El dolor de piernas es un síntoma frecuente que puede estar causado por un calambre, una lesión músculo-esquelética o por la existencia de una enfermedad específica. Pueden estar afectadas las dos piernas o solo una.
Dependiendo de cual sea la causa el dolor se puede presentar en forma de calambre, agujetas, fatiga, o dolor limitante o incapacitante para el movimiento.
Generalmente el dolor de piernas se debe a la práctica de algún deporte, a causas accidentales, problemas circulatorios y neurológicos u otras enfermedades. También el embarazo produce dolor en las piernas por sobrecarga. Según esto se pueden clasificar en:
Lesiones de músculos, ligamentos y tendones:
Calambres:
Lesiones en huesos:
Lesiones nerviosas:
Lesiones vasculares (lesiones de vasos sanguíneos):
Otras enfermedades:
Para hacer un buen diagnóstico hay que saber qué tipo de vida lleva la persona, si es activa o sedentaria, cuánto pesa, así como dónde se localiza el dolor y cuándo aparece. Si es un dolor continuo o impide la marcha, si está localizado en una pierna o en ambas, si padece algún tipo de enfermedad o ha tenido un golpe o un accidente…etc. Después se procede a la exploración manual localizando el punto del dolor con la palpación y movimiento de pierna si es posible, y comparación con la otra pierna, esté o no también afectada. Se puede valorar también la coloración y temperatura o inflamación de las dos piernas.
Una vez hecha una valoración inicial se puede completar el diagnóstico con:
También se puede completar con intervenciones mínimamente invasivas como:
Depende de la causa, el tratamiento varía. La causa general del dolor de piernas es muscular o circulatorio, por lo que la primera opción de tratamiento será para mejorar la circulación sanguínea, por ejemplo:
En las lesiones óseas, musculares o neurológicas, además del tratamiento sintomático puede estar indicado el reposo de la pierna o de la articulación afectada o la inmovilización con vendajes o escayolas.
En caso de dolor por alguna enfermedad el tratamiento estará dirigido a la enfermedad además del sintomático.
El tratamiento quirúrgico se usará en los casos de problemas articulares, fracturas graves o rotura de ligamentos o tendones, extirpación de quistes o tumores. Se realizará a través de artroscopia (anestesia local) o intervención abierta (anestesia general).
Estos remedios deben ser usados como primera opción, por ejemplo: darse un masaje en la zona dolorida, descansar con las piernas elevadas, beber abundante agua después de hacer ejercicio, colocar compresas de hielo para bajar la inflamación de una articulación o golpe, no permanecer mucho tiempo de pie o sentado, usar medias de compresión para facilitar la circulación venosa o aplicar calor en caso de dolor muscular para ayudar a la relajación del músculo, entre otros. Si el dolor persiste o empeora debe ser valorado por un médico.
El dolor muscular, dependiendo de cuál sea la causa, puede presentarse en forma de calambres, agujetas, y sensación de peso o punzante, por ejemplo. Puede ser un dolor puntual o alargarse en el tiempo llegando a ser crónico.
El dolor óseo depende de la causa que lo produzca por lo que será más o menos agudo. En caso de fractura de hueso el dolor es fuerte, se siente como una sacudida por todo el cuerpo pudiendo acompañarse de mareo, frío y “mensajes” de malestar desde otras partes del cuerpo. En otros casos las fracturas son pequeñas y pasan desapercibidas.
Sí. Durante el crecimiento de los huesos se producen sobrecargas y lesiones leves de los músculos generalmente en rodillas y talones. Suelen aparecer al final de la tarde e incluso despertar al niño del sueño. Puede afecta a un 15% de los niños entre los 3 y 7 años. Se puede aliviar con masajes y estiramientos.
Es un dolor muscular que puede afectar a uno o más músculos del cuerpo. También pueden estar implicados los tendones y ligamentos. Puede ser un síntoma de alguna enfermedad. El dolor es como un calambre muscular, intenso y repentino. Por ejemplo, en los procesos gripales se producen mialgias.