Hilos tensores en cualquier ciudad

Hilos tensores

Los hilos tensores se aplican en procesos estéticos con el fin de rejuvenecer el rostro. Consisten en unos finos hilos que se pueden colocar en zonas con arrugas o con flacidez. Recurriendo a este procedimiento es posible, por ejemplo, levantar las cejas, el contorno de la cara o de la mandíbula. Con los hilos tensores buscamos obtener un efecto lifting en el rostro prescindiendo del quirófano.

Tipos de hilos tensores para la cara

En el mercado disponemos de dos tipos de hilos tensores faciales:

• Los permanentes: se componen de propileno y están destinados a permanecer en el cuerpo.
• Los temporales: contienen sustancias como la diaxonona, que se reabsorbe de forma natural cada dos años por el organismo.

Igualmente, existe otra clasificación atendiendo a la morfología de los mismos. Así, contamos con:

• Hilos dentados: la forma de estos hilos es dentada y, por ello, logran una mayor adherencia a la superficie de la piel. Resultan idóneos en caso de flacidez, una situación habitual en el cuello y en la mandíbula.
• Hilos de monofilamentos: constan de una sola hebra y están especialmente ideados para modificar la flacidez de la papada.
• Hilos de multifilamento: estos hilos se confeccionan con hebras distintas, cuyo objetivo es obtener un efecto de relleno armónico natural. Se utilizan en los labios.

¿Para qué se emplean los hilos tensores en la cara?

El tratamiento se ejecuta con el fin de disminuir los signos de la edad. Sus aplicaciones más recurrentes se sustancian en:

• Disminución de las arrugas del contorno de los ojos.
• Elevar los pómulos.
• Rebajar la flacidez del cuello.
• Elevar las cejas caídas.
• Mejorar la simetría facial.
• Difuminar las arrugas de la frente.
• Tonificar el contorno del rostro.

¿Por qué funcionan los hilos tensores en los ojos?

El objetivo de los hilos tensores es reducir los efectos sobre la piel del paso de los años. Por tanto, contribuyen a mantener la tersura de la dermis del rostro. Este tratamiento no solo se enfoca en obtener un efecto estético, sino que, además, estimula la producción del colágeno en la zona insertada. Ello implica evidenciar una piel rejuvenecida desde el interior de la misma y sin necesidad de cirugía. En otras palabras, los resultados son duraderos y no entrañan apenas riesgos.

¿Cómo abordamos el tratamiento con hilos tensores?

El tratamiento se implementa introduciendo los hilos con una aguja. Dicho proceso se realiza mediante pequeñas incisiones que el profesional va desplazando después. Según el tamaño y el lugar de la incisión, deberemos agregar más o menos hebras. Lo más común en tratamientos destinados al rostro es utilizar entre 6 y 16 hilos.

Lo más llamativo de los hilos tensores es que no precisamos ningún proceso de sutura. Ello propicia que se trate de un proceso fácil, rápido y en el que no se requiere anestesia. Su duración suele rondar los 20 minutos, si nos referimos a su aplicación en la cara, y suele administrarse una crema anestésica. En el caso de que los hilos se implementen en el cuerpo puede llevar más tiempo completar el procedimiento.

Lo prioritario es que solo es necesaria una sesión para comprobar los resultados de la utilización de los hilos tensores antes y después en comparación con otros tratamientos estéticos. Al cabo de pocos meses, cuando remite la inflamación, el resultado definitivo es visible. Sin embargo, transcurrida una hora de la intervención ya es posible apreciar la mejoría.

Qué debemos tener en cuenta antes de someternos a esta técnica

Una vez concluido el tratamiento, observaremos una ligera inflamación en la zona, pero esta desaparecerá en una semana. Conviene tener presente que el cuerpo va a identificar esos pequeños filamentos como un cuerpo extraño y, en consecuencia, va a reaccionar a ellos produciendo una pequeña inflamación. Sin embargo, se trata de un hecho inofensivo que va a promover la generación de colágeno y que va a coadyuvar a rejuvenecer la zona.

Para disminuir estas secuelas, recomendamos someternos solo a los tratamientos que nos paute el profesional. En este sentido, no debemos limpiar la zona ni tocarla ni exponerla al sol durante las siguientes horas. Tampoco conviene hacer deporte durante, al menos, las 4 semanas posteriores al procedimiento.

Este tratamiento se puede combinar con otros, dado que los materiales que solemos emplear no producen alergias y apenas presentan contraindicaciones. Esta característica permite que podamos combinarlo con tratamientos de cirugía estética como, por ejemplo, el bótox o la radiofrecuencia, con el propósito de amplificar sus resultados.

¿Para quién son recomendables los hilos tensores?

Este tipo de tratamiento está indicado para mujeres y hombres que persiguen reducir los efectos del paso de los años. Nos referimos a difuminar arrugas, surcos y flacidez. Lo ideal es acudir a un profesional cuando se aprecian los primeros signos del envejecimiento. Este tratamiento logra mejores resultados en las etapas incipientes del envejecimiento. Es posible apreciar antes el efecto de los hilos tensores.

Aconsejamos aplicar los primeros hilos tensores en torno a los 35 años, porque a esta edad comienzan a manifestarse las primeras líneas de expresión. En pieles más maduras no es realmente el tratamiento más efectivo. Tampoco se recomienda recurrir a él en personas inmunodeprimidas, con problemas de coagulación o con medicación que provoque cambios en ella, ya que para que el tratamiento alcance los resultados deseados no debe haber trastornos en la coagulación.

¿Cuál es el precio de los hilos tensores?

El coste de este procedimiento varía en función de cuál sea la zona de aplicación y la clínica elegida para llevarlo a cabo. Igualmente, el precio se ve condicionado por el número de hebras que se vayan a necesitar y las particularidades de la zona en la que se deban introducir.

¿Dónde realizan el tratamiento con hilos tensores?

Lo fundamental antes de someternos a este tratamiento es acudir a un buen profesional que nos garantice la experiencia y la competencia profesional que se exige en estos casos. En la actualidad, las localidades nacionales en las que existen clínicas que efectúan este tratamiento con todas las garantías de seguridad y calidad son las que siguen:

• Madrid.
• Logroño.
• Valencia.
• Barcelona.
• Bormujos.
• Alhaurín el Grande.