La rabia es una enfermedad vírica grave que padecen generalmente los animales, pero también puede ser contagiada a las personas.
Los síntomas pueden tardar bastante tiempo en aparecer tras una mordida. Suele causar dolores en el cuerpo, fiebre, irritabilidad y fatiga, seguidos de convulsiones, parálisis e incluso alucinaciones.
La rabia, en casi todos los casos en los que el paciente es contagiado, acaba siendo mortal.
La vacunación contra la rabia tiene dos pautas: una preexposición y otra post-exposición.
Generalmente la preexposición, se aplica a personas con alto riesgo de contagio por su trabajo o a aquellas que vayan a viajar a zonas donde el virus esté activo.
Vacunación preexposición:
Vacunación post-exposición:
Las vacunas en ambos casos se inyectan vía intramuscular, en el muslo en niños y en el deltoides en adolescentes y adultos. No debe administrarse en glúteo por general menor cantidad de anticuerpos. Son vacunas con el germen del virus inactivado, no pueden provocar la rabia, pero el cuerpo lo reconoce y se inmuniza contra ella.
La vacunación contra la rabia se recomienda a personas que están expuestas por:
En la mayoría de los casos cuando aparecen los primeros síntomas de la rabia esta ya no tiene tratamiento y acaba siendo letal, por tanto, la única manera para prevenir la mortalidad es la vacunación.
La vacuna de la rabia puede presentar sintomatologías secundarias tras su aplicación. Estos son dolores locales en la zona de la inyección, fiebre y malestar general.
Está contraindicada en caso de haber tenido reacción alérgica a alguna dosis anterior de la rabia, tener alergia a alguno de sus componentes o si padece alguna enfermedad que debilite su sistema inmunológico.
Si padece alguna contraindicación debe comunicárselo al médico, y si presenta una enfermedad aguda o moderada los días previos a la vacunación es recomendable posponerla.
Aparte, la única preparación que requiere la vacuna de la rabia es pedir cita con anterioridad, sobre todo en caso de tener que aplicarla por un viaje al extranjero.
Ante el malestar general o el dolor e irritación de la zona de la inyección, aplicar frío local y/o tomar antiinflamatorios o paracetamol en los días siguientes.
En caso de mayor reacción acudir al médico.
Ambos protocolos de vacunación generan en el organismo del paciente que las recibe una inmunidad de casi el 100%, indiferentemente del grupo de edad.
Una vez aplicado el tratamiento de vacunación contra la rabia, puede ser necesario una dosis de recuerdo al pasar el año.
Las personas que estén expuestas a la rabia por su trabajo deberán revacunarse cada tres años.
Generalmente, y dependiendo del medicamento inyectado, la vacunación contra la rabia tiene una duración de inmunidad de entre 5 y 20 años, pero se recomienda aplicar dosis de recuerdo.
En los perros la vacuna contra la rabia se aplica entre los 3 y los 6 primeros meses de vida. Además, la ley española exige la vacunación anual contra esta enfermedad en estos animales.
La vacuna del parvovirus o parvo, se administra al animal a las 5 semanas de nacer mediante la “PuppyD” contra el parvo y el moquillo.
En su defecto, si esta vacuna no se aplica, el perro recibirá la primera dosis contra el parvo entre las 9 y las 12 semanas de vida mediante la polivalente, que protege del parvo, hepatitis, moquillo, leptospirosis y parainfluenza.
El parvovirus es una enfermedad vírica que afecta al sistema digestivo de los perros, provocando diarrea con sangre, deshidratación, fiebre y ausencia de apetito.
En algunos casos puede provocar la muerte del animal, sobre todo en cachorros de menos de 3 meses.
La rabia afecta a animales tanto en un hábitat salvaje como doméstico, y se transmite a los humanos mediante la saliva ante una mordedura o arañazo.