Los tumores benignos son una de las lesiones cutáneas más frecuentes. Para descartar posibles tumores malignos se realiza un estudio diagnóstico dermatológico antes de iniciar el tratamiento. El láser suele ser el tratamiento más adecuado para eliminar el tumor por evaporación. Habitualmente se aplica anestesia local.
Los resultados son inmediatos y la cicatrización precisa de unas 2 semanas.