Inyección intravítrea (excluido medicamento)
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Descripción
Qué incluye / no incluye
Derechos de quirófano y material fungible
Todos los tratamientos y pruebas diagnósticas necesarios durante la realización del proceso quirúrgico
Actividad y cuidados de enfermería Incluido instrumentista
Cualquier equipamiento necesario para la asistencia, y técnicas actuales
Atención del equipo médico de guardia (e interconsultas "previsibles" en el proceso)
Curas, inmovilizaciones, yesos
Honorarios médicos (especialista(s), anestesista
Prótesis, mallas, órtesis, implantes y material biodegradable
Preoperatorio y otras pruebas diagnósticas específicas
1ª Consulta
Todas las revisiones post quirúrgicas hasta alta del paciente
Diagnóstico por imagen, pruebas especiales (ecografía, TAC, RMN …)
Hemoterapia: transfusiones, pruebas cruzadas y hemoderivados Hemodiálisis y Hemofiltro
Medicación
Alimentación Parenteral
Anatomía patológica
Extras: Dieta del acompañante u otros servicios no asistenciales, además de televisión y teléfono
Consultas y revisiones una vez dado el alta tras las revisiones postquirúrgicas
Todo lo no incluido expresamente
En qué consiste
La técnica se hace de manera ambulatoria, es decir, no se requiere ingreso hospitalario, y se realiza en pocos minutos.
Habitualmente el procedimiento comienza con las instilación de unos colirios para dilatar la pupila y la aplicación de unas gotas de anestésico local que consiguen que el procedimiento sea completamente indoloro. Se limpian las piel de los párpados y las pestañas con un antiséptico y se coloca un instrumento para evitar que se cierren los parpados durante el procedimiento. Tras realizar unas mediciones, el médico le indica al paciente que mire hacia arriba y al lado contrario al punto de la inyección. Posteriormente, el médico realiza la inserción de la aguja en un punto muy preciso del ojo y con mucho cuidado inyecta el medicamento. En el momento de la inyección el paciente puede notar una pequeña presión en el ojo. Tras la retirada de la aguja, se administra un colirio antibiótico de amplio espectro.
Tras el procedimiento, habitualmente, no es necesario tapar el ojo y el paciente puede marcharse a su domicilio al cabo de pocos minutos. En algunas ocasiones se puede realizar un medición de la presión intraocular a los 30 minutos de la intervención.
Tras la inyección el paciente no requiere ningún cuidado especial. Sin embargo, hay que evitar tocarse los ojos. Por eso, se le aconseja el uso de gafas de sol y en el caso de notar molestias se pueden utilizar lágrimas artificiales hasta que cesen las molestias. Tampoco debe sumergirse, y hay que evitar que entren líquidos en los ojos (aparte de los colirios) durante unos días.
En caso de pérdida de visión o de notar dolor fuerte en el ojo, el paciente debe acudir urgentemente a su oftalmólogo.
La siguiente visita de control dependerá de la enfermedad, del fármaco inyectado y del número de la infiltración, por lo que se le indica individualmente a cada paciente.
Saber más
Las inyecciones intravítreas se utilizan para tratar un gran número de enfermedades oculares como el edema macular, alteraciones vasculares retinianas, inflamaciones intraoculares, retinopatía diabética proliferativa, glaucoma neovascular, etc.
En los últimos años se ha utilizado mucho para tratar la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) en su variedad llamada exudativa o neovascular. La DMAE que es una patología que puede producir una pérdida irreversible de la visión central en pacientes adultos mayores. En este caso se inyectan los llamados fármacos antiangiogénicos, los cuales inhiben la formación de vasos sanguíneos y disminuyen la permeabilidad de los vasos de la retina.
Dependiendo de las patologías también se pueden hacer inyecciones intravítreas de otros medicamentos como corticoides, antibióticos, etc.
La inyección intraocular de fármacos es una técnica muy segura pues se hace en condiciones de asepsia y con todas las precauciones. Sin embargo, en un número muy pequeño de casos se pueden producir complicaciones como infecciones, sangrado, desprendimiento de retina, daños en alguna estructura del ojo, etc. En ocasiones se puede producir algún efecto secundario del medicamento a nivel del resto del cuerpo, tales como hipertensión arterial o accidentes vasculares transitorios. Sin embargo, como el medicamento actúa principalmente a nivel local en el ojo, estas complicaciones son muy raras.
De todas maneras, si el paciente nota alguno de los siguientes síntomas de alarma es necesario que contacte rápidamente con un oftalmólogo: disminución de la visión, dolor ocular a la luz, secreción purulenta o enrojecimiento del ojo en una parte diferente al punto de la inyección.
También hay síntomas de alarma generales que requieren contactar con un médico internista o similar, o acudir a un servicio de urgencias, especialmente, tras la administración de fármacos antiangiogénicos. Hay que contactar con un médico en caso de que se sienta dolor abdominal con vómitos y estreñimiento, sangrado anormal, dolor en el pecho, dificultades al hablar, dolor de cabeza importante, o debilidad de alguna extremidad. En cuanto sea posible, hay que notificar estos acontecimientos al oftalmólogo. De todas maneras, la posibilidad de que se produzcan complicaciones graves que afecten al organismo son muy bajas.
En resumen, las inyecciones intravítreas permiten la inyección de numerosos medicamentos en el interior del globo ocular. La técnica de administración es muy segura, rápida e indolora. Resultan una opción terapéutica sencilla para el manejo de numerosas patologías oculares.
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