A la hora de potenciar el rendimiento personal y profesional son numerosas las estrategias que se presentan como aliadas. Sin embargo, una destaca frente al resto: el biohacking surge como una solución emergente para optimizar cuerpo y mente. Una promesa con base científica con la que alcanzar altos niveles de rendimiento y adaptabilidad. Pero, ¿qué es exactamente el biohacking? Descubre las distintas facetas de esta tendencia, desde su definición hasta sus aplicaciones en el ámbito empresarial.
El biohacking se refiere al uso de técnicas, herramientas y tecnologías para mejorar el rendimiento cognitivo, mental o físico. Desde pequeños cambios en la dieta hasta la integración de dispositivos tecnológicos, el objetivo del biohacking es hackear la biología para alcanzar su máximo potencial.
El biohacking puede llegar a tener un impacto positivo en la reducción del estrés y la mejora del rendimiento cognitivo en ambientes laborales exigentes.
El rendimiento físico es tan importante como el mental. A través del biohacking muscular es posible maximizar la fuerza, la resistencia y la recuperación, lo que contribuye a mantener un nivel de energía alto durante la jornada laboral.
Suplementos como la creatina y el magnesio han demostrado ser eficaces en la mejora del rendimiento muscular y la recuperación. En el caso de la creatina, esta no solo aumenta la fuerza, sino que también mejora la función cognitiva.
El entrenamiento de alta intensidad (HIIT, por sus siglas en inglés) se posiciona como una herramienta eficaz para mejorar el rendimiento físico en poco tiempo. Además, este tipo de entrenamiento libera endorfinas y mejora el estado de ánimo, lo que se traduce en una mayor productividad y menor nivel de estrés en el entorno laboral.
Elegir los alimentos adecuados mejora la salud física y la capacidad de concentración, convirtiéndose así en uno de los pilares fundamentales del biohacking. Para “hackear” nuestra salud a través de la alimentación, podemos recurrir a herramientas como la dieta cetogénica (keto) o el ayuno intermitente.
La dieta cetogénica es una de las más populares en el mundo del biohacking, ya que mejora la claridad mental y la resistencia al estrés. Al reducir al mínimo el consumo de carbohidratos y entrar en estado de cetosis, el cuerpo utiliza la grasa como fuente principal de energía.
A su vez, alternar periodos de ingesta de alimentos con periodos de ayuno, proporciona grandes beneficios para aquellos que, además de la pérdida de peso, buscan potenciar su metabolismo y la función cerebral.
La mente es el activo más valioso para cualquier líder empresarial. A través del biohacking mental es posible mejorar la concentración, la memoria y la resiliencia frente al estrés.
Los nootrópicos, también conocidos como “drogas inteligentes”, son sustancias que mejoran la función cognitiva. Entre ellos se encuentran tanto suplementos naturales como sintéticos, siendo los más comunes el ginseng, la L-teanina y la cafeína. Una poderosa herramienta para quienes buscan optimizar su memoria, creatividad y estado de alerta.
Practicar mindfulness y meditación a diario puede reducir significativamente los niveles de estrés y ansiedad, además de afinar la concentración y la toma de decisiones.
En un nivel más avanzado, el neurofeedback o biofeedback surge como una técnica que utiliza la tecnología para monitorear las ondas cerebrales y enseñar a la mente a funcionar de manera más eficiente. Aunque todavía no es una práctica ampliamente conocida en el ámbito empresarial, sus beneficios sobre la atención, la memoria y la ansiedad o depresión la convierten en una herramienta prometedora para el biohacking mental.
Adoptar el biohacking como estrategia integral es invertir en la mejora continua de la salud y el rendimiento y en un entorno laboral más productivo y saludable. Si quieres ayudar a tus empleados a optimizar cuerpo y mente, desde Savia Empresas podemos ayudarte a través de nuestros programas de bienestar. Tengas o no seguro médico y siempre con la garantía de MAPFRE. Infórmate sin compromiso.