Se trata de una prueba que sirve para determinar el tipo de bacterias que conforman la flora intestinal habitual de un paciente. Se analiza en el laboratorio la presencia de cada uno de esos tipos de microorganismos en una muestra de heces aportada por el paciente.
En el laboratorio existen diversas formas de identificación de la flora intestinal como:
El paciente debe informar al médico de las enfermedades crónicas que padezca, si padece alguna alergia o toma alguna medicación habitual.
No debe tomar antibióticos ni fármacos con corticoides desde un mes antes de la obtención de la muestra. Tampoco debe tomar fármacos antihistamínicos los 15 días previos a la obtención de la muestra. Los pacientes que han tenido tratamientos con quimioterapia o radioterapia, deben esperar 4 meses para poder realizar el análisis.
El paciente sólo debe realizar una recogida de una muestra de heces. Para ello, tras hacer la deposición deberá utilizar el utensilio que le facilitan junto con el bote para coger y guardar las pequeñas muestras de heces. Es importante que el bote quede cerrado herméticamente de forma inmediata y se guarde en la nevera hasta que se entregue en el centro médico o laboratorio que realizará el estudio.
La toma de una muestra de heces no comporta ningún riesgo. La única complicación que puede derivar de la prueba es el diagnóstico erróneo de la alteración de la flora intestinal por un fallo de detección en el laboratorio, lo que puede comportar decisiones terapéuticas erróneas.
Con la realización de los test de flora intestinal se consigue tipificar la presencia de las bacterias que conforman la flora intestinal, la concentración de cada una de las especies que forman parte de ellas y, determinar si existen alteraciones y cómo influyen en la salud del paciente para determinar el tratamiento.
Los resultados del estudio pueden tardar en obtenerse en torno a 7-10 días desde la entrega de las muestras. El médico de cabecera informa convenientemente al paciente de esos resultados y sus implicaciones.
La flora intestinal son aquellos microorganismos que se encuentran en el aparato digestivo conviviendo en el organismo de forma normal sin causar enfermedades. Este conjunto de bacterias se adquiere de forma rápida y progresiva poco después del nacimiento y su conformación va cambiando de forma a lo largo de la vida de la persona.
Su función es proteger y defender al intestino de posibles infecciones producidas por otros organismos y ayudar a la digestión de algunos alimentos. Además, tiene una función metabólica importante y ayuda a formar nutrientes para que el organismo funcione de forma adecuada, favoreciendo una respuesta inmunitaria adecuada y, previniendo el desarrollo de alergias alimentarias y enfermedades inflamatorias del intestino.
Lo más habitual es que la persona pueda padecer alteraciones del ritmo intestinal con diarrea, sensación de hinchazón abdominal, meteorismo, dolor en el abdomen, etc.
La alteración de la flora intestinal se ha relacionado con un aumento de susceptibilidad a las infecciones gastroentéricas, cólico del lactante, desarrollo de cáncer de colon, obesidad, diarrea aguda, diarrea por tomar antibióticos, síndrome de intestino irritable, desarrollo de una enfermedad inflamatoria intestinal o la presencia de alergias alimentarias.
Aquellos que aporte probióticos, es decir, organismos que favorecen el desarrollo de la flora intestinal. Se pueden encontrar en los yogures lácteos o de soja, el kéfir, quesos y otros alimentos como las coles, el miso, etc.
La flora bacteriana son todas aquellas bacterias que viven dentro de nuestro organismo o en su superficie sin provocar infección y aportando beneficios por la convivencia en simbiosis.