El tratamiento del vitíligo son aquellas acciones médicas basadas en la administración de fármacos por vía tópica (directamente en la piel) o sistémica (oral o intravenosa), o técnicas quirúrgicas con el fin de paliar los síntomas que produce la enfermedad.
El vitíligo es una enfermedad de la piel en la que existe una despigmentación de esta, apareciendo manchas blancas, bien delimitadas, de contorno irregular, con cierta simetría y evolución irregular.
El principal objetivo del tratamiento es el de detener la despigmentación y estimular los melanocitos residuales de la piel vecina a las lesiones para conseguir la repigmentación.
Los tratamientos utilizados en cada paciente dependen del tipo de vitíligo, su extensión, su actividad y del impacto psicológico que produzcan en el paciente.
La primera medida que se le indica a un paciente con vitiligo es la fotoprotección para evitar quemaduras solares, que en las áreas despigmentadas de la piel pueden ser graves.
Se pueden aplicar técnicas estéticas de camuflaje de las manchas mediante autobronceadores o maquillajes.
Como tratamientos médicos principales están:
También se utilizan fármacos tópicos llamados inhibidores de la calcineurina (tacrólimus, pimecrólimus) indicados especialmente para cara, cuello y pliegues. Y en general en niños, por no producir efectos secundarios.
Pueden usarse otro tipo de fármacos (khellina, fenilalanina, etc.), aunque no está probada su efectividad, pueden resultar útiles de manera aislada.
Existen otros tipos de tratamientos que se pueden utilizar cuando los anteriores no funcionan o de forma complementaria como antioxidantes e inmunomoduladores (combinados con fototerapia), fármacos biológicos tópicos, despigmentantes, etc. Además, algunos paciente precisan tratamiento psicológico y ansiolítico.
La indicación del tratamiento viene determinado por la preferencia del paciente. Hay pacientes para los que es una opción el no tratamiento, ya que no les afecta las lesiones hipopigmentadas de su piel.
Sin embargo, para otras personas el padecimiento del vitíligo produce un importante impacto psicológico con afectación de la calidad de vida, sobre todo en pacientes con piel oscura donde las lesiones son más llamativas. En esos casos sobre todo es cuando se indica el tratamiento.
El fin del tratamiento es la estabilización de las lesiones para que no se amplíen, su repigmentación y mantenimiento.
Los riesgos del tratamiento del vitíligo van asociados al uso de los distintos fármacos o técnicas. Por ejemplo los tratamientos tópicos con corticoides aplicados de forma repetida pueden producir atrofia de la piel, aparición de estrías, etc. En la aplicación de la fototerapia se puede producir enrojecimiento, aparición de ampollas, etc. La toma de tacrólimus puede producir diarrea, vómitos, dolor de cabeza, etc. En las técnicas quirúrgicas se pueden producir infecciones de la herida quirúrgica, dolor,etc.
Se debe tener la piel limpia para la aplicación de los tratamientos tópicos.
En el caso de los trasplantes de melanocitos es habitual se que se realice un tratamiento previo con antibiótico para evitar infecciones en la piel posteriormente.
Cuando se realizan los tratamientos quirúrgicos el paciente debe firmar un consentimiento informado donde se explica la técnica a realizar, sus riesgos y alternativas.
El paciente debe informar siempre al dermatólogo si padece alguna enfermedad o tiene alergia a algún medicamento antes de iniciar cualquier tratamiento para el vitíligo.
Habitualmente el tratamiento tópico del vitíligo no comporta una recuperación específica. En las técnicas quirúrgicas puede precisarse mantener la región cubierta despues de realización del trasplante.
En general los tratamientos son bien tolerados y el paciente presenta mejoría de su estado anímico si progresivamente va objetivando una disminución de las lesiones hipopigmentadas, con lo que se consigue uno de los objetivos fundamentales del tratamiento.
Un tratamiento se considera eficaz si repigmenta más del 80% de las lesiones, manteniéndose al menos el 80% de la misma tras 6 meses. La repigmentación debe evaluarse periódicamente.
El vitíligo se produce por la ausencia de las células que dan color a la piel llamadas melanocitos. La causa de esta desaparición de los melanocitos no es bien conocida y se establecen tres teorías: mecanismo autoinmune, basado en la asociación con otras enfermedades autoinmunes y por la presencia de anticuerpos antimelanocitos (proteínas producidas por el sistema inmune que “atacan” a estas células); un mecanismo neurológicos por medio de producción de sustancias (mediadores) que interfieren en la producción de los melanocitos; y un mecanismo autodestructivo por diversos mecanismos bioquímicos.
Se utilizaba esta denominación, la enfermedad de la melancolía, para referirse al vitíligo, debido a la afectación psicológica que produce a algunos paciente su padecimiento.
Si un paciente tiene vitíligo tiene que protegerse siempre del sol con la aplicación de fotoprotección extrema, evitando exposiciones prolongadas al sol y pudiendo utilizar medidas físicas de protección como sombreros, etc..
El vitíligo es una enfermedad crónica, es decir, no tiene cura. Su curso dependiendo del tipo, puede ser impredecible. Con los tratamientos pueden conseguirse repigmentaciones de las lesiones en un porcentaje muy alto en algunos casos, pero pueden aparecer nuevas lesiones o volverse a despigmentar las existentes.
No, el vitíligo no se contagia. Como en este artículo hemos expuesto, no se sabe con exactitud la causa última de su orígen, pero se relaciona con alteraciones que se producen en el propio paciente, se piensa que tiene un origen multifactorial.