El término PET hace referencia a la Tomografía por Emisión de Positrones.
Es una prueba médica de carácter diagnóstico, en la cual se introduce una pequeña cantidad radioactiva en el paciente para tomar imágenes del interior del organismo. De esta forma se analiza su función metabólica, usándose generalmente para el seguimiento de pacientes con cáncer o en el proceso de diagnóstico de esta enfermedad.
Muchas veces se realiza a la vez que un TAC para visualizar el organismo de manera más concreta.
Principalmente este tipo de prueba se realiza en pacientes para:
A pesar de que se emplee generalmente para la enfermedad del cáncer, también se suele estudiar a través del PET el flujo sanguíneo, evaluar el corazón tras un infarto de miocardio, y analizar el cerebro ante alteraciones neurológicas.
La prueba tiene una duración aproximada de media hora, y el paciente debe acudir como mínimo una hora antes para que se le administre el isótopo radioactivo.
No debe comer ni beber nada en las horas previas a la prueba.
El paciente se pondrá la bata hospitalaria y se quitará todos los objetos metálicos, en caso de que tenga placas internas se le debe comunicar al médico.
Las mujeres embarazadas no deben realizarse la prueba porque puede alterar al desarrollo del feto, por lo que debe comunicárselo, en caso de que lo esté o tenga dudas, al médico.
Antes de la prueba es recomendable que el paciente no practique ninguna actividad que pueda alterar el resultado, intentando acudir relajado.
El PET se realiza en una máquina con forma de círculo hueco o anillo, en la que se encuentra una camilla donde el paciente se tumba, esta máquina recibe el nombre de tomógrafo.
A diferencia de la máquina de una resonancia magnética, esta no emite ruidos elevados ni el paciente permanece cerrado, ya que la camilla se desplaza a lo largo del anillo.
Una hora antes de iniciar la prueba, el paciente debe acudir para que se le administre mediante vía oral, nasal o intravenosa, el componente radiactivo que permite el desarrollo de la prueba.
Después, pasada la hora, el paciente se recostara en la camilla y permanecerá inmóvil durante toda la prueba, la cual tiene una duración aproximada de media hora.
A veces se realiza de manera conjunta a un TAC, realizándose antes y después del PET en algunos casos.
Tras la prueba el paciente puede marcharse, aunque deberá esperar a que el técnico de imágenes observe la calidad de éstas por si fuera necesario repetirlas.
El isótopo radioactivo que se administra al paciente es mínimo, por lo que es una dosis controlada, aunque en algunos casos aislados el paciente puede presentar alergias ante dicha sustancia.
Al administrar la dosis radioactiva por vía intravenosa el paciente puede sentir un escozor local por unos minutos. Si se administra por vía nasal u oral no tiene ninguna molestia.
Es recomendable que, tras las siguientes 12 horas a la prueba, el paciente no esté en contacto directo con embarazadas y/o niños, para evitar riesgos.
Las imágenes del PET se obtienen de manera instantánea, pero requieren de una interpretación por parte de lo especialistas en medicina nuclear.
Los resultados recogen el tipo de prueba, la dosis y tipo de sustancia radiactiva administrada al paciente, así como las alteraciones que observa el especialista.
En función de la finalidad por la que se realiza la prueba, las alteraciones suelen ser distintas. Por ejemplo, en caso de un seguimiento de cáncer, indicará la presencia o ausencia de tumores; o en caso de una evaluación del corazón tras un infarto de miocardio, puede mostrar la acción metabólica del cuerpo o el flujo sanguíneo.
Si los resultados no son concluyentes, el médico mandará la realización de pruebas complementarias.
Es una prueba médica nuclear, en la cual se administra al paciente una pequeña dosis de un isótopo radioactivo para mejorar la obtención de imágenes del interior del organismo.
El PET permite obtener imágenes del metabolismo del cuerpo humano y el TAC aporta imágenes de cortes o secciones anatómicas.
Con la combinación de estas dos pruebas, un ordenador monta las imágenes y permite la creación de imágenes en tres dimensiones.
PET proviene del inglés y significa: “Positron Emission Tomography”, traducido al español como Tomografía por Emisión de Positrones.
Este tipo de cámara se emplea en medicina nuclear para la toma de imágenes, es una especie de anillo por el que se mueve una camilla donde se tumba el paciente y capta la radiación Gamma.
Consiste en administrar al paciente una dosis pequeña de sustancia radioactiva para mediante el diagnóstico por imagen ver a qué partes y tejidos del corazón llega bien el flujo sanguíneo, y a cuáles no.
Se suele realizar primero en reposo y luego con esfuerzo físico.