La cirugía refractiva es el conjunto de técnicas y procedimientos quirúrgicos que tienen como finalidad eliminar, o minimizar, las diferentes patologías oculares como son la miopía (mala visión de lejos), hipermetropía (mala visión de cerca), el astigmatismo. De esta forma, el paciente puede reducir el uso de gafas o lentes de contacto e incluso no volver a usarlos.
En la cirugía refractiva existen varias técnicas que se pueden utilizar para realizar este procedimiento, y que van depender del tipo de patología ocular que tenga el paciente.
Esta intervención se realiza de dos formas:
Una vez tallado se levanta esa fina capa de tejido corneal y se aplica el láser excimer, el cual utiliza un rayo láser para moldear la córnea, durante un periodo de tiempo de 5 a 45 segundo. El láser dispone de un mecanismo de seguridad conocido como eye-tracker, que permite que los impactos se dirijan sólo a las partes de la córnea que debe ser remodelada para corregir el efecto refractivo.
Una vez que el láser ha realizado su función se vuelve a colocar la fina capa corneal sin necesidad de aplicar puntos de sutura.
Es una intervención que se hace de forma rápida, sencilla e indolora. La intervención dura alrededor de cinco o diez minutos, se realiza con anestesia tópica (gotas), por lo que no es necesario cubrir el ojo al finalizar la operación.
La cirugía refractiva está indicada para:
La cirugía refractiva se realiza para eliminar las diferentes patologías oculares refractivas. Para modificar el estado refractivo del ojo con el propósito de eliminar o reducir el uso de gafas, de modo que los pacientes puedan mejorar su calidad de vida.
En la cirugía refractiva existen algunos riesgos como son:
La preparación para la cirugía refractiva empieza con una primera consulta médica con el oftalmólogo, donde se comprobará que el paciente cumple todos los requisitos para poder ser intervenido quirúrgicamente.
Se le realizará al paciente una serie de pruebas oftalmológicas para determinar qué tipo de intervención es la más adecuada.
El médico le hará al paciente algunas pruebas para medir la agudeza visual, la refracción o número de dioptrías de miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia y la presión intraocular.
En el caso de utilizar láser, también debe hacerse una topografía, o sea una medición de la curvatura y grosor de la córnea, y un estudio de la histéresis corneal, es decir, del grado de resistencia y elasticidad de este tejido.
El mismo día de la operación el médico cita antes al paciente en consulta para repetir las pruebas diagnósticas, y confirmar que no haya cambios respecto a la visita preoperatoria, de modo que el ojo pueda ser intervenido.
Durante las primeras horas de recuperación de una cirugía refractiva después de la intervención, el paciente puede notar ligeras molestias como escozor o lagrimeo y, al cabo de varias horas comenzará a percibir la recuperación visual sin necesidad de depender de las gafas o las lentillas.
Tras terminar el procedimiento es conveniente que el paciente descanse y permanezca el mayor tiempo posible con los ojos cerrados, en un ambiente con poca luz.
El paciente debe aplicarse los medicamentos oculares que le indique el oftalmólogo.
Es necesario que el paciente pueda asistir acompañado el día del procedimiento porque la vista estará un poco distorsionada, algo borrosa y nublada, por lo que no se le permitirá conducir.
El paciente podrá incorporarse a sus actividades de la vida diaria 48 horas después de la intervención.
Se recomienda al paciente usar gafas de sol los primeros tres días para evitar frotarse los ojos.
Como resultado de la cirugía refractiva la nitidez de la visión mejora considerablemente, y se reducen o se eliminan totalmente las enfermedades refractivas como la miopía, astigmatismo e hipermetropía. El paciente no tendrá que depender del uso de gafas o lentes de contacto para poder ver correctamente.
La operación de la vista cuesta los mismo sin importar el problema de refracción que se vaya a corregir. El precio de la intervención está más relacionado con la técnica que utilice el oftalmólogo para corregir el problema visual. Esta operación puede costar alrededor de 700 a 900 euros por ojo.
La cirugía de Excimer Láser o láser de excímeros es una técnica quirúrgica para tratar las patologías oculares o defectos refractivo. Es un tipo de láser que genera una luz ultravioleta, invisible y fría que, en vez de cortar o quemar, crea suficiente energía como para separar las moléculas de los tejidos. El láser excimer es el apropiado para tratar miopías de entre 1 y 10 dioptrías e hipermetropías de entre 1 y 5 dioptrías, con o sin astigmatismo.
La queratotomía radial es una operación para corregir la miopía. Implica hacer cortes diminutos en la córnea para ampliarla. Esto puede ayudar a mejorar la visión de lejos. Consiste en hacer incisiones profundas en forma radial, como la llanta de una bicicleta, usualmente toma de 4 a 8 incisiones usando una cuchilla de diamante.
La cirugía fotorrefractiva es una cirugía que permite cambiar de manera permanente la forma de la córnea, a través de un láser ultravioleta que corrige las curvaturas corneales. Especialmente indicado en la corrección de Miopía o Astigmatismo.
Un PRK es la cirugía refractiva que consiste en las separación del epitelio, que es la capa más superficial de la córnea, empleando una solución especial alcohólica. A continuación se aplica el láser excimer para corregir la curvatura de la córnea y eliminar el defecto refractivo.