Prueba diagnóstica realizada en la consulta del oftalmólogo en la que se examinan ambos ojos con la finalidad de valorar el campo visual, que es todo el espacio periférico que vemos cuando miramos al frente. El campo visual puede ser afectado por distintas patologías oculares o neurológicas. El ejemplo más característico es el glaucoma, que progresivamente reduce periféricamente la visión como si miráramos por unos prismáticos. Campimetría desde 48€ con los mejores especialistas en Oftalmología
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La campimetría, concretamente la campimetría ocular, la llevamos a cabo en la consulta de un oftalmólogo y consiste en el examen de ambos ojos para determinar el campo visual. Dicho campo es la dimensión del espacio que una persona puede ver mientras mira hacia el frente y puede verse afectado por varias patologías neurológicas u oculares como, por ejemplo, el glaucoma, ya que en esta afección el campo visual se reduce progresivamente. El examen de campimetría está disponible en el Centro Médico de Sabadell, en la ciudad de Sabadell.
Esta técnica sirve para determinar el campo visual del paciente y sus posibles lagunas. En el apartado de «¿Para quién está indicada la campimetría?» mencionamos cuáles son las patologías en las que puede resultar conveniente realizar esta prueba.
El caso más frecuente es el glaucoma, una enfermedad de la vista que puede ocasionar ceguera. Es más frecuente en personas mayores de 50 años, con antecedentes familiares, que hayan sufrido traumatismos en el ojo, tengan miopía, diabetes o enfermedades cardiovasculares. Igualmente, puede manifestarse al estar en tratamiento con corticoides durante un largo periodo de tiempo, dado que causan aumento de la presión intraocular, o si, por cualquier razón, se tiene una elevada presión intraocular.
A menudo, el glaucoma comienza sin síntomas. Sin embargo, tras un cierto tiempo comienza a evidenciarse por lo que conocemos como «visión de túnel», cuando el paciente empieza a ver los bordes más borrosos y tiene un campo de visión cada vez más estrecho.
El campímetro permite detectar estos cambios en el campo visual, incluso antes de que lo perciba el paciente, puesto que al principio este efecto no es muy notorio. Por ello, es tan importante abordar esta prueba y su posterior seguimiento, que permitirá comprobar cómo evoluciona el paciente.
La prueba la acometemos en una sala con luz tenue. Dependiendo de qué tipo de campimetría se trata, la realizamos de una manera ligeramente diferente. Las analizamos con detalle a continuación.
El paciente permanece sentado con la mirada fija y al frente, delante del examinador. Primero se tapará un ojo y después otro, delante del campímetro. Este instrumento es una especie de esfera oscura en la que se encenderán unas luces. Cada vez que las vea, el paciente tendrá que pulsar unos botones y, de este modo, el examinador sabrá que las ha visto. El campímetro irá dibujando el mapa de lo que el paciente puede ver.
El oftalmólogo interpretará este mapa para determinar tanto la amplitud de campo de visión del paciente como las lagunas que hay en él. Además, como la prueba se ejecuta primero con un ojo y luego con el otro, podemos identificar en qué ojo se produce el posible fallo.
Al igual que en la campimetría por confrontación, el paciente estará sentado frente al campímetro. Deberá cerrar primero un ojo y después el otro con la salvedad de que, en este caso, el examinador le pedirá que indique cuándo ve y cuándo deja de ver un haz luminoso que irá pasando a lo largo del campo visual del ojo que se esté examinando. Haremos lo mismo con ambos ojos y gracias a ello podremos dibujar el campo visual de cada uno de los ojos del paciente.
El paciente ha de estar sentado frente al campímetro. Primero se tapará un ojo y luego el otro, para tener el resultado de cada uno de los ojos. En esta prueba, el examinador le solicitará que le indique cuándo ve el haz luminoso intermitente y de distintas intensidades que aparecerá en las distintas zonas del campo visual del ojo estudiado. Repetiremos la prueba con el otro ojo y el oftalmólogo podrá conocer el mapa del campo visual y sus lagunas.
El oftalmólogo determinará cuándo es necesario efectuar esta prueba, por lo general, cuando se sospeche de alguna enfermedad relacionada con el campo visual. Por eso, es habitual realizar esta prueba para determinar si el paciente padece glaucoma y, si es así, conocer su extensión.
Además, también se utiliza para determinar enfermedades de la retina o del nervio óptico, como las drusas capilares o la neuritis óptica (inflamación del nervio óptico), así como para obtener información sobre otras enfermedades locales o sistémicas que es posible que se manifiesten con problemas en el campo visual. Estos trastornos del campo visual pueden producirse por un traumatismo, por retinosis pigmentaria, enfermedades vasculares de la retina (trombosis venosas o retinianas) e, incluso, debido a tumores cerebrales. Es el caso de las enfermedades degenerativas, tumorales cerebrales, hipertensión arterial, diabetes y dislipemias, entre otras. Deberemos completar su diagnóstico con otras técnicas específicas.
La campimetría no es suficiente para detectar el glaucoma. Antes de producirse la disminución del campo visual, suele aumentar la presión intraocular, y por tanto, el oftalmólogo puede solicitar en primer lugar una tonometría, que sirve para medir la presión intraocular, y después, una oftalmoscopia, utilizada para examinar el fondo del ojo y conocer el estado de la cabeza del nervio óptico.
En ocasiones, esta prueba no es fiable en el caso de los niños y de las personas de edad avanzada. A su vez, la fatiga del paciente, la duración de la prueba, su estado de ánimo o su atención pueden llegar a alterar los resultados.
No es necesaria ninguna preparación previa del paciente. El estudio del campo visual no provoca dolor ni molestias. No hay contraindicaciones ni riesgos en esta prueba.
Solo habrá que seguir las instrucciones del examinador. Para más detalle, en el apartado de «¿En qué consiste la campimetría?» explicamos cómo es la prueba según de qué tipo de campimetría se trata. Su duración suele ser de unos 4-6 minutos.
El paciente puede hacer vida normal.
El precio actual de esta prueba es de 17 €.
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