Consulta de otorrinolaringología + rinofibrolaringoscopia en cualquier ciudad

La consulta de otorrinolaringología se encarga de examinar el estado actual del oído, de la nariz y de la garganta, tanto a nivel anatómico como fisiológico. Igualmente, detecta posibles enfermedades en su seno. Su labor incluye el control médico del equilibrio y de las vías respiratorias superiores, y de una parte de las inferiores. La prueba diagnóstica, por su parte, llamada rinofibrolaringoscopia, consiste en explorar la laringe y la hipofaringe con un dispositivo flexible que combina luz fría y fibra óptica. Este accesorio, conocido como fibroscopio, se introduce por la nariz hasta la hipofaringe. Durante su recorrido, permite comprobar la situación y obtener imágenes y vídeos que facilitan el diagnóstico.

¿Cuándo conviene acudir a una consulta de otorrinolaringología?

Es necesario acudir al otorrinolaringólogo cuando notamos molestias en la nariz, en el oído o en la garganta que nos impiden desarrollar la actividad cotidiana con normalidad.

Estos son algunos de los signos de alerta más frecuentes:

• En la garganta y el cuello: inflamación, dificultad para tragar y presencia de bultos o ganglios.
• En el oído: dolor constante, pérdida auditiva —incluso cuando es leve—, pitidos o zumbidos continuados, hinchazón interna, vértigo al moverse y parálisis facial.
• En la nariz: pérdida de olfato, sangrados nasales continuados y duraderos, ronquidos, sensación persistente de taponamiento y reacciones alérgicas.

En general, además, aconsejamos acudir una vez al año a una consulta de otorrinolaringología. Es conveniente hacerlo, sobre todo, para revisar los oídos, especialmente a partir de los 45 o 50 años. Las pérdidas de audición son muy comunes y es positivo identificarlas cuanto antes.

¿Qué es la rinofibrolaringoscopia?

Esta prueba permite realizar un rápido y multifuncional estudio de la nariz, de la faringe y de la laringe. Es conocida con varios nombres sinónimos, en concreto:

• Fibroscopia.
• Rinofibroscopia.
• Fibrolaringoscopia.
• Rinoscopia.
• Rinofibrolaringoscopia.

A través de un fibroscopio flexible obtenemos una visión explícita de toda la zona al tiempo que tomamos fotografías y grabaciones audiovisuales que pueden ser analizadas con más detalle después.

Asimismo, la realización de varias rinofibrolaringoscopias periódicas posibilita establecer comparaciones en la evolución de la patología, tanto en cuanto al tratamiento como al tiempo transcurrido.

Cómo es un fibroscopio

Esta exploración endoscópica se lleva a cabo con un fibroscopio. Se trata de un dispositivo de fibra óptica, flexible, que permanece conectado a una fuente de luz fría.

Dispone de acceso a una cámara y a un monitor. Por ello, cuando es introducido por las cavidades humanas —en este caso por la nariz o por la garganta— explora y muestra la situación de su entorno.

Su formato es ergonómico, estrecho y sinuoso, con el fin de favorecer su tránsito por la vías respiratorias del ser humano.

Algunas ventajas de esta prueba

Gracias a la fibra óptica incluida en este instrumento, que solemos introducir por la nariz, el especialista puede apreciar varios aspectos:

• La cavidad nasal, su profundidad, su apariencia y su estado.
• El cavum, lugar donde terminan las trompas de Eustaquio y se asienta la adenoides.
• La faringe.
• La laringe, incluidas las cuerdas vocales. Sin embargo, para estudiarlas a fondo utilizamos la estroboscopia laríngea.
• La tráquea.
• Otras zonas circundantes.

Presenta la ventaja, frente a otras pruebas diagnósticas, de provocar menos náuseas. Por ello, suele ser una alternativa habitual cuando la laringoscopia no es factible.

La duración de la prueba depende de cada caso y de sus características. En ocasiones, no llega al minuto y, en otras, se prolonga durante varios. Como referencia, podemos establecer una duración promedio de 3 minutos, aunque todo varía en función de las lesiones y de las circunstancias que se vayan presentando.

Su correcta aplicación asegura la identificación de todas las patologías de la laringe y de la hipofaringe con capacidad para alterar su color, formato o aspecto.

Cómo es el estudio de la rinofibrolaringoscopia

En realidad, este procedimiento es bastante sencillo, gracias a la tecnología avanzada de que provee el fibroscopio flexible de fibra óptica empleado.

En la mayoría de las ocasiones, el paciente no necesita preparación ni anestesia. Basta con que acuda a la consulta de otorrinolaringología, se siente frente al especialista y permita la introducción del dispositivo a través de su nariz.

Solo en situaciones muy concretas, cuando se analiza un tabique desviado o ante otras patologías nasales, puede ser conveniente aplicar anestesia local en la fosa nasal en la que se va a colocar el equipo, o en la garganta. En ninguno de estos dos supuestos se inyecta:

• En la nariz se aplica mediante un algodón empapado.
• En la garganta, con un espray.

Aunque se trata de una prueba inocua, puede resultar molesta para algunas personas, dado que el reflejo nauseoso llega a ser intenso. Teniendo en cuenta que el paciente debe estar completamente inmóvil, en algunos casos se administra el espray anestésico en la garganta para favorecer su realización. Su efecto desaparece al cabo de pocos minutos.

¿Quién debe hacerse una rinofibrolaringoscopia?

En principio, debe realizarla cualquier persona a quien su otorrinolaringólogo se lo haya requerido. Por lo general, se utiliza para diagnosticar las siguientes afecciones:

• Sinusitis.
• Apneas del sueño.
• Nariz tapada.
• Disfonía.
• Tabique desviado.
• Poliposis nasal.
• Problemas en las cuerdas vocales (pólipos, nódulos, quistes o tumores).
• Reflujo, tanto extraesofágico como gastroesofágico.
• Tumores.
• Otros.

¿Dónde podemos someternos a esta prueba?

Al llevar a cabo esta prueba diagnóstica, es importante recurrir a un centro médico cualificado y con experiencia en rinofibrolaringoscopias.

Existen establecimientos Savia, altamente recomendables, en estas poblaciones:

• Alicante.
• Barcelona.
• Gijón.
• Huesca.
• Madrid.
• Majadahonda.
• Málaga.
• Palma.
• Sevilla.
• Valencia.
• Zaragoza.

Se trata, en todos los casos, de centros médicos de MAPFRE que atesoran una dilatada experiencia en la realización de estas exploraciones y que disponen de excelentes equipos de otorrinolaringología.

¿Cuál es el precio de la consulta de otorrino con rinofibrolaringoscopia?

Existen diferentes precios en función del centro médico que elijamos para abordar esta prueba diagnóstica. Siempre resulta conveniente acudir a una consulta de otorrinolaringología y realizar en ella la prueba. El precio de la rinofibrolaringoscopia incluye la visita al especialista y la elaboración o actualización de la historia clínica. Así, el coste fluctúa entre los 48 y los 94 euros, dependiendo del centro en el que se acometa.