Uña encarnada en cualquier ciudad

Tener una uña encarnada provoca diversas molestias al paciente. A pesar de tratarse de un trastorno frecuente, se recomienda su tratamiento para evitar complicaciones. Se aconseja la revisión por parte de un profesional para que proceda a diagnosticar la situación y a encontrar la mejor solución para corregir la alteración.

De no confiarse en esta alternativa se puede producir una infección que podría terminar con la pérdida total de la uña. A continuación, se explican detalladamente las características de esta afección y cuáles son las opciones para eliminarla de forma eficaz y definitiva obteniendo un óptimo resultado.

¿Qué es una uña encarnada?

Suele darse en las uñas de los pies. Se denomina encarnada a aquella cuyo extremo superior o lateral crece hacia la parte blanda del dedo. Entre los síntomas para su identificación destacan el enrojecimiento, la hinchazón y la infección de la uña. Son muy habituales en el Hallux o primer dedo.

¿A quién va dirigido el tratamiento?

Especialmente a las personas que padecen diabetes o una dolencia cardiovascular que reduce el flujo sanguíneo hacia los pies. En ambos casos, el diagnóstico se complica y es posible que se desarrollen complicaciones diversas. Asimismo, también se recomienda para los pacientes que tengan una uña del pie encarnada y que quieran evitar tratarla personalmente.

¿Cómo se lleva a cabo la curación de una uña encarnada?

Es bastante habitual pensar cómo curar una uña encarnada y concluir que esta circunstancia puede solucionarse cortando la parte que se encarna. Se suele completar el proceso con el uso de productos para controlar la infección. Lo negativo de este procedimiento es que suele cortarse el extremo más visible y que no se valoran las causas que provocan el crecimiento irregular de la uña.

Además, es bastante probable que el problema se cronifique y que aumente al no elegirse la opción más adecuada para la curación. Si la inflamación dura más de cuatro semanas, se observa un aumento de los tejidos o se experimenta dolor, se deben buscar alternativas más eficaces que certifiquen la consecución del objetivo previsto.

Por ello, es siempre recomendable ponerse en manos de un especialista que analice la cuestión desde el punto de vista médico. Solo así es posible asegurarse del éxito del tratamiento y, sobre todo, de que la uña no volverá a encarnarse pasadas unas semanas.

En lo que respecta al procedimiento, dependerá del tiempo que el paciente viene desarrollando esta anomalía. Las opciones son las siguientes:

• La conservación de la uña. En este caso, se comienza con la desinfección de la uña. Posteriormente, se corta o retira la espícula (la parte encarnada). Se programan visitas periódicas de control para comprobar que la uña está creciendo normalmente
• El corte de la uña. De no tratarse, este tipo de uña provoca primero infección y posteriormente tumefacción (inflamación de la zona). Podrían aparecer granulomas (pequeñas zonas inflamadas de carácter benigno). Por ello, se receta un tratamiento de antibióticos previo a la retirada parcial o completa de la uña bajo anestesia local.
• La operación. Se operan los casos de uñas con recidivas (las que aparecen tras el tratamiento) o las que aparecen de forma repetitiva. En estos casos se elige la denominada cirugía de fenol o matricectomía (eliminación de la matriz ungueal) a base de químicos. Tras extraer la parte afectada se frena el crecimiento de la uña.

En muy pocos casos se procede a la extirpación total salvo que haya circunstancias concretas que influyan en la toma de esta decisión.

¿Para qué sirve la intervención?

En primer lugar, para impedir que la uña siga clavándose en el dedo provocando una herida que puede ser una puerta abierta a la infección. Lo que se busca es la corrección de la posición de la uña y eliminar cualquier resto que pudiera seguir abriendo la piel a su paso. Finalmente, se obtiene un alivio inmediato. Pasados unos días es posible volver a la normalidad total.

¿Cuáles son las ventajas de retirar una uña encarnada?

La principal es evitar las molestias que provoca a cada paso. El trozo de la uña que entra en el dedo frena parcialmente la sangre que llega al dedo afectado. Progresivamente, se produce un adormecimiento, la falta de sensibilidad y una alteración que provoca molestias constantes.

El proceso arriba explicado se lleva a cabo en un centro médico y apenas dura unos 30 minutos como máximo. El dedo afectado se venda y se aconseja mantenerlo en alto durante al menos un día tras la intervención.

Poder recuperar la sensibilidad perdida, evitar las molestias y prevenir infecciones son las tres ventajas más destacables de este tratamiento. Cualquiera de los tratamientos arriba explicados se encarga de conservar la estética de la uña dañada. Elegir bien la solución a aplicar es sinónimo de acelerar la recuperación.

En menos de tres días es posible volver a caminar. Para la práctica deportiva se debería esperar algo más, ya que cada movimiento es un traumatismo que va provocando pequeños daños que podrían afectar a la uña tratada.

¿Puede prevenirse una uña encarnada?

Sí. Se recomienda el corte recto de toda la uña y no caer en el error de cortar en ángulo los extremos. Para cortarse las uñas se recomienda un instrumental especializado y debidamente desinfectado. Llevar unos zapatos anchos o las uñas cortas (sobre todo si se realizan actividades deportivas) permite reducir las consecuencias de los traumatismos.

El calzado de trabajo ha de ser resistente para impedir golpes o accidentes que pudieran alterar las uñas. La revisión periódica de las uñas es muy eficaz. Como ya se ha comentado, evitar los remedios caseros es también adecuado para no provocar un daño mayor.

¿En qué ciudades se ofrece la opción de retirar una uña encarnada?

En la actualidad, en Madrid y en Málaga. Se espera que en el futuro el tratamiento de una uña encarnada se ofrezca en más ciudades.

¿Cuánto cuesta?

Todo dependerá de la ciudad, de la clínica y del servicio que se contrate. La horquilla de precios va de los 38 a los 410 euros.