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Foliculitis: qué la causa y mejor tratamiento

Consulta de dermatología

El especialista en Dermatología es el encargado de solucionar todos los problemas y afecciones de la piel.

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La piel es la primera barrera del organismo frente a los agentes externos y las infecciones cutáneas, uno de los motivos más frecuentes de consulta dermatológica. Los principales factores de riesgo son el deterioro de la integridad de la piel, la falta de higiene, la humedad y las inmunodeficiencias.

Foliculitis: qué la causa y mejor tratamiento

¿Qué es la foliculitis?

La foliculitis es una afección cutánea caracterizada por la inflamación de los folículos pilosos. Se trata de una afección frecuente que suele estar causada por una infección bacteriana. En ocasiones, también puede estar causada por hongos y virus.

En primera instancia se manifiestan como pequeños bultos rojos o espinillas alrededor de los folículos pilosos.

En el peor de los casos, la infección puede propagarse y dar lugar a la aparición de úlceras. Las infecciones más graves también pueden causar la pérdida permanente del cabello y la aparición de cicatrices.

Los síntomas que suelen acompañar a la foliculitis incluyen:

  • Aparición de pequeños bultos rojos o espinillas con la cabeza blanquecina en los folículos pilosos.
  • Formación de ampollas con pus.
  • Picor.
  • Dolor y sensibilidad en la piel.

¿Qué causa la foliculitis?

El principal agente causante de las infecciones de los folículos pilosos es Staphyilococcus aureus, aunque también pueden producirse por Streptococcus pyogenes, Pseudomonas aeruginosa y Klebsiella spp., entre otros.

Existen varios factores predisponentes entre los que se encuentran diferentes patologías:

  • Obesidad
  • Diabetes mellitus.
  • Sudoración abundante o hiperhidrosis.
  • Alteraciones de la inmunidad.
  • Dermatitis atópica.
  • Depilación y afeitado.
  • La humedad y la oclusión.
  • Las dermatosis previas.

Clínicamente se trata de lesiones entorno a pelos situados en la cara, el cuello, las axilas o los glúteos. Su evolución puede pasar por diferentes estadios:

  • Foliculitis. Pápula-vesícula con base eritematosa que afecta al folículo piloso superficial.
  • Forúnculo. Nódulos eritematosos pustulosos dolorosos que se extienden a la dermis profunda.
  • Ántrax. Placas eritematosas calientes y dolorosas que afectan al tejido celular subcutáneo circundante.

El diagnóstico es clínico. Se recomienda el estudio microbiológico cuando las lesiones presentan una mala evolución o son atípicas.

La evolución de las infecciones bacterianas depende de varios factores:

  • La patogenicidad de la bacteria.
  • La existencia de una puerta de acceso para el microorganismo.
  • La capacidad defensiva del huésped contra la invasión bacteriana.

Un hecho importante y que hay que tener en cuenta es la existencia de portadores sanos de estafilococos. La localización más habitual son las fosas nasales y existe un riesgo de autoinoculación y la posibilidad de infección a otros individuos del entorno que sean susceptibles.

Tipos de foliculitis

Las infecciones del folículo pilosos o pilosebáceo se pueden clasificar en:

  • Foliculitis por cocos grampositivos (estafilococos y estreptococos).
  • Foliculitis superficial.
  • Foliculitis profundas. Incluyen las sicosis estafilocócicas, forúnculos, ántrax, orzuelos y seudofoliculitis de la barba.
  • Foliculitis por Pseudomonas aeruginosa.
  • Foliculitis por otros bacilos gramnegativos.
  • Foliculitis por hongos

Foliculitis superficial

En la foliculitis superficial la presentación clínica es en forma de pápulas eritematosas perifoliculares, sobre las que se desarrollan pústulas blanco-amarillentas, centradas por un pelo y rodeadas por un halo inflamatorio.

Al desecarse la pústula se forma una costra que al desprenderse no deja cicatriz. Se observa, con mayor frecuencia, en la cara, cuero cabelludo, extremidades y axilas.

Foliculitis profundas

En este tipo de foliculitis se ve afectado el folículo en su profundidad. Incluye las siguientes entidades:

  • Sicosis de la barba. Se inicia como una foliculitis superficial en el área de la barba y zonas adyacentes del cuello, que se extiende con el afeitado. La localización más habitual es el labio superior y el mentón.
  • Forúnculo. Se produce una inflamación folicular con perifoliculitis, más frecuente en zonas de piel hirsuta de individuos predispuestos. Se manifiesta con uno o más nódulos eritematosos, calientes, dolorosos, de hasta 1 o 2 cm de diámetro centrados por una pústula o zona necrótica. Puede haber fiebre y alteración del estado general.
  • Ántrax. Se forma como resultado de la fusión de varios forúnculos. Se manifiesta en forma de un nódulo o placa inflamatoria, que contiene diferentes folículos, a través de los cuales se libera pus al comprimirlo. La afectación sistémica es habitual, así como la asociación a enfermedades subyacentes. Suelen dejar una cicatriz violácea. Se trata de una infección grave, que sin tratamiento ocasiona una elevada mortalidad y deja cicatrices importantes.
  • Orzuelo. Es una foliculitis de las pestañas, con perifoliculitis producida por S. aureus. Se manifiesta como una lesión única, nodular, inflamatoria, con edema palpebral y una pústula en su superficie. Habitualmente se curan de forma espontánea, aunque mejoran con mayor rapidez con calor local y la aplicación de antibióticos tópicos.

Tratamiento de la foliculitis

En la foliculitis superficial el tratamiento se llevará a cabo con jabones que respeten el pH ácido de la piel, antisépticos locales como la clorhexidina y antibióticos tópicos como la mupirocina, eritromicina, clindamicina o ácido fusídico. En los casos muy extensos o cuando el tratamiento tópico no resuelva el cuadro, se puede recurrir a un tratamiento antibiótico oral con amoxicilina-ácido clavulánico, clindamicina, levofloxacino, cefalexina o cefuroxima.

Es recomendable llevar a cabo un cultivo con antibiograma para indagar sobre las resistencias específicas de los microorganismos causantes a los antibióticos.

El tratamiento de las foliculitis profundas incluye la evitación del afeitado o la depilación de las zonas afectadas y la aplicación de antisépticos, mupirocina y antibióticos sistémicos.

En los forúnculos el tratamiento tópico suele ser suficiente. Pueden aplicarse fomentos con soluciones antisépticas o cremas antibióticas con ácido fusídico, mupirocina o gentamicina.

En el ántrax, a diferencia de los forúnculos, siempre se requiere un tratamiento antibiótico sistémico e inmediato, asociado al drenaje quirúrgico de la lesión.