascial El síndrome miofascial se manifiesta a través de una serie de síntomas característicos que, si se detectan a tiempo, pueden gestionarse de forma eficaz: Dolor profundo y constante que no desaparece o empeora. Dolor referido a otra zona (dolor diferido). Sensibilidad en puntos gatillo. Rigidez muscular debido a la tensión y falta de elasticidad en los músculos. Fatiga y dificultad para dormir a causa del dolor. Además de limitar la movilidad, el dolor miofascial suele manifestarse como dolor de hombro, dolor de espalda, dolor de cabeza tensional y dolor facial. Causas del dolor miofascial Es importante conocer las múltiples causas del dolor miofascial para abordar el problema desde su raíz y mejorar la calidad de vida de los empleados: Posturas inadecuadas : Pasar muchas horas frente al ordenador o en reuniones puede favorecer la aparición de puntos gatillo. Estrés y tensión emocional : El estrés laboral, además de afectar a la salud mental, provoca tensión en los músculos y favorece el dolor miofascial. Lesiones y sobreuso muscular : Actividades repetitivas o movimientos bruscos pueden dañar el tejido muscular y desencadenar el síndrome. Falta de actividad física : La inactividad o la práctica insuficiente de ejercicio pueden contribuir a la rigidez y debilidad muscular, aumentando el riesgo de desarrollar dolor miofascial. Una adecuada gestión de estos factores puede reducir significativamente la incidencia del síndrome miofascial. Aquellas empresas que invierten en ergonomía y en programas de bienestar observan una disminución en el absentismo y un aumento en la productividad . Técnicas de tratamiento para el dolor miofascial El tratamiento para el dolor miofascial incluye, por lo general, medicamentos (sujetos a prescripción médica), fisioterapia y actividad física: Fisioterapia : La intervención de un fisioterapeuta especializado es fundamental para identificar y tratar los puntos gatillo. Mediante técnicas manuales, masajes y estiramientos se busca descomprimir la tensión, mejorar la circulación y relajar la musculatura. Corrección postural : Asesorar a los empleados sobre la correcta ergonomía en el puesto de trabajo es una medida preventiva clave. Ejercicio físico : Si el dolor lo permite, un programa de ejercicios personalizados puede ayudar a mejorar la postura y prevenir recurrencias del dolor. Técnicas de relajación : La incorporación de actividades como yoga, meditación o técnicas de respiración contribuye a reducir la tensión muscular y el estrés. En conclusión, comprender qué es el dolor miofascial, reconocer los síntomas y conocer las causas es esencial para implementar estrategias eficaces de prevención y tratamiento. Con el apoyo de especialistas y programas de salud corporativos como los de Savia , es posible minimizar el impacto del síndrome miofascial y fomentar un ambiente de trabajo dinámico y saludable. Infórmate sin compromiso.

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