La otalgia o dolor de oídos se produce por inflamación a dicho nivel. La inflamación puede ser en el conducto externo, en este caso decimos que se trata de una otitis externa, o en el oído interno, en cuyo caso hablamos de otitis interna. En esta, el tímpano se abomba y es posible que se produzca la rotura o perforación del mismo, saliendo material purulento al exterior.
En algunas ocasiones, se confunde el dolor de la articulación temporomandibular con el dolor de oído, esto se debe a que el dolor se refiere en la misma zona, que es el área anterior de la oreja. También puede doler esta zona cuando se produce una inflamación de la parótida, que es la glándula salival que se encuentra en la cara por delante de la oreja.
El dolor de oídos se puede producir cuando se sitúa un tapón de cera en el conducto externo. Este dolor no es un dolor intenso, el paciente suele referir molestia acompañada de pérdida de audición o sensación de taponamiento.
Se produce dolor cuando el conducto externo se inflama, esto puede ser por una entrada de agua de piscina, ríos o del mar o, incluso, al ducharnos. Al tener el oído húmedo, se produce una inflamación del conducto con un proceso infeccioso sobreañadido que puede ser bacteriano o fúngico. En algunos casos, en el conducto externo se puede producir foliculitis, que puede dar lugar al dolor intenso.
El oído interno suele doler por el acúmulo de moco que se produce en la trompa de Eustaquio, este acúmulo de moco produce presión, tanto sobre el tímpano como sobre el conducto interno del oído. A veces, este moco se sobreinfectada dando lugar a una otitis interna, también puede producir una rotura del tímpano saliendo el moco hacia el exterior.
Son dolores referidos al oído, aunque su origen no sea propiamente del oído, las parotiditis y las lesiones de la articulación temporomandibular.
Por último, sobre el nervio auditivo se pueden producir procesos de infección por el virus de varicela zoster, que al igual que cuando se produce en otras zonas, da lugar al dolor y a la aparición de un proceso vesiculoso similar al que aparece en la varicela.
Los principales motivos del dolor de oído son los procesos inflamatorios e infecciosos que tienen lugar a este nivel. Entre los procesos infecciosos, son más frecuentes en la parte más interna del oído, donde se produce una otitis supurativa o no supurativa tras la acumulación de moco en dicha zona. En el oído externo, la entrada de agua favorece las infecciones por hongos o bacterias, inflamando el conducto externo del oído.
Las infecciones por el virus de varicela zoster también producen dolor si afectan al nervio ótico.
Para terminar, los tapones de cera pueden producir una sensación de molestia sin llegar a producir un dolor intenso.
El dolor de oídos u otalgia debe ser valorado en todas las ocasiones por un médico. En muchos casos va a necesitar de tratamiento antiinflamatorio o de antibiótico, ya sea en forma de gotas o, por el contrario, en tratamiento oral para reducir el dolor y la infección. Este profesional también sabrá localizar en qué casos el dolor es referido y requiere un tratamiento distinto.
El dolor de oídos puede ir acompañado de otros síntomas. Puede asociarse a pérdida súbita de la audición, en estos casos, es necesaria una consulta a la urgencia hospitalaria donde se valorará, por parte del médico especialista en el oído, la necesidad de tratamiento.
Puede acompañarse también de síntomas como otorrea, esta puede ser maloliente, en cuyo caso, debemos considerar que está producida por una bacteria o, por el contrario, ser una otorrea mucosa con presencia de moco en la trompa de Eustaquio, la misma se deberá tratar con fármacos descongestivos nasales.
Puede producirse también una otorrea sanguinolenta, en estos casos, se debe pensar en la introducción de un cuerpo extraño en el conducto externo desde el exterior, pudiendo dañar el tímpano.
En realidad, el dolor de oído no es normal, ni de forma intermitente, ni continua, pero, en algunas personas que han presentado patología como perforación de tímpanos o molestias por otitis de repetición, se puede producir dolor intenso con el frío.
En los casos de viajar en avión, se produce un taponamiento de los oídos por el cambio de presión. Esto, en alguna personas, puede ocasionar dolor de oídos, que desaparecerá tras unas horas del aterrizaje.
Concepción Sebastián Fernández
Licenciada en medicina y cirugía. Especialista en medicina familiar y comunitaria