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Sonda vesical: ¿Qué es y qué tipos existen?

Consulta de urología

La sonda vesical siempre debe ser colocada por personal sanitario cualificado y debe ser prescrita por un médico especialista en medicina de familia, medicina interna o urología.

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La sonda vesical sirve para ayudar a drenar la vejiga y expulsar la orina que se almacena en ella. Se utiliza en diversas situaciones clínicas y en diferentes tipos de pacientes. Es una técnica invasiva, donde se introduce una sonda a través del meato urinario hasta la vejiga.



Sonda vesical: ¿Qué es y qué tipos existen?

¿Qué es una sonda vesical?

La sonda vesical es un tubo elástico y fino que se introduce hasta la vejiga con el fin de establecer una vía de drenaje hasta el exterior con fines terapéuticos o diagnósticos. En función de las características del paciente y del fin terapéutico se pueden encontrar diferentes tipos de sondas.



Tipos de sondas vesicales

Existen diversos tipos de sondas destinadas a diferentes indicaciones clínicas y diferentes duraciones del sondaje.

Según el tiempo de permanencia,  la sonda puede ser:

  • Sonda permanente. La sonda se deja introducida durante un periodo de tiempo variable que puede llegar a ser superior a los 30 días.

  • Sonda intermitente o evacuador. El catéter se retira en cuanto se ha vaciado la vejiga de orina.

Según su composición la sonda puede ser de:

  • Silicona. Presenta la mayor biocompatibilidad y mayor calibre funcional. Son las más finas y mejor toleradas. Es la más adecuada para el sondaje permanente.

  • PVC (cloruro de polivinilo). Es un material más rígido. Se emplea en cateterismos intermitentes.

  • Látex. Pueden producir estrechamiento uretral, por lo que cada vez se utilizan menos. Su duración puede ser hasta 45 días.

Las sondas también pueden variar según el calibre. Para ello se utiliza la escala de Charriere. Una unidad o CH equivale a 0,33 mm. Los calibres disponibles se escalonan de dos en dos. En la elección del calibre de la sonda se tendrá en cuenta el diámetro de la uretra. Las medidas más habitualmente empleadas son los siguientes:

  • La sonda vesical femenina suele presentar un calibre de CH 14-16.

  • En la sonda vesical masculina el calibre suele ser de CH 16-18-20-22.


La longitud varía dependiendo del tamaño de la uretra (varón, mujer o niños) y del propósito del cateterismo y se expresa en centímetros o en pulgadas (una pulgada equivale a 25 mm). La longitud más habitual suele ser 41 cm.

Por otro lado, existen diversos tipos de sonda en función de la forma de la punta, que vendrá determinada por las circunstancias del paciente:

  • Dufour. Punta curva y con amplio orificio. Se usa para lavados vesicales con coágulos y orina con sangre.

  • Tiemann. Punta curva y redondeada. Para pacientes prostáticos, estenosis de uretra o dificultad de vaciado uretral.

  • Couvelaire. Punta biselada o en pico de flauta. Facilita el drenaje en pacientes con hematuria y/o para mantener un circuito de lavado.

  • Foley. Sondas rectas y con 2 o 3 luces. Flexibles con punta redondeada. Pueden ser de látex o silicona. Son las más utilizadas en general, para vaciado de vejiga y sondajes permanentes.

  • Mercier. Punta acodada. Para pacientes prostáticos y estenosis de uretra.

  • Sonda intermitente (Robinson, Nelaton). Existen distintos tamaños. Son catéteres rectos y semirrígidos. Se usa para vaciar la vejiga o la recogida de muestras.

Finalmente, el sistema de drenaje de la orina que se utiliza junto con la sonda puede ser:

  • Drenaje abierto. Precisa desconectar la sonda de la bolsa para realizar un vaciado o el cambio de la bolsa.

  • Drenaje cerrado. La sonda no se desconecta de la bolsa, ya que esta dispone de una llave o grifo. Es el más completo y seguro, ya que dispone de varios mecanismos que evitan la contaminación bacteriana.


¿Cuándo se utilizan las sondas vesicales?

Las indicaciones para la utilización de una sonda vesical pueden ser muy variadas, incluyendo:

  • Manejo de la retención aguda de orina.

  • Evaluación y control de la diuresis.

  • Tratamiento intraoperatorio y postoperatorio de intervenciones quirúrgicas prolongadas o en pacientes de riesgo previsible de retención de orina.

  • Para favorecer la cicatrización de heridas o escaras en pacientes con incontinencia.

  • Pacientes con inmovilización prolongada.

  • Para la mejora del confort en cuidados paliativos.

  • Tratamiento de algunos pacientes con vejiga neurógena.

  • Administración de terapias endovesicales.

  • Postoperatorio de algunas cirugías (uretra, próstata y vejiga).

  • Fístulas vesicales y rotura vesical extraperitoneal.

  • Hematuria de origen vesicoprostático en pacientes que requieran lavados vesicales continuos.

Además, el sondaje intermitente se debe emplear para:

  • Aliviar de forma inmediata la distensión vesical aguda.

  • Obtener una muestra de orina en pacientes con incontinencia.

  • Administración de fármacos (quimioterapia vesical, contraste radiológico, etc.).

  • Medir el volumen residual postmiccional.


Las contraindicaciones son las siguientes:

  • Prostatitis aguda.

  • Uretritis aguda y abscesos periuretrales.

  • Estenosis o rigidez uretral.

  • Sospecha de rotura uretral traumática.

  • Alergia conocida a los anestésicos locales o al látex.


Cuidados generales del paciente portador de sonda urinaria temporal o permanente

  • Lavarse las manos siempre antes y después de manipular la sonda y/o la bolsa colectora.

  • Realizar diariamente higiene y secado de genitales, evitando tirar de la sonda.

  • Cambiar o vaciar la bolsa antes de que esté completamente llena.

  • Se vigilará que el tubo y la bolsa colectora no sobrepasen el nivel de la vejiga. Así evitaremos el reflujo.

  • Evitar tirones que puedan provocar traumatismos o desconexiones accidentales del sistema.

  • Evitar que se formen acodaduras.

En caso de pérdida de orina, cambios en la orina (olor, color y cantidad), fiebre o dolor abdominal o lumbar se debe contactar con la enfermera o médico de familia del centro de salud.

Según el material de la sonda se recomienda una periodicidad concreta de cambio del catéter siendo las de silicona las que ofrecen la posibilidad de uso más prolongado, aunque siempre es aconsejable respetar las recomendaciones del fabricante, ya que cada marca tiene sus peculiaridades.