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El implante hormonal es un tratamiento médico anticonceptivo reversible, de larga duración, que el ginecólogo coloca en el consultorio en la cara anterior del brazo. Implante anticonceptivo desde 120€ con los mejores especialistas en Ginecología y Obstetricia
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El implante hormonal es una alternativa de anticoncepción que presenta muchas ventajas para las mujeres que deciden utilizarlo. Entre las más importantes, destaca que libera la hormona a dosis muy bajas pero de una forma regular. Por otra parte, sus efectos inciden en varios órganos del sistema reproductor femenino, lo que proporciona una elevada eficacia para el control de la natalidad, superior a la de otros métodos.
Si bien puede usarlo la mayoría de las personas que buscan un método anticonceptivo seguro, existen ciertas limitaciones. Por esa razón, es necesario realizar una evaluación médica general antes de colocarlo.
El implante hormonal es un tratamiento médico que debe ser administrado por el especialista en ginecología o por el médico de familia. Está destinado a evitar los embarazos no deseados. Sus efectos preventivos se prolongan durante tres años. Una vez transcurrido este lapso, es necesario extraerlo para reemplazarlo por uno nuevo.
El dispositivo tiene la forma de una varilla flexible cuyas dimensiones son 4 centímetros de longitud y 2 milímetros de grosor. Está recubierto de acetato de vinilo-etileno y contiene la hormona etonogestrel, que es similar a la progesterona natural. Se inserta bajo la piel en el brazo no dominante, donde se puede palpar o ver en una radiografía o ecografía, pues es radiopaco.
Aunque la cantidad de hormona liberada hacia la sangre por el implante hormonal anticonceptivo es muy baja, causa ciertos efectos en el patrón menstrual. Son comunes los sangrados intermitentes e irregulares, más o menos abundantes. Con el tiempo, se espacian y se hacen más leves, hasta que desaparecen totalmente en la mayoría de los casos.
Los efectos secundarios del tratamiento más frecuentes son acné, dolor abdominal o de espalda, náuseas, cefaleas y molestia o dolor en los pechos. Estos síntomas pueden ser notorios al inicio del tratamiento, pero se van disipando progresivamente. Lo habitual es que se atenúen hasta desaparecer.
El implante anticonceptivo en el brazo no debe producirnos dolor ni ninguna otra molestia. El principio activo que contiene es etonogestrel, una molécula de la familia de los progestágenos. Actúa en dos niveles: espesa el moco cervical e inhibe la liberación del óvulo en el ovario. Como actúa en dos sitios diferentes del sistema reproductor, resulta uno de los métodos anticonceptivos más seguros, con una eficacia cercana al 99 %.
El implante anticonceptivo nos proporciona un control para la natalidad muy eficaz y de largo plazo. A continuación, relacionamos algunos de sus beneficios adicionales.
El primer paso es consultar una historia clínica detallada de la paciente. Debe incluir un reconocimiento general y una anamnesis, con un especial énfasis en los antecedentes patológicos.
Posteriormente, el implante se coloca en la cara interna del brazo, en el lado no dominante. Lo mejor es hacerlo entre los días 1 y 5 del ciclo menstrual. Si se hace en otro momento, será necesario utilizar un método anticonceptivo complementario y no hormonal durante dos semanas.
La paciente se recuesta boca arriba con el brazo flexionado. El médico procede a localizar el surco que existe entre los músculos bíceps y tríceps e inyecta un anestésico local en la zona. Mediante un aplicador, se coloca el dispositivo justo debajo de la piel, de forma superficial, para facilitar su retirada posteriormente. Después del procedimiento, se cubre la inserción con un vendaje, que se reemplaza diariamente durante tres días.
El procedimiento para retirarlo también es muy sencillo y dura menos de cinco minutos. Después de aplicar anestesia local, se realiza una pequeña incisión cerca del extremo del implante. Se utiliza una pinza de punta fina para extraerlo, se sutura y se coloca un vendaje.
La duración del implante anticonceptivo es de tres años, periodo en el cual la mujer que lo lleva está protegida frente a los embarazos no deseados en un 99%. Es un tratamiento eficaz y seguro, siempre que se haya realizado una evaluación ginecológica adecuada antes de colocarlo.
Una ventaja adicional es que su efecto es totalmente reversible. Las mujeres que decidan quedarse embarazadas posteriormente podrán conseguirlo, ya que, después de retirarlo, la fertilidad se restablece de inmediato.
Todas las mujeres en edad fértil y que son sexualmente activas pueden recurrir a este método. Está indicado para la prevención eficaz del embarazo, aunque no evita las infecciones de transmisión sexual o ETS. Su colocación es segura también durante el periodo de lactancia.
Está contraindicado en las pacientes con ciertas patologías, entre las que figuran las alergias a los componentes del implante, las enfermedades hepáticas, las cardiopatías, el ictus cerebral o los trastornos de la coagulación. Tampoco puede ser utilizado cuando se están siguiendo tratamientos a largo plazo con medicamentos antiepilépticos, antivirales o barbitúricos.
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Este tratamiento está disponible en varios centros de salud en España para quien desee colocarse el implante hormonal. Los centros están situados en las siguientes ciudades españolas:
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