El taller de Pilates para embarazadas consiste en la realización de una serie de ejercicios y posiciones de entrenamiento básicos y poco intensos (con movimientos suaves y constantes) que se acompañan de una respiración específica. Con ellos, se pretende alcanzar una relajación total, además de otros beneficios ideales para la mujer durante el embarazo y el post parto. El método Pilates es seguro tanto para la mujer como para el feto.
El taller de Pilates para embarazadas puede realizarse de forma individual o en grupos, generalmente reducidos, siendo preferible el primero, ya que la mujer recibe una atención completamente personalizada y adaptada a su mes o fase de desarrollo del embarazo.
Estos talleres suelen impartirse dos días a la semana en clínicas y centros de salud o deportivos y cada clase tiene una duración aproximada de 60 minutos.
Uno de los principios de este método consiste en activar el “powerhouse” o “core”, así es como aquí se denomina a la musculatura profunda que se encuentran desde la parte inferior de las costillas hasta el final de la línea de la cadera (comprendiendo músculos abdominales, músculos bajos de la espalda, suelo pélvico, músculos alrededor de las caderas y glúteos). Es muy importante que el powerhouse se mantenga siempre en contracción durante todos los ejercicios de cada sesión de Pilates, y mantener en todo momento controlada la respiración. Esta es la base y lo fundamental para entender el método Pilates y obtener estabilidad, fuerza y control en la realización de cada ejercicio.
Durante el primer trimestre, período de más riesgo del embarazo, la actividad se debe reducir a ejercicios poco intensos y que apenas aumenten el número de pulsaciones. Durante el segundo trimestre, el período ideal para practicar Pilates, se recomienda utilizar posturas en posición a “cuatro patas”, para fortalecer la espalda sin que la barriga interfiera en los ejercicios. También, ejercicios que trabajen el fortalecimiento del suelo pélvico (simular el esfuerzo realizado cuando se intenta contener la orina). En el tercer y último trimestre, los ejercicios se orientan a lograr la posición correcta del bebé para el parto y, sobre todo, a controlar la respiración. El uso de un “fitball” en esta etapa suele ser de gran ayuda (un fitball es una pelota de tamaño grande que permite realizar las rutinas de ejercicio de Pilates en diferentes posiciones).
Tras el período de puerperio o cuarentena después del parto, practicar Pilates sigue siendo muy recomendado, ya que favorece la recuperación de la forma física y la figura de la madre.
El taller de Pilates para embarazadas está indicado para cualquier mujer embarazada que desee mejorar su estado físico y mental, salvo para aquellas que su médico le indique lo contrario. Se puede realizar en cualquier mes de la gestación, aunque se recomienda empezarlo antes de quedarse en estado para estar previamente entrenada o, en caso contrario y en mujeres que no han realizado deporte durante el último año, empezar al final del primer trimestre, cuando las molestias típicas del inicio y los mayores riesgos han cesado.
En algunos casos en que el embarazo presente algún tipo de complicación como los que se citan a continuación, está contraindicado realizar Pilates y otros ejercicios o deportes por el riesgo que puede suponer para el correcto desarrollo del feto y la mujer. En estos casos en que puede haber riesgo, es el médico o matrona quien evalúa qué tipo de ejercicio físico sí puede realizar la paciente o si necesita hacer alguna modificación:
El taller de Pilates para embarazadas es seguro tanto para la gestante como para el feto y se realiza porque aporta multitud de beneficios para la mujer durante su estado de embarazo, durante el parto y en la fase de recuperación del post parto.
Entre los beneficios más comunes cabe destacar:
Aunque no hay riesgos derivados de la práctica de Pilates, pueden presentarse algunos por la condición de la mujer embarazada o la presencia de alguna patología, como los siguientes:
Otras consideraciones a tener en cuenta para evitar riesgos, es que los ejercicios que se trabajan en Pilates se deben modificar según el trimestre de embarazo de la paciente y los objetivos. Por ejemplo, durante el 2º y 3º trimestre no se recomienda la ejecución de ejercicios que ejerzan presión directa sobre el abdomen, ni se debe practicar este método en posición decúbito supina (acostada boca arriba), por el riesgo a sufrir hipotensión por la fuerza ejercida del útero sobre la vena cava. En caso de hacerlo, hay que procurar que no sea durante más de 5 minutos y ponerse de lado para descansar durante unos minutos.
El monitor o profesional que dirija el taller es quien debe ajustar los ejercicios y adaptarlos al momento oportuno para cada mujer.
Así mismo, la gestante tiene que procurar ejecutar los ejercicios de sentarse y tumbarse de manera lenta y gradual para no sobrecargar la espalda y evitar sufrir mareos al cambiar bruscamente de posición.
Es conveniente, también, que la mujer se controle el pulso para comprobar que no se acelera demasiado (no debe sobrepasar los 140 latidos/minuto), ya que puede tener consecuencias peligrosas para el feto.
La práctica del ejercicio debe finalizarse por completo o, al menos, reducir su intensidad, siempre que aparezca algún dolor o molestia. Si la molestia persiste, se debe consultar con el médico o matrona.
La preparación para un taller de Pilates para embarazadas es muy sencilla. Tan solo se debe acudir vistiendo ropa deportiva cómoda (por ejemplo, mallas y camiseta de algodón) que permita realizar de forma adecuada y con amplitud cada movimiento. La clase se realiza completamente descalza o con calcetines.
Es recomendable beber líquidos antes, durante y después de cada sesión y procurar no hacerlo inmediatamente después de comer, para evitar vómitos y molestias abdominales.
La práctica de Pilates es una disciplina que requiere constancia y paciencia, al principio no se observan apenas resultados, pero entrenando y practicándolo de forma regular, comienzan a apreciarse y a hacerse visibles, mejorando el estado físico y mental de la mujer.
Un taller de Pilates para embarazadas contribuye a mejorar el estado físico-mental y de salud de la mujer que lo practica. Caben destacar beneficios como el fortalecimiento muscular y del suelo pélvico, la disminución de dolores de espalda, la relajación y mejora del sueño, el control de la respiración útil para el parto, y recuperación postparto más temprana, entre otros.
Existen diferentes tipos de talleres de Pilates para embarazadas, individuales o en grupo; clases de Pilates para embarazadas o clases de Pilates post parto (se suele acudir con el bebé), y método Pilates con pelota o fitball, con bandas elásticas, con aros o con máquinas de entrenamiento de gimnasio.
Aunque primero lo ha de valorar el médico, lo ideal suele ser combinar un taller de Pilates o Yoga para embarazadas con otros ejercicios como caminar, nadar o realizar alguna actividad aeróbica de bajo impacto, por ejemplo, en el agua.
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