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Serología: ¿Qué es y para qué sirve?

Análisis clínicos

Los test serológicos son útiles para el diagnóstico de enfermedades infecciosas y se pueden incluir dentro de los análisis clínicos convencionales.

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Cuando existe una sospecha de una infección, existen diferentes métodos para identificarla. Por un lado, están los métodos directos: los cultivos de sangre u orina (hemocultivos y urocultivos). Con estos métodos podemos identificar directamente el agente causal de la infección la muestra (sangre u orina, por ejemplo).

Por otro lado, están los métodos indirectos, como la serología: se basan en demostrar que nuestro sistema inmune se ha visto expuesto al agente causal de la infección.

A continuación, revisaremos en que consiste esta prueba.

Serología: ¿Qué es y para qué sirve?

¿Qué es una serología?

Una serología, prueba serológica o test serológico consiste en la identificación en el suero de la sangre de los anticuerpos específicos encargados de neutralizar a un agente infeccioso.

Cuando nuestro sistema inmune se ve expuesto a un agente infeccioso, este sintetiza un tipo de proteína llamada inmunoglobulina o anticuerpo, que es específica para este tipo de microorganismo.

Una serología permite determinar estos anticuerpos que indican de manera indirecta que nuestro cuerpo ha estado en contacto con el agente infeccioso.

Existen diferentes tipos de inmunoglobulinas, sin embargo, las que más se utilizan con fines diagnósticos son la IgM y la IgG:

  • La inmunoglobulina M (IgM) suele indicar infección activa; nuestro organismo se ha visto expuesto de manera reciente a dicho microorganismo.
  • La inmunoglobulina G (IgG) suele indicar infección crónica; nuestro organismo se ha visto expuesto a una infección en un momento determinado y posteriormente recuerda esta exposición para poder generar una respuesta inmune eficaz en el futuro. Suele indicar protección duradera contra un microorganismo.
  • Cuando tenemos positivizad de las dos de manera simultánea, suele indicar que nuestro organismo está combatiendo la infección de manera satisfactoria, luchando contra la infección activa y generando anticuerpos para generar una respuesta inmune eficaz en el futuro.

Además, los test serológicos también son útiles para averiguar si nuestro cuerpo ha generado respuesta inmune eficaz a diferentes tipos de vacunas.

Serología covid

La serología puede servir para ver si el paciente ha hecho una respuesta eficaz a la vacuna.

En este caso, se detecta un tipo de anticuerpo específico denominado anti-spike. El virus SARS-CoV-2 tiene varias proteínas, aunque con la vacuna solamente inoculamos una parte denominada SPIKE. Por lo tanto, se trataría de determinar las inmunoglobulinas anti-Spike de tipo IgG que como se indicó anteriormente, indican protección.

Otro caso es la detección de anticuerpos que producen las defensas del organismo frente al virus SARS-CoV-2. Este tipo de pruebas inmunológicas sirven para saber si una persona ha pasado la infección por el virus y, de este modo, evalúa la inmunidad frente a la COVID-19.

Para la realización del test serológico es necesaria una muestra de sangre, suero o plasma. Para los test rápidos es suficiente con unas gotas de sangre obtenidas mediante punción en un dedo.

Para llevar a cabo la prueba, se deposita la sangre en la zona donde están los reactivos que provocan un cambio de color indicativos de la presencia de anticuerpos.

¿Cuándo es necesaria una prueba de serología?

Las pruebas serológicas se utilizan, principalmente, con fines diagnósticos, ya que muestran una visión de la respuesta inmune, relacionada directamente con la reacción ante un microorganismo. También se pueden utilizar en estudios epidemiológicos.

Por otro lado, pueden indicar el estado de inmunidad de una población en su conjunto. Esto es útil, por ejemplo, para poner en marcha las campañas de vacunación.

En definitiva, una prueba serológica puede estar indicada para saber si se está sufriendo un proceso infeccioso ahora o en el pasado o para comprobar el estado de vacunación con respecto a alguna enfermedad infecciosa específica. Estas pruebas tienen especial relevancia en situaciones como el embarazo, ya que es conveniente identificar la presencia de infecciones que pueden ser contraproducentes para el feto, como el VIH, la hepatitis, la sífilis o la rubeola, entre otras.

Es importante indicar que una serología negativa no excluye de manera definitiva la infección por un microrganismo. En ocasiones, el organismo tarda un tiempo determinado en generar este tipo de proteínas. De este modo, ante la sospecha de una infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), un resultado negativo no excluye la infección, siendo necesaria una nueva determinación a los 4 meses para verificar este diagnóstico. Este espacio temporal es conocido como periodo ventana.

Cómo se obtienen e interpretan los resultados de una prueba serológica

Para la elaboración de un test serológico es necesaria la extracción de una muestra de sangre. A continuación, se centrifuga la sangre para la obtención del suero sanguíneo.

Una vez obtenido el suero, se pueden utilizar diversas técnicas para detectar la presencia de anticuerpos. Las más utilizadas son:

ELISA (ensayo de inmuno absorción ligado a enzima). Se trata de una prueba basada en la detección de los enlaces que se producen entre antígeno (microorganismo) y anticuerpo (sistema inmunitario). Es una enzima la que permite cuantificar la formación de estos enlaces. Se trata de una técnica que se debe llevar a cabo en un laboratorio microbiológico, ya que requiere de material y personal capacitado para su realización e interpretación. El ensayo puede durar varias horas en dar resultados.   Esta prueba es capaz de determinar el nivel de anticuerpos, es decir, el resultado es cuantitativo.

Pruebas de flujo lateral o inmunocromatografía. Se trata de dispositivos o kits inmediatos desarrollados para detectar la presencia de los anticuerpos en una muestra.

Cuando se aplica la muestra de sangre (unas gotas) y el anticuerpo que se quiere detectar está presente, aparece una línea de color que indica el resultado positivo. Si no ha habido reacción aparece otra banda de color. No es necesario analizar los resultados en un laboratorio. El resultado es cualitativo (es decir, se tienen anticuerpos o no se tienen, pero no es capaz de determinar la cantidad) y se puede obtener en unos 15-20 minutos.

Qué retos tiene la prueba serológica

Las pruebas serológicas tienen el reto constante de aumentar su fiabilidad y poder detectar el mayor número posible de agentes infecciosos a partir de una única muestra de sangre.

Por último, los avances producidos a partir de la investigación llevada a cabo como consecuencia de la pandemia de la COVID-19 ha supuesto que se dispongan de test serológicos rápidos que muestran los resultados en pocos minutos y que presentan una gran fiabilidad.