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Erisipela: síntomas y causas

Consulta de dermatología

Ante cualquier afección de la piel durante la etapa infantil es importante consultar con un especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología Pediátrica.

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La erisipela forma parte de las infecciones y enfermedades de afectación dérmica que pueden ser causadas por bacterias. Estas son capaces de sortear la barrera de la piel accediendo a través de heridas o erosiones cutáneas y provocar así la infección.

Erisipela: síntomas y causas

¿Qué es la erisipela?

La erisipela es una infección bacteriana de la piel causada principalmente por bacterias de la especie Streptococcus pyogenes y en menor medida por Staphylococcus aureus.

Se caracteriza por la presencia de signos de inflamación aguda en la piel, además de:

  • Eritema.
  • Edema.
  • Calor.
  • Dolor localizado.

A menudo, se asocia a síntomas sistémicos de fiebre, malestar y escalofríos.

La infección afecta de forma difusa a la dermis y a la parte superficial del tejido celular subcutáneo. Su localización preferente incluye las piernas, el área del centro de la cara y las orejas.

Puede afectar a pacientes de cualquier edad, pero es más frecuente en niños menores de 3 años y personas mayores de sesenta años. En cuanto a la distribución por sexos, en general predomina en mujeres, aunque cuando afecta a edades tempranas suele ser más común en varones.

¿Es contagiosa la erisipela?

La erisipela no es una enfermedad contagiosa convencional, por lo que no se transmite por contagio de persona a persona. Tiene lugar cuando las bacterias que colonizan el cuerpo sin causar problemas penetran a través de la piel por alguna entrada atípica, como una herida, una picadura de insecto, una úlcera venosa crónica o cualquier otra irregularidad que se haya producido en la piel.

¿Qué tratamientos hay para la erisipela?

El diagnóstico de la enfermedad se produce tras la evaluación clínica y la observación de las lesiones de la piel, junto con un cultivo de la lesión para poder identificar los microorganismos causantes de la infección.

En cuanto al tratamiento, la erisipela no complicada puede ser un proceso autolimitado que se resuelva sin tratamiento farmacológico entre siete y diez días. Sin embargo, cuando no se establece ningún tratamiento y evoluciona hasta la celulitis, puede dar lugar a una bacteriemia con diseminación a distintos órganos o complicaciones locales, incluyendo los abscesos, la tromboflebitis o la fascitis necrotizante.

De este modo, el tratamiento antibiótico precoz puede contribuir a la prevención de las complicaciones y produce mejoría del estado general en las primeras 24-48 horas. La mejora de las lesiones cutáneas se produce de forma más tardía.

Tratamiento local

La inmovilización y elevación de la zona afectada por la infección (especialmente cuando la zona afectada está en las piernas) disminuye el edema y la hinchazón localizada. Las compresas frías de suero salino fisiológico estéril pueden mejoran el dolor local y tienen un efecto astringente cuando se han producido ampollas. En la mayoría de los casos no complicados es suficiente el tratamiento antibiótico tópico con mupirocina.

Terapia antibiótica sistémica

Es recomendable la instauración de un tratamiento antibiótico inicial que puede ser modificado posteriormente según la evolución de la infección y siempre teniendo en cuenta los resultados del estudio microbiológico. El antibiótico utilizado suele ser penicilina, amoxicilina, ácido clavulánico, azitromicina o clindamicina.

En los casos graves puede ser necesaria la administración de los antibióticos por vía endovenosa, para una actuación más rápida y eficaz.

Con tratamiento adecuado el pronóstico es bueno, siendo raro que las bacterias pasen a la sangre (bacteriemia) y puedan afectar a otros órganos, como las articulaciones, los huesos o las válvulas del corazón. Sin embargo, en casos excepcionales, especialmente en personas con algún grado de inmunodepresión, niños pequeños y personas de edad avanzada la erisipela puede seguir un curso fatal a pesar de la terapia.

Causas y prevención de la erisipela

Las bacterias causantes de la erisipela, como el Staphylococcus aureus pueden estar presentes en las vías respiratorias altas de muchas personas sanas de forma asintomática, especialmente en niños. Suele ser común que en estos pacientes el microorganismo acceda de forma inadvertida a través de cualquier pequeña herida de la piel causando la infección.

En condiciones normales, la piel proporciona la protección adecuada frente a la entrada de bacterias. Cuando se produce una pérdida de la integridad de la epidermis, por una herida o por causa de una dermatosis previa que curse con una erosión cutánea, se puede facilitar el acceso a microorganismos causantes de infecciones. Un ejemplo de ello lo constituyen la tiña con afectación interdigital de los pies, que proporciona una vía de entrada para la erisipela de las piernas o la onicomicosis, la infección por hongos de las uñas que puede facilitar la entrada del agente causante de la erisipela.

En cuanto a los factores de riesgo para la aparición de erisipela, se pueden incluir:

  • La presencia de linfedema crónico.
  • Adicción a drogas por vía parenteral.
  • Alcoholismo.
  • Diabetes mellitus.
  • Cirrosis hepática.
  • Malnutrición.
  • Neutropenia.
  • Insuficiencia renal.
  • Síndromes y estados de inmunodeficiencia.

De este modo, la prevención de la erisipela debe contemplar todos los factores de riesgo. El pie de atleta o las llagas y heridas en las piernas deben ser tratadas para evitar que se conviertan en la puerta de entrada de la infección bacteriana.

Mantener un tratamiento adecuado en caso de diabetes y otras patologías como el alcoholismo es un factor a considerar para la prevención de la erisipela.

También puede ser recomendable extremar los hábitos higiénicos, manteniendo la piel limpia, seca e hidratada.