TAC Colonoscopia

La colonografía por TAC utiliza la exploración mediante dosis bajas de radiación para obtener imágenes del interior del colon. Para ello se dispone de un dispositivo para la exploración por TAC. Este consiste en una máquina de gran tamaño, con forma de anillo con un túnel corto en el centro. 

El paciente se sitúa una camilla estrecha que se desliza por el pequeño túnel. El tubo de emisión y los detectores de rayos X se encuentran colocados en forma opuesta sobre un aro que va rotando alrededor del paciente. Las distintas estructuras del organismo absorben diferentes cantidades de rayos X, circunstancia que determina las imágenes que se pueden conformar posteriormente.

En una sala a parte se encuentra el ordenador que procesa la información sobre las estructuras y tejidos analizados del colon. Allí es adonde el técnico radiólogo dirige la exploración y obtiene todas las imágenes de interés del TAC en función de las circunstancias de cada paciente. Para ello, se crea con el ordenador un modelo detallado en tres dimensiones de la estructura del colon. De ahí su apelativo de colonoscopía virtual. 

Previamente a la realización de la prueba, se procederá a la insuflación de aire dentro del colon para eliminar cualquier arruga o doblez en la pared que pudiera impedir la visualización correcta de posibles pólipos o lesiones. Este procedimiento se llevará a cabo por medio de una fina cánula de enema flexible que se introduce por el ano y que permite la insuflación de aire dentro del colon.

Una vez introducido el aire en el colon, el paciente se sitúa boca abajo en la camilla para la obtención de las imágenes. A continuación, se realizará un segundo pase con el paciente situado boca arriba, para poder llevar a cabo una recreación del colon de forma exhaustiva. 

Frente a la colonoscopia virtual, la colonoscopia convencional es un procedimiento invasivo en el que el médico inserta un endoscopio provisto de una cámara a través del ano y el recto para obtener imágenes en tiempo real del interior del colon.

En los días previos a la realización de la prueba se habrá procedido a limpiar el aparato digestivo para que no se produzcan distorsiones en la obtención de las imágenes por la presencia de heces. Para ello se procede de manera similar al caso de la colonoscopia convencional. 

De este modo, la dieta se deberá restringir en los días previos a la prueba, además de añadir la toma de laxantes que permitan el vaciado del aparato digestivo para que el radiólogo pueda ver claramente cualquier pólipo o masa de tejido dentro del colon. De igual modo, se puede añadir una sustancia de contraste por vía oral para diferenciar los restos de alimentos que puedan quedar en la luz de intestino de las posibles lesiones y pólipos. La dieta habitual se podrá reanudar inmediatamente después del examen.

Las mujeres deben informar al médico de que están embarazadas o que existe la posibilidad de que pudieran estarlo.  

La colonoscopia por TAC es un procedimiento exclusivamente diagnóstico, por lo que en el caso de hallarse algún pólipo clínicamente significativo, tendría que ser extirpado mediante un procedimiento de colonoscopia convencional.

La colonoscopia virtual no diferencia de manera tan sensible las heces de los artefactos y pólipos pequeños como la colonoscopía convencional.

Los efectos adversos relacionados con el examen de TAC colonoscopia suelen ser infrecuentes y de escasa relevancia. El enema de aire puede ser incómodo o producir hinchazón que generalmente no dura más de dos horas.

Por otro lado, existe un mínimo riesgo de perforación del colon.

En cuanto a la radiación, el riesgo de efectos nocivos también es mínimo, ya que se emplean dosis bajas de radiación. 

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