Colposcopia en cualquier ciudad

Colposcopia

¿Qué es una colposcopia?

Gracias a este procedimiento, el ginecólogo podrá examinar con más cuidado el cuello del útero, la vagina y la vulva de la paciente en caso necesario, utilizando para ello un instrumento específico denominado colposcopio.

El colposcopio no es más que un microscopio estereoscópico -microscopio óptico que genera una imagen de la muestra en tres dimensiones- de bajo aumento con fuente de luz blanca. Este instrumento permite que el médico pueda observar con detalle el cuello del útero para desvelar regiones de crecimiento anormal, a fin de extraer una biopsia en estos puntos que poder enviar al patólogo.

¿Cuándo se utiliza?

La colposcopia no es un procedimiento habitual ni rutinario. Se suele reservar para los casos en los que la prueba de Papanicolaou arroja unos resultados anormales, lo que puede representar una detección temprana del cáncer cervical.

Así, una vez suenan las alarmas tras el análisis de estas células recolectadas del cuello uterino y del extremo inferior y angosto del útero, el médico especialista cuenta con esta herramienta que habrá de servir para confirmar o descartar estas primeras señales de alerta.

Asimismo, la colposcopia también es útil para diagnosticar distintas patologías, tales como verrugas genitales, inflamación del cuello del útero o cervicitis y cambios precancerosos tanto en el tejido del cuello como en el tejido de la vagina y en la vulva.

¿Cómo se realiza?

Se trata de un procedimiento que de forma general se realizará en la consulta del ginecólogo, y que no debe demorar más de 20 minutos.

Para llevar a cabo la prueba, el médico solicitará a la paciente que se recueste boca arriba con los pies en los soportes, tal y como se acomoda a las pacientes para realizar un examen pélvico o llevar a cabo la propia prueba de Papanicolaou. Una vez dispuesta en esta posición, el ginecólogo colocará un espéculo de metal en la vagina de la paciente para mantener abierta las paredes de la misma y tener acceso visual al cuello del útero.

A continuación, colocará el colposcopio a poca distancia de la vulva, que iluminará la vagina con una luz brillante, y permitirá observar de cerca las regiones sospechosas a través de la lente del colposcopio como si se tratase de un microscopio.

A fin de limpiar la mucosidad existente, el médico puede recurrir a pasar un bastoncillo con algodón o regar la zona con una solución salina de cloruro sódico. También puede recurrir a soluciones de ácido acético para mejorar la visualización de las zonas afectadas, en algunos casos se puede recurrir a una disolución yodada denominada Lugol para este mismo fin, en este caso estaríamos hablando de la prueba de Schiller.

Una vez inspeccionada la zona, si el ginecólogo encuentra una o varias áreas que considere anómalas, procederá a tomar pequeñas muestras de tejido de cada una de las zonas sospechosas para que sean analizadas en el laboratorio, utilizando para ello un instrumento de biopsia afilado para cortar pequeños trozos de tejido. Por lo general, si hablamos de una biopsia cervical la paciente no sentirá más que un breve malestar; por el contrario las biopsias vaginales pueden resultar más dolorosas al afectar a zonas más sensibles, con lo que el ginecólogo puede optar por administrar un anestésico local.

¿Cuándo debo realizarme esta prueba?

La colposcopia suele ser recomendada para los casos en los que los resultados de la prueba de Papanicolaou ha dado resultados anómalos, aunque también se puede realizar de forma rutinaria en cada visita al ginecólogo.

Precio de la prueba

El precio de esta prueba diagnóstica suele rondar los 100 euros.