El rejuvenecimiento facial es un conjunto de tratamientos y técnicas estéticas que reducen el envejecimiento de la piel y que suele manifestarse mediante la pérdida de la elasticidad de la piel y la caída de estructuras subcutáneas, modificando los volúmenes de la cara y provocando la aparición de líneas de expresión y arrugas faciales, así como otras imperfecciones de la piel.
Los métodos para el rejuvenecimiento facial son muy variados, pudiendo aplicar técnicas no quirúrgicas y quirúrgicas, estas últimas son las conocidas como cirugía estética. Se emplean varios tratamientos combinados para lograr rejuvenecer la piel. La elección de ellos depende del tipo de piel del paciente, de los resultados que desee obtener y del diagnóstico previo a la elección adecuada a cada caso en particular.
Los tratamientos no quirúrgicos más comunes son:
Los tratamientos quirúrgicos más comunes son:
Los tratamientos de rejuvenecimiento facial están indicados para todas las personas que quieran contrarrestar los efectos del envejecimiento y lucir una piel más rejuvenecida. Para aquellas personas que necesitan eliminar o atenuar la arrugas o líneas de expresión marcadas por la edad, eliminar las manchas que son causadas por la exposición al sol, o que tienen una piel maltratada, deshidratada, con flacidez o presenta problemas de acné.
Están indicados tanto para mujeres como para hombres mayores de 40 años o, incluso antes, si se tiene alguna imperfección a tratar.
Estos tratamientos se realizan porque, con el paso de los años, se pierde la elasticidad y el brillo de la piel, y estos tratamientos ayudan a recuperarlos. Consiguiendo, además, mejorar la calidad de vida de las personas que en su momento lo necesitan y así lucir una piel más sana y joven. También, porque permite elevar y reparar los tejidos de la piel y reponer volúmenes, eliminar líneas de expresión y arrugas, mejorar la calidad de la piel del rostro y su hidratación. Al mismo tiempo, pueden corregirse otros signos del paso del tiempo como son las manchas, las bolsas oculares, el exceso de piel en el párpado superior, la flacidez del cuello o las arañas vasculares, entre otros.
Los riesgos de los tratamientos para el rejuvenecimiento facial pueden incluir:
Para los tratamientos de rejuvenecimiento facial no quirúrgicos, no se necesita ningún tipo de preparación específica. Se debe acudir a la cita sin maquillaje, ni aplicación de ningún tipo de cosmético en la piel.
En el caso de los tratamientos quirúrgicos, para la preparación de la cirugía, es necesario la valoración previa del médico, realizando la historia clínica, el examen físico y solicitando la realización de algunas analíticas específicas.
La recuperación de los tratamientos para el rejuvenecimiento facial suele durar entre 1 día y 2 semanas, dependiendo del tipo de tratamiento realizado. Es habitual que aparezcan hematomas faciales, pero estos suelen desaparecer en la primera semana del postoperatorio. La inflamación aguda suele durar alrededor de 1 mes, tiempo durante el que es importante tener en cuenta una serie de medidas a cumplir como evitar esfuerzos y protegerse del sol. Si el médico lo considera, se puede tomar alguna medicación.
En otros tratamientos, el paciente no necesita una recuperación especial, pudiendo continuar sus actividades diarias de manera normal.
El resultado del rejuvenecimiento facial, en la mayoría de ocasiones, es muy efectivo, duradero y con mucha satisfacción en los pacientes. Los resultados se aprecian casi de manera inmediata, sobre todo después de las primeras 24 horas de haberse realizado el procedimiento. No obstante, estos tratamientos no detienen el paso del tiempo, por lo que en algunos de ellos es necesario volver a llevarlo a cabo al cierto tiempo. Siguiendo un cuidado adecuado de la piel y un hábito de vida saludable, el resultado obtenido se mantiene por mucho tiempo.
Un rejuvenecimiento facial sin cirugía incluye todos los métodos no invasivos en los que no hace falta una intervención quirúrgica ni postoperatorio. Los tratamientos más comunes son la mesoterapia facial, inyecciones dérmicas con ácido hialurónico, colágeno, Bótox, los que utilizan tecnología láser, y la propia sangre del paciente que se vuelve a incorporar al organismo después de ser tratada y enriquecida con plasma y plaquetas.
En el rejuvenecimiento facial con plasma se extrae sangre del paciente y se separan las fracciones plasmáticas mediante centrifugación controlada. El plasma obtenido de esa centrifugación se vuelve a inyectar en la piel del paciente para obtener el resultado que se desea. Ayudando a estimular la regeneración de los tejidos, y permitiendo la disminución de las líneas de expresión. También rehabilita y tonifica la piel y mejora la luminosidad, brillo y aspecto de la piel.
El rejuvenecimiento facial funciona por medio de una serie de tratamientos faciales que pueden ser quirúrgicos y no quirúrgicos, para tratar o combatir el envejecimiento y las imperfecciones de la piel.
El rejuvenecimiento facial consiste en emplear varios tratamientos combinados para lograr entonar y conseguir un aspecto más joven de la piel. La elección de los tratamientos depende del tipo de piel, de los objetivos y del diagnóstico previo de cada paciente en particular.
El rejuvenecimiento facial con radiofrecuencia consiste en hacer inducir el calor hasta las capas más profundas de la piel, para remodelar y hacer más compacto el colágeno preexistente. De esta forma se reparan y suavizan las arrugas, estirar la piel flácida y, en consecuencia, conseguir un aspecto más joven y natural.