Es una prueba diagnóstica habitualmente solicitada en las consultas de Pediatría General, en Urgencias o en Cardiología pediátrica. La suele realizar el mismo especialista, o su equipo de enfermería, y, por tanto, no precisará prescripción. Es una técnica muy importante y útil que sirve para estudiar numerosas enfermedades del sistema cardiovascular (arritmias, bloqueos, isquemias...).